➂
Bianca
Mis palabras resonaban en la cabeza de los presentes, lo sabia por sus miradas fijas en mi, mostraban seriedad.
-Bien-Uno de los mas viejos se levanto rompiendo con el silencio de la habitacion y se acerco a mi- Si la pequeña quiere, necesitara ayuda-
Lo mire con los ojos abiertos de par en par, no me tomaron por loca.
-A partir de ahora esta chica-
-Bianca- Dije
-Si, nuestra pequeña Bianca, sera nuestra estudiante, si a ella no le importan los riesgos de esta profesion a nosotros nos importara menos lo que digan por guiarla a su sueño- Se veia tan seguro de lo que decia, sus palabras ya parecian practicadas.
Desde ese dia todo cambio para mi.
﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌
Aprendio rapido que cada dia debia esforzarse mas y mas, lo supo desde que le comenzaron a decir que corriera alrededor de la pequeña cabaña 2 veces o mas, todo dependia de lo que comia.
Sabian que tener a una niña en una cabaña con 7 hombres pareceria sospechoso, lo podrian malinterpretar todo y costarle la vida a todos, le consiguieron un trabajo en una pequeña panaderia que estaba cerca del palacio, si bien recorria largas distancias para entrenar cada dia, no le importaba, Azabache era quien la llevaba a la panaderia y la cabaña, se aseguraban de que nada pasara.
En las noches se concentraba mas en lo que hacia, el cansancio no era algo que ella se permitiese.
Mientras los soldados la veian cargar fardos de heno se preocupaban por ella y su bienestar, uno de ellos, Amadeo, se acerco a ella.
La mujer lo escucho por culpa de el sonido de su armadura.
Dejo el fardo de heno en el suelo, el cual apenas logro levantar. Se quito el sudor de la frente con su antebrazo y se sento sobre el heno viendo al hombre que se acercaba a ella.
-Bianca- Hablo con seriedad, ella levanto la mirada- Ve a dormir- Le ordeno con el mismo tono de voz.
-Pero...La luna aun no esta en su punto mas alto-
-Es una orden directa-
El cuerpo de la mujer se tenso ante su orden.
Ella misma se propuso a obedecer a los hombres para asi ir acostumbrando se a como seria estar en el castillo.
Obedecio sin rechistar, se levanto y al segundo cayo al suelo, sus piernas le temblaban.
-¿Ahora entiendes el porque debes ir a descansar?-
La niña rio levemente y se paso las manos por su cabello antes de levantarse lentamente estando apoyada por el soldado.
Entendio que el esfuerzo era bueno, pero que pensara tambien en la resistencia de su cuerpo.
——————✧◦♚◦✧——————⋆
Bianca
Debio pasar mucho tiempo desde que mi vida se transformo en una aventura para ser una guardiana del palacio.
Creci bastante ¿Cuanto tiempo habra pasado desde que deje a mamá sola? Cada dia la extrañaba mas y mas, pero se que la volvere a ver, en este mundo o en otro.
Hoy fue un dia distinto, aquellos que me estaban entrenando partieron sin decirme nada Dios sabe donde pero no me importo, sabia que debian tener una mision urgente, cuando vuelvan les preguntare decia...Que idiota fui.
Amasaba lentamente frente a la ventana viendo a la gente pasar, se notaba que el lugar de gente aristocrata por la forma en que vestian.
La campanilla que colgaba de la puerta sono anunciando que alguien habia entrado, levante la mirada, era un cliente recurriente.
-Bienvenida- Dije dejando la masa cubierta con un pedazo de tela para que las moscas no se posaran sobre ella, fui hacia la clienta recibiendo su sesta- ¿Lo de siempre, señora?- Dije mientras que de un pequeño sector cerrado que tenemos cubierto con tela sacaba algo de pan.
Ella no me respondio ni con un "Si" ni un "No" simplemente se quedo callada, me parecia una falta de respeto pero no dije nada, simplemente le di la cesta con el pan y ella me dio los doblones casi tirandolos sobre la mesa.
Suspire y los tome mientras ella salia del local.
-Por ser de la aristocracia no deben tratar a nadie asi- Dije en voz alta señalando a la nada, mi mente se paso mil maneras de contestarle a la mujer pero no queria perder mi empleo.
Guarde los doblones en un lugar seguro esperando a que llegara mi jefe pero en vez de eso vi como un monton de gente entraba a la tienda casi empujandome.
No dije nada pero ellos estaban murmurando mientras veian por la ventana.
Las personas se mantenian muy cerca de los edificios dejando pasar a varias carretas con personas sobre estas, los caballos jalaban de estas. Habian regresado de un combate.
Comence a empujar a la gente para que me dejaran ver lo que sucedia.
Sali del local viendo como muchos de los presentes lloraban desconsolados, muchos soldados dieron su vida por el reino y los traian sobre carretillas como si fueran nada. Enseguida una chispa hizo que mi cerebro se activara...Los soldados.
Casi empujando a la multitud de personas comence a correr, debia llegar a la cabaña, debia saber si ellos estaban bien. Si bien se estaban enojando muchas personas por lo que hacia no me importaba.
Azabache estaba unas calles mas lejos de mi pero eso no impidio que fuera hacia el para sacarlo del corral rapidamente y subir a el.
-¡A la cabaña!- Le grite antes de mover las cuerdas y este entendiera la señal de que debia correr hacia lo que era su hogar.
El viento golpeando mi rostro era lo menos importaba, me aferraba a la idea de que ellos estarian a salvo.
No habia nadie.
La cabaña estaba completamente vacia, no habia nadie a su alrededor.
Las lagrimas comenzaron a caer por mis mejillas, se fueron para siempre.
Todo el reino se dio cuenta de la falta de seguridad que habia por lo que abrieron la postulacion para hombres guerreros, si, exclusivamente hombres...
-Ay Azabache que hare ahora-
Le hable al caballo mientras lo cepillaba, ya era de noche y las estrellas eran lo unico que me acompañaban en mis pensamientos.
Sabia que las mujeres no estaban permitidas pero hace un tiempo crei que podria participar sin que se dieran cuenta pero mi busto crecio y se notaba bastante.
-Azabache ¿Crees que duela si me corto las tetas?- Dije en voz alta creyendo que recibiria una respuesta pero en vez de eso recibi un golpe con su cola, era mala idea.
Las pruebas eran en unos dias y no tenia mucho que hacer en ese lapso de tiempo mas que pensar en un plan para que no me descubrieran.
Deje de cepillar a Azabache y me sente en el suelo, mire las estrellas.
-Dios... Si estas alli arriba te pido que me des esta oportunidad, lo hare muy bien... solo dame una oportunidad-
Dije en voz alta suplicando le al cielo, me abrace a mi misma sin recibir ayuda de otros...pero si de mi mente.
Mire mi ropa, una tela blanca, bastante gruesa que conformaba la parte de arriba de mi vestido, surgio una idea.
Corri a la cabaña dejando a Azabache a las afueras de esta, prendi una vela y comence a quitarme mis prendas hasta quedar solo en interiores. Comence a romper mi ropa hasta volverla un pedazo de tela lo bastante larga como para cubrir mi busto con ellas.
Lentamente empece a enrollarla alrededor de mi cuerpo teniendo bastante presion, aprete mis pechos con fuerza para que se volvieran planos. Cuando termine comence a buscar entre las cosas de mis amigos soldados encontrando una camisa blanca, me la puse, me quedaba algo holgada pero suspire aliviada al ver que no se notaban la presencia de mis pechos.
Me mire en el vidrio de la ventana, mi cabello tambien era un problema.
Volvi a buscar entre las cosas de los soldados encontrando una cuchilla, comence a cortar por partes mi cabello, creo que me corte un par de veces mi cabeza pero debieron ser leves. No lo negare, como hombre me veo bastante guapo.
Estaba lista para todo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro