56.- Guerra.
Canción - I will go to war - Tessa Thomson
El tiempo pasó más rápido de lo que me hubiese gustado admitir. Entre las sesiones de sparring, los entrenamientos de carga pesada, las prácticas e infinidad de ocupaciones más, el día del pesaje llegó.
Sería la primera vez que vería cara a cara a Zack luego de lo ocurrido. Hay una gran cantidad de reporteros esperando con ansias por nuestra entrada. Me acomodo el saco, tomando una profunda inhalación mientras observo a Bruno.
—Cualquier cosa que diga, solo ignóralo —dice con una leve sonrisa—. No pierdas el control.
—No planeo darle gusto—. Tom sonríe.
—No dirá nada, no le conviene —me recuerdas—. Muéstrate seguro, no caigas en sus juegos de provocación.
Asiento. El equipo de Staff nos informa que es momento de pasar. Soy el primero en entrar, los flashes de disparan en mi dirección mientras nos dirigimos hacia nuestros asientos, todo el equipo viene detrás de mí.
El sitio en el que se llevaría la rueda de prensa y pesaje era impresionante. Parece que Tom había hecho todo lo posible por dar una buena impresión, una más que buena.
Cuando Zack ingresa, las luces blancas de las cámaras también se disparan hacia él. No pierde el porte arrogante, caminando con suficiencia hasta llegar al otro lado de la mesa. Compartimos una mirada y cuando sonríe, la tentación que tengo de partirle la cara vuelve con más fuerza.
Estoy tenso, más de lo que me gustaría. Me repito mentalmente que debo mantener la compostura, que no debo perder el control.
Las preguntas comienzan, intento responderlas con tanta naturalidad como me es posible, pero entonces la pregunta de la que estaba escapando llega.
—Luke ¿Cómo te sientes de estar aquí otra vez? El incidente desafortunado que sufriste, ¿no afectó tu rendimiento?
—No —la firmeza en mi voz es evidente—. Me atrevo a decir que incluso fue algo que me hizo mejor.
—¿Crees tener mejor preparación ahora que el año pasado?
—Definitivamente, hace un año estuve listo para pelear, ahora estoy...
—Por favor, siete peleas, eso no hace ninguna diferencia —Zack pronuncia con burla—. Sigues siendo el chico de los barrios bajos. No se puede pretender mejorar en algunos meses, todos sabemos que te alejaste demasiado tiempo del boxeo.
—No le prestes atención —dice Tom—. Es lo que quiere.
—Como decía...—regreso mi atención a la entrevistadora—. Ahora estoy seguro de que tengo mejores oportunidades, me he preparado lo suficiente y sé que puedo tener ese cinturón en mi poder.
—Zack ¿Estás preocupado? Las apuestas no están de tu lado y hay rumores de que los patrocinadores se han retirado. Las apuestas están diez contra uno, ¿qué te dice eso?
—El público suele apoyar a alguien por el cual sienten lástima —una exclamación conjunta se deja oír y mi cuerpo entero se tensa—. Perdió a su mejor amigo, ahora quiere...
—¿Qué dices? —me incorporo—. ¿Quieres hablar de eso ahora?
Tom me toma del brazo, haciéndome retroceder.
—Una lástima que tu amigo no esté aquí para ver cómo te hago pedazos —la ira explota en mi sistema, me acerco y los guardias tienen que sostenerme para no lanzarme contra él porque no tolero que mencione a Carter.
Zack sigue gritando idioteces, su entrenador lo sostiene porque es evidente que también quiere una pelea ahora.
—¿Quieres hacerlo ahora? ¡Podemos hacerlo aquí! —bramo con furia—. ¡Al menos yo no soy un maldito criminal!
—¡Cálmate! —grita Bruno a mi costado, me empujan hasta sacarme del centro, los flashes desaparecen hasta que ambos salimos.
—¡Suéltame ya! —exijo. Me libero con brusquedad del agarre que ejerce en mí, la ira me llena, sabía que algo como esto podía pasar, era evidente que sucedería. Debí estar preparado.
Un grito brota de mí mientras impacto mi puño contra la pared, un ruido seco se deja oír, pero no siento dolor, estoy tan furioso que repito la acción y Tom tiene que detenerme.
—Vas a romperte la mano y entonces no habrá pelea —reprende.
—¡Es un maldito hijo de perra! —espeto en un grito—. ¡No tiene ningún derecho a hablar sobre él! ¡Ni siquiera a mencionar su nombre!
—Lo sabemos, pero tenerte así es justo lo que quiere. Luke, busca tus puntos débiles y acabas de mostrárselos. —Justin me observa—. Sabe que Carter es tu punto débil y si lo usó ahora, lo usará en la pelea, necesitas mantener el control.
Cierro los ojos, estoy apretando tan fuerte los dientes que duele un par de instantes después.
—Esto es justo lo que temía —masculla Justin—. No estás listo.
—¿De qué hablas? —inquiero con molestia.
—No estás listo para mirarlo a la cara, lo demostraste ahora. Ni siquiera mencionó el nombre de Carter y perdiste el control. Si lo hubieses golpeado, te sancionarían. Quiere que no te controles y cometas algún error para aprovecharse de eso.
—No tiene derecho a hacer referencia a Carter.
—Claro que no lo tiene y es perfectamente consciente de eso. Es la única manera que está encontrando para atacarte, no dejes que gane, no dejes que te sumerja en su juego.
Me dejo caer contra una de las sillas, enredando mis dedos contra mi cabello mientras cierro los ojos.
—Luke, físicamente has mejorado, tus técnicas, tus golpes, eres mucho mejor que hace un año. Pero la muerte de Carter es algo que aún no superas, que no dejas ir y me preocupa que eso te afecte, me preocupa que no puedas manejarlo sobre el cuadrilátero.
—No estaba preparado para escucharlo decir algo así —me defiendo—. Pero lo estaré a partir de ahora. Lo que ocurrió aquí, no pasará otra vez.
Los hombres frente a mí comparten una mirada.
—Realmente espero que sea así —dice Tom—. Tenemos que irnos.
Bruno y él salen de la habitación, pero Justin se queda.
—Estoy listo —repito—. No necesito que lo dudes ahora. No necesito que mi propio equipo dude de mí.
Extiende una de sus manos y la coloca sobre mi hombro.
—Realmente espero que lo estés—. Me observa por un par de instantes antes de darme la espalda y termina por salir de la habitación también.
El video del enfrentamiento con Zack dio la vuelta a internet, la palabra "criminal" se resaltaba en cada uno de los sitios en donde se colocaba. Mi padre me llamó furioso, reclamándome por haber perdido el control.
Parece que nadie consiguió entender lo que significó para mí que Zack se atreviera a mencionar a Carter, no dijo su nombre, pero no fue necesario.
Tom aumentó el número de guarda espaldas, no podía salir sin ellos siguiéndome, me sentía vigilado todo el maldito tiempo. Ni siquiera podía pasar tiempo con Less sin que ellos estuviesen a dos metros de distancia. Y se negaban a escuchar mis peticiones, parece que solo escuchaban a la persona encargada de pagarles el sueldo.
Olivia me llamó luego de que el video salió, parecía tan preocupada como todos y ni mis mil intentos para asegurarle que estaba bien parecieron ser suficientes. Era extraño hablar con ella sin tener el sentimiento de rencor de por medio, seguía doliendo, pero cada vez con menor intensidad.
Los días pasaron, intentaba no perder la maldita cabeza mientras el tiempo trascurría y la pelea se acercaba. Y de pronto sin darme cuenta, menos de veinticuatro horas me separaban del encuentro.
Me acomodo el abrigo cuando bajo del auto, los cuatro hombres me siguen y me giro hacia ellos cuando llego a la entrada del cementerio.
—¿Pueden aguardar aquí? Necesito algo de privacidad —pido.
—Su padre...
—Mi padre pidió que estuvieran cerca. Estaré a menos de cinco metros, necesito privacidad —exijo dándoles la espalda. Gracias a Dios no me siguen mientras ingreso y atravieso el lugar.
El frío me golpea, mis mejillas sienten la temperatura y escondo las manos en los bolsillos en un intento de mermar la sensación en mi cuerpo. Me detengo justo frente a la lápida de Carter.
Tenía tiempo sin venir, me sentía como la peor persona por no haber venido más que una vez aquí.
—Hola. —Pateo un poco de la nieve que está cerca, liberando la inscripción que está sobre la losa—. Ha pasado tiempo ¿no?
Suspiro. el vapor brota de mis labios mientras me ajusto el abrigo.
—Mañana será la pelea —dejo de mirar su nombre—. Mañana pelearé con el hijo de puta que te trajo a este lugar, Carter.
Tomo una larga inspiración.
—Te prometí que ganaría, te dije que tendrías tu saludo y que haría lo que fuera, pero...—mi voz tiembla—. Pero no sé si sea capaz, no sé si en verdad pueda hacerlo. No quiero fallarte, no quiero fallarme a mí mismo. Me siento tan asustado por esto, más que la primera vez. Ahora siento que me falta algo, siento que a pesar de todo me sigues haciendo tanta falta.
Mis ojos se humedecen.
—Ojalá estuvieses aquí para decirme que soy capaz. No sabes cuanta falta me hace escucharte decir que todo va a resultar bien. Que, a pesar del resultado, nada va a cambiar. Te fallé una vez y no soportaría no cumplir lo último que me pediste.
Me detengo, armándome de valor para continuar hablando.
—Necesito que me digas que estarás bien, necesito dejar de sentirme de esta manera. Es una tontería y es tan patético, pero...si me estás escuchando, necesito que me dejes saber que no me culpas por lo que pasó. Necesito saber que estás bien.
Cierro los ojos, nada pasa. El silencio es la única respuesta que obtengo. Una sonrisa triste se plasma en mis labios, era completamente patético.
—Haré mi mejor esfuerzo. Lo prometo —retrocedo—. Ojalá eso sea suficiente.
Noche de la pelea por el cinturón del campeonato mundial de peso ligero.
Estaba asustado, como nunca en mi vida. Me muevo por la habitación en la que me encuentro repitiéndome a mí mismo que puedo hacerlo, que soy capaz. Observo los guantes, Justin me ayuda a fijarlos para que no se muevan y permanezcan en su lugar, me repito constantemente que está bien, que no puedo escapar ahora.
Golpeteo mi pie contra el suelo pulido de la habitación, no puedo hacer absolutamente nada para mitigar la aterradora sensación que me llena por completo.
No puedo hacer nada para impedir que el temor llene cada parte de mi ser, y no comprendo porque rayos me siento tan asustado.
—Hola—. La puerta se abre, Alessandra sonríe con ligereza—. ¿Puedo estar aquí? —inquiere con cautela.
—Sí, pasa, yo pedí que te llamaran —dice Justin, luego me observa—. Sé que necesitas un poco de apoyo moral— expresa en mi dirección.
Le sonrío como agradecimiento. Less se acerca cuando él se aparta.
—Hola, tú —saludo.
El equipo se aparta, Alessandra acomoda su abrigo antes de tomar asiento frente a mí.
—¿Todo en orden? —Bajo la vista.
—Estoy aterrado, Less. No entiendo porque me siento de esta manera, es como si no me hubiese preparado lo suficiente.
—No, nada de eso —dice extendiendo la palma para colocarla sobre una de mis rodillas—. Lo has hecho excelente, Luke, no puedes desanimarte ahora. Lo harás excelente, no importa el resultado de esta noche, nada va a cambiar.
Elevo la vista, ella me observa con una sonrisa en los labios. Acaricia mi brazo en un gesto que me resulta reconfortante.
—No olvides porque estás aquí, no olvides porque estás peleando —pide con suavidad—. Cuando subas esos escalones, mantenlo en tu mente ¿sí?
Asiento. Me incorporo cuando ella lo hace también, sus brazos se envuelven alrededor de mi cuello y me apega a ella.
—Lo harás excelente, Luke. —susurra contra mi oído—. Solo debes creer en ti.
Sonríe apartándose, acaricia mi brazo y me observa una última vez antes de que Justin le indique que debe salir.
Soy capaz de sentir el latir fuerte de mi corazón, la manera en la que golpea contra mi tórax. Tomo una profunda inhalación, soltando el aire de apoco en un intento de tranquilizarme.
Alguien del staff ingresa, dice que es hora. Bruno se acerca con la bata de seda roja, me la coloco y Justin sube la capucha, indicándome con un gesto de cabeza que debo salir. Me obligo a mí mismo a caminar, mientras atravieso los pasillos seguido por todo el equipo, me repito porque estoy aquí.
Pelearé por él, por mí, por todo lo que he luchado para estar hasta este punto. Nadie va a arrebatármelo, no dejaré que me destroce otra vez.
El bullicio ensordecedor nos envuelve, me detengo antes de atravesar las cortinas, la música hace eco, las luces se apagan y cierro los ojos solo por una fracción de segundo para tomar toda la fuerza y valentía que poseo, y salir.
Las luces se elevan, me enfocan y los gritos del público incrementan, la sensación de temor comienza a desaparecer, mi cuerpo comienza a experimentar entonces la adrenalina. La audiencia es enorme, miles de personas estarán mirando la pelea de esta noche, miles de espectadores ajenos a lo que de verdad está en juego hoy, algo que va mucho más allá de un cinturón.
Me detengo justo enfrente de los escalones, un par de chicos del equipo tiran de las cuerdas para permitirme subir. Lo hago, apenas estoy arriba, recorro la estancia.
No dijo que estaría aquí, no me atreví a responderle las llamadas ni los mensajes, pero no sabía que necesitaba verla aquí. Necesito encontrarla.
Y lo hago. Nuestras miradas se conectan, está justo en las primeras filas, apenas a unos metros del cuadrilátero, a pesar de que se nota preocupada, en cuanto se fija que tiene mi atención, sonríe. Eleva los pulgares y luego aplaude. Olivia ha venido, apenas unos asientos después se encuentran Luisa, Caleb, Montserrat y mis padres y a su lado Less.
Todo se esfuma en cuanto lo observo subir. Zack sube con suficiencia en medio de una ola de gritos y algunos abucheos, me mira, sonríe elevando el mentón. Siento la mano de Justin colocarse en mi hombro robándome la atención.
—Recuerda, no dejes que te arrebate el control —susurra—. Es un hijo de perra, no le des lo que quiere.
Recuerda por quien peleas, recuerda porque estás haciendo esto.
El presentador nos llama al centro. Me quito la bata, muevo la cabeza en un círculo y los hombros intentando relajar a mi cuerpo. El hombre repite las reglas, pero es de sobra decir que ninguno está haciendo caso, nos mantenemos la mirada y la orden de chocar guantes llega.
Zack se acerca, sonríe antes de hablar:
—Será un placer destrozarte de nuevo —dice antes de retroceder.
Me alejo, el hijo de puta iba a pagar por lo que me hizo, por lo que nos hizo. Y esta noche, me encargaría de que obtuviera su merecido.
El sonido de la campana se escucha como una llamada a la guerra, como la única forma en la que esto acabaría, con uno de nosotros sobre la lona. La victoria de uno sería la completa destrucción del otro, no era una pelea, sería por completo una guerra.
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¡El siguiente capítulo es la pelea!
¿Quién más está emocionado?
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