Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

13.- Una excepción.

El que el consejo se enterara de la situación real de la empresa, desató una completa locura. Los accionistas parecían haber entrado en pánico, no creían que una empresa tan "estable" como lo eran las empresas de Matías Brooks en realidad pudieran estar tan cerda de la quiebra.

Pero era así.

Así que optaron por implementar medidas extremas, recorte de personal, despidos injustificados que solo ocasionaron más problemas de los que ya teníamos. Más de un reclamo fue presentado, y eso ¿qué generó? Claramente más gastos, justamente lo que queríamos evitar.

Mi padre parecía estar a punto de perder la cabeza, Lucas también, ninguno de los dos hombres parecía saber qué hacer, y luego, estaba yo. Que tenía que tolerar sus constantes reclamos y mal humor por cosas que, en un principio, no eran mi culpa.

—Tal vez debas irte despidiendo de tu vida de princesa —pronuncia Zack con burla mientras se deja caer de manera despreocupada sobre el sillón.

—¿Estarás enojado conmigo por siempre? —inquiero—. Supéralo ya, Zack.

—¿Cómo superar el hecho de que mi única hermana está saliendo con un pobre diablo? Te creí más inteligente, Liv.

Ruedo los ojos, emitiendo al mismo tiempo un bufido frustrado.

—Primero, no es ningún pobre diablo —reprocho —deja de llamarlo así. Y segundo, salir con Luke no tiene nada que ver con mi inteligencia. Tendrás que acostumbrarte a él, y no provocarlo y hacer que te rompa la nariz de nuevo.

Una mirada molesta es lo que obtengo como respuesta.

—Bueno, entonces cuando la empresa esté oficialmente en quiebra, espero que ese idiota tenga lo suficiente para darte la vida a la cual te has acostumbrado —murmura con una sonrisa divertida —o te verás en la necesidad de vender tu bonito hogar para mudarte a un reducido espacio en los barrios bajos.

—Cierra la boca —espeto —no estamos en quiebra, y tendrá que pasar mucho tiempo antes de vender mi casa. Además, Luke no tiene un reducido espacio en los barrios bajos. Si no fueses tan fanfarrón y egocéntrico, tal vez pudieses ser capaz de darte cuenta de eso.

Como si el hecho de mencionar su nombre fuese manera de invocarlo, mi celular suena. Zack suelta una risotada en cuanto nota el nombre en la pantalla, y me hace un gesto para responder.

—Tú príncipe llama, tal vez deberías decirle que pronto deberá mantenerte —lanzo una de las almohadas en su dirección con fuerza mientras me incorporo.

Detestaba esta faceta de Zack. Es mi hermano, y la gran mayoría de las veces es agradable, incluso eso es un factor para que nuestra relación sea tan buena aun cuando nos llevamos escasos dos años, así que, en momentos como este odiaba que intentara mostrarse tan malditamente superior.

—Hola —respondo apenas coloco el celular contra mi oreja.

Hola, Brooks —sonrío cuando saluda empleando mi apellido —¿estas libre hoy? Quiero invitarte a cenar.

El recuerdo de todo el trabajo que había que hacer en la empresa llega a mi mente. Mi padre estaba lo suficientemente ocupado embriagándose con Lucas como para preocuparse por los informes mensuales que presentaríamos la semana entrante al consejo.

—Lo siento, Luke —pronuncio con suavidad —estoy en medio de una situación complicada en el trabajo, tendré que trabajar hasta tarde. ¿Podemos posponerlo para otro día?

Claro —la comprensión en su voz me hace sonreír—. ¿Cómo estás?

Me sorprende el hecho de que no colgara la llamada apenas obtuvo una negativa a su invitación. Salgo al jardín, la brisa fresca me golpea apenas pongo un pie afuera, y camino hacia la pequeña sombra que uno de los árboles en el lugar brinda.

—Ha sido una semana complicada —confieso—. No quiero quejarme de mi trabajo contigo. ¿qué me dices de ti? ¿Cómo va el entrenamiento?

Va mejorando —confiesa.

—¿Tu entrenador ya no es tan odioso?

El sonido de su risa al otro lado de la línea me llena, haciendo mi sonrisa un poco más grande.

No tanto —murmura —he comenzado a practicar con algunos chicos del gimnasio, mejorando los golpes y la agilidad. —informa.

—Eso es grandioso, tal vez algún día pueda llegar a verte entrenar —sugiero. El silencio me recibe, sin embargo, antes de que pueda pensar que ha sido una mala idea decir aquello, él responde.

Eso me gustaría muchísimo —responde con suavidad —serás bienvenida al gimnasio, solo avísame, porque no quiero que me encuentres en medio de una sesión de golpes. Sé que no te agrada ver eso —pronuncia con diversión.

—Solo me agrada ver si eres tú el que golpea, no que te golpeen —confieso riendo un poco.

Una voz de fondo se escucha diciendo su nombre, así que me mantengo en silencio.

Lo siento, Liv. Tengo que dejarte —informa —me alegra haber hablado contigo, tenemos una cena pendiente.

—Tenemos una cena pendiente —repito —adiós.

Él se despide y la llamada se cuelga, permanezco con una leve sonrisa mientras regreso al interior de la casa. Mi gesto se esfuma cuando noto a Zack esperando por mí en el umbral de la puerta.

—Solo me agrada ver si eres tú el que golpea, no que te golpeen —pronuncia imitando una voz chillona —Olivia, mi querida hermana, tal vez deberías dejar a un lado a Lewis y buscarte a alguien que sea capaz de darte esto —señala nuestro entorno —si la empresa se va a quiebra, vas a necesitarlo porque papá no será capaz de ayudarte esta vez.

—¿Qué hay de ti? —inquiero cruzándome de brazos.

—Yo tengo esto —dice elevando los puños —puedo ganarme perfectamente la vida por largo tiempo más y asegurar mi futuro. En cambio, tú, si la empresa quiebra perderás tu puesto y el gran sueldo que tienes por ser la hija del dueño. Piénsalo, Liv.

Me dedica un guiño antes de darse la vuelta. Sin darme oportunidad de responder y solo se marcha.

No vi a Luke en todo el resto de la semana, estuvimos posponiendo nuestra cena por varios días hasta que ambos entendimos que era prácticamente imposible vernos. Él estaba demasiado concentrado en su entrenamiento, y yo, intentando no ahogarme con la situación en el trabajo.

Parece ser que el plan de Zack de arreglar una pelea no funcionó, Kurt, su promotor no había sido capaz de encontrar a un solo boxeador que aceptara una pelea por el cinturón, que fuese arreglada. Nadie quería venderse de esa manera.

Pese a eso, tuvo que tener peleas para que el título siguiera siendo suyo, estaba de sobra decir que no había sido suficiente. Las empresas Brooks parecían estarse enfrentando a un inminente cierre.

Mi padre no hablaba sobre eso, pasaba horas encerrado en su oficina con Lucas, el personal se había reducido a la mitad, los gastos se habían recortado y desistimos de más de un servicio que no era indispensable.

Pero nada parecía ser suficiente. El administrador decía que necesitábamos reponernos pronto, pero los pronósticos para la empresa no eran alentadores, no había forma, los clientes comenzaban a preferir a otras empresas, y las materias primas cada vez aumentaban más los costos de producción, no resistiríamos demasiado.

Tomo una de las pastillas del pequeño frasco blanco, luego, doy un rápido trago al vaso de agua. El dolor de cabeza que me acompañaba casi diario se había convertido en mi compañero habitual pero también en mi mayor enemigo.

El timbre de la casa suena, suelto un soplido mientras abandono la cocina para ir hacia la puerta. Abro sin mirar antes, y cuando lo hago, Luke aparece frente a mí.

—Oh ¿llego en un mal momento? —inquiere con una sonrisa apenada. Sostiene un pequeño ramo de flores en una de sus manos, y en la otra, una bolsa de lo que creo es sushi.

—Hola —respondo sonriendo un poco—. No, pasa.

Me aparto, dejándolo entrar a la casa y lo hace.

—No llamaste —murmuro mientras lo sigo hacia la cocina.

—Quería que fuese sorpresa, y no quería recibir alguna excusa para que decidieras no verme —bromea.

—No ha sido eso, solo...—un suspiro cansado brota de mis labios —ha sido una semana muy complicada.

—Sí, puedo imaginarlo —responde con comprensión. Extiende las flores en mi dirección, las cuales tomo siendo incapaz de ocultar la sonrisa en mis labios.

—No imaginé que fueses la clase de chico que regala flores —pronuncio con una leve sonrisa—. Gracias, es un lindo detalle. Y no es fecha especial así que...

—Claro que es fecha especial —corrige. Elevo la mirada, frunciendo las cejas mientras lo observo con confusión.

—¿Y qué se supone que fecha es? —inquiero.

—Brooks, ha pasado un mes desde que comenzamos a salir —informa —y me refiero a salir oficialmente. Aquella noche en la bodega ¿recuerdas? Justo una noche, con fecha como hoy.

Una sonrisa tonta se plasma en mis labios, ¿Cómo podía recordar la fecha exacta de cuando comenzamos a salir?

Es increíble ver que había pasado un mes tan rápido. En cierta parte el tiempo era poco, pero había algo que me hacía sentir como si llevara años conociendo a Luke.

—¿Lo recuerdas? —inquiero con un toque de incredulidad, pero sin ser capaz de dejar de sonreír —¿tan buena memoria tienes?

—Digamos que es una de mis habilidades —responde él con una sonrisa ladeada. —Así que ¿feliz primer mes de estar saliendo?

Una carcajada brota de mis labios, Luke rodea la barra que nos separa y se coloca frente a mí. Sus manos se adueñan de mis caderas mientras me apega a su cuerpo, es hasta entonces que noto el cambio que hay en él.

—Oh vaya ¿tres semanas y consigues este cuerpo? —inquiero con una sonrisa juguetona en el rostro.

Él ríe, echa la cabeza con ligereza hacia atrás mientras el sonido nos llena.

—No es un gran cambio —pronuncia encogiéndose de hombros —creo que pasar más de cinco horas en el gimnasio tiene sus ventajas —objeta.

—Hablando de eso ¿Cómo va todo? ¿Has programado tus exámenes para la licencia? —inquiero.

—Justin dice que es demasiado pronto —masculla con una mueca —no cree que aún esté listo para los exámenes.

—Ya llevabas un entrenamiento previo, tu condición es buena, debería ser menos tiempo —él asiente con ligereza a mis palabras.

—Eso mismo pensé —masculla en un suspiro —pero parece ser que estaba equivocado.

Coloco una mano sobre su pecho.

—Debes ser paciente, cuando el momento llegue entonces brillarás. Estoy ansiosa de verte sobre un cuadrilátero, con guantes y todo eso. —Hago unos movimientos con las manos, lanzando ligeros golpes causando que más risas broten de él.

—Yo igual estoy ansioso de que eso ocurra —confiesa colocando una leve sonrisa en los labios—. He esperado esto por tanto tiempo, que ver que estoy cada día más cerca, hace que me sienta como en un sueño.

—¿Has hablado de nuevo con tus padres? —inquiero.

Él niega.

—Han sido claros, no quieres que los llame y eso es justo lo que estoy haciendo —confiesa. Intenta sonreír, pero la sonrisa no llega a sus ojos—. En todo caso, no importa, no es como si hubiese tenido su apoyo antes.

—¿A qué te refieres? —la curiosidad en mi voz es notable, y temo que él pueda considerarlo como una clase de intromisión.

Se aparta, solo para conseguir acomodarse sobre la banca y comenzar a abrir el empaque de comida.

—Siempre he sido el hijo que más problemas les ha causado a mis padres. El box siempre ha sido algo que he deseado, pero ellos, en su argumento de estar preocupados, jamás lo han permitido.

—¿Y tus hermanos? ¿Qué opinan de eso?

—Caleb me apoya tanto como puede, pero creo que en el fondo no lo termina de aceptar, y Montserrat, bueno, ella es más como mi madre, lo que es gracioso porque soy el hermano mayor. No se oponen a lo que quiero hacer, lo que en realidad ya es un avance.

Lo observo tomar un rollo de sushi y luego llevárselo a la boca, me resulta atractivo la manera en la que su mandíbula se mueve. Luke Lewis de perfil es apuesto, más que atractivo. Era algo así como, una escultura.

No puedo evitar que una risa me invada ante el repentino pensamiento de eso. Luke eleva la mirada, observándome con curiosidad.

—¿De qué te ríes?

—De nada —miento mientras me acomodo a su lado para comer.

—¿A caso soy gracioso comiendo? —inquiere arrugando la frente —porque me estabas mirando comer y luego reíste así que...

—No, no —me apresuro a responder —solo estaba pensando en algo—. No es del todo una mentira.

—¿Y ese algo es...?

—Que pareces una escultura —él deja de comer, permanece quieto como si eso le permitiera entender mejor lo que acabo de decir. Luego, sigue masticando con lentitud.

—¿Una escultura? —inquiere. —Creo que de todos los cumplidos que he recibido, ese es el más extraño —confiesa—. ¿Por qué una escultura? ¿A caso soy muy...tieso?

Una carcajada abandona mi cuerpo, me hace reír con fuerza que casi me atraganto con el pedazo de sushi que había llevado a mi boca segundos atrás.

—Olivia, no te rías —pide—. Estoy hablando en serio ¿por qué me comparas con una escultura?

—¡Por lo bello que eres! —exclamo y me arrepiento al instante. Ahora es su turno de reír. Siento mi rostro calentarse y suelto una maldición mientras apoyo los codos sobre las losas y escondo mi rostro entre mis manos.

—Vamos, Brooks, no seas tímida —bromea golpeando mi costado con ligereza —da la cara.

Me atrevo a mirarlo, solo para ver la forma en la que mantiene una sonrisa ladeada en el rostro. El hoyuelo se marca en una de sus mejillas, y le sostengo la mirada a pesar de que la vergüenza me invade.

Se inclina, sus labios rozan los míos y cierro los ojos ante el tacto. La sensación de haberlo extrañado durante este par de semanas se esfuma en cuanto lo tengo contra mi cuerpo.

Nuestros labios se mueven, enrollo las manos alrededor de si cuello mientras me apego a él. Luke abandona su lugar para acercarse más, acomodándose justo entre mis piernas.

Cuando se aparta, deja un casto beso sobre mis labios antes de mirarme a los ojos.

—Me alegra estar saliendo contigo —susurra —en serio lo hace, Liv. Y voy en serio, si tenías alguna duda sobre esto, sobre lo que sea que estamos haciendo ahora, quiero borrarlas. Voy en serio, Brooks.

Sonrío.

—Yo también voy en serio contigo, Luke —confieso del mismo modo —tan enserio como me es posible.

—Bien, quería asegurarme de eso —pronuncia —no es como si lo dudara antes, pero...—una leve risa lo invade —quería que estuviera claro entre nosotros.

Asiento con ligereza.

—Siempre lo ha estado.

Se aparta de mi cuerpo, lo observo acomodarse a mi costado y continuar comiendo, las palabras que Zack había dicho días atrás vuelven a mi memoria. En la familia Brooks, se nos había enseñado siempre que debíamos ponernos como prioridad, que debíamos hacer todo lo posible para mantener el nivel que nos había costado alcanzar.

Luke rompía con esa regla. Pero no me molestaba en lo absoluto, me sentía bien con él, Luke Lewis me veía por quien era, y no por lo que tenía. Y tenía tiempo que algo como eso no pasaba.

Así que sí, él era una excepción. Y seguiría a su lado tanto como ambos deseáramos hacerlo. 

___________________________________________________________________________

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro