Capítulo 7.
Una semana, eso es lo que ha pasado desde que Blake y yo nos convertimos en "amigos" y déjenme decirles que es horrible. Extraño besar a Blake, extraño sus caricias en mi piel. Estos días sin él me han confirmado que soy dependiente de él. Blake se autoconvenció que no debíamos vernos por un tiempo para no caer en la tentación, estuve de acuerdo, ahora como me arrepiento de haber dicho que sí.
Dejé la puerta de mi oficina abierta y por ende Penny no ha dejado de mirarme desde su puesto de trabajo. Su mirada ha estado fija en mí desde que llegué y tomé mi café diario. Sé que ella quiere decirme algo pero no sabe cómo. Cansada de su mirada de escrutinio me vuelvo hacia ella y la encaro.
—¿Qué?
—¿Qué de qué?
—Penny—murmuro en advertencia.
Su rostro esta serio, sin una pizca de emoción.
—Ya casi es navidad, eso significa que tienes más trabajo, el teléfono suena a cada minuto para que tu...
—No entiendo a qué quieres llegar, ¿puedes ir al punto?—Me levanto y me aproximo a ella quedándome de pie frente a su escritorio—. ¿Qué sucede?
—Hace tres días llamaron para contratarte, no quise decir nada porque no quería estresarte o preocuparte—hace una pausa moviendo sus manos con nerviosismo—. La llamada fue desde la emisora en la que trabaja Blake. El demonio de ojos azules fue el que habló conmigo. No confirmé ni negué el trabajo, dije que debía hablar contigo primero.
Me congelo, Víctor ha empezado con su juego y lastimosamente debo entrar en él. Sé que de alguna manera quiso intimidarme con esa llamada, pensará que rechazaré el trabajo y buscará otras maneras de tenerme.
—Llama ahora a la emisora, tomaré el trabajo.
—¿Estás segura, Stella? ¿No piensas que es arriesgado?
—Si no te arriesgas no ganas, Penny. Y este es un juego que tengo que ganar.
Ya para las ocho de la noche Penny y yo estamos en nuestro apartamento, dentro de mi habitación me quito finalmente los tacones y los lanzo al suelo con fuerza. Me arrojo sobre la cama mi espalda gritando en protesta, estoy agotada. Después de mi conversación con Penny en la oficina sobre Víctor me dirigí a un almuerzo de trabajo con una pareja de lo más encantadora, el problema es que cuando se trata de bodas lo encantador de las parejas se convierte en irritantes e indecisos.
La novia, Kris, no dejaba de dudar con respecto a las decisiones a tomar. Primero dijo petunias luego girasoles, blanco para después pasar a rosa y de chocolate con fresas a chocolate con almendras. El novio, Kent, no ayudaba, el solo iba como perrito faldero detrás de la novia diciendo que ella era la que tenía la última palabra, así que cuando Kris le preguntaba a Kent si alguna cosa le gustaba él solo respondía que eligiera lo que ella quisiera. ¡Muy mal! Gracias a esa respuesta tuve a esa mujer dando gritos de desesperación porque no sabía si colocar caviar en la mesa de aperitivos.
Y es por esa razón que trato de evitar las bodas, lo único bueno que me han traído ha sido Blake.
Finalmente me levanto de la cama desnudándome por completo, coloco una toalla alrededor de mi cuerpo y luego me dirijo al cuarto de baño del pasillo, necesito con urgencia una ducha. Bajo la lluvia artificial mis pensamientos se arremolinan y brotan de mis poros, todo siempre es sobre Víctor, Blake, los negocios, pero esta vez pienso en alguien, pienso en Apple, ¿cómo estará esa chica? Siempre quise saber que fue de ella, si pudo escapar, si El cóctel dejó de existir, pero lamentablemente nunca conocí su verdadero nombre, nunca le quise preguntar. Ahora es que las palabras de Sandra, mi primera compañera de cuarto en aquel club tienen más valor: "Recuerda esto Berry, un nombre revela muchas cosas y tal vez si lo mantienes oculto puedas salir de acá. Él querrá tu nombre para controlarte"
Y él ha iniciado su juego para que esto se vuelva realidad. Víctor parece una serpiente, sus movimientos son suaves pero rápidos y precisos, él quiere darme a entender que no atacará, que me dejará libre y así pueda golpearme por la espalda, lo que no sabe Víctor es que lo conozco muy bien, y me estoy preparando mentalmente para lo que va a suceder. Lo único que deseo es que nadie de los que más quiero salgan heridos.
Cierro la rosca de la ducha y salgo de ella secándome con la toalla, colocó el pijama sobre mi cuerpo y luego cepillo mis dientes con algo de desgana.
Justamente cuando estoy saliendo del baño el timbre suena, aprovecho de ir a la puerta antes de Penny, la abro encontrándome con Blake y una caja inmensa de una muy olorosa pizza. Y no lo digo de manera negativa, huele espectacular.
—¿Alguien quiere pizza?
Me muevo a un lado para dejarlo entrar pero él antes deposita un suave beso sobre mis lados dejándome algo pasmada. Él como si nada se sumerge en el sofá de dos puestos de la sala.
—¡Blake!
—¿Qué?—se encoje de hombros inocentemente.
—Los amigos no se besan.
—Claro que sí, yo lo hago todo el tiempo, ¿acaso tu no besas a Penny en la mejilla?—Sé que se está haciendo el listillo conmigo.
—¡Ese es mi punto, Blake! ¡En la mejilla! Los amigos no se besan en los labios.
—Pues tú y yo sí—zanja metiéndose un pedazo de pizza en la boca.
—Blake, por favor, tenemos un trato.
Mis labios dicen una cosa pero mi cerebro solo me pide que deje esta estupidez de lado y me suba en su regazo para besarlo como nunca. Estoy a punto de dejar todo esto atrás pero Penny llega a salvar el día cuando hace su camino hacia Blake.
—¿Trajiste pizza?
—¿A que soy el mejor amigo del mundo?
Penny me mira y luego dice—: Si no lo quieres tú con gusto me lo quedó yo.
Ruedo mis ojos con fastidio y voy hasta la cocina para buscar tres copas y una botella de vino barato que Penny y yo metimos en el carrito de compras cuando fuimos a abastecer nuestra alacena. Camino nuevamente hasta la sala encontrándome a esos dos en un charla que al parecer es interminable. Blake al verme me lanza una de sus sonrisas.
—Esta chica es genial—dice señalando a Penny haciendo que ésta se sonroje—, recuerdo que cuando la conocí parecía un conejito asustado ocultándose en su madriguera.
—Soy tímida.
—Eso no tienes que decirlo, es obvio. Pero tranquila, eso es tierno.
—¿Estas coqueteando con mi mejor amiga frente a mis ojos?—pregunto algo cabreada al ver como Blake está actuando.
—¿Qué, celosa?
—¿Yo, celosa?
—Pues yo creo que estás celosa, ¿verdad, Penny?
—Uy si, los celos brotan de sus poros.
La sonrisa burlona de ambos me da escalofríos pero me ayuda a relajarme. ¿Quién iba a creer que estos dos se unirían de esa manera?
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Capítulo dedicado al usuario mas pervertido que leído hasta ahora xD Este capítulo es tuyo Valentina :) Espero que te haya gustado.
Sigan leyendo, les queda otro capítulo :)
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