Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

40.- Tortura.

**Haré actualizaciones diarias hasta el sábado :) ¡Estén pendientes!


Aún estoy en el piso cuando Caleb llega. Lo escucho discutir con Olivia detrás de la puerta, él grita algo a lo que no le presto atención, y ella responde del mismo modo.

Distingo un "largo de aquí" y luego más gritos de parte de ambos.

Me he apartado de la puerta, ahora estoy recargado contra una de las paredes sintiéndome tan miserable como nunca.

La puerta se abre con brusquedad, soy consciente de la manera en la que Caleb pasa la vista con desespero por la estancia hasta que recae en mí.

—Luke...

Estoy temblando cuando se acerca, no consigo hablar porque el nudo en mi garganta me lo impide.

—Hermano ¿qué pasó? ¿Qué...?

—Ella sabía todo—mi voz suena torturada—. Ella me mintió, Caleb.

Tan pronto como se coloca en cuclillas a mi costado, me rompo por completo. Me permito ser tan frágil como necesito.

Los brazos de Caleb me rodean, me apega a su pecho mientras un grito furioso brota de mi garganta.

—Déjalo ir —dice dando un par de palmadas suaves sobre mi espalda—. Déjalo ir.

No sé cuánto tiempo permanezco ahí, tanto que parezco olvidar que en menos de treinta minutos se llevará a cabo el funeral. Solo así me obligo a ponerme de pie.

Mi aspecto no es el mejor, mis ojos están hinchados, los moretones en mi piel aún no desaparecen así que tengo un aspecto más que deplorable.

Caleb no me apresura, permanece en la sala aguardando por mí. Me lavo el rostro aun cuando sé que eso no ayudará en lo más mínimo, y cuando sé que no hay nada más que pueda hacer, salgo.

No hablo en todo el camino, mi hermano no pregunta nada y lo agradezco infinitamente. No insiste, no presiona, solo conduce en completo silencio.

Cuando llegamos, no me atrevo a bajar del auto.

—No tienes que bajar. Podemos quedarnos aquí, estoy seguro de que ellos lo entenderán.

—Tengo que hacerlo —mi voz es ronca. A lo lejos distingo la figura de Montserrat caminando hasta nosotros. —No debe estar aquí, le pedí que volviera a casa.

—No la apartes, solamente quiere ayudar —murmura—. Ella está bien si eso es lo que te preocupa.

Bajo del auto cuando Montserrat llega a nosotros. Sonríe con suavidad, extendiendo una de sus manos en mi dirección.

La tomo, el contacto me resulta reconfortante. No pregunta por Olivia, y por la mirada que comparte con Caleb, sé que algo sabe.

Me aferro a su mano mientras atravesamos el campo, Caleb camina detrás de nosotros. Montserrat me tiende unas gafas oscuras, me las coloco sin decir nada. me detengo justo antes de llegar, mi respiración se vuelve pesada mientras observo a los padres de Carter.

—No puedo —susurro—. Montse, no puedo hacer esto—. Mi voz se rompe—. Es demasiado.

—Hey, tranquilo. —Una de sus manos viaja hasta acariciar mi rostro—. Si no quieres hacerlo, bien, volvamos a casa. Haremos lo que tú quieras, cariño.

—Él lo hubiese querido ¿no es cierto? —inquiero.

—Creo que hubiese querido que estuvieses con sus padres, que abrazaras a su madre, y les asegurarás lo que ellos quieren oír. Pero también creo que él querría que no sufrieras más.

—Le prometí que sería valiente —susurro.

Mi hermana sonríe.

—Lo has sido desde que despertaste en el hospital —asegura—. ¿Vamos?

Me toma un par de minutos atreverme a caminar. Monserrat se coloca a mi lado, no suelta mi mano en ningún momento, permanece junto mí y es lo que necesito para no desmoronarme por completo.

No entiendo como resisto todo el protocolo, la poca fortaleza que poseo se esfuma cuando el féretro aparece.

Ese no era Carter, el chico dentro de aquella caja, no es mi mejor amigo. No puedo hacer otra cosa que no sea sostener la mano de Montserrat, mientras siento poco a poco como el dolor se apodera de mi cuerpo, como una ola expansiva, como un incendio que hace cenizas todo cuanto toca.

El padre habla, pero no estoy prestando la más mínima atención. Es curioso como cuando pierdes a una persona, tu mente se encarga de reproducir los momentos vividos una y otra vez, como una jodida tortura.

Me contengo, pongo todo cuanto está a mi alcance para no romperme. Carter está ahí por mí, por mi maldita culpa.

Yo debería estar dentro de esa caja, no él. Su madre llora, aferrada al cuerpo del señor Lerman. Ya no hay ninguna calidez en ellos, no hay palabras de aliento, solo dolor.

—Luke —la voz del hombre me trae de regreso—. Eres el mejor amigo de Carter ¿quieres decir unas palabras?

Mi cuerpo entero se tensa, dejo respirar mientras fijo la atención en los señores Lerman. Ellos asienten, dándome a entender que desean eso también.

—No tienes que hacerlo si no quieres —pronuncia Montserrat a mi costado.

Rompo el agarre en nuestras manos, camino con dificultad, con una de mis manos contra mis costillas.

Cuando llego al féretro, no puedo evitar que mi vista se pose en la caja que se encuentra justo al frente. Está abierta, así que consigo ver su rostro. De un momento a otro, todos los momentos que vivimos se presentan en mi mente, la forma en la que nos conocimos, sus bromas, el característico sentido del humor que ahora ya no forma parte de él.

—Carter Lerman es mi mejor amigo. —Me rehúso a hablar en pasado—. Es una de las personas más fuertes y admirables del mundo.

Emito un carraspeo, aclarándome la garganta cuando mi voz tiembla.

—No...no tengo idea de cómo se supone que continúe sin él—mi voz se rompe—. Cuando lo sostenía esa noche, me dijo que fuese valiente, me hizo prometer que lo sería a pesar de todo. Él lo fue, hasta su último suspiro fue el hombre más valiente que he conocido.

Aparto la mirada del féretro para centrarla al frente.

—Una vez me dijo que las personas dejamos una huella en el mundo, nuestra existencia nunca pasa desapercibida. Todos tenemos una misión, y creo que la de él, fue salvar a todos aquel que se cruzaba en su camino, fue salvarme, y me hubiese gustado poder hacer lo mismo por él.

Un suspiro tembloroso brota de mis labios mientras me obligo a continuar.

—Él dejó su huella en muchos de nosotros, su última petición fue que ganara, me pidió que ganara—. Sonrío—. Y haré lo posible por cumplirle, porque es lo menos que puedo hacer—. Fijo la mirada en la caja frente a mí—. Te prometo, Carter, que ese campeonato va a ser por ti.

Su madre me mira con agradecimiento, tan pronto como llego frente a ella me envuelve en un abrazo.

—Él sabe que lo conseguirás —susurra con dulzura.

—Lo siento—. El señor Lerman niega—. Lo siento tanto.

—Carter ofrecería su vida por todas las personas importantes para él. Y tú, Luke, tú le importabas muchísimo. Eres su hermano, y lo sigues siendo. Él no hubiese querido que te culparas, sabía lo que hacía, sabía los riesgos. No fuiste tú quien le clavo ese cuchillo.

Mis entrañas se retuercen. Me abraza una última vez y luego regreso al sitio en donde Montserrat se encuentra.

Me abrazo a su cuerpo y me rehúso a voltear cuando me percato que comienzan a bajar la caja. No quiero hacerlo, no quiero recordarlo de esta manera.

Pero inevitablemente termino haciéndolo, termino por mirar, y desearía no haberlo hecho.

La imagen de mi mejor amigo, tres metros bajo tierra jamás se olvidaría.

Sería una tortura, hasta el fin de mis días.

Apenas y salí de la cama en los días siguientes. No recibí a nadie, aun cuando Caleb prácticamente amenazó con echar abajo la puerta del departamento. Había entrado en un estado de completa monotonía, durmiendo tanto como me fuese posible, y solo abandonando la cama para lo necesario.

Me aseguré de lanzar a la basura todas las cosas de Olivia, me había llamado tantas veces que terminé por apagar el celular. También había venido a la casa, pero no la recibí, y gracias al cielo no hizo uso de las llaves de repuesto, no hubiese tolerado mirarla.

La traición estaba latente, todo lo que hizo, la forma en la que me mintió, todo era tan doloroso. Mi mente no dejaba de repetirme lo mismo una y otra vez, que yo era el único culpable por darle este poder sobre mí, yo la dejé entrar con facilidad a mi vida.

La dejé conocerme, conocer mis debilidades. Quería odiarla, quería hacerlo en verdad, pero no era capaz de conseguirlo.

Estaba jodido, no había que ser demasiado inteligente para darse cuenta de eso.

Me sentía como si algo me hubiese arrancado de raíz todas las ganas que tenía por salir de esto.

Era cuestión de tiempo pasar del dolor a la furia, creo que es parte del proceso, solo que, a mí lo segundo me mantuvo inmerso más tiempo de lo que pensé.

Me vi en la obligación de dejar entrar a mi padre cuando se presentó, no quería hacerlo, claramente pero su amenaza de llamar a la policía para asegurarse de que seguía vivo me hizo hacer lo que decía.

—No habrá fusión, he cancelado todo trato con los Brooks —informa. Le doy un largo trago a la botella de cerveza antes de mirarlo.

—Bien.

—¿Bien? ¿Es todo lo que dirás?

—¿Y qué quieres que diga? —inquiero con brusquedad.

Él está por responder, sin embargo, la televisión que había sido encendida por mi padre, capta nuestra atención.

"Un hecho lamentable, Luke Lewis tenía toda la ventaja en esa pelea"

Un par de hombres hablan entre ellos, supongo que es algún tipo de canal deportivo o algo. Aparto el cuerpo de mi padre para permitirme mirar mejor.

"Un asalto que termina mal ¿quién podría imaginarlo?

Me siento abrumado por lo que dicen.

"Es un sucedo desafortunado. Una víctima con herida de muerte, y creo que el favorito del público estará lejos de los cuadriláteros por mucho tiempo. Lo lamentamos profundamente, la posibilidad de tener un nuevo campeón se ha esfumado"

—¿Qué están diciendo? —cuestiono—. ¿Un asalto?

Mi padre suspira.

—Luke...

—Di mi declaración, dije lo que pasó... ¡Maldición! ¡Eso no fue un asalto, papá!

—Parece ser que los abogados de Zack dijeron que, en tu estado, la declaración no era válida. Dijeron que abrirán una investigación, pero...

—Pero el hijo de puta podrá seguir peleando ¿no es cierto? Él imbécil seguirá como si nada hubiese ocurrido.

—Hay dinero de por medio, Luke...

—¿Dinero? ¡Pues nosotros también tenemos dinero, papá! ¡Haz algo! —bramo—. ¡Eres un maldito millonario, puedes hacer algo!

—No voy a comprar al sistema policial si eso es lo que sugieres, la justicia...

—La justicia no va a hacer absolutamente nada por Carter —espeto—. Al menos Matías Brooks está gastando hasta su último centavo para ayudar a su hijo, cosa que parece que tú no puedes hacer.

—Luke...

—Largo, Nicolás. Vete de aquí. —Lo esquivo para regresa a mi habitación—. Y no te molestes en regresar.

—¿Quieres que hunda a los Brooks? —inquiere haciéndome detener mis pasos—. Les advertí que no conseguirías socios para la fusión, he llamado a varias empresas en Londres, también de aquí, el equipo de logística se encarga de distribuir la información financiera real de las empresas de Matías. No pasará mucho tiempo antes de que tengan que declararse en quiebra. Su imperio se acabó.

—¿Y eso qué? —inquiero—. Zack sigue libre, siendo el campeón. Sigue sin ninguna responsabilidad luego del asesinato de Carter.

No responde, así que le doy la espalda y subo las escaleras.

Un asalto. Lo que ocurrió está lejos de ser un asalto.

Tan pronto como cierro la puerta, me derrumbo de nuevo. Estaba harto de esto, estaba cansado de intentar buscar fuerzas donde evidentemente no las había.

No fui el mismo durante los días siguientes, en realidad, no sabía si conseguiría ser el mismo algún día.

Conforme los días fueron pasando, los moretones en mi cuerpo iban desapareciendo, mis padres habían vuelto a Londres luego de insistirles que no tenían nada más que hacer aquí, sin embargo, Montserrat y Caleb se quedaron. La primera se estaba quedando en una habitación de hotel, y por lo que supe, Caleb había rentado por un mes un pequeño departamento que estaba a unas cuadras.

Las marcas físicas poco a poco se iban, pero las internas, esas jamás desaparecerían. La herida que la muerte de Carter había dejado en mí, tardaría muchísimo tiempo en desaparecer.

He perdido la cuenta de cuantas veces lo he llamado solo para escuchar el buzón de voz.

"Hola, habla Carter. Si estás escuchando esto es porque estoy lo suficientemente ocupado para atenderte. ¡Adiós!"

Era una tortura hacer eso, lo sabía perfectamente, pero no había otra cosa que yo desease hacer.

Lo quería de vuelta, quería que estuviese vivo, lo quería escuchar haciendo sus incansables bromas y siendo tan molesto como solo él sabía ser. Pero no sería posible, por mucho que lo deseara, no importaba la falta que me hiciera, él no regresaría.

No solo lo perdí a él, no solo perdí a mi mejor amigo. Su muerte se llevó consigo a la mujer que amaba, el dolor y la traición se combinaron entonces, se fusionaron en un sentimiento que no pude reconocer.

Me hicieron otra persona, el Luke que fui antes de la muerte de Carter, pareció haber muerto con él. La esencia se quedó en aquel callejón.

Con la muerte de Carter, una parte de mí también murió, la navaja también me atravesó, no fue una herida mortal, pero casi se le pareció.

Eso había acabado conmigo, y ni siquiera pude darme cuenta. 

_________________________________________________________________________________

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro