
68
Yoongi sintió que las palabras lo atravesaban como cuchillos. Quiso defenderse, gritar que no era cierto, pero una parte de él sabía que había algo de verdad en lo que el hombre decía.
—No estoy aquí por eso. —insistió, su tono más firme esta vez. —Estoy aquí porque quiero hacer las cosas bien.
—Si realmente quisieras hacer las cosas bien, habrías estado allí desde el principio. —El hombre dejó escapar un suspiro, cruzándose de brazos mientras lo observaba detenidamente. —No habrías esperado hasta que te sintieras reemplazado para aparecer.
—No sé quién te crees para juzgarme. —dijo entre dientes. —Pero no voy a rendirme. —Yoongi dio un paso hacia él, su frustración evidente. —No importa lo que pienses, ni tú ni nadie va a impedir que intente ser parte de la vida de mi hijo.
El hombre soltó una pequeña risa, como si las palabras de Yoongi le resultaran infantiles.
—Puedes intentarlo todo lo que quieras, Yoongi. —Encendió su cigarro. —Pero al final, no se trata de ti, se trata de Jimin y de lo que él quiere y, hasta donde yo veo, él ya tomó una decisión.
Yoongi permaneció en silencio, sus palabras atascadas en su garganta.
—Hazte un favor, muchacho. —El tío de Woozi se dio la vuelta, dispuesto a dejarlo ahí, pero antes de irse, agregó una última cosa. —Antes de intentar recuperar algo que perdiste por tu propia culpa, pregúntate si realmente estás haciendo esto por ellos... o por ti.
Con eso, se marchó, dejando a Yoongi solo, con sus pensamientos pesando como una losa sobre sus hombros. Mientras lo veía desaparecer, la duda empezó a enraizarse en su mente. ¿Realmente estaba haciendo esto por Jimin y el bebé, o por el miedo de ser olvidado?
Yoongi se quedó inmóvil en el pasillo del centro comercial, con la mirada fija en el suelo y las palabras del tío de Woozi resonando en su cabeza como un eco constante. La rabia que inicialmente había sentido comenzó a disiparse, dando paso a una sensación de vacío y confusión.
"¿Lo estoy haciendo por ellos o por mí?"
La pregunta no dejaba de rondarle la mente mientras caminaba sin rumbo, perdiéndose entre la multitud. Por un momento, recordó el rostro de Jimin cuando lo vio en la tienda, esa mezcla de dolor, desconfianza y determinación que lo había golpeado más fuerte que cualquier palabra.
Finalmente, Yoongi encontró un banco en un rincón apartado del centro comercial y se dejó caer sobre él. Su pecho se sentía pesado, como si estuviera cargando una montaña de arrepentimiento. Sacó su teléfono del bolsillo y, tras dudar unos segundos, abrió la galería de fotos.
Ahí estaba una imagen de Jimin, tomada mucho antes de que todo se desmoronara. Estaba sonriendo, con el sol iluminando su rostro, y Yoongi apenas pudo soportar mirarla. ¿En qué momento había dejado que las cosas llegaran tan lejos?
Por primera vez, se permitió ser completamente honesto consigo mismo. Había algo que quería recuperar a Jimin y al bebé, pero no por las razones correctas. Lo sabía, aunque le doliera admitirlo. Quería reparar su orgullo herido, quería demostrar que todavía tenía un lugar en sus vidas, pero no había pensado realmente en lo que ellos necesitaban.
Se pasó las manos por el rostro, dejando escapar un largo suspiro.
—¿Qué estoy haciendo? —murmuró para sí mismo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro