Capítulo 5.
Después de comer nuestra pasta Blake y yo nos dirigimos a su habitación. Como íbamos a tomar una siesta, antes quería poder ducharme, sentía un poco de sudor sobre mi cuello y mis hombros se encontraban muy tensos gracias al último episodio en la cocina. Como Blake nos había llevado directamente a su casa desde el aeropuerto en mi maleta aún tenía algunas prendas limpias para usar por lo que no lo dudé, las tomé y me sumergí en una lluvia artificial. Ya aseada y con mis músculos más relajados me recosté a un lado de Blake quien en ese momento estaba leyendo algo en su ordenador.
Treinta minutos después nos encontramos ambos recostados sobre el suave colchón, de cara a cara aun teniendo las luces apagadas. Sé que Blake aún no está dormido y estoy segura de que él sabe que yo tampoco lo estoy aún. De alguna manera siento que debo seguir con la historia, sin adornarla mucho. Me digo a mi misma que debo ser fuerte y no llorar, pero, ¿quién sabe? A veces los sentimientos se arremolinan en tu interior y salen a la luz.
—Hui esa noche.
—¿Disculpa?
—Hui esa noche después de que Lion abusó de mí. Llovía pero no me importaba, corrí y corrí hasta que me sentí medianamente segura. Había un container de basura y sabía que era el único lugar en donde podría cubrirme de la lluvia.
—¿Cuánto... cuánto tiempo estuviste entre la basura?
—No lo sé, quizás unas horas—La verdad es que esa es una de las cosas que están borrosas en mi mente, mi shock en ese momento era tan grande que hizo que todos los sucesos que pasaron hasta que encontré a Paulette no se guardaran en mi memoria—. No recuerdo mucho más hasta que encontré a Paulette.
—Recuerdo que me contaste sobre ella, dijiste que fue la primera persona en la que aprendiste a confiar.
—Que equivocada estaba en ese momento—suelto una pequeña risa sin gracia—. Paulette me encontró en una carretera mojada y muerta de hambre. Me ofreció comida y un lugar caliente, me monté en su auto y me llevó al que sería mi hogar los siguientes años.
Mi voz empieza a temblar por lo que me detengo y tomó una amplia respiración. Blake por su parte se acerca más a mi rodeándome por la cintura.
—Podemos dejarlo hasta aquí, no necesitas...
—No. Voy a seguir, solo... dame tiempo.
—De acuerdo, Pebbles.
Cierro mis ojos y me transporto a ese día en El Cóctel, a pesar de que me había negado a ser una prostituta finalmente me había convertido en una.
—El Cóctel es un prostíbulo al sur de Nueva Jersey, aunque no estoy segura de que éste algún exista.
—¿Lo buscaste?
—La persona que me ayudó a escapar se quedó ahí y yo quería saber si ella aún estaba. Pero esa es otra parte de la historia—Una mueca se forma en mi rostro recordando a Apple—. El Cóctel tenía algo especial que conectaba conmigo, todas las chicas que trabajaban ahí adoptaban un nombre artístico, una fruta. Las frutas comunes eran las chicas comunes, se enumeraban si se repetía la fruta, solo los que tuvieran un ingreso más bajo podían acostarse con ellas. Luego están las frutas exóticas, las chicas que tenían algo especial, solo ellas tenían esa fruta. Paulette dijo que fue cosa del destino que consiguiera una Berry, porque no había nadie en ese lugar que aún hubiera adoptado ese nombre. Me negué a ser una prostituta, así que me ofreció trabajo en la barra. No sabes como pude aprender sobre bebidas alcohólicas gracias a mi mamá.
»Me pagaban y vivía gratis en El Cóctel, estudiaba cuando tenía tiempo y a su vez ahorraba. Conocí a muchas chicas, algunas me hablaban y otras solo pasaban de mí. Apple era una chica que no se juntaba con nadie, a regañadientes hacia su trabajo. A diferencia de muchas de las que estaban ahí ella no estaba por cuenta propia, su padre la había ofrecido como pago, era horrible verla, ella sufría, Blake.
—¿La chica que te ayudó a escapar? Por eso quisiste buscarla luego de que huyeras—La voz de Blake suena ronca—. ¿Qué pasó después?
—El jefe pasó. Ya tenía seis meses en el lugar cuando el jefe finalmente se había manifestado y al parecer le había gustado que no había sido tocada por nadie de ese lugar. Se declaró mi dueño ese día—Vuelvo a tomar un respiro antes de soltar la bomba—. Víctor Williams era el jefe de El Cóctel, Blake.
Lo siento tensarse. Toma asiento en la cama, lo imito, enciendo la lámpara en la mesa de noche y observo su rostro. Esta shockeado, él conocía la faceta del tipo maltratador de su hija, sabía que era malo, pero no estaba al tanto de que tan enfermo está ese hombre. Al ver cómo reacciona o dice nada continuo con mi relato.
—Sin embargo él no me había tocado, no todavía, pero las cosas habían cambiado, Paulette apenas cruzaba palabras conmigo y las chicas... las chicas me miraban con lástima.
»El día llegó, el gritó a los cuatro vientos que era suya y luego me llevó una habitación y me poseyó.
El nido en la garganta me permite terminar la frase pero luego de hacerlo no puedo decir alguna otra palabra. Solo puedo ver a Blake. Su mirada perdida se mantiene al frente y siento como él realmente no está ahí. Me arrastro poco a poco sobre la cama hasta llegar hasta él y trato de tomar su mano pero él la aleja al sentir mi contacto. Es en ese momento que siento que estoy perdiendo a Blake.
Con las lágrimas nublando mi mirada y con la poco fuerza que me queda continúo.
—Después de eso, fue día tras día, semana tras semana, mes tras mes y año... tras año. Habían semanas que él debía viajar y no pasaba por El Cóctel, en esos días sentía paz. Le pedí a mi compañera de cuarto, una de las frutas exóticas que me ayudará a salir de ahí, me contó su historia, estaba ahí por su papá, cuando él murió quiso salir, Víctor no quería que ella se fuera, daba muy buena ingresos. Así que la persiguió y le hizo la vida imposible, tuvo que volver. Me dijo que la única manera en la que yo podía salir sin ser encontrada era si nunca le decía mi verdadero nombre. Al día siguiente...al día... —mi voz se corta y las lágrimas empiezan a correr—, ella... la encontraron muerta. Él... yo sé que... la mató. No debió decirme nada. Yo... no debí preguntarle nada. Kiwi... Sandra... Ella está muerta por mi culpa.
Es ahí cuando no puedo más, la poca fuerza que me quedaba termina yéndose y yo solo me quedo ahí con mi dolor y desesperación. Me dolió cuando Lion abusó de mí, me dolió cuando Víctor abusó de mí, pero realmente me destrozó que una persona inocente haya muerto por mi culpa.
Unos brazos me envuelven y cuando levanto mi mirada borrosa es que me encuentro con Blake. Él besa mi frente y susurra en voz baja palabras de apoyo. Él volvió a mí, él no me abandonó. Sé que le debo seguir contando mi historia, por lo que me alejo un poco de él para seguir.
—Luego de eso Apple y yo nos hicimos más unidas...
—Stella, no quiero saber más nada.
—Pero te prometí que te contaría todo, puedo hacerlo, yo sé que puedo—Mi tono de voz empieza a ser desesperado—. Yo sé que puedo.
—Y yo también sé que puedes, Pebbles, pero yo no puedo hacerlo, no soy tan fuerte y valiente como tú—Él vuelve a abrazarme con la diferencia de que su rostro es escondido en mi cuello—. Odio saber que tu familia fue una pesadilla y que tu infancia fue horrible, odio saber que ese maldito te tocó sin su permiso, odio saber que esa mujer quebrantó tu confianza, odio saber que el hijo de puta de Víctor te hizo tanto daño por tanto tiempo y odio que te culpes por la muerte de esa mujer. Odio esta maldita situación. Y malditamente odio no poder quitarte todo este dolor, Stella. Lo odio.
Siento mi cuello mojarse, separo un poco a Blake de mi cuerpo y es cuando lo veo, unas lágrimas silenciosas se han escapado de sus ojos y acompañan las muchas que están siendo soltadas por mí.
—Quiero que tengas en claro que no lloro por tristeza, dolor y ni mucho menos lástima. Estoy furioso, quiero matar a ese cabrón de Williams y quiero...
—Yo lo único que quiero es que me abraces y estés aquí para mí.
Forma una pequeña sonrisa, limpia sus lágrimas y me toma la mano para llevarme hacia la cama, me abraza fuertemente contra él después de apagar la lámpara de la mesa de noche y así nos quedamos por un buen tiempo.
—Eres una mujer increíble, siendo Berry, siendo Pebbles o siendo Stella. Eres tú, una mujer valiente, fuerte y asombrosa. Y te amo demasiado.
Mi columna vertebral se cubre de un escalofrío por sus palabras, pero por más que me impacten no las respondo, solo me quedo ahí, junto a él.
Este ha sido uno de los capítulos que más he disfrutado escribir a lo largo de todos mis escritos. Realmente no pensé que tuviera la capacidad de escribir algo así. Mis ojos se empañaron, estuve a punto de llorar, por un momento me puse en los zapatos de Stella y pensé en que hay mujeres en el mundo que han pasado por situaciones como esta.
Este capítulo está dedicado a XxLYRICSGIRLxX, realmente espero que les haya gustado tanto como a mi.
¿Se dieron cuenta? Hoy es viernes y actualicé xD Milagro.
Nos estamos leyendo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro