Tsuna muchas veces odiaba lo terrible que podría ser su vida. No fue justa la mayor parte del tiempo. ¿Por qué tenía que ser tan débil? ¿Por qué tenía que ser el que todos odiaban? O bien fue por su propia familia o sus compañeros de clase. No fue justo.

Tsuna suspiró mientras recogía sus papeles escolares del escritorio en clase, mirando y escuchando mientras otros salían de la habitación. Él, por otro lado, se quedó solo, nadie con quien hablar y el pasillo se había quedado en silencio. Bueno, no era como si pudiera hablar con nadie. Su garganta aún se estaba curando y apenas podía hacer ningún sonido sin ningún dolor.

La gente ya lo llamaba aún más inútil que antes. Bueno, no fue nada nuevo.

La única persona que realmente permaneció a su alrededor durante ese tiempo fue Reborn. El cuervo se estaba quedando en su dormitorio, tomando su estancia en su sofá o en su cama, tenía otra habitación, pero extrañamente, Reborn no quería dormir allí. Por supuesto, Tsuna tuvo que pagar los gastos adicionales de su invitado directo, pero no le importó y tenía mucho que gastar.

Tenía a alguien que estaba allí para él y no era por dinero o poder. Eso se sintió realmente bien. Por supuesto, todavía apestaba que no pudiera hablar.

Sus compañeros de clase y otras personas nunca se dieron cuenta de Reborn, incluso cuando el cuervo fue caminando por el campus para estirar las piernas. Era gracioso, pero Tsuna pensó que era porque el cuervo parecía un humano normal.

Terminando de arreglar sus cosas, se preguntó en silencio qué debería cocinar para la cena. Quizás algo que a Reborn le guste. Él tenía un fuerte gusto hacia la comida italiana, que era algo que Tsuna estaba acostumbrado a hacer desde que había aprendido a cocinar.

Su padre era italiano y su madre japonesa, aunque para muchas personas, parecía japonés de sangre pura, excepto que su cabello era de color marrón claro en lugar del típico marrón oscuro al negro. 'Tal vez la pasta, pero ¿qué tipo?'

Cuando salió de la habitación, no se dio cuenta de que había tres personas fuera de la habitación hasta que chocó accidentalmente con uno.

Tsuna hizo una mueca ante el golpe, retrocediendo un poco para ganar algo de espacio, y miró hacia arriba. Sostuvo sus libros fuertemente en sus manos e hizo una reverencia para disculparse.

"Oye, mira a dónde vas, idiota". La persona con la que chocó se burló.

"Oi, ¿no es esa Dame-Tsuna a quien vencimos hace una semana?"

Tsuna alzó la cabeza al oír eso, mirando a sus tres compañeros de clase, no, a los que eran la causa de sus dolores actuales.

"Oh, lo es. Bueno, ¿qué sabes? Y adivina lo que he oído. Se supone que es rico. Es decir, su familia está cargada porque su hermano mayor es el jefe de la Corporación Vongola".

Tsuna sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. No le gustaba a dónde iba esto. De ningún modo. Esta no era la primera vez que alguien decía tal cosa y dudaba que fuera la última. Y cada vez que sucedía, nada bueno salía de eso.

Los tres compañeros de clase sonrieron. "Tsuna, préstanos un poco de dinero. Tienes mucho, ¿verdad? Vamos, haznos un favor"
el moreno permaneció en silencio.

"Oye, ¿vas a responderme o qué?"

"Espera, recuerda, lo lastimamos tanto que no puede hablar en este momento".

"Eso es correcto. Hicimos un buen trabajo contigo. Bueno, eso es aún mejor. Podemos tomar su dinero ahora mismo y no podrá contárselo a nadie". Una sonrisa apareció.

"¿Oh? ¿Qué es esto que estoy escuchando?" Una voz, a diferencia de los compañeros de Tsuna, habló detrás de ellos. Hubo una risa oscura hecha de puro mal y la furia en ese tono hizo que la temperatura en todo el pasillo cayera, los pasos resonaban ruidosamente. Sin siquiera tener que girar para ver quién era, Tsuna ya podía sentir esa presencia familiar y le sonrió ligeramente, relajándose a salvo.

Los pasos se detuvieron detrás de él y pudo sentir la calidez reconfortante de un cuerpo presionado contra su espalda con un brazo colgando sobre su hombro. Se podía escuchar un clic desde su oreja derecha. Reborn estaba amartillando su arma.

Tsuna vio cómo la expresión de sus compañeros de clase palidecía y se colaba en las manos de Reborn, tomando consuelo en ese fuerte olor.

Sin embargo, la primera persona no disuadió tanto. "¡Oye, te recuerdo! ¡Eres ese Etherniano que usó la magia del viento para mandarnos a volar! ¡Maldito bastardo! ¿Y cómo te metiste en esta escuela? ¿Mucho menos en la Tierra sin un contrato?"

"Entré por supuesto. En cuanto a cómo llegué aquí, bueno, solo hay una manera segura de averiguarlo", sonrió con satisfacción, bajando su arma para apuntar, sus negras órbitas oscurecidas por la ira.

Podía decir al instante que estos habían sido los causantes del problema y que no tenía planes de dejarlos ir tan fácilmente.

"Te pagaré por lo que le hiciste a Tsuna, tres veces más".

"No nos menosprecies. Macalu, te llamo! ¡Acaba con este tonto!"

Una ráfaga de viento entró en la habitación, casi volando el sombrero de Reborn si no hubiera levantado la cabeza para inclinarla más abajo.

Tsuna se estremeció, alcanzando a agarrar el brazo que estaba a su alrededor, asustado por él nombre mencionado, recordando ese nombre.

Una criatura apareció desde un portal, sus garras largas y afiladas. Un chillido resonó en la garganta de Tsuna. Esa criatura! Ese fue el que casi destruyó su garganta. El matón que había convocado sonrió mientras miraba al Assurer.

"¡Macalu, este Etherniano es un elemento de viento como tú!"

Reborn miró a Tsuna observando la expresión, y gruñó cuando las cosas comenzaron a conectarse. Podía decir que esta era una de las criaturas a las que Tsuna se había visto obligada a luchar, pero ¿cuál?Solo cuando el moreno tocó su cuello débilmente obtuvo su respuesta. "Ah, entonces tú eres el que lo estranguló".

El sicario se apartó del otro, empujando al pequeño chico hacia la pared detrás de él. Se quitó el sombrero de fieltro de la cabeza y lo tiró sobre el pelo marrón esponjoso, cubriéndolo por un momento.

Ese gran ojo de color miel solo podía mirar hacia atrás con curiosidad, preguntándose qué estaba planeando el hombre mayor. Pensando en las palabras que quería decir, desesperadamente quería extender la mano, pero no pudo mover su miembro libre una vez que escuchó el chillido de la criatura llamada Macalu.

"¡¿Como te parece esto?!" El compañero de clase rugió.

"¿No se ve genial? ¡Esa pistola insignificante es inútil contra él! ¡Ahora muere y sufre como Dame-Tsuna!"

Riéndose de esas palabras, Reborn sonrió y apretó el gatillo. Solo un disparo hizo eco en el pasillo y poco después el viento cesó de inmediato.

Hubo un grito gorgoteante y luego otro mientras el compañero de clase gritaba con fuerza del dolor de su pacto roto.

El Assurer Macalu gritó en agonía ya que la mitad de su cuerpo había desaparecido, explotado por esa única bala. Reborn se rió entre dientes y se acercó a la criatura que forcejeaba.

"Tu ... lastimaste algo que me pertenecía a mí. No lo tomé amablemente. Sin embargo, como solo estabas siguiendo órdenes, te dejaré ir. Vete antes de que decida matarte ",

Reborn cambió su objetivo desde el Assurer hasta el humano, viendo como el ser hacía una retirada forzada, regresando al otro mundo para recuperarse.

El compañero de clase que lo había convocado se desplomó en el suelo en agonía, sintiendo como si su cuerpo estuviera siendo destrozado.

"Ah, es correcto. Casi lo olvido. Cuando tu aliado muere o te lastiman gravemente, sientes el dolor. Espero que lo disfrutes. Pero no te preocupes, no he terminado contigo".

Hizo un disparo rápido, apuntando al techo, y vio como los tres compañeros de clase se estremecían de miedo.

"¿Y qué clase de idiota eres? No soy un atributo del viento. Soy un ser de la oscuridad. ¿No deberías haber aprendido que nosotros, los Ethernianos, podemos usar hechizos de otro tipo a pesar de nuestro elemento original? Aunque supongo que tú y los idiotas solo tienen aseguradores de bajo nivel, por supuesto que no lo sabes, "

Se acercó un poco más, viendo como los otros dos compañeros de clase intentaban llamar a sus propios Assurers para que los ayudaran, solo para verlos derribados, medio muertos, el dolor rebotando en sus cuerpos. En poco tiempo, los tres bravucones estaban en el suelo en un dolor fantasmal insoportable, sus asegurados habían ido a la retirada.

"Patético. ¿Es esto lo mejor que puedes hacer? Si veo que vuelves detrás de Tsuna de nuevo, me aseguraré de matarte la próxima vez".

Con eso, Reborn dejó que su arma se desvaneciera en una neblina oscura, se giró para dirigirse al pequeño Tsuna y lo rodeó con un brazo. Podía ver el asombro en ese único ojo y se rió entre dientes.

"Vamos, regresemos". Tsuna solo pudo asentir con aprobación, dejándose arrastrar lejos de la escena. Se movió más cerca del hombre mayor, dejándose enterrar en el calor, y le dio la bienvenida al brazo que estaba alrededor de su hombro, abrazándolo estrechamente.

Sonriendo al oír eso, no pudo evitar la sensación de estar seguro y relajado cuando la sensación se apoderó de él. Esperaba que el otro estuviera cerca de él siempre por protección o por simple compañía.

Mientras regresaban al dormitorio y al interior, Tsuna se dirigió hacia su lápiz y bloc de notas para escribir un mensaje. 'Gracias por salvarme. ¿Pero cómo sabías que estaba en problemas?

Reborn alzó una ceja ante eso, extendiendo la mano para retirar su sombrero que aún estaba en la cabeza de Tsuna. "Solo lo sabía".

Tocó la barbilla de Tsuna y limpió una pequeña mancha en su mejilla derecha. El moreno simplemente miró hacia atrás con curiosidad, parpadeando su gran ojo, y usó su mano libre para agarrar el brazo de Reborn. Negando con la cabeza, el cuervo se echó hacia atrás y palmeó la parte superior de la cabeza, mirando como Tsuna sonreía felizmente contento.

'Creo que será mejor que empiece la cena'. Tsuna escribió, sosteniendo su mensaje con una mano e inclinó levemente la cabeza para ver bien la cara de Reborn. Cuando asintió y el otro lo supo y entendió, lo dejó y se dirigió hacia la cocina, sacando los ingredientes para comenzar.

El cuervo lo ayudó aquí y allá debido a su discapacidad, pero una vez que las cosas comenzaron a moverse, Tsuna logró resolver todo con solo un brazo, no fue difícil una vez que se acostumbró.

Tal vez su vida no era tan mala, ahora tenía un amigo, alguien que se preocupaba por él. ¿Era su vida realmente tan terrible? Tsuna miró a Reborn, que estaba mirando perezosamente uno de sus libros escolares, y negó con la cabeza, una pequeña sonrisa apareció en sus labios.

No, no fue tan malo. Por una vez, estaba empezando a disfrutarlo.

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Tada!

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