Cap. 15
Donde se suponía que debía estar el edificio de la revista, solo encontró destrucción y polvo.
Se quedó atónito de pie frente a las ruinas, y comenzó a temblar de la cabeza a los pies. Los ojos se le aguaron y apretó los labios intentando contenerse.
No... no, no ¡No! ¡No! ¡No!
- ¡Taehyung! - Comenzó a gritar. - ¡Taehyung! - Gritaba a la nada con las lágrimas cayendo y corrió intentando entrar al edificio destruido.
¡Por favor! ¡Por favor, no!
Con sus manos intentaba escalar entre los escombros, desesperado.
- ¡Taehyung! - Gritó desgarrado, arañándose con los restos de concreto destruido, los cristales rotos y los trozos de metal doblados.
Las lágrimas le obstruían la visión, las manos le sangraban, pero no podía importarle.
El cielo estaba ya muy oscuro, el fuego iluminaba el lugar, las sacudidas de la tierra continuaban, las alarmas seguían sonando, las personas seguían corriendo y gritando, pero él no podía ver, ni sentir, ni escuchar nada. Solo podía seguir llamando a gritos un solo nombre
¡Taehyung, Taehyung, Taehyung!
Y como si en un sueño le llamaran... escuchó su nombre.
- ¡Jungkook!
Pero él seguía luchando por entrar al edificio.
- ¡Jungkook! - Esta vez lo escuchó claro, y se giró de golpe hacia donde esa voz -Oh, esa voz- le llamaba.
Una carita envuelta en lágrimas, rodeada de unos hermosos cabellos castaños corría hacia él. Trastabilló un poco al tropezar con los escombros, pero se irguió de nuevo y continuó corriendo.
El pelinegro bajó a toda prisa de la loza destruida en la que había subido y olvidó por completo el dolor en los músculos, la falta de aire y el dolor en su costado. Solo pudo correr hacia el chico por el que su corazón clamaba.
¡Tae!
Sus cuerpos colisionaron al tiempo que una nueva sacudida removía toda la tierra.
- ¡Tae! ¡Tae! ¡Estás bien, bebé! - Exclamó con angustia y al mismo tiempo, con todo el alivio del mundo.
El castaño asintió varias veces, hundido en la curvatura de su cuello.
Lo separó un poco y le tomó las mejillas con ambas manos. Mirando esas cejas, esos ojos, esa nariz, esos labios, una vez más. Limpió con sus pulgares el camino de lágrimas que manchaban su cara llena de polvo grisáceo.
Las manos de Taehyung se aferraron a las muñecas contrarias para hundir su cara en las palmas tibias del pelinegro, cerrando los ojos.
- Viniste~.
- Te lo prometí, amor.
Taehyung lo tomó de las mejillas y unió sus labios en un beso desesperado. Pudiendo degustar el salado de las lágrimas que escurrían por sus rostros. Jungkook le rodeó fuertemente el torso, para hundirlo en el suyo, para hacerlos uno.
De pronto, un fuerte estruendo... y todo desapareció.
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