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29.-Cuchilla en el cuello.

Ha pasado cerca de un mes desde el encuentro que tuvimos con el padre de Luke, un mes en donde las cosas se salieron un poco de control.

En primer lugar, no habíamos recibido ninguna contestación de parte de Nicolás Lewis, mi padre estaba algo ansioso respecto a eso, estaba más irritado que de costumbre y eso hacía que, en más ocasiones de las que me gustaría, se terminara desquitando conmigo.

Luego estaba Zack, el repentino escándalo en el que se había envuelto comenzaba a hacerse cada vez más grande, mi padre estaba furioso, su promotor también. Al parecer, uno de los boxeadores a los que se le planteó la pelea arreglada decidió abrir la boca y contar a los cuatro vientos los planes de Zack.

Desmentirlo no había servido de nada, el promotor de mi hermano estaba algo preocupado porque la federación de boxeo decidiera intervenir, la reputación de Zack estaba comprometida, ninguno estaba dispuesto a dejar que eso ocurriera.

Por otro lado, Luke parecía resaltar cada vez más, la última pelea que tuvo, aunque esta vez no ganó por nocaut, si ganó por puntaje, y mucho. Me alegraba verlo triunfar, ver lo bien que parecía estarse desenvolviendo en su carrera.

Zack grita algo al teléfono, llamando mi atención.

—¿Qué ocurre? —inquiero.

—Todos son una bola de idiotas que no saben hacer nada —masculla con molestia lanzando el celular contra el sillón.

La irritabilidad que cargaba en los últimos días no era para menos, necesitaba encontrar una pelea pronto, de lo contrario, podría perder el cinturón. El problema aquí es que nadie parecía querer dársela.

—¿Tú promotor no ha conseguido nada? —inquiero. Él niega. —No dijiste que estabas interesado en proponerle la pelea a Luke —resopla.

—Eso fue idea de Kurt —confiesa—cree que al estar iniciando podría ser una pelea sencilla, pero el idiota de tu novio no quiso aceptar el arreglo.

—No es el único que se ha negado —le recuerdo—. Y deja de llamarlo idiota.

—Solamente ha tenido suerte. —Retengo el impulso de rodar los ojos cuando Zack habla—. La fama que llega de prisa, de igual manera se va.

—Admite que estás celoso —mascullo para molestarlo.

—¿Celoso? ¿De ese idiota?

—Bueno, ese idiota es el hijo del hombre que puede salvar nuestras empresas —le recuerdo—. Y ese idiota te rechazó una pelea.

—Además de idiota, estúpido. Si hubiese sido inteligente, podría haberse dado cuenta de que aceptar le beneficiaría más de lo que imaginó. Su repentina fama pronto va a acabar. Solo tuvo suerte.

—¿Por qué lo detestas tanto? No te has dado la oportunidad de conocerlo, siempre estás hablando mal de él. —reprocho con impaciencia.

Zack suspira.

—No tengo que conocer a alguien para que me desagrade. —confiesa encogiéndose de hombros—. Es un idiota, no está a tu altura.

—Es hijo de un millonario, si fueses inteligente serías amable.

—¿Así que por eso estás con él? ¿Sabías que su padre es millonario? Ahora lo entiendo todo.

—Por favor, no estoy con él por su dinero. No nos hace falta.

Chasquea la lengua.

—Justo ahora, creo que si nos hace falta.

Resoplo.

—Es imposible mantener una conversación contigo.

Me incorporo, Zack podía ser demasiado insoportable cuando se lo proponía, y en ocasiones como esta, prefería estar tan lejos de él como me fuese posible.

—¿Ya no podemos mantener una conversación sin terminar discutiendo? —suspiro cuando escucho la voz de mi hermano detrás de mí.

—Es difícil no discutir cuando te pasas insultando al chico con el que estoy saliendo —reclamo—. Solo te pido que seas amable, pero parece que no puedes hacer una pequeña cosa por mí.

Lo escucho suspirar.

—Liv...

—No, Zack, estoy harta de esta maldita actitud tuya. —Me planto frente a él, tanto que parece sorprendido—. Estoy harta de que intentes desmeritarlo, es el chico al que quiero ¿por qué no lo entiendes? No quiero ni tengo porque seguir tolerando las cosas que dices sobre Luke.

—Joder, en verdad has perdido la cabeza por él.

Ruedo los ojos.

—¿De verdad es mucho que intentes hacer un esfuerzo par al menos, no lo sé, ser educado? —inquiero.

—No prometo nada —responde sin mirarme.

—¿No tienes que entrenar? ¿O hacer algo más?

Zack eleva una de sus cejas.

—¿Me estás echando de tu casa? —inquiere.

—Estoy preguntando si no tienes algo mejor que hacer que estar fastidiándome —aclaro. Él suspira.

—De echo sí, tengo que llamar a Kurt, prometió tenerme una pelea pronto.

El semblante ansioso regresa, toma su celular mientras se incorpora. Cierro los ojos por un par de segundos antes de llamarlo. Cuando voltea, me repito a mí misma que todos estamos demasiado tensos.

—Son días complicados para todos —él adopta un gesto comprensivo—. Espero que lo de tus peleas se solucione pronto, en serio.

—No tengo nada que perder si la federación decide investigar, no he comprado ni una sola pelea —pronuncia con suavidad —pero claramente mientras la investigación continúa no podré boxear, y de eso vivo, Liv. Además, le he dado más dinero a papá del que había considerado, así que...necesito algo pronto.

—Sé que eres un boxeador excelente —aseguro—. Este es solo un mal momento.

Baja la mirada, se rasca la parte trasera del cuello antes de atreverse a mirarme otra vez.

—Roguemos porque así sea —murmura. Da un par de pasos en mi dirección, deja un beso sobre mi frente y luego retrocede—. Adiós, Liv.

Lo observo marcharse, en cuanto se ha ido, me dejo caer sobre el sillón con aire derrotado.

—Es solo un mal momento —pronuncio cerrando los ojos—. Es solo un mal momento.

Y solo Dios sabía cuánto deseaba tener razón, y que esto, no fuese más que un declive del cual conseguiríamos salir pronto.

No me reúno con Luke hasta un par de días después. Habíamos intercambiado algunos textos y un par de llamadas, pero eso había sido todo.

Sus entrenamientos se estaban volviendo más intensivos, según él, así que requería pasar más tiempo en el club. Con las ocupaciones en la empresa, yo tampoco estaba tan libre como me gustaría, en ocasiones salía pasada la media noche, con la obligación de presentarme temprano al día siguiente.

—¿Estás segura de que no nos echarán? —inquiero mientras atravesamos el estacionamiento del club.

—Ya hemos estado aquí antes, y nadie nos echó —me recuerda Luisa—. No me digas que comienzas a arrepentirte, que fuiste tú quien no dejaba de repetir que echaba de menos a Luke.

—No me arrepiento, solo pienso en nuestra dignidad. No quiero ser corrida de un club —objeto. Luisa ríe.

—No nos echarán, tranquila.

Empuja las puertas de cristal, la atención de varios chicos recae en nuestra presencia, un par de ellos silban y dicen un par de cosas que ambas ignoramos. Recorro el lugar con la vista, intentando encontrarlo.

—Ahí está —Lu señala a un punto en específico, Luke está ahí, golpeando el saco con fuerza. Trae audífonos y parece estar demasiado concentrado en lo que hace, tanto que decido no ir hacia ahí.

—Podemos esperar un poco, hasta que termine de...—dejo de hablar cuando noto a una chica acercársele. ¿Había chicas en el club?

Vuelvo a mirar a mi alrededor, no, no hay ninguna otra chica más que nosotras y ella.

—Lu —sacudo su hombro sin apartar la vista de mi chico —¿la has visto?

La chica se acerca más de lo que me gustaría a Luke, algo se remueve en mi pecho cuando coloca una de sus manos sobre el brazo de mi novio.

—¡Le está tocando el hombro! —ahogo un grito—. ¿La has visto?

Mi amiga intenta contener su risa.

—Olivia, por favor, solo están platicando —pronuncia —mira, solo...

Ella deja de hablar, Luke se ha quitado los audífonos y parece estar prestando atención a lo que ella dice. La miro hacer algunos golpes al aire, y luego cuando Luke se quita los guantes, ella le toma las manos.

Esto es más de lo que puedo tolerar. No pienso demasiado si es lo correcto o no, simplemente camino hacia donde se encuentran, sintiendo mis oídos zumbar y un ardor desconocido en el pecho.

—¡Cariño! —Luke voltea de manera inmediata tan pronto escucha mi voz, aparta las manos de la chica que tiene frente a él y luce ligeramente sorprendido.

—Liv ¿Qué...? —no dejo que termine de hablar, envuelvo mis brazos alrededor de su cuello mientras lo atraigo a mi cuerpo, no me importa el que esté completamente sudoroso, mis labios se apoderan de los suyos en un beso profundo.

No sé lo que estoy haciendo, no sé qué es lo que quiero demostrar, tal vez es que el sexi boxeador frente a mí ya tiene novia, ya dejó de estar disponible.

Me aparto solo cuando el aire es insuficiente, Luke sonríe con picardía, antes de inclinarse ligeramente hacia mí para dejar un beso más suave contra mis labios.

—No esperaba verte aquí. —confiesa.

—Quería sorprender a mi novio —recalco la última palabra. Arquea una de sus cejas, una sonrisa divertida se apodera de sus labios mientras el entendimiento se filtra en su mirada.

—Reggy —se voltea hacia la chica, quien nos observa con una pizca de molestia. Siento la mano de Luke colocarse en mi espalda baja, mientras se apega un poco más a mi cuerpo. —Te presento a Olivia.

—Su novia —añado.

Luke luce divertido a mi costado.

—Sí, eso me quedó claro con el beso que le diste —pronuncia con algo parecido a molestia—. No había necesidad de hacer eso, chica, no quiero nada con tu novio.

Aprieto los dientes, conteniendo la molestia que se presenta en mi cuerpo al escucharla hablar así.

—Liv, Regina es la hija de Justin, mi entrenador—. Bueno, eso explicaría porque parece tener el aspecto tan rudo que posee, y porque es la única chica entrenando en el club.

—¿Y tú labor es hacerles los vendajes a los boxeadores?

—Liv...

—De acuerdo, Luke, debiste de haberme advertido que tu novia es tan celosa —pronuncia con diversión.

Abro la boca con indignación, ¿quién se creía?

—¿Y por qué debería de estarte advirtiendo cosas? Deberías ser más consciente y portarte como lo que eres, una amiga.

—Ya basta, Olivia, basta —Luke se coloca frente a mí—. Estás malinterpretando todo, y no quiero una escena aquí ¿sí? Por favor.

—Sí, fresita, no dejes más en ridículo a tu novio.

—Regina basta —advierte Luke.

—¿Cómo me has llamado? —inquiero liberándome del agarre de Luke en mi cuerpo—. Repítelo.

Fresita.

Las manos de Luke se envuelven alrededor de mi cintura tan pronto como intento acercarme a Regina. Tengo que recordarme a mí misma que nos encontramos en un lugar lleno de chicos que nos miran con diversión.

Maldición.

—Suéltame —pido entre dientes—. Luke, suéltame.

Tan pronto me libera, me aparto de su cuerpo. Olvido porque estoy aquí, olvido porque he venido hasta el club y solamente salgo, sintiéndome avergonzada y ridícula.

—Olivia, espera—. Luisa se coloca a mi costado, casi corriendo y no me siento mejor hasta que estoy afuera. No volteo, porque en realidad no quiero descubrir si Luke me ha seguido o no.

Tomo una inhalación tan pronto llego al auto, recargándome sobre el capo mientras intento aclarar todo lo que pasa por mi mente en estos momentos.

—No me ha seguido ¿verdad? —inquiero con aire un tanto decepcionado.

—Aquí estoy, Brooks —giro de inmediato en cuanto escucho su voz.

Luisa se ha quedado varios metros lejos, aguardando por lo que sea que está a punto de suceder, acabe.

—No hice más que dejarte en ridículo ¿no es verdad? Ay Dios, te dejé en ridículo frente a todos esos chicos. —cubro mi rostro, intentando ocultar la vergüenza que me invade ante la idea de que él responda que sí.

—No me dejaste en ridículo, Olivia —aparta las manos de mi rostro—. Pero tengo curiosidad ¿qué fue eso?

Resoplo.

—Esa chica te estaba coqueteando, Luke.

El ríe.

—No, no me estaba coqueteando. Sé distinguir cuando alguien coquetea conmigo, Brooks, y Regina definitivamente no lo estaba haciendo.

—¡Te estaba quitando el vendaje! —reclamo.

—¡Eso no es coquetear! —exclama.

—Eso es buscar una excusa tonta para tener contacto físico —me cruzo de brazos —y tú no parecías molesto con eso.

Ahora es su turno de resoplar, rueda los ojos antes de poder mirarme.

—No estaba coqueteando conmigo, estaba diciendo algo sobre los vendajes y es todo —aclara—. No había necesidad de que actuaras como una novia posesiva, aunque, he de admitir que esa faceta tuya es bastante sorprendente, no la había visto antes.

Golpeo su pecho.

—Me llamó fresita. —Luke luce verdaderamente divertido.

—Sí, bueno, puede ser bastante molesta si se lo propone. Pero el caso es que... ¿Cuándo vas a confiar en mí? Te he dicho que yo solo tengo ojos para ti, Brooks.

—Confío en ti, pero no confío en chicas como Reggy.

Echa la cabeza hacia atrás, riendo ante mi imitación del tono de voz que usó para llamarla.

—¡Hey, tortolos! —reclama Luisa acercándose —No vine hasta aquí para presenciar una reconciliación—. Se acerca hasta nosotros, cruzándose de brazos.

—Lu, dile que ayudar con un vendaje no es coquetear —pide Luke hacia nuestra amiga.

—Depende de la intención. —Luisa extiende las manos, tomando las de Luke y deshaciendo el vendaje en sus manos—. Yo no estoy coqueteando ahora contigo, pero esa chica, definitivamente lo estaba haciendo.

Coloco las manos en mi cintura, observando a Luke.

—Es tu amiga, es evidente que estará de tu lado —reclama—. Liv, de verdad, no tienes nada de qué preocuparte. Regina, ni siquiera es una amiga cercana. Solo es la hija de Justin.

Suspiro, mi cuerpo se relaja cuando Luke coloca las manos en mi cintura y me apega a él.

—¿Seguirás enojada? —inquiere con una sonrisa ladeada y mirándome de la forma más tierna que puede haber. No consigo retener la sonrisa en mis labios, así que bajo la vista.

—Seguro debes continuar con tu entrenamiento, no quiero causar retrasos —expreso—. Te veo después.

Él asiente. Se inclina y sus labios se apoderan de los míos en cuestión de segundos, me siento explotar cuando su lengua traza el borde de mi labio y luego lo muerde con ligereza.

—Te veo después —repite. Retrocede sin dejar de mirarme, luego lanza un beso en mi dirección y permanezco mirándolo hasta que ingresa otra vez al club. Suspiro, recargándome contra el auto mientras llevo una de mis manos hacia mis labios.

—Por Dios —parezco salir de mi ensoñación cuando escucho hablar a Luisa. —Te has enamorado de Luke.

—¿Qué? No, es decir, lo quiero mucho— hablo con rapidez —pero no...aún no estoy enamorada.

—Liv, no pasará nada porque admitas que te has enamorado de él, nada malo va a pasar. Llevan casi seis meses saliendo, se muere por formalizar su relación, es más que evidente que él está enamorado de ti. Y tú...

—No, Lu. —interrumpo—. Hablar de enamoramiento es algo mayor, me encanta lo que tengo con Luke, de verdad, creo que es un hombre maravilloso y encantador, pero...no estoy enamorada de él. Lo quiero, y lo aprecio lo suficiente como para no querer alejarme de su lado, es solo que no he llegado a ese punto.

Luisa dibuja una mueca en los labios.

—Entonces deberías ser clara, y no hacerlo perder el tiempo. —pronuncia con firmeza —él te quiere, mucho más de lo que tú lo quieres a él según lo que has dicho, y Luke merece mucho más que eso, Olivia, merece mucho más que una mujer que no se deja sentir el amor del cual él es merecedor.

Luke había pasado por mi luego de su entrenamiento, y luego de una larga insistencia, había aceptado su invitación para cenar. Él se mantiene frente a la estufa, demasiado concentrado en la pasta que prepara como para prestarme atención.

Lo miro moverse, lleva puesta una camiseta que se amolda a la perfección a su cuerpo, sus músculos son visibles aún con la tela, y estoy segura de que nadie puede culparme con los pensamientos que tengo sobre él ahora mismo.

—Deberá estar lista en...—eleva la vista hacia el reloj —en diez minutos.

Se limpia las manos antes de voltear, sonríe cuando nota la mirada que tengo sobre él, sin embargo, el gesto titubea.

—¿Todo en orden, Brooks?

—Cada que me llamas Brooks siento que estás enojado conmigo —formo un mohín con mis labios—. Solo llamas a una persona por el apellido cuando estás molesto con ella.

Él ríe.

—Ya aclaramos ese punto, no estoy molesto contigo. Me gusta llamarte Brooks, suena lindo. Pero ese no es el punto, ¿ocurre algo? ¿Esto tiene relación con lo que pasó en el gimnasio?

Niego.

—Solo estoy algo estresada, ya sabes, por la empresa y el asunto de Zack.

Él baja la vista cuando escucha el nombre de mi hermano, así que lo observo con detenimiento.

—¿Hay algo que no me estés diciendo? —inquiero.

—¿Qué podría estarte ocultando? —me mantiene la mirada.

Antes de que pueda contestar, su celular suena. Él lo saca del bolsillo, permanece mirando la pantalla del celular por un par de segundos, tiempo suficiente en el que consigo leer el nombre de su promotor en la pantalla.

—Ahora vuelvo. —Cruza por mi lado, lo miro alejarse lo suficiente para hablar con teléfono, soy capaz de escucha su voz, pero no de entender lo que dice.

Me incorporo del banco, consciente de que es mala educación escuchar conversaciones ajenas, pero no consigo resistirme.

—¿De verdad? ¿Lo dices en serio, Tom? ¿Ha aceptado? —Luke mantiene una sonrisa en los labios mientras habla con emoción. —¡Joder, eso es sensacional! Pero...son bajo mis términos ¿no es cierto?

Un largo silencio le sigue a eso.

Bien, de acuerdo, tengo que hablar con Justin y con Trevor, van a enloquecer.

Dice un par de cosas más, antes de que tenga la posibilidad de apartarme y regresar a la cocina, él se da la vuelta y repara en mi presencia.

—¿Tendrás una pelea? —inquiero.

La emoción titubea en su rostro. Asiente al mismo tiempo que guarda el celular en su bolsillo.

—Una pelea por el cinturón —me tenso. No sé en qué punto he retenido la respiración, no soy capaz de responder nada porque sé exactamente contra quien peleará, sé quién ha aceptado.

Se trata de Zack.

—Voy a pelear con tu hermano, por el cinturón del campeón del mundo —habla con cautela, como si quisiera medir mi reacción—. No va a ser una pelea arreglada, va a ser completamente justa.

—¿Por qué? —mi voz sale en un susurro. Luke luce confundido —¿Por qué contra él?

—Liv...

—Puedes ir por cualquier otro cinturón, Luke. Puedes pelear en cualquier otra categoría. —No pretendo sonar enojada, pero es inevitable negar que en verdad lo estoy—. ¿Por qué contra mi hermano? Necesitamos el dinero, necesitamos que él siga siendo el campeón, Luke ¿no lo entiendes?

—Él vino a mí —me recuerda —él ofreció la pelea en primer lugar, lo único que hice fue darle otros términos, y él aceptó, Olivia. Tu hermano aceptó la pelea, no intentes emplear un papel de víctima que claramente no te corresponde, Zack sabe tomar sus decisiones, su promotor también, fue su decisión aceptarla.

Niego.

—Está tan desesperado que aceptó pelear contigo.

Él parece haber recibido un golpe.

—¿Qué quieres decir? —antes de que pueda responder, una risa carente de afecto lo asalta—. Vaya, me alegra saber que tienes tanta fe en mí. Tanta que no crees que pueda ganarle a tu hermano ¿no es cierto? Bien, gracias por dejar eso claro.

—¡No! —grito —¡No es eso! Eres mi novio, y él es mi familia, Luke... ¿Cómo se supone que pueda ayudar a uno o a otro? No puedo ser imparcial, te quiero muchísimo y deseo que ganes un cinturón, Luke, de verdad, pero...maldición... ¿por qué contra él?

Suspira, pasa las manos por su rostro antes de mirarme otra vez.

—No voy a ponerte en esta situación —dice—. Sé que él es importante para ti, sé que es tu hermano, tu familia. No voy a pedirte que tomes partido, Liv. Entiendo si quieres apoyarlo, si quieres estar en su esquina, lo entiendo, de verdad. —habla con sinceridad, aunque eso no evita que duela.

—¿Estás diciendo que quieres terminar conmigo? —cuestiono en un hilo de voz.

—No hemos comenzado nada, ¿o sí? —cierro los ojos cuando una punzada me atraviesa el pecho. —Estoy diciendo que no puedes jugar en ambos bandos. Y tú incapacidad para ser imparcial complica todo.

Mi visión se nubla, maldición, claro que quería ser imparcial. Pero sabía que no podía hacerlo, Zack es importante para mí, dependemos del cinturón, con el asunto de la fusión incierto, necesitábamos algo para lo cual aferrarnos.

Pero Luke, él merecía eso, merecía ganar, después de todo lo que ha pasado para llegar a este punto, merece el cinturón.

—No quiero alejarme de ti —susurro.

—Si gano, espero que estés ahí para celebrar conmigo, espero que subas a mi lado como siempre lo has hecho, y si pierdo, te necesito ahí también, Liv. Pero tu hermano estará del otro lado del cuadrilátero. La victoria de uno será la derrota del otro, y creo que ambos vamos a desear que estés a nuestro lado, sea cual sea el resultado.

El silencio nos consume, nos lleva a un sitio en el que nunca antes habíamos estado.

—Te quiero ahí, te quiero a mi lado, Liv. Quiero tu apoyo y que grites mi nombre desde las gradas como lo has hecho en cada una de mis peleas —confiesa en un susurro—. Pero si no puedes hacerlo, entonces creo que es mejor detenernos en este punto.

—Es injusto que me pongas contra la espalda y la pared, Luke.

—Te estoy dando a elegir, Olivia. Te estoy dando dos opciones.

Niego.

—Eres completamente injusto —reprocho.

Me doy la vuelta, caminando hasta conseguir tomar mi bolso. Necesito salir de aquí.

—Liv...

—Te llamaré —pronuncio sin mirarlo. No dejo que me toque, me libero de su agarre y salgo de la casa sintiéndome sofocada, sintiéndome como si alguien me sostuviera contra una pared y una cuchilla filosa rozándome el cuello.

No debería de ser así, no debería pasar nada de esto por un maldito cinturón. Nada de esto, debía darse de esta manera. No podía elegir, no podía ponerme de lado de nadie así que, en una decisión desesperada, lo mejor era ni siquiera asistir.

Ni siquiera darle importancia al hecho de que ambos chicos pelearían por algo. No quería perder a ninguno, pero tal vez, uno de los dos terminaría odiándome, y no sé de cual parte, conseguiría dolerme más. 

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