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Capítulo 32

I got you - Bebe Rexha

Charles me hizo el amor, de una forma nunca antes experimentada por mí, pues amó cada una de las parte de mi ser y de mi alma. Nada fue superficial o motivado por el calor del momento y guiado por el deseo, pues en cambio un sentimiento mayor, que nunca antes había permitido que saliera a floté, tomó las riendas de lo que en esa habitación sucedió. Esa noche cada parte se asentó y completó el rompecabezas, fundiéndose a fuego lento para unirlos de tal forma que fuera difícil separarlos, soldados como dos piezas de hierro. Sus labios recorrieron toda la extensión de mi cuerpo, provocándome al más imperceptible rocé, una conmoción descomunal, como una explosión provocada al estrellarse dos galaxias. Meteoritos salían disparados, luces de colores, corrientes electrificantes erizando y vivificando nuestra piel. Había sido mágico y real.

Y solo entonces pude conocer, vivir en carne propia, la diferencia entre tener sexo y hacer el amor. Entre compartir caricias, besos sin ningún sentimiento, bajo un invierno, y el compartir mi cuerpo y cada parte de mí al son de nuestros latidos, entremezclándose los sentimientos, acrecentando el éxtasis que ese acto junto al amor, daba como resultado: satisfacción y plenitud.

A la mañana siguiente, el sonido de un teléfono nos despertó. Al convencerme que no era el mío, Charles murmurando y profanando se levantó y atendió la llamada. Me incorporé con la ayuda de mis codos, la luz a penas y se filtraba por las cortinas, debía de ser muy temprano. Luché contra al adormecimiento mental que aún tenía, cuando algo en su conversación captó por completo mi atención.

— ¿Pero está bien?, ¿cómo fue que lo hizo si la mantienen vigilada todo el tiempo? —preguntó, la preocupación y el asombro teñían su voz. Su espalda estaba rígida, algo no estaba bien. Me acerqué sigilosamente, hasta arrodillarme a su lado, aguardando que no fuera nada grave—. ¡¿Eso les dijo?! Pero Darío... yo no puedo, no me pueden pedir que acepte... —Sacudió la cabeza con violencia—. ¡¿Acaso no se dan cuenta que es otro de sus juegos y chantajes?! ¡Y lo lamento pero no, no lo haré! —Entonces colgó. Se quedó en silencio un largo rato y temía siquiera respirar para cortar su ensimismamiento. Pero algo debía hacer, sentía que Charles estaba cayendo en un poso hondo, que se estaba alejando.

— ¿Qué fue lo que pasó? —pregunté, posando una de mis manos sobre su hombro desnudo. Giró a verme un tanto sorprendido y confundido, pero poco a poco su expresión se fue normalizando hasta dejar entrar el pesar y la culpa. Rozó mis labios, hasta que me besó con apremio y dureza—. Dime qué te tiene así, por favor —supliqué, enrollando mis brazos alrededor de su cabeza, mientras rozábamos nuestras narices.

—Paola intentó quitarse la vida —murmuró con tono ahogado y escucharlo decir aquello fue como si derramaran sobre mí un balde lleno de agua helada. ¡Eso era horrendo!—. Su padre fue quien me llamó y me contó que... ella había intentado tomar cloroformo. —Cerré los ojos, no logrando imaginar cómo se sentía Charles en ese momento—. Y no entiendo cómo pudo pasar, ¿qué no hay enfermeras que deberían estar pendientes de ella?

—Ella... ¿está bien? —pregunté. Los escuché respirar con fuerza.

—Afortunadamente sí, Ken la encontró minutos después que ocurrió... y los doctores ya intervinieron y lavaron su estomago. Pero eso no es todo... —dijo, su voz sonaba ronca debido a las emociones. Abrí los ojos y de inmediato nuestras miradas se conectaron y supe que lo que estaba por escuchar no iba a gustarme. Relamí mis labios y escuchando el golpeteo de mi corazón, pedí que siguiera hablando—... Darío, su papá, me dijo que Paola está fuera de sí y que amenaza con volver a hacerlo sí... sí yo no vuelvo con ella. —Cerré los ojos de nuevo, con fuerza, mi corazón fue estrujado por una mano invisible que parecía no querer dejarlo en paz. Me separé de él, sentándome sobre la cama.

— ¿Qué piensas hacer? —Me animé a preguntar, temiendo mucho su respuesta.

—No voy a dejarte, eso jamás, Harmonie. —Una sonrisa se deslizó a sus labios pero no llegó a tocar sus ojos—. Sé que es un chantaje de ella, siempre ha sido así solo que nunca había llegado hasta tanto con tal de obtener lo que quiere. —Frotó su rostro con frustración, sé que decía eso para auto-convencerse, pero no había seguridad en sus palabras, él sabía que no podía dar por sentadas las cosas.

—Charles... —murmuré.

—Ni siquiera se te ocurra decirme que acepte —espetó. Pestañé varias veces, ¿cómo iba a pedirle eso?, ¿cómo iba a quedarme sentada sabiendo que una vida podía extinguirse? Era una pelea interna que ambos estábamos librando, por un lado el deber y por el otro el querer.

—Debes... debemos hacer algo para impedir que ella no vuelva a intentarlo —dije, tratando de acceder a su razonamiento. Negó con la cabeza, no quería escucharme. Acuné su rostro pálido entre mis manos y lo obligué a que me mirara—. No estoy dispuesta a permitir que esto nos separe, ¿entiendes? Pero no podemos quedarnos de brazos cruzados, ella está pasando por un momento muy doloroso, no está pensando con claridad... está pérdida. No puedes dejarla a su suerte.

— ¿Y qué puedo hacer? Ella quiere que regresemos, yo no puedo, no quiero —dijo con firmeza—. Yo dejé de amarla hace mucho tiempo... te amo a ti, ahora —murmuró. Asentí con la cabeza, haciendo a un lado la conmoción que su declaración había desatado en mi ser.

—Lo sé, pero... —Era una idea arriesgada pero era lo único que se me ocurría en ese momento de desesperación—... pero puedes hacerle creer que si aceptaras. Solo debes fingir el tiempo necesario para que ella esté bien y le den el alta, mientras tanto podemos pensar en una solución.

—No sé, puede llegar a ser peor si se entera. —Besé fugazmente sus labios.

—Nadie sabe que estamos juntos... Y aunque no me gustaría ocultarlo creo que por lo pronto es lo mejor —puntualicé—. Ahora levántate, preparemos el desayuno para despejar tu mente, ¿te parece? —dije, mirando sus hermosos ojos cafés. Asintió con la cabeza y luego de un beso profundo, nos dispusimos a preparar algo de comida.

Desayunamos cada uno perdido en sus pensamientos. ¿Por qué todo tenía que ser siempre así de complicado entre nosotros? Estaba cansada de seguir luchando contra los demás, luego de haber vencido mis inseguridades, todos esos problemas que nuestro orgullo y falta de comunicación nos habían acarreado, lo único que quería era disfrutar de eso que teníamos, conocer de su mano qué era estar en una relación... porque aunque no me lo había pedido, para mí haber hablado de nuestros sentimientos más profundos, había sido más que suficiente para adentrarnos en nuestras vidas. Y lo único que pedía era un momento de paz, poder disfrutar la felicidad que solo junto a Charles encontraba, ¿por qué el destino se empecinaba en negarme todo eso? Luego de desayunar y dejar todo limpió, me fui a duchar. Para cuando terminé, Charles se encontraba cambiado y listo para irse.

— ¿Adónde vas? —pregunté.

—Quedé de verme con Brandon... se acaba de enterar. —Asentí con la cabeza, ¿por qué de pronto me comencé a sentir dejada de lado?

—Que te vaya bien, ¿me llamaras? —pregunté, tratando de mantener a raya mis sentimientos. Lo vi fruncir el ceño, me obligué a sonreír para evitar mostrar como en verdad me sentía.

— ¿No quieres acompañarme? —cuestionó, rompiendo la poca distancia que había. Aferré la toalla que cubría mi cuerpo.

—No es necesario...

—A mí sí me gustaría que me acompañaras, ira Camille así que puede ser como una cita doble. —Entornó sus cejas y soltó una corta risa—. Sé que no te gustan esas cosas y que la situación no se presta para...

—Dame unos minutos y estaré lista —dije, cortando su flujo de palabras. Besé sus labios y me encerré en mi habitación, luego de notar como sus ojos se iban oscureciendo. Debía dejar de lado toda la inseguridad que me asediaba, debía hacerlo o lo podía perder.

Salimos tiempo después de mi departamento directo al de ¿mi novio? ¡Cielos! Aún no me hacía a la idea de estar en una relación con Charles, sin embargo, no quería ser yo quien etiquetara lo que sea que teníamos, en ese entonces. Charles se duchó rápidamente y salió del baño, una toalla azul marino envolvía su cintura, varias gotas de agua danzaban a lo largo de su pecho y su cabello se miraba aún más oscuro. Pasé saliva con dificultad y traté de mantener a raya mis sentimientos, íbamos con retraso, así que, no podía permitirnos que aquello se saliera de nuestras manos, no en ese momento. Se encerró en su habitación, luego de pasarse descaradamente por toda la sala de estar, buscando sabrá Dios qué cosa.

Y mientras él se encontraba en su habitación, me dispuse a hurgar entre sus cosas, había un par de fotos donde él aparecía cuando estaba pequeño, en otras junto a una pareja que siempre suponía eran sus padres y en otras con otro niño, el cual tenía la sospecha que era Brandon. Pero en todo el tiempo que estuve yendo a su departamento —cuando solo eran encuentros casuales sin compromisos—, nunca me atreví a preguntar, simplemente me limitaba a ver sus fotografías a escondidas, imaginándome el cómo debió de ser su infancia, se miraba un niño muy feliz. Y eso me hacia recordar a cuando yo también lo había sido, cuando mi padres se amaban con locura y nuestra familia era el centro de nuestras vidas. Sonreí triste, ambos habíamos sufrido de distintas maneras la carencia de padres, ambos habíamos sufrido un corazón roto, sin embargo, Charles había experimentado dolor y abandonos más de una vez. Él había pasado por muchas cosas y siempre seguía manteniendo su sonrisa, su buen humor y todo ese carisma que me encantaba tanto. Charles, sin siquiera pensarlo, se había vuelto en esa pieza que faltaba en mi vida desquebrajada e incompleta. Ese chico de comentarios asertivos y directos, había logrado esquivar todas mis barreras y hacerse paso entre toda la porquería que había dentro de mi vida. Había ahuecado un lugar en mi corazón, entre tanto odio y rencor, mientras de apoco, fue calentando mi ser, derritiendo el hielo que atenazaba mi ser entero.

Y era una fortuna que, pese a todos mis desplantes y a todo el daño que le propicié, decidera quedarse. Ahora él podía ser mío de todas las formas que nunca imaginé desear adueñarme de una persona, así como, yo era suya cuando nunca creí permitirlo.

Y lo amaba, estaba segura que eso que sentía no podía ser otra cosa que amor, fuerte y sanador.

—Ellos eran mis padres —murmuró, estaba detrás de mí. Me giré asustada, con miedo a su reacción. Sin embargo, su mirada era apacible y una sonrisa bailaba en sus labios. Me quitó el portarretrato y se situó a mi lado, para que ambos pudiéramos ver la foto—. Esta fue la última vez que salimos juntos, habíamos ido a una zona protegida y de regreso un vehículo salió de la nada, mi papá por evitar proyectarnos contra otro auto, derrapó sobre la carreta hasta que caímos sobre una pequeña barranca, sobreviví gracias a ellos, porque lucharon para que yo saliera lo más ileso posible. Ellos murieron días después en el hospital... yo solo tuve un par de costillas rotas y una pierna inmovilizada. —Soltó un largo suspiró y me miró, sus ojos mostraban dolor pero no tan fuerte y torturador.

—No debí tomarla, lo...

—Tranquila, no me molesta que lo hagas. —Tomó una de mis manos y la llevó a sus labios—. Ahora formas parte de mi vida, quiero iniciar algo nuevo contigo y para eso debo hablarte de mi pasado, de quién soy; un pobre huérfano que lucha día con día por ser alguien en la vida y así enorgullecer la memoria de sus padres. Un hombre que te ama y está dispuesto a todo por ti. —Mis ojos se llenaron de lagrimas, ¿qué había hecho para merecerlo? No, yo no lo merecía pero lucharía por ello.

Salimos minutos después de su departamento. Y durante todo el trayendo rumbo a la casa de su amigo, comenzó a preguntarme sobre la locura que mi prima había hecho. Le dije que ella misma me había dicho que iba a luchar por él pero que yo había intentado persuadirla pero no lo había logrado. Le dije que no nos hablábamos desde que me lo contó, desde que peleamos debido a su necedad. Sin embargo, no me atreví a decirle que sospechaba que Paola la estaba manipulando, no era el mejor momento para poner en tela de juicio a ella.

Cuando llegamos, pasamos directo al búngalo que fungía como la casa de Brandon. Era de un tamaño considerable y suficiente para que viviera solo, estaba todo limpio y contaba con muebles y acabados muy sofisticados. Y tal cual Charles me había prometido, ahí estaba Camille. Me saludó, pero no con la alegría que esperé, supuse que desconfiaba de mí, después de todo había sido mi prima quien había besado a su novio. Ella se regresó a la cocina, alegando a que debía seguir cocinando, Brandon se ofreció a ayudar, pero entonces me ofrecí yo, sin dejar espacio a promulgas. Quería dejarle en claro a Camille que yo no había tenido nada que ver.

—Entonces dime, ¿en qué te puedo ayudar? —pregunté, al tiempo que terminaba de lavarme las manos. Me regaló una sonrisa plana y me indicó que terminara de cortar unas hortalizas para hacer la ensalada, luego siguió en lo suyo. Y durante un buen rato, pensé y pensé en cómo decirle que no había tenido nada que ver, pero no me atrevía, no quería tocar el tema además que nada me aseguraba que ella fuera a creerme.

—Si ya terminaste puedes ir a sentarte a la sala —dijo, sin siquiera volver a verme. Solté un suspiro y tomé todo el valor que pude recolectar.

—Lamento mucho todo lo que Ken hizo, pero debes saber que yo no lo sabía. —Sus hombros se irguieron y su espalda se tensó, con eso corroboré que mis sospechas eran ciertas, ella no me quería cerca por lo que pasó entre mi prima y Brandon—. Sé que no tengo ninguna prueba que me haga confirmarte que lo que digo es verdad, solo cuento con mi palabra. Espero en verdad que me creas. —Se giró de lleno para enfrentarme, sus ojos de un color muy singular se conectaron a los míos, no bajé la mirada en ningún momento, pues no había nada que ocultar.

— ¿Cómo puedo estar segura que todo lo que acabas de decirme es verdad? —Di un paso acercándome a ella.

—No tengo pruebas, acabo de decírtelo. Solo puedo jurarte que yo no la ayudé ni alenté a nada, es más, quise persuadirla de sus planes pero ella me engañó, haciéndome creer que lo haría. Además, luego de enterarme lo que hizo, no le he dirigido la palabra —concluí, aguardando a su respuesta.

— ¿Y a ti qué más te da que te crea? —Me encogí de hombros.

—Yo lo único que quiero es llevar la fiesta en paz contigo, más ahora que... estoy saliendo con Charles —susurré lo último—. Por favor, solo piensa en lo que te dije. Estaré esperando tu respuesta. —Sonreí. Giré sobre mis pies y me encaminé a la salida.

Afuera charlaban sobre Paola, lo sabía pues cuando llegué se callaron de inmediato. Evité rodar los ojos, así que fingí demencia, confiaba en que sea lo que sea que estuviesen hablando, Charles me lo diría luego.

Por la noche nos regresamos con Charles, condujo en silencio por toda la carretera y eso me estaba volviendo loca, ¿en verdad no pensaba decirme nada? Eso me hacía sentir un poco herida, debo de ser sincera. Pero no quería ser entrometida, no quería que Charles pensara que en ese momento que ya éramos novios, o lo que éramos, yo iba a inmiscuirme en su vida a cada minuto. Dejé que la música llenara el silencio y que mis pensamientos me recluyeran muy lejos. Sin embargo, mientras pensaba en todo lo de Paola, en mis sospechas, la mano cálida de Charles se posó sobre mi pierna desnuda. Giré a verlo, traté de sonreír, pero me sentía ansiosa, ¿qué iba a ser de nosotros? Esa respuesta me inquietaba, en demasía.

—Mientras cocinabas, Darío se comunicó conmigo... —dijo. Toda mi atención se posó sobre él.

—Sea lo que sea, dímelo —pedí. Me regaló una sonrisa débil.

—Los doctores tan pronto Paola se recupere... la enviaran a una clínica psiquiátrica para tratar sobre sus traumas psicológicos, dicen que su mente aún no ha asimilado la pérdida del bebé y que el abandono de su pareja le ha provocado un temor patológico a quedarse sola. Por eso es que me buscó a mí e hizo lo que hizo cuando me negué a seguir con ella. —Asentí con la cabeza, eso era muy lógico y aunque sonara inapropiado me provocó una sensación de tranquilidad—. Pero... —Asentí con la cabeza de nuevo, alentándolo a que siguiera—... sus padres me pidieron que fingiera que regresaría con ella, así evitan que vuelva a atentar contra su vida, solo el tiempo que le queda en el hospital y la internan en el sanatorio. Luego que este en tratamiento, yo quedaría libre...

— ¿Qué les dijiste? —pregunté. Esa alternativa era viable, pese a que yo misma se la había sugerido, no me gustaba del todo pero prefería que estuviese con ella durante unos días, mientras ella seguía en el hospital, a que Charles no hiciera nada y vivir con el miedo a que ella hiera algo, a cargar con el peso de la culpa si ella se quitaba la vida.

—Les dije que les avisaría, quería consultarlo antes contigo —dijo, ladeando sus labios en una sonrisa. De inmediato algo pesado se instaló en mi pecho, que él me tomara en cuenta solo me dejaba al descubierto cuánto le importaba.

—Hazlo —alenté—, haz todo lo que puedas para ayudarla durante el tiempo que siga en el hospital. Yo no me molestaré, solamente te pido que... —Hice una mueca con mis labios, ¡solo dile que ni se le ocurra besarla o algo parecido!, siseó mi mente—... no vayas a besarla ni nada —murmuré, demasiado avergonzada. Lo escuché soltar una corta risa, volví a verlo, sonreía.

—Ni de loco. Mis besos solo son tuyos, mi corazón es tuyo, ¿qué no lo entiendes? —preguntó, mientras se acercaba a mi condominio.

—Lo sé... —respondí bajito, sintiéndome sonrojada igual que una jovencita. ¿Qué diablos me pasaba? Sin embargo, no podía evitar sentir celos, pero confiaba en él, con todo mi ser y también lo amaba, ¿para qué negarlo?—... Charles, te amo.

—Lo sé, Harmonie, créeme que ahora más que nunca lo sé.

N/A: ¡Lo dijo, maldita sea! Me siento tan emocionada y feliz 🙊, ellos dos van por un buen camino, sin embargo, hay cosas aún que deben pasar y solucionar, así que... ¡Nos leemos pronto!

PD: Voy a comenzar a dedicar capítulos 🙈❤️ y si quieren uno pueden decirme acá en comentarios, pero OJO voy a tomar en cuenta primero a quienes han comentado y votado, pero no sé pongan tristes pues hay muchos capítulos para dedicar, solo comenten que quieren uno y yo se los dedico, besos 😘.

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