Capítulo 2
Vivir en la UA tenía muchas ventajas, entre ellas, pasar tanto tiempo con sus compañeros les permitía acercarse y crear vínculos. Claro que no todos querían formar amistades. Muchas veces podía verse a Ochako y Katsuki discutiendo por las cosas más simples. Ella, en específico, no le sacaba los ojos de encima. Incluso recibió comentarios de una de sus compañeras, Mina, acerca de lo pendiente que estaba del rubio de ojos rojos. Ochako había respondido tratando de ser evasiva, diciendo que no le gustaba su actitud. Algunos compañeros habían coincidido en que no les gustaba su actitud soberbia, por lo que nadie le cuestionó nada. Aunque Mina había insistido en que algo escondía.
La verdad era que Ochako estaba muy interesada en Katsuki. Quería saber cuáles eran sus intenciones, por qué estaba en esa academia. Después de mucho pensarlo, llegó a dos opciones: Katsuki era un espía o su plan era sabotear a un futuro héroe. Dado sus acciones, la opción más probable era la segunda, siendo Deku su objetivo. Por lo que se propuso tener siempre un ojo en el demonio. Adelantarse a él era su nuevo objetivo.
Katsuki era consciente del acoso que estaba recibiendo por parte del ángel, le resultaba muy divertido que esa tonta se crea capaz de detenerlo. Si ella quería un enfrentamiento, él se lo daría. Quizás así terminaría con su actitud tan molesta y él podría volver a su misión tan importante.
—Hey, ángel —la llamó en la sala común frente a varias personas. Mina no pudo evitar emocionarse—. Vení conmigo.
Ochako lo miró enojada, no le molestaba que sus compañeros supieran que era un ángel, lo más probable era que no le creyeran, pero no quería que los demás tuvieran ideas equivocadas. Él no esperó por su respuesta, se dio la vuelta y caminó a la salida. No quería hacerle caso, pero la curiosidad le ganó y terminó siguiéndolo.
Caminaron hasta un gimnasio, uno de los más pequeños.
—Lo reservé para los dos —dijo mirándola con seriedad. Cuando ponía esa expresión Ochako veía que Katsuki escondía muchas cosas, podía sentirlo—. No me mires así. Sé que no me sacás los ojos de encima.
—¿Por qué estás en la UA?
—No es tu asunto, ya te lo dije. —Se sacó la parte de arriba del uniforme deportivo y la arrojó a un costado. Comenzó a hacer explosiones.
—No voy a pelear con vos —expresó ella, contundente. Se dio la vuelta para irse.
—Si me ganás te respondo. —Eso la hizo detenerse, él sonrió. Después de un momento suspiró y también se sacó su abrigo.
—No te arrepientas, demonio. —La sonrisa de Katsuki se amplió.
El gimnasio era pequeño y no había objetos que Ochako pudiera hacer levitar, por lo que estaba en desventaja. Katsuki atacó sin previo aviso y sin cuidado, por lo que ella solo pudo evitarlo y aunque intentó tocarlo, él se movía muy rápido.
Las explosiones eran muy potentes y ella no tenía nada para protegerse, solo podía usar sus brazos para ocultar su rostro. Además, no era buena en combate cuerpo a cuerpo, Katsuki era mucho más rápido que ella y con su quirk podía atacarla a cierta distancia.
Debido a las múltiples explosiones, había mucho humo, lo cual era bueno y malo para ambos. Ochako supo que era su oportunidad para, aunque sea darle un golpe. Ganar esa pelea se había convertido en una cuestión de orgullo.
Se quedó parada tratando de encontrarlo, pero justo antes de que pudiera detectarlo, Katsuki se abalanzó sobre ella y la tiró al piso, cayendo los dos al mismo tiempo.
—Era obvio que te iba a ganar —dijo él, respirado agitado, mientras se acostaba en el piso a su lado.
—Todavía puedo hacerte flotar, no seas soberbio. —Katsuki se rio. Molestar al ángel era bastante divertido—. ¿Vas a decirme porque estás en la UA?
—¿Por qué tanto interés? ¿Sos el ángel guardián de Deku? —Ochako se rio.
—No, no soy un ángel guardián.
—¿Cuál es tu misión? —preguntó Katsuki volteando la cabeza hacia ella. El humo se había disipado bastante y pudo ver su expresión pensante muy cerca de él.
—Mmm. No tengo una misión. ¿Vos tenés una? —Katsuki se dio cuenta de que estaba hablando demasiado.
—No voy a responderle a una perdedora.
Se levantó, tomó su ropa y se fue dejándola sola.
En los días que siguieron a su encuentro en el gimnasio, las cosas se tranquilizaron entre Ochako y Katsuki. Él seguía con su actitud soberbia, su desempeño seguía mejorando y parecía que su aversión hacia Deku no había aumentado. Ochako también había mejorado, sobre todo en la lucha cuerpo a cuerpo y lo más importante, ya no estaba tan pendiente de lo que hacía Katsuki.
Fue una noche donde la situación tomó otro rumbo.
Ya había pasado bastante tiempo de la hora de la cena, el toque de queda había comenzado y todos estaban en sus habitaciones descansando o estudiando. Ochako no podía dormir, Katsuki le había preguntado por su misión, si él había supuesto que ella tenía una significaba que él sí tenía algo que cumplir.
Los pensamientos la hacían dar vueltas en la cama, haciendo un lío con las sábanas. Decidió levantarse y bajar por un poco de agua. Intentando no hacer ruido bajó por las escaleras, no encontró a nadie en la sala común por lo que aparte de servirse agua se sentó frente a la ventana. Había muchas cosas que no sabía acerca de ser un ángel y sobre los demonios también.
Sería bueno si pudiera encontrar a otro ángel con quien hablar. Estaba segura de haber sentido una energía especial el día del examen de ingreso, pero sus compañeros y profesores eran humanos. Excepto por Katsuki. Ese chico siempre estaba en sus pensamientos, quería saber más acerca de él. Quería entenderlo.
Estaba tan concentrada en sus propios pensamientos que no notó cuando alguien entró en la sala.
Katsuki había bajado solo para salir de su habitación, se sentía encerrado y sus pesadillas, que se habían puesto peores, no lo dejaban dormir. No esperaba encontrarse con un ángel melancólico. Se acercó despacio, por algún motivo no quería asustarla y que ella lo mire con disgusto.
—Yo creía que los ángeles siempre estaban contentos —expresó en voz baja.
—Sigo siendo una persona, tengo sentimientos. ¿Qué hacés despierto a esta hora? —preguntó después de observarlo un rato. —Él sonrió de lado y se sentó junto a ella.
—Siempre tenés muchas preguntas para hacerme. Sos muy curiosa. —Ochako suspiró, Katsuki nunca le decía nada.
—¿Por qué sos tan reservado? Quiero conocerte, quiero entender por qué estás acá, por qué le hacías eso a Deku. Estoy segura de que tenés un motivo. No voy a juzgarte.
Lo miraba casi desesperada, Katsuki se sintió un poco incómodo. Nunca nadie había tratado de entenderlo y mucho menos le habían prometido no juzgarlo. La gente siempre daba por sentado que él era una mierda de persona.
—Tengo una misión. El infierno necesita almas de pecadores. Mi misión es lograr que Deku se convierta en un pecador. —Ochako sintió un escalofrío.
—¿Y cómo vas a hacerlo? —preguntó casi en un susurro, temiendo por la respuesta. Él la miró preguntándose si sería prudente responderle.
—Haciendo que se suicide —dijo bajando la mirada. —Ochako cerró fuerte los ojos, sintiendo que quería llorar.
—No... no puedo, no quiero...
—No es como que me importe la vida de Deku, pero si no lo hago, el que va a pasar la eternidad en el infierno voy a ser yo.
—Tiene que haber otra manera.
Ochako sonaba desesperada, su miraba le suplicaba que hallara otra manera. Sus ojos a punto de llorar hacían que quiera consolarla. Él la miraba serio, sin alguna expresión que delatara sus pensamientos. Se acercó a ella y acarició su cabello.
—No creo que haya otra manera, ángel.
Katsuki se levantó y se fue dejándola sola y reprimiendo su propio deseo de consolarla. Ella le había dicho que no lo juzgaría y no lo hizo, le agradecía por eso. El hecho de que Ochako se preocupara tanto por Deku, sin importarle lo que pudiera pasarle a él, era lo que le dolía. ¿Pero tenía derecho a reclamarle por eso? Después de todo él era un demonio. Ellos eran enemigos naturales.
Ochako no podía ni quería creer lo que acababa de escuchar. Los demonios eran seres realmente crueles. Hacer que un humano cometa un pecado de esa magnitud para alimentar su hambre de maldad. Incluso se atreverían a sacrificar a uno de los suyos si este no era capaz de cumplir con lo encomendado.
Tenía que hacer algo por ayudar a Katsuki, no podía dejar que su alma sufra por toda la eternidad. Si encontraba la manera de salvarlo, también estaría salvando a Deku.
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