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8.- Todo claro.

Pasó mucho rato antes de que consiguiera hacer desaparecer la molestia en mi entrepierna, estar encerrado en un baño no era la mejor manera de calmar toda la maraña de sensaciones en mi cuerpo, una ducha fría, era imposible ahora, joder, ¿por qué su padre tenía que aparecer en el mejor momento? Cuando estoy seguro de que todo está en orden, me coloco la camiseta antes de atreverme a salir de la pequeña habitación que funcionaba como baño.

Cuando me acerco al borde de las escaleras, soy capaz de escuchar la discusión de las dos personas en la planta baja.

Recuerdo todas las veces que mi madre dijo que escuchar conversaciones ajenas era de mala educación, pero la curiosidad es más grande que mi sentido de la educación, así que me coloco a un costado de las escaleras, en un lugar en donde puedo escuchar con claridad, sin ser descubierto.

—Papá, justo ahora hay un amigo en el baño —pronuncia y sonrío al darme cuenta de que me está usando como excusa para salirse de la discusión que mantiene con su padre. —No queremos que nos escuche discutir.

—¿Un amigo? —el tono rudo con el que el hombre hablaba apenas hace unos minutos se ha trasformado por uno de curiosidad —¿y por qué no ha bajado?

—Seguro lo hará en un segundo —afirma Olivia.

Le doy una rápida mirada a mi atuendo, como intentando asegurarme de que estoy lo suficientemente presentable como para bajar. Gracias al cielo los moretones en mi rostro han desaparecido, así que puedo contar con que no habrá preguntas extrañas.

—Buenas noches —la mirada de las dos personas a un par de metros recae en mí cuando aparezco en las escaleras. —No quería interrumpir su conversación —me disculpo.

Olivia luce un tanto nerviosa, y en realidad no sé si se deba a lo que estuvo a punto de pasar hace unos momentos, o es por el encuentro que mantengo con su padre.

—No interrumpes nada importante —pronuncia —¿Son amigos? —eleva una de sus cejas, como si no creyera que eso era posible.

—Así es—murmuro —Mucho gusto, señor Brooks.

Extiendo una de mis manos en su dirección, una sonrisa complacida se apodera de sus labios mientras tiende la de él para tomar la mano que le ofrezco.

—¿Cuál es tu nombre? —inquiere.

—Luke —informo. Él arruga la frente.

—¿Luke, y qué apellido?

Antes de que pudiera dar una respuesta, Olivia responde por mí.

—Johnson —murmura. —Es Luke Johnson, un viejo amigo de la universidad, ha venido a la ciudad de visita —la observo con confusión, sin entender muy bien que es lo que ha ocurrido.

—Johnson —el hombre repite el apellido —No me suena —añade. Toma una inhalación antes de girarse hacia su hija —Como sea, Olivia te espero mañana temprano en la empresa, necesitamos hablar de los asuntos que dejamos pendientes —sentencia.

Me observa con detenimiento, me limito a sonreír con amabilidad mientras siento su mirada escudriñarme por completo. Como si quisiera encontrar algo, algún detalle que, por alguna razón, consigue inquietarme.

Cuando al fin nos da la espalda, Olivia lo sigue hasta la puerta. Luce verdaderamente aliviada de que su padre se marche, la observo soltar un suspiro mientras se apoya contra la puerta y cierra los ojos.

—¿Qué fue eso? —ella me enfoca, permanece en el mismo sitio antes de apartarse de la puerta y caminar en mi dirección. —¿Johnson?

—No fue nada —masculla mientras hace un ademán para restarle importancia.

—Liv, me inventaste un apellido y dijiste que éramos amigos de la universidad —objeto —¿por qué harías algo como eso? No pretendas que me quede con la duda.

—Luke, de verdad no tiene importancia —insiste con una sonrisa. Se acerca a mi cuerpo, colocando las manos sobre mi pecho y si no estuviera tan confundido, hubiese retomado sin problema lo que estábamos haciendo antes de la interrupción.

Sus labios rozan los míos y por una fracción de segundo, tengo la tentación de ignorar los cuestionamientos en mi interior y llevara de nuevo al sillón.

—Liv...—ella se adueña de mis labios, siento sus manos viajar desde mi pecho hasta la parte trasera de mi cuello, apegándome a ella —Brooks, no vas a escapar de responder —respondo apartándome de ella.

Resopla.

—Si decías tu apellido, él iba a reconocerte de inmediato —pronuncia y esa respuesta en lugar de aclarar su acción, solo me confunde más.

—¿Qué dices? ¿Por qué...?

—Mi padre y sus amigos a veces frecuentan la bodega donde peleas —confiesa —hacen apuestas y...—se detiene —él iba a saberlo.

El entendimiento me golpea. Comprendo lo que ha ocurrido, Olivia Brooks no quería que su padre se enterara que se relacionaba con un peleador. Joder, eso fue un golpe duro a mi orgullo ¿desde cuándo tenía la necesidad de cambiarme el apellido?

Una sonrisa irónica se apodera de mis labios, al mismo tiempo que chasqueo la lengua.

—Así que eso es —mascullo sintiendo un malestar instalarse en mi sistema —no quieres que te relacionen con un peleador.

No sé por qué me molesta tanto, no sé porque le estoy dando más importancia de la que debería.

—No —responde con firmeza —Luke, no es así.

—Hubiese sido más sencillo que dijeras que lo único que buscabas, era un buen polvo —las palabras abandonan mi boca tan rápido que no tengo tiempo para considerarlas —Te lo hubiese dado sin problemas desde el primer día.

Olivia luce ofendida ante mis palabras, me observa con molestia antes de dar un paso para quedar más cerca de mí.

—Yo no estoy buscando un polvo —aseguro —y si así fuera, ten por seguro que no me hubiese tomado la molestia de hacer todo lo que hemos hecho en el último par de semanas.

—Entonces, ¿qué? —acerco mi rostro al suyo —¿Buscabas un rato de diversión para molestar a papi?

Sucede tan rápido que no tengo tiempo de prever lo que hará.

Su mano se estampa con fuerza contra mi mejilla, volteo el rostro por el impacto antes de llevar una de mis manos a la zona en la que ha dejado el golpe.

—Eres un maldito idiota —sisea —largo, ahora.

—¿Te molesta que diga la verdad? —inquiero con los dientes apretados —¿Tan superior te crees que tienes que cambiarme el apellido para presentarme a tu padre?

Ella mantiene la mandíbula apretada, y esa es toda la respuesta que necesito.

—Bien, Brooks —mascullo retrocediendo un par de pasos —gracias por dejar todo en claro.

La decepción me invade mientras le doy la espalda y me encamino hacia la salida de la casa, el sentimiento de frustración se clava en mi pecho. El sonido seco que produce la puerta al cerrarse llena mis oídos.

Mientras bajo los escalones en los cuales la esperé por más de una hora, me detengo. No era su culpa, lo sabía ¿qué esperaba al involucrarme con una mujer como ella?

Evidentemente las peleas ilegales eran diversión para ella y su familia, su padre seguramente formaba parte del constante grupo de apostadores que creían que podían manejar las reglas del cuadrilátero a su antojo.

Giro, dispuesto a regresar para disculparme, pero algo lo impide. Si no fuese tan malditamente orgulloso, lo hubiese hecho.

Me cambió el jodido apellido, y dijo que era un amigo de la universidad ¿qué caso tenía volver y ofrecer disculpas si ella había decidido inventarse a otro Luke?

—A la mierda —mascullo con molestia, abandonando la idea de regresar a la casa. Aún con los puños apretados y el malestar en el pecho, consigo llegar hasta el auto.

Una vez dentro, enciendo el motor y acelero por la lujosa avenida en la que me encontraba, no había requerido más palabras para entender lo que Olivia había querido decir.

Lo dejo claro, dejo absolutamente todo claro.

El mal humor estuvo conmigo hasta la mañana siguiente, el malestar persistió en mi pecho aun cuando había hecho mi mejor esfuerzo para convencerme de que no pasaba nada.

Fracasé terriblemente, claro está.

Me detengo justo en la entrada del gimnasio, me encorvo mientras intento regular mi respiración agitada, apoyo las manos contra mis rodillas mientras inclino la cabeza hacia adelante.

—Vaya, eres medio minuto más rápido —pronuncia Carter bajando de un brinco del escalón en el que se encuentra.

—Buenas noticias al fin —bromeo —me aseguraré de decirle eso a Trevor.

Cuando he conseguido regular mi respiración, me enderezo. Había perdido varios días de entrenamiento gracias a los golpes que la pelea anterior me dejó, Trevor se había negado a dejarme entrenar, así que tuve con conformarme con hacer rutinas sencillas en casa, nada extraordinario.

—Lewis, tienes que ponerte al día —afirma Trevor —No quiero enterarme que tu rendimiento ha bajado en estos días.

—Todo lo contrario, parece ser que es incluso más rápido —Carter salta en mi defensa.

—Bueno, pues más te vale mantenerte de este modo —advierte Trevor —He hablado con el club.

Sus palabras consiguen captar mi atención.

—¿Y bien? —retuerzo la toalla que sostengo entre mis manos. Él sonríe.

—Dijeron que tienen lugar —asegura —solo tienes asistir.

Lo observo con incredulidad.

—¿Les dijiste mi apellido? —inquiero.

—Eh, no te des tanta importancia —pronuncia —seguramente ni te conocen.

Una sonrisa se filtra en mis labios mientras acorto la distancia y lo abrazo.

—¡Lewis, basta! —exclama intentando sonar rudo. —No me hagas arrepentirme. Les he hablado bien de ti —asegura.

—No lo hará, lo prometo.

—Hay un par de peleas en las bodegas, supongo que lo sabes ¿no?

Un leve asentimiento es lo que obtiene como respuesta.

—Si quieres continuar, no debes bajar la guardia —afirma. —Sabes lo que tienes que hacer. Y no dejes que te den otra paliza. —pide —porque entonces ningún club va a aceptarte.

Es todo lo que dice antes de darse la vuelta. Tomo un poco de agua antes de encaminarme hacia la zona en donde cuelga el saco de boxeo, mientras vendo mis manos, Carter llega a mi costado.

—¿Cómo va todo con Olivia? —inquiere. Escuchar la mención de su nombre hacer que el mal sabor de boca regrese, joder ¿por qué no podía dejar de pensar en ella? Todo había acabado, se había arruinado ¿por qué no solo era capaz de dejarlo pasar?

—No hay nada que decir —confieso sin mirarlo.

—Oh, vamos —murmura él sin creerme —es más evidente que entre ustedes hay algo, así que no lo niegues.

—No hay nada entre nosotros —afirmo con impaciencia. El vendaje en mis manos queda listo, así que muevo el cuello un par de veces antes de colocarme frente al saco.

Mis puños golpean la lona con fuerza, con golpes rápidos y coordinados.

—Vamos, Luke, no soy ingenuo —insiste.

Sino apreciara tanto a Carter, probablemente ya le hubiese dado un puñetazo en el rostro para acallar su insistencia.

—Carter, Olivia Brooks no quiere tener nada que ver con un peleador —mascullo con molestia solo porque sé que decirle lo que ocurre, es la única manera de que me deje en paz. —Así que, tal y como dije, no hay ni habrá nada entre nosotros.

Me inclino para tomar los audífonos de mi mochila y me los coloco, la música ruge por los auriculares mientras subo al máximo el volumen, y me concentro en dejar golpes en el saco que cuelga frente a mí.

Fui demasiado iluso al creer que entre Olivia y yo podría existir algo, aunque sea lo más fugaz, con solo mirarla podía darme cuenta que ella pertenecía a otro ambiente, ella no sale con chicos como yo y si lo hace, solo es por diversión.

Pudimos divertirnos, seguramente lo hubiésemos hecho de haber aclarado que no queríamos nada más, pero por un demonio que yo si quería algo más que llamarla mi amiga.

No me doy cuenta de que la fuerza de mis golpes ha aumentado hasta que el saco se mueve con fuerza hacia atrás, avanzando una distancia considerable.

Me había golpeado en el orgullo, algo así como un gancho al hígado que fue tan jodidamente doloroso para mi ego. Parecía tan orgullosa de llamarme Thunderbreaker, y de un momento a otro, todo se fue a la basura.

Tengo que apartarla de mi mente, no necesito esto ahora, no necesito que una chica sea mi distractor en los entrenamientos, debo seguir todo como lo había planeado, no hay tiempo para nada más.

Durante las siguientes horas, llevo a mi cuerpo a su límite, no me detengo en ningún momento hasta que me siento incapaz de dar un solo golpe más. No podía darme el lujo de rechazar peleas en la bodega, independientemente de lo que sucediera, había una reputación que mantener.

—Necesitas mejorar en tu rapidez —pronuncia Trevor cuando me encuentro arriba del cuadrilátero —de nada va a servir que seas fuerte, sino consigues golpear a tu oponente. Las peleas se han vuelto cada vez más salvajes, necesitas estar a la altura —advierte.

—¿Entonces...?

—Cambiaremos tu entrenamiento —afirma, hace un ademán hacia uno de los chicos que se encuentra abajo, él sube casi de manera inmediata, le da un par de guantas y protectores y lo coloca frente a mí.

—Veamos qué tan rápido eres —pronuncia con una sonrisa mientras le hace un ademán el chico para comenzar lo que sea que tiene planeado.

Me pongo en guardia, el chico también y por un par de segundos, permanece quieto, cuando me acerco y lanzo el primer golpe, él lo esquiva antes de dar un paso al frente, y golpear mi rostro.

—Primer error —señala —atacar y no cubrir, Lewis, pareces principiante —reprende Trevor. — Cuando lances un golpe, siempre mantén un antebrazo arriba, cubriéndote y siendo capaz de evitar que toque el rostro.

—Ahora se permiten toda clase de golpes, así que veamos cómo te defiendes.

Parece tener todo ensayado con los demás, de un momento a otro el chico frente a mi golpea mi costado derecho, luego se acerca hasta dejar un golpe en mi rostro y golpea mi pie, haciéndome resbalar, suelto un quejido cuando mi espalda golpea contra la lona del ring.

—Joder, Trevor...—el chico del cual ni siquiera conozco el nombre, coloca la punta de su pie contra mi cuello.,

—En este punto, ya estás en la posición para recibir una segunda paliza e ingresar de nuevo al hospital —pronuncia con molestia el entrenador —necesitas concentrarte, no debes tener miedo de atacar porque de lo contrario, terminarás saliendo en una camilla de ese ring.

Me incorporo, soltando un quejido que parece irritar a Trevor.

—Mañana te veo aquí a las seis de la mañana, comenzaremos con tu entrenamiento intenso porque no estoy dispuesto a dejar que vuelvan a dejarte tirado en ese ring —asegura.

Sonrío, antes que asentir y quitarme los guantes.

—Mañana a las seis —afirmo antes de bajar.

—No llegues tarde. —pide antes de darme la espalda.

Decido marcharme a casa después de eso, necesitaba descansar, mañana sería un largo día, y seguramente los restantes de la semana, también lo serían.

Hago la misma rutina, recoger mis cosas, ir a los baños, tomar una ducha e ir hacia mi auto.

Mi teléfono suena cuando estoy por salir del estacionamiento. Parecía que había dejado ir el malestar gracias al entrenamiento de hoy, pero en cuanto leo el mensaje de Olivia en la pantalla, sé que de nada ha servido.

"No fuiste solo un rato de diversión, Thunderbreaker. Lamento que lo hayas interpretado de esa manera ¿podemos hablar?

Si, si no sintiera mi orgullo y ego tan dañados, hubiese respondido que sí. Si no fuese un maldito orgulloso, lo hubiera aceptado. Pero para mí desgracia, ese era mi principal defecto.

Así que no respondo, elimino el mensaje, y termino lanzando el celular hacia el asiento de mi costado, un suspiro brota de mi cuerpo al mismo tiempo que recargo la cabeza contra el respaldo del asiento.

Si no fuese tan orgulloso la hubiese llamado, y yo también me hubiese disculpado, pero no fue así, solo la ignoré y ese, fue el principal error. 

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¡Holaaaa! 

¿Qué les está pareciendo la historia hasta este momento? ¡Espero que les esté gustando tanto como a mí!

¿Qué opinan de la relación de Luke y Olivia? ¿Cómo sienten a los personajes?

¡Me encantaría leer sus comentarios! 

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