Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12

Robbers - The 1975

No sabía si lo que acaba de pasar era correcto, no sabía si haber llegado hasta ese punto me traería serias consecuencias, pero no me  había importado. Todo había sucedido sin reparos, sin planearlo o pensarlo. Y es que aun sentía el sabor de su piel en mi paladar, aun podía cerrar los ojos y revivir todas las sensaciones que me había hecho sentir. No había sido el mejor encuentro pero eso no quitaba lo placentero que había sido. Solo esperaba que luego de todo eso, Charles no se sintiera con derechos, se lo había advertido. No me gustaban los compromisos, las ataduras y no pensaba en cambiar nada de mi vida.

Se fue entrada la madrugada, se despidió con naturalidad; no alardeó ni se jactó de haberme dado la mejor noche de mi vida —como muchos con los que había estado—, tampoco tuvo la intención de quedarse y "acurrucarse", sino que, como si nada hubiese pasado, se marchó. Dejándome sorprendida y un tanto expectante. Sin duda que siempre me tomaba desprevenida.  

A la mañana siguiente me fui a mi trabajo, iba retrasada pues el no haber dormido mis horas necesarias me habían acarreado una pesadez y cansancio en mi cuerpo sin mencionar que cargaba unas horrendas ojeras. Parecía más un zombie con maquillaje. Y durante toda la mañana no pude evitar pensar en: cómo se comportaría Charles cuando me viera, ¿me ignoraría?, ¿se me insinuaría? Nada con él era como solía pensar seria y comprender eso en lugar de mantenerme tranquila a la espera, solo provocaba que mi curiosidad creciera exponencialmente. Y para empeorar todo, ese día no lo vi...

Salí temprano de mi trabajo, ese día había habido una junta extraordinaria para lo cual nos despacharon antes. ¡Gracias al cielo! Y como no tenía intención de irme a mi departamento y estar sola y mucho menos tenia deseos de buscar compañía... Esa tarde decidí pasarla donde mi prima. Y para reafirmar que había sido una buena elección, sin preguntar ni nada, comenzó a contarme todo lo que estaba pasando en la familia de su ex: Lucy estaba internada en un hospital y Charles, como siempre de amoroso según Ken, pidió permiso para faltar a las horas sociales y ayudar a cuidar a la pequeña. Fue entonces que recordé que la noche anterior algo había dicho... o intentado decirme. Me sentí un tanto culpable por no haberlo escuchado y en su lugar juzgarlo. Pero bueno, todo luego se solucionó, o algo así.

—Más tarde iré a ver a Lucy... —dijo Ken, atrayendo mi atención por completo.

— ¿No te traerá problemas con la novia de Brandon? —cuestioné.

—Para nada, ella es demasiado madura... —dijo, para luego quedarse perdida en sus pensamientos y odiaba que hiciera eso porque solo significaba que sabia más cosas, las cuales no tenía intención de contarme.

— ¿Por qué lo dices? —Pero yo era testadura. Movió la mano en un gesto desdeñoso. Solté un suspiro cansino, no diría más. Seguí revisando mis redes sociales, respondiendo mensajes y chequeando correos de mi trabajo cuando mi prima me hizo una inusual invitación:

— ¿Podrías ir conmigo al hospital? No quiero ir sola, ya sabes... verlo aun me afecta. —Hice una mueca con mis labios, ir a un hospital no era mi idea para pasar el resto de mi tarde—. Por favor.

— ¿Para qué quieres ir si tanto te incomoda ver a tu ex? —pregunté directamente. Era irónico a mi parecer, que ella fuera a un sitio donde no se sentiría agusto. La escuché suspirar, ¿tanto lo quería como para ir aun por encima de todo?

—Se los prometí... —Me observó con ojos de borrego, rodé los ojos al cielo. Asentí con la cabeza y mi prima comenzó a agradecerme hasta el cansancio.

Salimos alrededor de las cuatro de la tarde, no sin antes advertirle que sería una visita rápida a lo cual ella estuvo de acuerdo, sin embargo, del dicho al hecho... El horario de visitas terminaba hasta la siete de la noche, debido a que era un hospital privado y exclusivo. Llegamos mucho más rápido de lo que me hubiese gustado, entramos al inmenso edificio que olía a medicamentos desagradables, igual al que de pequeño te obligan a ingerir. Entonces recordé que era el mismo hospital donde conocí a Charles... cuando Brandon y su novia fueron internados. Nos guiamos por los rótulos hasta la área de pediatría, ahí le preguntamos a la enfermera que estaba en la recepción sobre Lucy O'Donnell. Y luego de identificarnos nos respondió:

—Se encuentra en el piso de arriba, en la habitación número diecisiete.  

Usamos las escaleras pues el elevador estaba en un piso demasiado alejado. Cuando llegamos a la pequeña sala de espera, ahí se encontraba Brandon y otras personas más que no reconocí. El ex de mi prima al vernos se levantó y se acercó hasta nosotras, nos sonrió pero esta no llegó a sus ojos, los cuales estaban cansados y apagados.

—Muchas gracias por venir... —Su voz era apagada y denotaba lo cansado que se hallaba.

— ¿Cómo esta Lu? —preguntó Ken, observé sus reacciones: manos enlazadas y apretadas, sus ojos mirando a cualquier punto menos al chico ojo azul. En verdad que le afectaba su cercanía, comprendí admirada.

—Pues mejor, mañana le dan el alta. Pero eso no evita a que se frustre, ya sabes... es un terremoto dorado —dijo, sonriendo de medio lado. Mi prima asintió con la cabeza, sus mejillas estaban un tanto sonrosadas—, ¿quieren verla?

—Claro, me gustaría... —Dieron unos cuantos pasos, pero al ver que no los seguía volvieron a verme.

—Vayan ustedes, yo estoy bien aquí —respondí. Asintieron con la cabeza  y pronto desaparecieron por el largo pasillo.

Saludé a los presentes al pasar a su lado, buscando sentarme en una de las bancas que se encontraban al otro lado de donde ellos estaban. Saqué mi móvil y comencé a ver el inicio de mis redes sociales, buscando distraerme, sin embargo, de pronto una sombra se posó frente a mí, oscureciéndome. Y no hacia falta de mirara para saber quién era, reconocía ese par de zapatos donde fuera.

—De todas las personas que creí ver aquí, tú no encabezabas mi lista —dijo. Alcé la cabeza y lo vi, sonriéndome de aquella forma natural, mirándome sin dobles intensiones. Mirarlo en ese instante me desconcertaba hasta el punto de dudar si lo que había sucedido la noche anterior, había pasado en realidad.

— ¿Con eso quieres decir que te alegras de verme? —pregunté un tanto sarcástica. Sonrió al tiempo que sacudía la cabeza.

—Por supuesto, ¿puedo? —preguntó, señalando el asiento junto a mí. Asentí con la cabeza con incredulidad camuflajeada de frialdad, habíamos tenido un encuentro tan intimo y me preguntaba algo tan insignificante—, ¿tú también veras a Lucy?

—No lo creo, no me conoce... dudo que le haga gracia ver a una extraña —dije y durante todo el trayendo de mi oración el ceño de Charles se fue arrugando.

—Nada que ver, seguro le encantara conocerte. Vamos, acompáñame... —pidió, levantándose y moviendo su cabeza en dirección del pasillo. Sacudí la cabeza en una negativa, no era buena con los niños. Pero frente a mi negatividad, y como era de esperar, le importó poco. Me tomó de la mano y me haló, arrastrándome hasta las afueras de la habitación diecisiete.

—En serio, Charles. No es buena idea que... —Entonces abrió la puerta.

—Lu, he traído una visita... —dijo, haciendo uso de una dulzura en su voz que nunca había oído.

—En serio, ¿Quién? —cuestionó una suave vocecita.

El castaño entró a la habitación, jaloneándome hasta que hice igual. Y al hacerlo lo primero que vi fue a una hermosa niña sentada sobre una camilla, usando un cabestrillo que inmovilizaba su brazo izquierdo, estaba un tanto pálida pero su sonrisa y ojos chispeantes denotaban que tenía mucha energía y luz.

—Es una amiga, que quería conocerte. —La pequeña me sonrió y le correspondí el gesto. A un lado de la cama se encontraba Brandon Y Ken, mirándonos con diversión. Ladeé el rostro, tratando de ocultar la incomodidad que sentía.

—A ella le gustan las princesas como a ti, Lucy —dijo mi prima. Volví a verla abriendo los ojos como platos. ¿Por qué demonios tenía que decir eso? Inmediatamente Charles soltó una risita por lo bajo y quise golpearlo. A toda mujer alguna vez le gustaron las princesas cuando era niña, era normal, ¿no? Lucy me miró curiosa, entornó los ojos, en un amago de estar evaluándome, lo cual me causó gracia, pero obviamente no lo demostré.

— ¿Qué princesa te gusta? —preguntó con tono investigador. Me encogí de hombros.

—Todas, pero Ariel es mi favorita. —Y al decirlo el rostro de Lucy se iluminó.

—Ella también me gusta mucho pero mi favorita es Rapunzel, de Enredados, ¿ya viste la película? —Asentí mostrando entusiasmo—. Esa es la película favorita también de Charles. —Mi cabeza giró de inmediato buscando al aludido, quien tenía la cara roja. Brandon y Ken soltaron una risita por lo bajo. Sonreí de lado y presté toda mi atención a la pequeña.

— ¿En serio? Pero a ti, ¿qué parte te gusta más de la película? A mí cuando le trenzan el cabello, queda muy linda, casi tan linda como tú. —Los ojos de Lucy chispearon y su sonrisa se ensanchó.

Seguimos charlando un poco, Lucy comenzó a bombardearme con preguntas sobre todas las princesas de Disney, las cuales no me desagradaban responder. Y justo en ese momento entendí lo que Ken decía: Lucy es un sol, es una niña que con facilidad roba tu corazón. Era dulce, vivaz, espontanea y pese a su situación no se mostraba quejosa o triste, solamente se podía ver su frustración por no moverse como le gustaría, por poder liberar toda esa energía que bullía en su ser entero. Cuando me despedí me hizo prometerle que volvería a visitarla, y no pude hacer otra cosa que hacerlo. Fue entonces cuando Charles acordó en que tan pronto como pudiéramos me llevaría a verla. Y fue ahí, cuando pude conocer otra faceta de Charles: era todo un amor con Lucy. Abandonamos la habitación minutos después, pues la hora de visitas había terminado. Rápidamente entró la madre de Brandon quien se quedaría a cuidarla, me presentaron tanto a ella como a Camille, una chica sonriente, demasiado hermosa y con unos ojos brillantes. Y se notaba cuanto se amaban con Brandon, ambos se miraban con una adoración infinita. Charles nos acompañó hasta el estacionamiento a Ken y a mí, y durante todo el trayecto hablamos y reímos un poco.

—Muchas gracias por haber venido —dijo, estábamos frente al vehículo de mi prima.

—Descuida, fue bueno venir, ¿verdad prima? —Asentí con la cabeza.

—Cierto, fue muy bueno haber venido.

—Okay, entonces te veo luego Ken bebé —dijo, apretujando la cara de la aludida, quien le lanzó un improperio nada agradable. Reí por lo bajo—, te veo después en el trabajo —dijo refiriéndose a mí.

—Por supuesto. —Se acercó hasta depositar un beso muy cerca de mis labios. Contacto que me dejo con deseos de más. ¿Qué demonios era eso? Le sonreí un tanto incomoda, no por el gesto sino por lo que había removido en mi, supongo que aun había deseo insatisfecho. Y con ese pensamiento me subí al vehículo y nos fuimos del hospital. Y aunque me hubiese gustado decir que hasta ahí quedó toda esa maraña de pensamientos, no fue así, pues en mi ser todo comenzó y no se detuvo.

¿Qué me estaba pasando?

N/A: Y pues... su viaje ya emprendió camino, uno sin retorno, uno que les traerá severos problemas, obstáculos y cosas muy bonitas 🙊💕

Nos seguimos leyendo 😙

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro