Capítulo 6
Los jóvenes estaban sentados después del intenso beso que se habían dado, pero se habían relajado, sentados ambos intentando olvidarse de todo.
—¡Que hay tortolitos!
Era un saludo tan enérgico que despertó casi de su fantasía a la pareja, los asustó.
¿Quien era? Pues la única chica capaz de interrumpirlos, aunque logrando no ser molesta en absoluto.
—¿Midori? ¿Ryoma?
Pregunto Kirino confundido, ambos estaban paseando juntos y por lo visto se habían topado con el delantero y el defensa.
—Por lo visto los rumores sin ciertos, ustedes son pareja.
Declaró la pelirroja.
—¿Nos estaban espiando?
Pregunto Tsurugi, algo molesto por haber quizás encontrado al artifice de los rumores.
—¿Que? No, nosotros solo pasábamos por aquí ¿Por que?
Ryoma respondió por su pareja, sorprendido por la pregunta.
—Porque por lo visto están corriendo rumores de que salimos, y tenemos el presentimiento de que alguien nos espía.
Kirino respondió seguro, provocando el interés de Midori.
—Bueno, eso puede ser verdad, yo escuché que ustedes estaban juntos y por lo visto es así, además, ustedes son bastante obvios.
La pelirroja respondió, soltando una ligera risa posterior a su declaración.
—Bueno, eso puede ser... Pero no sé lo hemos contado a nadie y buenos me siento observado.
Replicó el pelirosa.
—Bueno... ¿Tienen algún sospechoso?
Pregunto Ryoma.
—Kariya y Kageyama.
Tsurugi fue tajante en su respuesta.
—Y Shindou también.
Agregó el defensa.
—Con que ellos tres... ¿Por que?
Midori pregunto, intentando buscarle la lógica al asunto.
—Los hemos visto murmurando sobre eso, incluso Shindou me confrontó diciendo que Tsurugi no era para mi.
Fue la respuesta de Kirino, quien tomó la mano de Tsurugi tras decir eso último.
—Shindou es un genio con el balón, pero aveces es un idiota, ustedes se ven muy lindos juntos.
La conversación parecía únicamente entre Midori y Kirino, lo cierto es que ellos, aunque no lo pareciera, se llevaban muy bien.
—Ay, ustedes también.
Ranmaru devolvió el cumplido, logrando un leve sonrojo en ambos.
—¿Están saliendo?
Pregunto Tsurugi.
—Es algo complicado...
Ryoma se puso una mano en su nuca debido a los nervios.
—Podriamos hablarlo en otro momento, quizás también nos estén espiando.
Sugirió Midori.
—No lo creo, ustedes no tienen tantos fans como nosotros.
Respondió secamente Kirino, mientras Tsurugi asentía de brazos cruzados dándole la razón.
—En fin... Sera mejor que se vayan de aquí, si sabemos algo les diremos.
Afirmó Ryoma.
—Contamos con ustedes.
Las últimas palabras fueron de Tsurugi, quien se levantó junto a su pareja y agradeció a ambos por su amabilidad.
La pareja de perseguidos se dirigieron a la casa de Kirino, donde se supone que estarían tranquilos.
—Este día ha sido muy raro...
Comentó el pelirosa.
—Y agárrate fuerte porque todavía no termina.
Respondió el delantero. El defensa se agarró fuerte de este último, haciéndole caso.
—Al menos lo pasaremos juntos ¿No?
Pregunto, poniendo una cara de ternura que ni Tsurugi pudo resistirse.
—Bueno, eso es cierto ¿Vamos a entrar?
—Si, mis padres llegarán tarde hoy.
Comentó Ranmaru, abriendo la puerta con su llave y dándole la pasada a su novio para que entrara.
—¿Y que vamos a hacer?
Pregunto el más alto.
—Primero, recompensarte por la horrible cena de anoche.
Respondió, ante la atenta mirada de Tsurugi.
—¿Y después?
—Despues, iré a mostrarte algo que encontré anoche, espérame aquí.
Tsurugi asintió y espero en el sofá a su novio, quien se había dirigido a la cocina, el delantero estaba curioso por saber lo que su novio le tenía preparado.
Al cabo de un rato Kirino volvió con un plato con pastel y un tenedor, y se lo entrego a su novio, quien bastante sorprendido lo recibió.
—Esto es por lo de mamá anoche, de verdad no quería que tuvieras una mala experiencia.
Se disculpó el pelirosa.
—Pierde cuidado, sabía que debía cuidarme de una u otra forma.
Contesto, comiendo un poco del pastel.
Tsurugi comió en silencio ante la mirada de su novio, quien sonrojado lo observaba, bastante contento por saber queclo estaba disfrutando.
Una vez el delantero termino de comer, Kirino lo tomo de la mano y lo llevo al piso de arriba.
—¿Donde vamos?
Pregunto el más alto, claramente confundido.
—A mi habitación, tengo algo que mostrarte.
Respondió.
Ambos entraron a la habitación del mayor, y este último cerro la puerta con pestillo.
—Sientate.
Ordenó Kirino. Tsurugi hizo caso y se sentó en la fama del más bajo mientras esté último urgaba en sus cajones en búsqueda de algo.
—¡Lo encontré!
Kirino exclamó, sacando de su cajón un disfraz oscuro algo extraño, tenía detalles en azul y era de cuerpo completo, tenía un número 10 en la espalda...
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