Cap. 10
Pasado
- Feliz cumpleaños a ti~. - Escuchó que canturreaban. - Feliz cumpleaños a ti~. - Y sonrió, tallándose los ojos para despertar por completo. - Feliz cumpleaños, Jungkookie~, feliz cumpleaños a ti~.
Se reincorporó en la cama, sonriendo por el despertar que acababa de tener.
Taehyung tenía un pequeño pastel en sus manos, con una velita encendida en forma de corazón y un "¡Feliz cumpleaños, amor!" escrito en el centro, con una... bueno, digamos que no era la letra más bonita de todas, pero era lo mejor que el castaño había podido hacer con la manga pastelera.
Jungkook estaba feliz. Vio a su novio tomar asiento a su lado en el colchón y acomodar el pastel frente a él.
- ¡Amor, pide un deseo rápido o la cera va a caer en el betún! - Lo apuró, y Jungkook sopló rápidamente.
El castaño sonrió lleno de alegría y dejó el pastel en la mesita de noche, subiéndose sobre el regazo de su novio a horcajadas para rodearlo por el cuello en un abrazo.
- Feliz cumpleaños, mi amor. - Y comenzó a dejar tiernos besitos por todo su rostro. - Te amo muchísimo, Jungkook.
- Si así me vas a despertar cada que cumpla años, voy a conseguir algunas actas de nacimiento falsas para que esto suceda cada semana. - Dijo con los ojos cerrados, recibiendo todos los mimos que su novio le estaba dando, mientras él lo abrazaba por la cintura con ambos brazos, sintiéndolo tan suyo como era posible.
El castaño bufó.
- Bueno, pero las próximas veces solo compraré el pastel. Estoy despierto desde las cuatro de la mañana y fue una tortura hacer que el betún quedara bien.
El pelinegro soltó una carcajada.
- ¿Tu hiciste mi pastel, bebé? - Le preguntó apretándole las mejillas con los dedos, a lo que el castaño asintió grande con la cabeza, lleno de orgullo. - Entonces hay que probarlo ya. Mi bebé se esforzó mucho hoy. - Taehyung lo abrazó fuerte nuevamente, hundiéndose en el pecho de su novio y restregando su mejilla contra la piel cálida del cumpleañero.
Esa tarde, recibieron la visita de los señores Jeon en el departamento de su hijo.
Sus suegros parecían personas agradables. Lo habían alagado mucho, diciéndole a Jungkook lo bonito que era su novio, incluso les había gustado el pastel que había horneado esa mañana, así que Taehyung se sentía increíblemente contento.
Él había insistido en ser quien lavara los platos de la cena. El señor Jeon había salido para fumar un cigarrillo y la señora Jeon estaba con su hijo en la habitación de este. Y tal vez él estaba un poquito deseoso por estar con ellos, por lo que lavó los platos lo más rápido que pudo y caminó hacia la habitación de Jungkook.
Fue ahí cuando escuchó.
- No me parece que tú y ese chico estén aquí metidos, Jungkook. Tu padre no está pagando todo esto para que tu estés haciendo cosas indebidas con quien sabe quién. Sabes que no está bien. ¿Están viviendo juntos y no nos lo habías dicho?
- Claro que no, mamá. - Respondió molesto.
- ¿Entonces porque todo el lugar está lleno de sus cosas? ¡Incluso en el baño, Jungkook! No somos estúpidos.
- ¡Mamá, basta!
- ¡Nada de basta! Viniste aquí a estudiar. Estamos esforzándonos para que salgas adelante y tú estás perdiendo el tiempo metiendo a chicos al departamento y haciendo quien sabe qué cosas.
- No meto a "chicos" al departamento, mamá. Taehyung es mi novio.
- No me interesa, Jungkook. No está bien lo que estás haciendo. No quiero que volver a enterarme de esto. No los quiero a los dos aquí solos.
Y no quiso escuchar más. Porque sintió que le acababan de aplastar el corazón.
Tomó su sweater del perchero de la entrada junto con su bolso de cuero café y salió sin hacer ruido del departamento. Iba bajando las escaleras cuando se topó de frente con el padre de Jungkook, quien lo miró confundido.
- Buenas noches, señor Jeon. Me voy a casa. Fue un gusto conocerlos. - Reverenció hacía el hombre y se apresuró a salir del lugar lo más rápido que pudo porque le era imposible contener más el llanto.
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