12.
❝ imprevistos ❞
Caminaba con las manos en los bolsillos lentamente, mientras pateaba algunas piedras que estaban frente a mi. Me dolía la cabeza y sentía unas tentativas ganas de cerrar los ojos para pasar a la vida eterna.
Ese era un plan espectacular.
A mi lado, también cabizbaja, caminaba Arim, con su bolso lleno de libros. Se veía exhausta y me compadecí de ella, por la misma razón le quité su bolso de lujo para llevarlo yo.
—¿Qué haces?
—Te ayudo, ¿no?
Ninguno decía mucho y todo porque lo que aparentaba terminar siendo un día espectacular, resultó de todo, menos eso.
『
Estaba viéndome frente al espejo, repasando mentalmente cada detalle de la cita con Jurin. Era la primera vez en años que planeaba algo así, y no podía negar que me sentía extrañamente nervioso. Creo que no he salido con alguien desde que estaba en mi época escolar y solo fuimos a comer tteokbokki con aquella chica que llamaba mi atención, pero nunca mas volvió a hablarme.
¿Será una buena elección ésta ropa?
Cuando había decidido que así estaba bien para no seguir complicándome la vida, mi celular vibró insistentemente sobre la mesa.
—¿Hola?
—¡Jungkook! — abrí mis ojos de par en par al escuchar aquella voz. Era el gerente del supermercado, y su tono me erizó la piel—. ¡¿Por qué no estás aquí?! ¡Acaban de intentar robar la tienda!
—¿Qué? —solté de manera torpe y me agarré el cabello —. ¿Está todo bien? ¿Hay heridos?
—No, pero... ¿Por qué no estás trabajando? ¡Tú eras responsable del turno de hoy!
Mi mente se quedó en blanco sin saber que decir, porque en definitiva él no podía saber que dejé a cargo a Arim. La confianza entre el gerente y yo siempre había sido buena, pero esta situación era algo completamente distinto.
—Voy para allá —dije sin titubear, dejando el saco sobre la cama.
El trayecto hacia la tienda se sintió eterno. Mis pensamientos eran un torbellino. ¿Por qué no pensé en las posibles consecuencias? No solo estaba poniendo mi trabajo en riesgo, sino que había arrastrado a Arim conmigo.
Cuando llegué al lugar, todo era un caos.
La puerta de vidrio estaba destrozada, algunos estantes volcados, y los empleados reunidos al fondo. Localicé a Arim casi de inmediato, sentada en el suelo, aún abrazando una libreta.
De manera instintiva me dirigí a ella.
—¿Estás bien?
Ella me observó detenidamente y se aferró aún más al libro que tenia en sus manos.
—Sí, estoy bien. Solo fue un susto —respondió, pero su voz no sonaba tan segura. Me preocupé el doble.
Antes de poder decir algo más, el gerente apareció como un huracán a punto de dejar caos alrededor.
—¡Jungkook! Esto es inaceptable. Tú eras el encargado. ¿Qué hacías fuera de tu puesto?
—Lo siento, señor. Yo...
—No quiero disculpas. Si no fuera porque Arim estaba aquí, esto podría haber terminado peor. No creo que podamos seguir confiando en ti — dijo mientras negaba decepcionado. Comencé a negar repetidas veces y sentí que se me iba el aire al escuchar esas palabras.
No, no, no.
—Señor, necesito el empleo, yo...
—Espere, señor —Arim intervino, poniéndose de pie de inmediato cuando escuchó esas palabras—. Esto fue idea mía. Yo le pedí que me diera este turno para aprender a manejar más responsabilidades. Él solo accedió para ayudarme, no tiene la culpa de nada, incluso me llamaba en todo momento si necesitaba algo.
Él la miró con desconfianza, como si no pudiera creer todo lo que salía de los labios de la castaña.
—¿Es cierto?
Asentí, incapaz de encontrar palabras adecuadas. No era bueno mintiendo como lo era Arim.
—Sí, es cierto —agregó ella con firmeza—. Jungkook no tiene la culpa.
El señor Choi suspiró pesadamente y llevó su mano al puente de su nariz.
—No sé qué están tramando, pero esto no puede volver a suceder. Si pasa algo así otra vez, ambos estarán fuera. ¿Entendido?
Cuando se alejó, dejé salir el aire que había estado conteniendo sin notarlo. Cerré mis ojos y toqué mi pecho, sintiéndome mareado. Realmente no podía permitirme perder el empleo.
No podía dejar de pagar.
—Gracias —dije en voz baja y abrí mis ojos para observarla con gratitud—. No tenías que hacer eso.
—Tampoco iba a dejar que te despidieran por algo que, técnicamente, no fue culpa de nadie.
—Lo sé, pero yo...
—Olvídalo.
Suspiré con pesadez al momento en que acariciaba su hombro.
Esa noche, mientras ayudábamos a limpiar el desastre, una idea rondaba mi mente y es que al parecer, en medio de todo el caos, Arim siempre parecía estar ahí, ayudándome.
』
La noche se había vuelto silenciosa mientras caminábamos hacia casa.
El supermercado seguía en mi mente, al igual que el tono de voz molesto de Jurin en la llamada que terminó hace un rato.
—No puedo creer que canceles de última hora, Jungkook. ¿Qué clase de persona hace eso? —me había dicho con un tono que oscilaba entre la decepción y la ira. Y lo tenía mas que merecido.
Intenté explicarle la situación, pero todo lo que recibí a cambio fue un "Hablamos luego" antes de que colgara. Ahora, mientras el frío aire nocturno golpeaba mi rostro, me sentía agotado, como si hubiera cargado un peso inmenso durante todo el día.
Arim caminaba a mi lado, más tranquila de lo que esperaba, considerando todo lo que había sucedido. Giré la cabeza hacia ella, y fue entonces cuando lo noté. Un pequeño corte en su cuello, justo debajo de la oreja, apenas visible bajo la luz de los faroles.
No podía ser cierto.
—Espera. —Detuve mi andar, girándome hacia ella.
—¿Qué haces? —murmuró mientras intentaba apartar la mirada, sorprendida por la forma en que moví con cuidado su cabello hacia un lado.
—Me dijiste que solo había sido el susto, Arim... —murmuré con el ceño fruncido. Ella soltó un leve suspiro, como si mi preocupación fuera innecesaria.
—El tipo me amenazó, pero no pasó nada más, no te preocupes.
—¿Qué no me preocupe? —dije, la frustración comenzando a ganar terreno—. El gerente tiene razón, yo debía estar ahí junto a ti, y por pensar en estupideces, mira lo que ocurrió. Pudo haber sido mucho peor y...
Levanté la vista para encontrarme con sus ojos, redondos y tan llenos de algo que no lograba descifrar. Era como si pudiera ver más allá de mi fachada, más allá de mis disculpas y arrepentimientos.
—Lo siento, de verdad... —murmuré una vez más, sin alejarme de ella.
Arim negó suavemente con la cabeza con expresión relajada.
—Olvídalo. No te martirices, estoy bien. —Hizo una pausa y luego señaló mi cara con un dedo juguetón—. ¿Por qué luces como el gato con botas? Te ves terrible. No, espera... —chasqueó la lengua como si acabara de recordar algo—. Claro, se arruinó tu cita. Lo lamento.
—Se enojó. —Me encogí de hombros, sintiéndome aún más cansado—. Nunca tendré novia así.
—A lo mejor la vida te tiene otras cosas preparadas.
—¿Cómo qué? —pregunté con un suspiro pesado—. Siento que solo me da desgracias y dolores de rodillas.
Arim soltó una risa suave y espontánea que alivió un poco la tensión en el aire.
—Llegará a tu vida una mujer que te ame y acepte todo de ti. Y sí, eso incluye tu ajetreada vida y tus dolores de rodillas. Ánimo, alien lindo. — mencionó dándome un pequeño beso en la mejilla, dejándome sorprendido. Se separó para comenzar a caminar, pero yp seguía ahí, sin poder moverme. Volteó lentamente para hacer un ademán con su mano — vamos, comienza a hacer mucho frío y es tarde.
Su tono ligero y su sonrisa lograron arrancarme una leve curva en los labios, troté hacia ella y seguimos nuestro camino hablando de cosas triviales para olvidar un poco lo amargo del día.
Tal vez tenía razón. Quizás podía encontrar a alguien que aceptara todo de mí. Quizás no todo estaba perdido.
Ustedes cuando Jungkook invitó a Jurin a una cita
Ustedes cuando se arruinó por completo
KSLAKSLAMSK son cosas imprevistas pues, ¿el destino quiere decir algo? 🧐
Espero les haya gustado los dos capítulos, nos estamos leyendo, ¡gracias! ❤️❤️❤️.
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