❝ stalker ❞

Habían transcurrido dos semanas desde que Arim bajó sus filosas garras hacia mi persona y ahora se podría decir que había una tregua entre nosotros. Era mas que una tregua, me atrevía a decir que nos llevábamos relativamente bien. Nos saludábamos cuando nos veíamos y claro, seguía molestándome con Jurin.

Era algo que definitivamente no se le quitaría.

Me encontraba stalkeando su perfil de Instagram al percatarme que tenia una solicitud de seguimiento de su parte, la cual, por supuesto, acepté.

Al parecer los roles se invirtieron y ahora era ella la acosadora.

Su perfil estaba lleno de sus fotos en diferentes países, lugares y museos. Le gustaba mucho el arte, lucía muy feliz estando en un lugar así.

¿Qué mierda hace estudiando economía?

Negué con la cabeza ante lo obvio de mi pregunta. Ahora que sé un poco mas de ella, es más que obvio que sus padres quieren que ella siga los pasos. No le pregunté directamente en que trabajan o trabajaban, pero de que querían usar como arma a su hija para poder tener nuevamente el poder que tuvieron en un momento, lo harían sin dudarlo.

Ladeé mi cabeza y me enderecé al ver algo.

Me quedé absorto en una fotografía en particular, en donde salía con un montón de aves detrás y ella aparecía con la sonrisa mas linda que alguna vez vi en mi vida. Nunca lo negué, es bellísima. Su cabello lacio y claro, su rostro y labios en particular que llamaban la atención, pero su sonrisa estaba a otro nivel.

—¿Qué haces?

Bloqueé el celular por reflejo al oír a Jurin detrás de mí. Carraspeé lentamente y toqué mi pecho.

—Me asustaste, tonta.

—Lo siento, te vi muy concentrado — levantó una ceja, para finalmente acercarse a mí y darme un apretado abrazo. Abrazo que obviamente correspondí —. Ya te extrañaba. Creo que pediré trabajar los días de semana también.

—Créeme que no quieres eso — arrugué mi frente —. Estudia, para que puedas salir de aquí y expandir tus horizontes. No seas como yo.

—Pero a mi me gusta pasar tiempo contigo. Me distraigo y me divierto. Eres increíble.

Guardé silencio ante sus palabras, porque fueron muy sinceras. Lo agradecía enormemente.

—Que linda.

—Tú me pones así. Me encantas — enrolló sus brazos alrededor de mi cuello e hizo el amague de besarme. Pero después de tantas interrupciones, definitivamente no podíamos seguir haciendo eso en pleno horario laboral.

Aprendí la lección.

—Aquí no...

—¿Por qué? Hace días que no viene la insoportable niña rica.

—La vas a invocar, créeme.

—Solo un besito cortito y chiquito — hizo la seña con sus dedos.

Mis comisuras temblaron y le di un corto beso en sus labios, acto que la hizo bailar de felicidad.

Adorable. Totalmente adorable.

—Aww, que romántico, ¿cuándo le pedirás ser su novia?

Jurin puso la mirada mas cansada de la vida, mientras yo apretaba los labios evitando soltar una enorme carcajada.

—Te dije que la invocarías —murmuré con diversión, girándome hacia la entrada donde Arim estaba parada, con una sonrisa descarada en su rostro.

Totalmente ella.

—Oh, no me detendré. Es un pasatiempo que me alegra el día —respondió ella mientras avanzaba hacia el mostrador. Traía un montón de libros y una actitud que parecía recién sacada de un reality show.

—Buenos días, Park Arim —saludé, inclinándome ligeramente en un gesto burlón—. ¿Qué libro necesitas ésta vez? ¿O solo viniste a criticar mi vida?

—Ambas cosas, como siempre. Pero primero necesito una recomendación de libros. Tengo una presentación sobre modelos financieros y no quiero sonar como un robot que no sabe de lo que habla.

—Qué bueno que lo admites. Te falta mucho para ser convincente en algo que no te interesa.

Ella fingió una expresión de indignación y se llevó una mano al pecho.

—Qué cruel, Jungkook. Pero admito que no me ofendes, porque tienes razón.

Me puse a buscar algunos libros que le podían servir, mientras ella me seguía, mirando curiosamente las estanterías.

—¿Qué pasa contigo últimamente? —preguntó de repente, rompiendo el silencio.

—¿Qué debería pasar?

—Pareces menos gruñón. Incluso diría que te ríes más.

—Me veo igual.

—Oh no — negó —. Te ríes mucho conmigo.

—Tal vez estoy aprendiendo a soportarte.

Ella rió suavemente.

—No me hagas caso. Solo me da curiosidad. Eres una especie de acertijo, Jungkook.

La miré por encima del hombro y me encontré con su mirada. Era intensa, pero no en el sentido intimidante, sino en uno que parecía querer desentrañar algo más profundo.

—Aquí tienes. Estos libros deberían ayudarte con tu presentación. —Le extendí tres títulos, rompiendo el momento.

Volteé a ver a Jurin, quien me miraba con una ceja alzada, sin comprender quizás el cambio de actitud que estoy teniendo con Arim.

Tampoco le iba a decir que por espiarla es que pudimos amigar un poco más.

—Oh, ella está completamente celosa, ¿le dijiste que tengo novio?

Volteé hacia la chica odiosa-mitómana-criticona cuando la escuché y arrugué mi nariz.

—¿Por qué le debería dar explicaciones? No somos nada.

—No me vengas con tus mentiras aquí, galán — negó con su dedo mientras cerraba sus ojos —. Se nota que te mueres por ella y ella por ti, ¿por qué otra razón tendrías su lengua metida en tu boca en cada oportunidad que se presente?

—Porque solo son besos, Arim. No tengo tiempo para tener una relación. No puedo llevarla a citas, ni salir a algún lado con ella. Ni siquiera puedo llevarla a tomar un mísero helado... — comencé explicando de manera muy calmada y terminé totalmente exasperado.

Odiaba todo esto.

Arim atinó a palmear mi hombro con bastante brusquedad. Tan sutil como siempre.

—Lo lamento. ¿Puedo hacer algo por ti? — preguntó con amabilidad.

—Estoy destinado al sufrimiento, tranquila.

—Ah, que exagerado. ¿Algún día me contarás por qué trabajas tanto como un esclavo?

—Cuando tú me cuentes el porqué debes estudiar algo que no te gusta y el porqué te viniste a vivir aquí.

—¿Eso no es obvio? Mis papás tenían una empresa de cuidado facial, masajes, un spa muy reconocido, cabe aclarar, pero malas gestiones hicieron que sus acciones cayeran en picada, ya sabes, economía — le restó importancia, porque de seguro ella tampoco entendía el tema y se las quería dar de inteligente. — tardaban en pagarle a sus trabajadores, comenzaron a pedir préstamos para poder solventar gastos, pero el costo estaba siendo muy alto. Lo demás fue la caída inevitable — se encogió de hombros.

—No tenía idea quienes eran.

—Aish, cierto que no tienes vida y no conoces a nadie mas que gente del sector.

—No tienes que recordármelo a cada rato —murmuré cansado.

Ella guardó silencio un momento.

—¿Sabes? Deberías tomarte un respiro de vez en cuando. Aunque sea para salir a tomar aire.

—¿Y tú? —repliqué sin mirarla—. ¿Cuándo te tomarás un respiro de fingir que todo está bien?

Ella me lanzó una mirada que podría haber matado, pero en lugar de decir algo mordaz, suspiró.

—Touché.

Regresamos al mostrador donde Jurin aún estaba, ahora fingiendo estar concentrada en reorganizar algunos papeles, pero claramente con un oído puesto en nuestra conversación.

—Entonces, ¿vas a sacar más libros o de verdad solo viniste a criticar mi vida? —pregunté mientras acomodaba los libros que  Arim había traído de vuelta y digitaba los nuevos.

—Ambas cosas. Pero también vine a darte esto —sacó un par de caramelos de su bolsillo y los dejó sobre el mostrador—. No quiero que digas que soy una aprovechada.

—¿Un caramelo es suficiente pago por mi paciencia? —respondí con sarcasmo, pero agarré uno de todos modos.

—Es más de lo que recibes normalmente, así que agradece. — Su tono era burlón, pero su sonrisa tenía algo de genuinidad. —Gracias. Y, por cierto... —Se inclinó un poco más cerca—. ¿A qué se debía tu concentración en el celular hace un rato?

Me quedé helado por un segundo. ¿Cómo demonios supo eso?

—Nada importante.

—Mmm... seguro. Solo ten cuidado, Jungkook. Si estás espiando a alguien, es posible que esa persona también te esté observando.

Parpadeé, y ella sonrió con malicia antes de girarse y salir, dejando un aroma dulce tras de sí.

Jurin se acercó en cuanto Arim se fue, con los brazos cruzados.

—Esa chica es un peligro.

Parpadeé en reiteradas ocasiones antes de volver en sí.

—Tú también lo eres, de otra forma, claro está.

—Oh, por favor. Yo solo soy adorable.

—Sí, claro —respondí, pero mi mente estaba todavía en las palabras de Arim.

¿Era posible que supiera que había estado mirando su perfil? Y lo más inquietante: ¿realmente estaba observándome también?

Esto definitivamente no era un enemies to lovers amigas. Simplemente a Jungkook le caía mal la actitud de Arim, que aunque si sea bocona, sarcástica y sincera, era así en un comienzo porque era su método de defensa al estar en un lugar desconocido.

Aclaro esto porque después alguien dice "¿y solo siete capítulos duró su enemistad?", quizás nadie lo piense, pero por si las moscas JAKSKSKSK

Además, la Arim le está haciendo gancho con la Jurin, ¿qué puede salir mal con eso?

¡Ya llegó a 1k! Muchas gracias por darle una oportunidad 🫶🏻.