Esta historia también me vino en un sueño, se desarrolla en el universo alternativo en que todos son humanos, aunque pueden imaginárselos igual como tortugas, mi favorita es la versión del 2012 en cuanto a diseños, de ahí me encantan las personalidades del 2007 y 2003, excepto la de Mikey que me gusta más la versión del 2012.

Las Tortugas Ninja no son mías, ahora pertenecen a Nickelodeon.

Adoro a Leonardo.

Detalles de los personajes:

Ethan: pelinegro, 19 años

Anabelle: castaña, 15 años

Alexander: rubio, 15 años

Eric: pelirrojo, 16 años

Espero que les guste esta historia sacada de mi retorcida imaginación :)

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En el futuro...

-¡Nos traicionaste!

-¡No! ¡Solo déjenme explicarles!

-¡¿PARA QUÉ?! ¡PARA SABER CÓMO TE UNISTE A ÉL! ¡ES NUESTRO ENEMIGO!

-Raphael, escúchame... hermano... por favor...

-¡¿HERMANO?! ¡NUNCA VUELVAS A LLAMARME ASÍ! ¡A NINGUNO DE NOSOTROS!

Raphael se giró y por un momento sintió culpa al ver esos ojos rojos por la irritación que no paraban de soltar lágrimas, los cuales, expresaban un profundo dolor y miedo a la vez.

Miedo de su familia.

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-¡RAPHAEL! ¡DESPIERTA!

El hombre pelirrojo se sentó de golpe en el sillón en dónde se había dormido, su esposa lo miraba preocupada.

-... ¿Qué pasó?...

-No lo sé, acabamos de llegar, cuando te vi estabas llorando, cariño...

-¿Llorando?...

-Hijo, ¿qué soñaste? –Tang Shen se acercó un poco a ellos, sabía que su nuera a pesar de no comprender lo que sucedía siempre trataba de calmar a su segundo hijo

-Solo.... Recordé el peor error de mi vida

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En el pasado-presente en que están nuestros protagonistas... 

Ethan se sonrojó al verla, contuvo fuertemente las ganas de llorar sin saber si era por felicidad, tisteza o rabia.

Raphael y Donatello malinterpretaron ese sonrojo, después de todo y aunque estuviera en ese estado, ella era bonita.

Los tres primos intercambiaban la mirada entre Ethan y la recién llegada que permanecía de espaldas y aún no se había percatado de ellos, la vieron quitarse la gabardina lentamente, dando paso a una extensa cabellera del mismo color que la de su primo, ella se giró un poco y pudieron apreciar un pequeño bulto en su estómago.

-¡Anewe!

Miguel Ángel pasó como un borrón naranja frente a ellos, por un momento temieron que la tacleara, pero al contrario, llegó a ella y la abrazó suavemente.

-Okaeri...

-Mikey... -se rió ella- Si sigues así, asustarás a tu sobrino con tanto amor

-Imposible, ¡Yo seré su caballero andante!

-Mikey, ya te dije que no estoy segura si será niña o niño, el doctor me dijo que eso se ve en el quinto mes –explicó colgando su abrigo

Anabelle observó a la recién llegada sin poder creer lo que veía, había visto algunas veces la única foto que tenía Ethan de ella a la edad de quince años. Su padre, tíos y abuelos les habían asegurado que era la única foto que quedaba después de haber perdido los álbumes de la familia hacía varios años, Annie nunca imaginó que ella pudiera verse más bonita que entonces. Ella pensó que Ethan debía estar muy feliz en ese momento, no todos los días se podía conocer a tu madre fallecida. Sin embargo, al mirar todo el panorama se percató de que su tío Rapha lucía enojado, la abuela reía de lo que decía el tío Mikey, su padre tenía una expresión neutra y el abuelo acaba de hacer una reverencia y se ha retirado sin siquiera ver a su hija. Leonora pareció verse triste unos segundos y luego sonrió nuevamente ante una pregunta del tío Mikey, parecía que él era el único de sus tíos que estaba feliz con la situación y Anabelle no pudo entender ninguno de los comportamientos de su familia.

Eric, por su parte, no entendía la forma de actuar de su padre, Leonora se acercó a ellos y él solo gruñe antes de marcharse rápidamente al segundo piso. La expresión de su tía decae un poco pero se recompone, sin embargo no ha quitado ese brillo de culpa de sus ojos. A Eric le pareció increíble que su primo y su tío pudieran parecerse incluso en ciertas expresiones faciales. Recordaba que, en su niñez, Raphael siempre solía decirle a Ethan que se parecía mucho a su madre y cuando lo decía, él la recordaba con tanto cariño al igual que sus otros tíos y abuelos. Se preguntó qué había sucedido para que su padre y abuelo no le dirijan ni la palabra.

Alexander comparó el momento con el escenario más confuso de una telenovela antigua. Su padre había parecido culpable cuando dijo aquello en la fiesta de cumpleaños, pero ahora en el pasado se veía tan alegre e incluso hacía muecas raras al estómago de mi tía sacándole risas. El pudo notar la tristeza de la mujer por las reacciones del abuelo y del tío Rapha, podía verlo en sus ojos y sabía que su padre también. Al regresar la mirada a la versión joven de su progenitor, se alarmó. Miguel Ángel estaba enojado con Donatello por su frío saludo, aún así fue extraño para Alex cómo su padre solo transformó esa ira en malos chistes cuando en el futuro expresaba su enojo abiertamente y su madre debía calmarlo. Escapó completamente de su lógica el cómo la forma de ser de su padre había cambiado tan radicalmente. La mirada de su tía por fin se fija en ellos, los visitantes, sus ojos se detienen en Ethan un momento, se sorprende unos segundos y luego le sonríe como solía hacerlo la mamá de Alex para él cuando regresaba de la escuela. Esa sonrisa que transmite tranquilidad y a la vez cariño. Alexander se preguntó si tal vez Leonora... Sacudió la cabeza alejando el pensamiento, era imposible, los cuatro habían ocultado muy bien sus esencias, era imposible que ella se dé cuenta cuando ni su abuelo lo hizo.

-¡Te vas a sorprender con lo que te voy a contar, Anewe! –exclamó notoriamente emocionado a su hermana que se sentaba tranquilamente junto a su madre

No quería incomodar a su hermano inteligente sentándose a su lado.

-Mikey, respira te va a dar algo si sigues así... -habló suavemente sin despegar los ojos de Ethan

Azul con azul chocaban.

Y Donatello lo había notado.

-¡Ellos vienen del futuro!

-¡¿En serio?!

Ethan sale de su estupor y ríe un poco, su madre era tan mala como él para fingir sorpresa.

-¿Quién te lo dijo, Leo? –exigió saber el menor

Ella solo se rió.

-Lo siento Mikey, mis fuentes son confidenciales

Solo eso le bastó al rubio para saber quién le había quitado el chisme.

-¡RENET! ¡¿POR QUÉ LE DIJISTE?!

Los cuatro primos no pudieron verse más sorprendidos, era la primera vez que oían ese tono infantil en su tío.

-Iré a mi laboratorio, quedé con April mañana y debo terminar el programa que le prometí

A Anabelle le picaban las manos de la curiosidad por saber que era lo que iba a crear su padre, cerró los ojos tratando de calmarse y al abrirlos se topó con la mirada divertida de su tía sobre ella.

Se sonrojó sin saber la razón.

-Donnie... -el castaño se detuvo ante el llamado de su hermana mayor- No tardes mucho por favor, ya es de noche y debes descansar

Él solo asintió y continuó el camino a su santuario lleno de máquinas y sustancias químicas.

-¿Renet te contó todo?

-No madre, solo me dijo que venían del futuro y que no podían regresar hasta cierto tiempo –centro su atención en los cuatro- Como vienen del futuro me imagino que ya saben mi nombre, perdón por no poder saludarlos adecuadamente pero no puedo hacer reverencias en este estado, lo lamento

-¿Eh? ¡Ah, yo digo... no tiene que disculparse! Nosotros somos los que debimos haberla saludado en primer lugar...

En su vida, los tres menores habían visto a su primo mayor tan nervioso. Era divertido y desconcertante al mismo tiempo.

-Bueno, entonces dejaremos las presentaciones para mañana, debemos descansar, sobre todo tú, hija, recién llegas de tu trabajo y no debes hacer esfuerzos, Miguel Ángel, por favor acompaña a tu hermana a su habitación

-¡Hai!

Tang Shen se levantó y fue a la cocina, los cuatro por instinto hicieron una reverencia de despedida y regresaron al cuarto de huéspedes lo más rápido que pudieron.

-Oye Leo, ¿No te parece raro que no preguntaran dónde queda el cuarto de huéspedes?

Ella sonrió antes de quitar la vista del camino de los jóvenes.

-Para nada Mikey, recuerda que ellos vienen del futuro probablemente se hayan quedado a dormir aquí muchas veces

-¡Oh claro! Ahora que me acuerdo, dijeron que eran aprendices del futuro Donnie

-¿Ves?, no hay nada de qué preocuparse

-Sí, y ahora... -de un momento a otro tenía a su hermana cargada al puro estilo princesa

-Mikey, bájame, puedo caminar... -intentó calmadamente

Leonora sabía que su hermano menor la cuidaba de esa forma con las mejores intenciones pero a veces eso la ahogaba, además, se suponía que ella era la mayor no él.

-Estás cansada, y mi sobrino igual, ambos deben recibir mimos debes en cuando, Onee-chan

-Arigato, Ototo –suspiró cerrando los ojos, en verdad le hacía falta dormir

Miguel Ángel sonrió sinceramente, notaba lo preocupación de su hermana por ellos, en especial cuando iban de patrullaje, ella ya no podía acompañarlos y eso la estresaba, ella era muy sobreprotectora aunque no lo notara por sí misma.

-Ay... sobrinito o sobrinita, si tu madre es sobreprotectora con nosotros que somos sus hermanos, qué será contigo siendo su hijo o hija –susurró más para sí que para ella

De todas las cosas posibles, a Miguel Ángel jamás se le paso por la cabeza, que nunca llegaría a conocer esa faceta de su hermana.

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Ethan caminó pensativo, estaba seguro de que eran aproximadamente las tres de la mañana, desde niño tenía la costumbre de levantarse a esa hora, beber té y regresar a dormir.

Una vieja costumbre que no le había contado a nadie.

De repente, sus sentidos lo pusieron alerta, la luz de la cocina estaba encendida. Se ocultó lo mejor que pudo y fue acercándose poco a poco.

-No necesitas hacer eso, sé que estás ahí, mejor pasa y acompáñame un momento

El tono amable y suave de la voz lo hizo relajarse, el joven ninja del futuro se sorprendió un poco al encontrar despierta a su madre a esas horas.

-¿Quieres un poco de té de manzanilla?, te ayudará a dormir –le ofreció alzando ligeramente la tetera

El chico solo pudo asentir, se había quedado mudo y ella solo le sonrió.

-¿Te comió la lengua el gato? Porque parece que solo estoy yo haciendo un monólogo –le reprochó con algo de gracia en su voz

-No... es solo que... -tomó asiento sin perderse cada movimiento de la mujer frente a él- No estoy acostumbrado a la compañía a estas horas

-Ni yo, pero para todo hay una primera vez, pequeño –concluyó vertiendo el líquido con elegancia y paciencia- Pero yo pensé que estarían acostumbrados a estar despiertos a estas horas, ya sabes, por el patrullaje...

-No, siempre terminamos el patrullaje a las once si no hay proble...

Ethan casi se muerde la lengua al percatarse de su error, regresó a ver a Leonora que lo observaba divertida por lo fácil que había caído en su trampa.

-¿Cómo lo supo?

-Fácil, la técnica que usan para esconder su esencia es buena, sin embargo al estar embarazada soy más sensible, por eso pude darme cuenta, de otro modo me hubieran engañado a mí también –explicó antes de sentarse y llevarse su taza a la boca

-¿No está molesta?

-¿Por qué lo estaría? Entiendo el por qué decidieron esconder que eran Hamato y los apoyo en eso, pero sé que en algún momento los descubrirán, por cierto, ¿Podrías dejar de hablarme de usted, Ethan?, se siente extraño que mi hijo me trate con esos formalismos

-Sí mamá -accedió sabiendo que no serviría de nada negarlo- Pero ¿cómo lo sabes?, la esencia solo dice si estamos relacionados de sangre no la clase de parentesco que tenemos

Ella sonrió con nostalgia mientras dejaba su taza en la mesa.

-Cuando te miré por primera vez, me di cuenta de que eres muy parecido a tu padre cuando era un poco más joven, excepto por los ojos, esos se parecen mucho a los míos –se acercó y le acarició levemente la mejilla- No sabes cuánto me alegra saber que mi hijo crecerá sano y fuerte, y encima será un joven muy atractivo

Ethan ocultó sus ojos de ella, Leonora notó que algo de lo que había dicho le hizo daño a su primogénito. Con suavidad, hizo que el joven apoyara su cabeza en su hombro, comenzó a acariciarle la cabeza como solía hacer con sus hermanos cuando estaban mal, pero de eso ya hace más de cuatro años.

-Ethan, tú eres mi mayor tesoro y sin importar lo que pase, siempre voy a estar contigo cariño... siempre voy a cuidarte...

Esas simples palabras terminaron por provocar unos suaves sollozos en el joven. Solo por esa noche, decidió expresarle todo su dolor a su madre, quien, a pesar de que apenas lo conocía, le cantaba suavemente al oído, dispuesta a curar todas sus heridas.

Continuará...

Hola queridos lectores, espero que estén pasando unas felices fiestas y sino recuerden que en algún momento mejorará, como pronunciaron en "Sing": Es lo bueno de tocar fondo, cuando lo haces, solo puedes subir. Esperemos que para nosotros sea verdad.

Ya saben que los comentarios, floreros, tomates, entre otros son bienvenidos.

Cuídense

Miko Eiko