Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

20.- Lo haremos bien.

Justin repite exactamente todo lo que ha dicho desde que llegamos, repite indicaciones, consejos, incluso parece nervioso. Sacudo los brazos, me muevo un poco intentando concentrarme, intentando captar todo lo que dice con rapidez.

Cuando al árbitro nos llama al centro, todo el nerviosismo y ansiedad anterior desaparecer. Scott Wilson se colca frente a mí, mantiene la vista fija en mi rostro, es más alto, probablemente me saca algunos centímetros, pero en complexión, podríamos estar iguales.

Chocamos puños, y la campana suena. La adrenalina me recorre por completo, la siendo llenar cada rincón de mi cuerpo, Scott ataca primero, así que me cubro, las palabras de Justin se reproducen en mi mente, como si se tratara de una cinta.

Es rápido, y fuerte. Lanza golpes en mi dirección que consigo esquivar, sin embargo, tampoco atino a golpearlo en ninguno de mis intentos. Se mueve por el cuadrilátero, no pierde oportunidad y me veo obligado a retroceder cuando deja una serie de golpes rápidos contra mi cuerpo.

Su puño golpea mi rostro y retrocedo, sacudo la cabeza, cubriéndome con el antebrazo para evitar ser golpeado otra vez.

—¡Izquierda arriba, Lewis! —grita Justin.

Lanzo un derechazo que consigue golpearlo y hacerlo retroceder, entonces ataco. Mis puños golpean sus costados antes de lanzar un nuevo golpe hacia su mandíbula, sin embargo, parece ser insuficiente. No parece afectado, por el contrario, regresa a mí con un gancho al estómago que me arrebata el aire, retrocedo, siento mi espalda chocar contra las cuerdas mientras los puños de Scott golpean contra mi torso.

—¡Protégete, Luke! ¡Sal de ahí! ¡Quítate de las cuerdas! —El grito de Justin se clava en mi mente.

Consigo librarme, retrocedo con la guardia arriba, Scott se lanza contra mí y lo recibo con un gancho izquierdo, consiguiendo distancia entre nosotros.

—¡Utiliza un jab! —hago lo que el entrenador dice, doy un paso, usando la fuerza de mi brazo y contrarrestando el derechazo que lanza. Cuando quiero golpearlo otra vez, él se cubre. Amortigua mis golpes con sus antebrazos y luego golpea mi costado izquierdo, gimo cuando el estallido de dolor se presenta y bajo los brazos.

Oportunidad suficiente para permitirle golpear mi rostro un par de veces antes de dejar un nuevo gancho contra mi estómago.

La campana suena, me acerco jadeando a mi esquina con una mano en mi estómago.

—Necesitas protegerte —afirma Justin colocándose frente a mí —estás demasiado tenso, tienes que relajarte ahí arriba. No te acerques demasiado, aléjate cuando ataque y no dejes que te lleve contra las cuerdas otra vez porque me temo que no conseguirás salir de ahí.

Sorbo un poco de agua que me ofrece, alguien revisa mi pómulo y el minuto de descanso pasa tan rápido que cuando me doy cuenta, ya me encuentro en el centro del cuadrilátero.

—¡Ataca primero, Luke! —Scott sonríe cuando me acerco, lanza un derechazo que consigo esquivar, luego, recuerdo las palabras de Adam.

Probablemente utilice su derecha, luego te atacará con un jab. Necesitas estar preparado, utiliza tu derecha para golpearlo y aprovecha esa oportunidad.

Sucede exactamente eso, el rugido de la multitud aumenta cuando consigo golpear su rostro, Scott se tambalea así que sigo golpeándolo, chocando mis puños contra su torso y luego, uno en el pómulo izquierdo, la sangre brota de la zona en la que he golpeado y Scott parece desconcertado.

—Eso es todo lo que obtendrás de mí —dice con una sonrisa cuando se recupera, ataca, lanza un golpe directo demasiado rápido que me es imposible apartarme, luego ataca mi tronco, golpeando con tanta fuerza que el aire me abandona y luego, un golpe en la mandíbula. Mis pies fallan y no sé en qué punto, pero he caído.

El réferi interviene, me incorporo, dando un par de traspiés mientras el hombre me pregunta si estoy bien.

—Estoy bien —aseguro sacudiendo la cabeza, alejando el leve aturdimiento que me produjo el golpe—. Estoy bien.

Hace un ademán y Scott se acerca otra vez, sus golpes son rápidos, mi cuerpo no tiene oportunidad de recomponerse ante los golpes brutales que deja contra mí, apenas y consigo esquiva un par de ellos y retroceder justo al lugar que Justin dijo que no fuera. Contra las cuerdas.

—¡Luke! ¿Qué crees que haces? ¡Protégete! ¡Sal de ahí, vamos!

La campana suena y el sonido me parece glorioso. Estoy sin aliento, mi cuerpo entero está agotado y apenas van ¿qué? ¿diez minutos?

—¿Por qué no te estás protegiendo? ¡Debes hacerlo! —reprende Justin—. Eleva las manos, utiliza tus reflejos, golpéalo en la oportunidad. Le estas regalando la pelea, Lewis.

Me quejo cuando alguien toca mi ceja, el algodón se mancha de sangre y siento alguna especie de crema ser colocada en la herida.

—Es rápido, y fuerte —jadeo —no consigo esquivarlo.

—Entonces debes encontrar su debilidad, utiliza demasiado la derecha, así que ten cuidado, no protege su torso así que, si quieres una oportunidad, golpéalo con fuerza en esa zona, cuando se encorve, lanza golpes directos a su mandíbula, eso lo hará caer.

La campana suena, indicando que la pelea debe continuar.

Esta vez ataco primero, mantengo mi brazo izquierdo arriba, bloqueando los golpes que lanza en mi dirección, Justin sigue gritando instrucciones, mi mente intenta captarlas todas y en cuanto veo la oportunidad, la aprovecho.

Lanzo un gancho directo a su mentón, con toda la fuerza que poseo y parece ser suficiente, Scott se tambalea y sus rodillas tocan la lona. Me alejo, manteniendo la guardia en alto y aprovechando esos segundos para recuperar el aliento. Me duele el pómulo, siento la sangra resbalar por un costado de mi rostro y es seguro que me ha abierto la herida de nuevo.

Scott se incorpora antes de que la campana suene. Está ligeramente aturdido, pero continúa peleando, continúa lanzando golpes fuertes, ataca mi torso y me obligo a ejercer la misma resistencia que utilizo durante los entrenamientos.

Su entrenador grita algo, y él parece entenderlo a la perfección, cuando intento lanzar un gancho derecho, él lo contrarresta, su puño golpea mi rostro, utiliza la izquierda, luego su derecha y no se detiene, no consigo apartarme y tampoco esquivar el gancho que se dirige a mi mandíbula.

Todo se sacude, un par de segundos fueron suficientes para apagar la luz. Siento mi cuerpo chocar contra la lona.

No, no, no.

—¡Levántate, Luke! ¡Tienes que levantarte!

El bullicio ensordecedor me aturde más, mi mente y mi cuerpo parecen estar desconectados porque, aunque lo intento, es como si ninguna de mis extremidades respondiera, como si se hubiesen rendido justo aquí.

Pero no es así, aún no acabada conmigo. Abro los ojos, sintiéndome mareado y aturdido, no sé cómo consigo colocarme de pie y el réferi se coloca frente a mí de manera inmediata.

—¿Puedes continuar? —inquiere —¿Puedes seguir con la pelea?

Asiento por inercia, sacudo la cabeza, consiguiendo eliminar la visión borrosa que se ha adueñado de mis ojos. Scott se acerca y mi cuerpo aún no está listo para protegerse así que me golpea con brutalidad de nuevo, jadeo cuando lanza un golpe a mi estómago, y luego golpea mi rostro con rapidez y agilidad que, si no fuese por el sonido de la campana, estoy seguro que la pelea hubiese terminado aquí.

—Voy a parar esto, Luke. —Justin habla con gesto firme—. Voy a detener la pelea.

—¡No! —gimo, colocando una mano en mi costado derecho cuando el dolor se presenta. Alguien se acerca revisando la herida en la ceja y limpiando la sangre que brota de mi nariz.

—Estás muy lastimado, muchacho. Sé que quieres hacer esto, pero si regresas ahí, va a destrozarte —suena preocupado, no aparta la mirada de mis ojos ni un segundo—. Si vuelves ahí va a noquearte.

—He recibido golpes peores, entrenador. —Le recuerdo—. Soy alguien que viene de las peleas de los barrios bajos, puedo con esto.

Mi voz suena suplicante porque me crea, Justin suspira.

—Déjame hacerlo, Justin. Por favor —pido—. Puedo hacerlo. Necesito hacerlo.

Sé que no está convencido, sin embargo, termina por asentir.

—De acuerdo, pero si ese hombre comienza a masacrarte, voy a tirar la toalla e impediré que te noquee —afirma.

—Es un trato justo—. Justin sonríe.

La campana suena, obligo a mi cuerpo a recuperar las fuerzas, he resistido más antes, puedo hacerlo ahora. Soy capaz de conseguirlo.

Acorto la distancia, esta vez me cubro, pero no descuido ni un segundo mis golpes, esquivo los ganchos que lanza en mi dirección y me aparto con el tiempo justo para evitar los golpes en mi torso. Scott luce frustrado, probablemente esperaba acabarme en este round, pero no lo permitiría.

Se acerca lo suficiente, lanzo un golpe izquierdo bajo, luego un gancho y eso me da la oportunidad que necesito, baja la guardia lo suficiente como para permitirme golpear su rostro, un golpe tras otro, retrocede y yo avanzo, esta vez es él quien está contra las cuerdas, se encorva cuando conecto un gancho al hígado y eso basta para arrebatarle la oportunidad de defenderse.

Es ahora, tengo que hacerlo ya.

No lo dudo, lanzo un golpe lateral, siguiendo la trayectoria del suelo y mi puño conecta con su mentón, la fuerza del impacto lo hace caer.

El grito eufórico de la multitud es ensordecedor, estoy confundido, volteo hacia Justin, él brinca mientras grita y entonces me permito regresar mi atención a Scott, quien no se ha levantado.

La cuenta regresiva comienza, el réferi se coloca a un costado, contando los segundos y a cada uno que pasa, siento la adrenalina recorrerme por completo.

—¡Cinco...! —El unísono grito se deja oír. Scott se apoya de la lona, consiguiendo elevar su cuerpo apenas unos centímetros por encima del suelo.

No te levantes, no te levantes.

—¡Cuatro...! —Cae de nuevo contra la lona, estoy ansioso, Justin me grita que no baje la guardia, que esto aún no se acaba.

—¡Si se levanta, acaba con él! —grita con fuerza.

—¡Tres...! —Scott consigue apoyar las rodillas contra la lona, pero sigue tambaleándose.

—¡Dos...! —Se inclina, y la posibilidad de conseguirlo estalla en mi pecho.

—¡Uno!

El tiempo se acaba, una explosión de adrenalina estalla en mi cuerpo, me llena por completo mientras un grito glorioso brota de mis labios.

—¡Luke Thunderbreaker Leeeeewis se lleva la pelea! —la voz del presentador retumba por la estancia, Justin sube, me abraza mientras todo el equipo brinca a mi alrededor.

—¡Lo hiciste, cariño lo hiciste! —No sé en qué momento Olivia ha subido al cuadrilátero, se abraza a mi cuerpo mientras su voz emocionada me llena por completo. Me aferro a ella por algunos segundos antes de concentrarme en las personas a mi alrededor.

Y a lo lejos, lo veo.

Trevor está aquí, con una sonrisa orgullosa en el rostro, está de pie, aplaudiendo con énfasis mientras nuestras miradas se encuentran.

—¡Gané! —la emoción en mi cuerpo es incontenible —¡Tenemos una, Justin, tenemos una!

Mi voz brota de mi cuerpo en un grito emocionado, Olivia se aferra a mi cuerpo y por unos breves instantes, veo a mi madre. O creo verla. Me aparto de la gente que me ha rodeado porque quiero confirmar que está aquí, que ha venido. Mi corazón golpea con furia, un sentimiento que reconozco a la perfección me llena el pecho mientras me siento desesperado por qué voltee. Por ver su rostro.

—¡Mamá! —Grito sabiendo que es poco probable que me escuche. La característica cabellera rubia se detiene justo en medio de la multitud, intento bajar, intento correr detrás de ella para confirmar que realmente se trata de mi madre, que ella ha venido a verme, sin embargo, Justin no lo permite.

—¿A dónde crees que vas? —inquiere—. ¡Es tu momento! —exclama empujándome de nuevo al centro del cuadrilátero.

Un par de cámaras nos enfocan, la gente viene a mi felicitándome, diciendo lo bien que la pelea estuvo sensacional pero no consigo apartar el sentimiento del pecho, la incertidumbre de si la mujer que vi, es en realidad mi madre.

Pese a eso, la emoción no disminuye de intensidad, Carter y Luisa se acercan apenas bajo del cuadrilátero y ninguno de ellos se aparta de mi lado. Justin sugiere un festejo, pero mi cuerpo entero parece no poder dar ni un solo golpe más así que me niego.

—Luke, no dijiste que tu madre vendría a la pelea —dejo de mirar a Olivia cuando Carter habla.

—¿Qué dices? —me giro hacia él. —¿Mi madre? Ella no sabía de la pelea—. Omito decir que me pareció verla, porque si esta es una broma de parte de Carter, me sentaría fatal.

Carter se detiene, arruga la frente. Parece desconcertado, mirándome sin dudar.

—Ella vino.

Joder. Mi corazón da un vuelco furioso. Mi madre realmente vino.

—Debiste confundirla con alguien más, Carter, ella no...

—No, Luke, yo...yo hablé con ella. Pensé que tú le habías dicho, ella estuvo aquí amigo...—se detiene por un par de segundos —¡Tu mamá vino a verte pelear!

Coloca sus manos a los costados de mi cuerpo, mientras una sonrisa espléndida se apodera de sus labios.

—¡Y ganaste! ¡Joder, Luke! ¡Ella vio que ganaste!

—Ella vino —susurro, no consigo apartar el sentimiento de emoción que se instala en mi pecho, tampoco la repentina necesidad de llamarla, de escuchar de su propia voz, que realmente estuvo aquí.

Aún confundido, saco el celular, y solo así, consigo creerlo. El nombre de mi madre aparece en la pantalla, con un corto mensaje. Pero que es suficiente para que mi corazón se encoja y el sentimiento de ganar la pelea, sea nada comparado con este.

"Estuviste sensacional esta noche, Luke. Felicidades, mereces ese triunfo. Llámame pronto ¿quieres? Te quiero, cielo"

Olivia decidió quedarse en mi casa esta noche. Pasamos por algo de ropa a su hogar antes de venir aquí, mi cuerpo dolía, apenas toco el colchón de la cama tengo la tentación de dormir por largas horas.

—No hemos hablado de lo que pasó —le recuerdo cuando se acomoda a mi costado. El camisón de seda que lleva puesto la hace lucir bellísima ¿Cómo alguien podía verse de esa manera solo con un camisón?

—¿Sobre qué quieres hablar? —inquiere—. Creo que todo está...

—No, nada está claro —afirmo levantando la espalda del colchón—. Hicimos todo esto demasiado rápido, Liv.

Ella suspira.

—¿Y qué quieres hacer?

—Lo que quiero, es hacer las cosas bien. Si vamos a hacer esto, si vamos a hacerlo en serio, quiero que lo hagamos de la mejor manera posible—. Extiendo mis manos para conseguir tomar las suyas, Olivia eleva la vista, fijando su mirada en mis ojos.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Que nos saltamos muchos pasos, quiero decir, te vi, me deslumbraste y caí loco por ti —ella sonríe —quiero conocerte, conocerte en serio. Y quiero que tú me conozcas. Que ambos nos veamos cómo somos en realidad. Sé que hay cosas de mi vida que no entiendes, y yo tampoco entiendo de la tuya, pero estoy dispuesto a explicártelas, a hablarte con la verdad porque no he sentido esto antes, no he sentido la necesidad de tener a alguien cerca. Quiero hacer las cosas bien, Liv.

Ella rompe el agarre en nuestras manos para acunar mi rostro.

—Entonces las haremos bien —asegura con suavidad. —Estoy dispuesta a hacer lo que tú quieras, porque yo también quiero conocerte, quiero que lo que sea que vayamos a intentar funcione.

Se acerca, sus labios rozan los míos y me permito disfrutar del contacto, me permito disfrutar de la sensación que me provoca el roce de su piel contra la mía. Olivia se acomoda, justo sobre mí y dejo caer la espalda sobre el colchón.

El camisón se corre hacia arriba, así que mis manos recorren la suave piel de sus piernas con total libertad.

—Creo que esto está muchos pasos adelante —susurra con diversión contra mis labios.

—No me importaría en lo absoluto saltarme algunos pasos —aseguro. Ella sonríe, aparta su cabello, colocándolo solamente del lado derecho mientras se inclina hacia mí.

Sus labios atrapan los míos, en un beso lleno de sentimiento, se mueve y la fina tela de la que está hecho su camisón termina por correrse.

—Liv...—mi voz sale en un susurro ronco cuando ella se mueve contra mí, el vaivén de sus caderas contra las mías me provoca una sensación única de placer. Mis manos se aferran a su cintura, con firmeza, pero no la suficiente como para evitar que continúe moviéndose. Uno de los delgados tirantes del camisón se desliza por su hombro. Mi vista viaja desde su mentón hacia su clavícula, siguiendo cada parte de su piel hasta llegar al borde del camisón.

Por inercia, elevo una de mis manos hacia su pecho, Liv echa la cabeza hacia atrás, mientras un suspiro brota de sus labios al sentir el masaje que imparto. Su pecho cabe perfectamente en una de mis manos, no dejo de mirarla, balanceándose con suavidad y consiguiendo que el roce de su cuerpo contra el mío, consiga volverme loco.

Me aseguro de tener un agarre firme antes de tomarla y rodar en la cama, Olivia ríe mientras ahora soy yo quien está sobre ella. Enrosca sus manos alrededor de mi cuello, apegándome a su cuerpo. Nuestros labios se encuentran en cuestión de segundos y la misma sensación placentera vuelve.

La parte inferior de su cuerpo está totalmente descubierta, así que soy capaz de sentir la suave tela de la que está hecha su ropa interior.

—¿No estás demasiado adolorido para esto? —inquiere con tono juguetón.

—Oh, Brooks, jamás estaré demasiado adolorido para esto —afirmo mientras tomo los bordes de las bragas y las deslizo por sus piernas.

Ella suspira cuando mis labios abandonan su boca para recorrer desde su mentón hasta su clavícula, el tiempo nos consume, entre suspiros y sensaciones placenteras explotando en nuestro interior. Las prendas estorban, y en cuestión de segundos la tengo frente a mí, removiéndose sobre el colchón con los ojos cerrados.

—Joder, eres tan bella —me permito recorrerla, sentirla, le permito a mis manos explotar cada parte de su cuerpo con detenimiento, con tanta suavidad como me es posible.

Quiero grabarla en mi mente, quiero saberme el recorrido de su cuerpo de memoria.

—Luke...—mi nombre brota de sus labios en medio de un suspiro entrecortado. Me muevo contra ella, mis manos se colocan a los costados de su cuerpo mientras mis labios recorren cada centímetro de su piel.

Olivia aquea la espalda cuando una de mis manos se posa en la parte sensible de su cuerpo, un gemido particularmente sonoro abandona su boca mientras las yemas de mis dedos recorren la suave piel de la zona. Haciendo trazos suaves, explorando cada centímetro.

Abre las piernas, permitiéndome acomodarme en medio de ellas mientras mis labios se apoderan de los suyos. Dejo de besarla para permitirme recorrer su cuello de nueva cuenta, mis labios dejan besos húmedos desde el mentón hasta su pecho, me detengo ahí.

Sonrío con satisfacción cuando Olivia gime mi nombre, siento sus manos aferrarse a mi espalda y cuando hago un movimiento, chocando mi pelvis contra su cuerpo, siento sus uñas clavarse en la piel de mi espalda.

No sé con exactitud cuándo tiempo permanezco de ese modo, deleitándome de los sonidos placenteros que brotan de su cuerpo, permitiéndole a mis manos recorrerla por completo y robarle suspiros que amenazan con volarme la cordura.

—Luke, necesito...—ella se detiene, me enfoca mientras me acomodo sobre su cuerpo—. Necesito que lo hagas ya.

—Dime, Brooks, ¿qué necesitas? —muerdo el lóbulo de su oreja, Olivia suspira antes de elevar las caderas.

—Te necesito ahora —exige con firmeza—. Te necesito dentro de mí.

Una risa ronca abandona mi boca mientras extiendo una de mis manos para conseguir llegar al cajón, tanteo a ciegas y suelto una maldición cuando no consigo encontrar el pequeño empaque.

—Con un demonio —me aparto de su cuerpo, la escasa luz de la lámpara es suficiente para hacerme saber que, dentro del cajón, no está lo que busco.

—Liv...—sus manos se aferran a mi cuerpo—. No tengo...

Sus labios se apoderan de los míos, sonríe en medio del beso, y se aleja lo suficiente para susurrar.

—No necesitas uno.

—¿Estás segura? —inquiero.

Asiente. Eleva las caderas, cierro los ojos mientras un jadeo brota de mis labios, repite la acción, el roce de su piel contra la mía me dota de sensaciones que estoy completamente seguro que podrían hacerme volar la cabeza. No deja de moverse, no deja de rozar nuestra piel con la del otro y me creo capaz de perder el control aquí mismo.

—Mírame, quiero que me mires, Liv. —pido.

Ella lo hace, sus ojos me enfocan mientras me acomodo entre sus piernas, muerde su labio inferior, una sonrisa se dibuja en mis labios antes de entrar en ella.

Un gemido fuerte brota de sus labios, siento sus uñas enterrarse en mi piel, mi cuerpo reacciona ante lo estrecha que está, me muevo, intentando encontrar el ritmo adecuado. Sé que lo he conseguido cuando gime mi nombre, removiéndose debajo de mi cuerpo y apretando las piernas a mis costados.

Aumento la rapidez de mis movimientos cuando grita mi nombre, la intensidad de mis embestidas contra ella es mayor conforme los segundos avanzan. Envuelve las manos alrededor de mi nuca, apegándome a su cuerpo, gruño mientras siento cada parte de mi cuerpo ser llenada de placer. Las sensaciones se disparan y pronto, siento que puedo acabar ahora mismo.

Olivia pronuncia mi nombre en medio de un gemido inundado en placer, el sonido me parece glorioso, me toma un par de bombeos más contra su cuerpo para conseguir dejarme ir por completo, un gemido abandona mi boca mientras siento el placer acumularse y estallar como una maldita bomba.

Nuestros labios se encuentran en un beso más suave, más calmado. Sonrío, dejándome caer a un costado de la cama. El sonido de nuestras respiraciones es todo lo que llena la habitación.

—Quiero hacer las cosas bien —su voz suave me hace abrir los ojos, abro los brazos, Olivia se acomoda contra mi cuerpo —realmente quiero hacer las cosas bien.

—Yo también, Brooks —susurro —Yo también. 

_______________________________________________________________________________

Jab: es el golpe con mayor alcance de los básicos, y uno de los más utilizados ya que nos permite distanciarnos del oponente a la vez que mantenemos bien la guardia.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro