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Capítulo 13.

Capítulo 13. Solo por ella.

"Esa mujer es un rayo, no la cubras de nubes negras o caerá del cielo al infierno. No seas insensato"

David Sant.

Seth.

Me quedo en silencio cuando Nate sale. Todos nos quedamos callados ya que ni ellos ni yo lo habíamos visto así, jamás. Es raro que mi hermanito pierda los estribos así, y menos con alguien cómo Blake.

—Creo que aquí se ha dicho todo.

—¿Qué demonios le pasa a tu hermano?

Arrastro la mirada hacia Blake. Cómo quisiera deformar ese rostro de niño bueno.

—Nate tiene razón —lo señalo —. Si tú no le hubieses llamado para que fuera contigo esto no estaría pasando.

—¿Y cómo iba a saber yo...

—Ya cállate.

Lo ignoro y me doy la vuelta hacia los demás que me miran, esperando que golpeé a Blake, y aunque las ganas no me faltan no lo haré, por ahora. Pero si algo le llega a pasar a Nelly, juro por mi vida que lo mato con mis propias manos.

—En cuanto sepamos algo les aviso, mientras tanto vayan buscando el auto de mi padre con el número de placas.

Alek me asiente con la cabeza y yo salgo de la casa.

Jamás me imaginé volver a pisar esta casa y menos en estas condiciones, no por la desaparición de Nelly.

—¿Nos vamos?

Nate está apoyado en el auto, me dice que sí y sube antes que yo. Cuando entro al auto él ya se ha puesto el cinturón. Enciendo el auto y espero que el portón se abra para poder salir.

—¿Todo bien?

Lo veo muy tenso.

—No —suspira —. Nunca me imaginé reaccionar así, con Blake. No me quiero imaginar cómo voy a reaccionar cuando tenga a Travis enfrente.

Salimos de la casa y conduzco hacia la casa de mi padre, nos debe muchas explicaciones.

—Si lo matas no hay problema —digo despreocupado —. Además se merece eso y más. Es un maldito traidor, rata de coladera, escoria...

—Seth —Nate me mira.

Suspiro.

—Ya, es solo que...bueno, me hubiera esperado todo de él, menos esto. Es una traición, Nate, es eso.

—¿Estás molesto porque Travis secuestró a Nelly? ¿No debo sentirme celoso por esto?

—Claro que no. Nate yo no siento nada por Nelly, solo le tengo un gran respeto y admiración, solo eso. Es una mujer muy fuerte y eso se merece el respeto de quien sea ¿no?

—Bueno sí, pero —lo interrumpo.

—Nada, no te preocupes por mí, hermanito. Lo de ella y yo ya es pasado.

—Bueno.

Se acomoda en su lugar y nos quedamos en silencio. Cuando llegamos a casa de mi padre la verja se abre y Dan nos saluda, feliz.

—¿Sabes si Jared está en la casa?

—Sí está, no ha salido para nada.

—¿Y la rata asquerosa de Travis?

—A él no lo he visto en días.

Le asentimos a Dan y entramos.

—Gracias, Dan —le sonrío y entro con el coche a la casa de mi padre.

A decir verdad no extraño nada esta casa, solo a mamá, solo eso y ya.

Bajamos del auto y entramos a su casa, vamos directo al despacho de mi padre. La puerta está entreabierta, empujo la puerta con cuidado, me asomo y él no está sentado detrás de su escritorio pero sí mira por la ventana.

—¿Jared?

Voltea y de inmediato sus ojos se abren con sorpresa.

—¡Seth, Nate! —exclama al ver a mi hermano detrás de mí —. Pasen, pasen.

—Queremos saber algo.

Nate cierra la puerta detrás de él y cuando estamos cerca y papá mira nuestros rostros levanta una ceja.

—Me preocupan ¿qué sucede?

—Es Travis —habla Nate.

—¿Qué hizo ese imbécil?

—¿Tú sabes si está en la casa o dónde anda metido?

—No, hace días que no viene, le he estado llamando pero no responde, dime ¿Qué hizo ahora?

—Él... —Nate se pone nervioso y no entiendo por qué.

Quizá sea por el hecho de que estamos hablando de la hija de su peor enemigo.

—Es que...

—Travis ayudó a un idiota a secuestrar a Nelly, cómo te puedes imaginar Vera lo quiere muerto porque no sabemos dónde demonios está la rubia y Travis es la única persona que nos puede llevar a ella.

—Mierda —Jared aprieta las manos.

—¿Qué te hizo?

—¿Eh?

—Algo te hizo para que le quieras dar la paliza de su vida ¿o no?

—Bueno, el muy inútil me arruinó algunos negocios por andar metido en quien sabe qué cosas. Pero ahora veo que estaba haciendo.

Bufa.

—No sé dónde pueda estar pero...él se llevó uno de mis autos, quizá con el número de placas puedan saber dónde se encuentra.

—Ya le he dicho a Alek que lo haga, espero que sea pronto porque...—señalo a Nate quien está pensativo.

—No me gusta ver a tu hermano así —admite Jared y le doy la razón.

No quiero que esto afecte de sobremanera a mi hermano, no soporto verlo mal.

—Ni a mí. Por eso quiero encontrarla y que todo esto se termine de una puta vez, Nate se merece ser feliz.

—Al igual que tú, Seth —me da un apretón en el hombro.

—Yo ya estoy jodido, no espero nada bueno de la vida.

—No digas eso, hijo.

—Hice muchas cosas malas, Jared —lo miro con obviedad —. ¿Crees que merezco ser feliz? —levanto una ceja.

—Todos merecemos redención, Seth. Absolutamente todos,

—No creo en eso —bufo.

—Pues deberías hacerlo, Seth. Verás que más pronto de lo que tú te imaginas toda esta mierda se va a terminar y tu vida será normal para ti y tu familia.

—¿Sabes que nunca me habías hablado así? —levanto una ceja y él ríe, divertido —. ¿Qué has hecho con mi padre?

—No seas exagerado, soy yo —me suelta y va con Nate —. Si necesitan algo, lo que sea solo díganme y les ayudo, hombres, armas o qué sé yo.

Nos mira ambos.

—Lo que sea, eh.

—Gracias, Jared —me sonríe.

—Gracias papá.

Ahora tenemos que regresar con Alek y decirle que no sabemos dónde está la escoria de Travis, será una gran decepción, para todos.

Nelly.

Travis cree que haciendo lo que me hace va a doblegar mi espíritu y quebrantar mi alma pero se equivoca.

Nelly Záitsev no es débil.

Ningún golpe, ningún insulto. Ni sus palabras sucias, ni sus asquerosas manos recorrer mi piel, ni sus ojos lujuriosos observar mi cuerpo sin descaro. Nada de lo que él diga o haga hará que me doblegue así cómo lo quieren él y Valerik.

Que disfruten todo lo que quieran, que gocen su maldita vida porque cuando la cuerdas que atan mi cuerpo y mis manos estén libres, yo podré hacerles pagar todas y cada una de sus humillaciones.

El metal quema mi piel, se pega a esta, se funde en esta, lacera, y deja una gran cicatriz, roja y prominente.

Ahogo un grito cuando, con toda la intención aprieta el metal a mi piel.

Se ríe, lo goza, al igual que sus hombres y se mofa de las lágrimas que surcan mi rostro.

—Disfrútalo cuanto puedas porque te haré pagar de la manera más cruel y sádica que te puedas imaginar.

Escupo con asco.

—No me das miedo, niña.

Coloca el fierro, aún ardiendo sobre su hombro.

—Si yo quiero ahora mismo hago que todos mis hombres te hagan daño —se da la vuelta hacia ellos —. Que prueben a la hija de Víctor —regresa a mí y agarra mi barbilla con una mano, aprieta tan fuerte que siento me la va a romper.

Deja el fierro con el símbolo VK y se apoya en el. Me mira de arriba abajo, las piernas desnudas, los pechos al aire.

—Aunque no sería mala idea probarte antes que todos ellos. Si dos hermanos se volvieron locos por ti, debe ser por algo ¿no?

Levanta una ceja y se acerca a mí, se pasa la lengua por los labios y mete su cabeza en el hueco de mi cuello. Siento, solo repulsión cuando inhala mi olor, cuando pasa su lengua por mi cuello quiero solo despedazarlo, completo. Matarlo lentamente.

—Pero primero que te den un baño —me mira con repulsión —. Apestas a puta.

—Maldito bastardo.

Se da la vuelta, todos sus hombres lo siguen, menos Travis que se queda solo mirando.

Siento que mis manos se van a desencajar de mi cuerpo, he estado mucho tiempo en esta posición y no creo soportar más.

—¿Tú que miras?

Travis se acerca.

—¿No tienes que ir a lamerle las bolas a Valerik?

No dice nada.

—Sabes lo que va a hacer contigo cuando termine conmigo ¿verdad?

Sigue sin decir nada.

—¿Has visto esos tatuajes en su cuerpo? Eso significa que Valerik ha estado en un gulag y ha sido entrenado a base de sangre y dolor. Él no va a tener piedad de ti, no porque ahora te tenga cómo su perro fiel tendrá compasión por ti. Travis, solo eres un peón en este juego y ellos son a los que sacrifican primero por ser inferiores.

—Solo dices eso para que le dé la espalda, para que te ayude a ti y lo traicione y ¿sabes qué? No lo haré, le soy fiel a Valerik.

Me río de lo que dice.

—Tú no lo eres fiel a nadie, traicionaste a tu familia por unos cuantos dólares, Travis. Eres un perro que solo busca la oportunidad para tener más, tú no conoces la palabra fidelidad. Te aseguro que en cuanto veas que todo se derrumba saldrás huyendo cómo la cucaracha panteonera que eres.

Aprieta las manos en puños y los dientes también.

Un golpe seco en la mejilla, izquierda, otro en la mejilla derecha y un puñetazo en el estómago.

—Cierra la puta boca —espeta.

—¡Malnacido hijo de perra! —escupo sangre a sus pies.

—¡Cállate zorra!

Otro golpe al estómago me deja aturdida, mareada y con ganas de vomitar el hígado.

Cuando abro los ojos me encuentro en una habitación, la misma en la que me ha tenido Valerik los últimos días. Toda mi ropa está rasgada, mis muñecas lastimadas, las piernas me duelen y la marca en mi muslo sigue fresca. Tengo frío y no hay nada con lo que pueda cubrir mi desgastado cuerpo.

Mis dientes castañean, veo mis dedos y están empezando a tomar un color azulado.

Si alguien no llega pronto por mí, creo que voy a morir de frío.

Escucho pasos afuera pero nadie se acerca a revisar cómo me encuentro. Espero que nadie venga o soy capaz de cualquier cosa.

Mis ojos se posan en las cicatrices de mis muñecas, aquellas que me hice aquella vez que intenté quitarme la vida por la culpa de Seth, las otras que me hizo Seth cuando me torturaba. Esto no es nada, ese imbécil me entrenó sin siquiera saberlo. Nunca me imaginé que esto se llegara a repetir, y de qué manera.

Tengo que salir de aquí, a cómo dé lugar. Tengo que estar con mi hijo y mi Nate, quiero estar con ellos.

¿Qué estarán haciendo ahora?

Nate.

Han pasado dos días desde que Nelly desapareció y no hemos tenido ninguna pista de ella. Vera no quiere meter a la policía en este asunto ya que dice que no harán nada y lo pueden estropear todo.

Yo intento ser fuerte, lo hago por mí pero más que nada por mi hijo. Sé que la extraña porque en las noches solo se la pasa llorando y no quiere dormir. Intento ser un buen padre por él, pero esto me supera en mucho. De un día para el otro me tuve que dedicar a él nada más, y no está mal, no me estoy quejando pero necesito a Nelly conmigo, que me diga que hacer cuando yo ya no puedo más.

—¿Estás bien?

Vera baja a la cocina y cuando me mira con Mael en brazos me sonríe.

—Veo que necesitas ayuda —me pide a Mael y se lo entrego cuando siento que se me cae junto con el biberón.

—Gracias —se sienta en uno de los bancos de la isla.

Yo sirvo agua en al biberón y unas onzas de leche.

—Mi Nelly seguro que no te deja solo con este ángel —lo mira y pasa su mano por su cabeza —. Ella es muy protectora con él.

—Lo sé —agito un poco el contenido del biberón y me acerco a ella.

Le entrego el biberón y se lo mete, con cuidado, a Mael en la boca, que de inmediato empieza a succionar.

—La extraño —admito. Desvío la mirada y me rasco el brazo, nervioso.

—Yo también la extraño mucho, pero sé que ella está bien y que pronto esto va a terminar.

—¿Cómo sabes eso?

—¿Has escuchado que las mujeres tenemos un sexto sentido? —asiento con la cabeza —. Pues eso. No te puedo decir cómo lo sé, solo lo siento.

—Espero que todo esto termine pronto.

Paso una mano por el cabello de Mael, empieza a cerrar los ojos.

—Cuando todo esto termine tú y ella tendrán la vida que siempre han querido. Sé que no la amas, al menos no cómo ella se lo merece, pero he visto cómo la miras.

Vera me mira.

—Yo...

—A mí no me des explicaciones, Nate. Solo escucha a tu corazón, lo que ves en ella es lo que ella ve en ti y por eso te ama, más que a su vida, más que a su libertad, ella te ama y ella debería ser amada de esa manera ¿no crees? —levanta una ceja.

—S-Sí —no sé que decir.

—Ya te vas a enamorar de ella así cómo lo hiciste en el pasado.

Eso espero yo también pero no quiero apresurar las cosas, mucho menos forzar nada, si ella es para mí lo será para toda la vida.

****

Seth ha llegado hace poco, todavía se está quedando en mi casa. No se ha reconciliado con Ileana. Lo veo triste, decaído y sin muchos ánimos, pero conmigo se nota diferente, cree que sí lo veo cómo de verdad se siente yo me voy a decaer también y él no quiere eso.

—Dame a ese bebé —estira los brazos en cuanto llega a sala y se coloca a mi lado.

—Está tranquilo, Seth, tú lo tratas cómo si fuera un muñeco de trapo —lo miro mal.

—Tú lo has tenido mucho tiempo —frunce el ceño.

—Es mi hijo.

—Pero es mi sobrino —refunfuña.

—Ya basta —Vera entra —. Nate dale tu hijo a Seth. Siempre es lo mismo con ustedes dos —Seth sonríe feliz ya que se ha salido con la suya —. No sé cómo su madre los soportaba, si yo hubiese sido ella los hubiera matado desde que nacieron.

Eso me hace reír y de mala gana le entrego a Seth a mi hijo, quien no le es indiferente que su tío lo cargue.

—¡Hemos encontrado algo! —Alek entra a la sala, detrás de él uno de los técnicos que ha estado buscando el coche de Travis.

—¿Qué? —me pongo de pie.

—Fuimos con el policía que dijiste —le dice a Vera —. Hemos hablado con él y nos dio permiso de revisar sus cámaras.

Él junto con el técnico se sientan en uno de los sofás, abre la computadora y le da click a un enlace y abre un vídeo.

—Encontramos el auto de Travis, el muy maldito le cambió las placas —señala Alek la imagen, en ella aparece Travis, sentado en el coche de papá, detrás del volante —. Seguimos la trayectoria y nos lleva a unas fábricas abandonadas lejos de la ciudad.

Miro a Seth, con esperanza.

—¿Cómo vamos a saber que ahí tienen a Nelly? —pregunto.

Vera derrama un par de lágrimas, creo que esto le ha dado esperanzas, de nuevo.

—He mandado a uno de nuestros hombres ahí, es muy ágil y hábil, nadie lo va a ver —Alek nos mira a todos —. Debemos prepararnos para cualquier cosa que pueda suceder.

—Iremos a rescatar a Nelly —habla mi hermano y me echa una mirada que yo conozco a la perfección. Sé lo que me está preguntando. Y la respuesta es sí, sí voy a ir, sí voy a arriesgar mi vida, sí voy a matar a quien sea por salvar a Nelly y no me importa si se trata de mi propia familia, yo iré en contra de todos solo por ella.

Dejo a Mael con Katrina en la habitación, miro por última vez a mi hijo y ruego al cielo que lo proteja, que cuide de él y que su madre y yo regresemos sanos y salvos.

—Cuídalo mucho, Katrina —me sonríe mientras sostiene a mi hijo entre sus brazos.

—Con mi vida —musita y le da un beso a Mael en la frente.

Le sonrío y cierro la puerta, cruzo el pasillo, bajo las escaleras y llego al sótano. Ahí están todos, preparando sus armas, su equipo, su ropa para lo que se avecina; una maldita guerra. Una maldita guerra que terminará de una vez.

—¿Listo?

Seth se acerca y me entrega el arma con las municiones.

—Te voy a cuidar la espalda —me entrega el chaleco y me ayuda a ponérmelo —. Cuidaré de ti y de ella.

—El objetivo es sacar a Nelly de ahí, sabemos que está ahí, Seth.

Seth me ajusta el chaleco.

—No me importa, también cuidaré de ti aunque no te guste.

Sonríe.

—¿No te voy a hacer cambiar de opinión? —niega con la cabeza —. Vas a tener mucho trabajo.

—No importa —me da una palmadita en la mejilla —. Mi prioridad, siempre será tu seguridad.

—Gracias.

—Eres mi hermano, Nate.

—¡Nos vamos! —informa Alek y salimos todos por la puerta del sótano.

Eli y Vera se van a quedar para vigilar de lejos lo que estamos haciendo. El sujeto que Alek mandó a vigilar sigue ahí, dice que nadie ha salido de ese lugar desde temprano. Él es nuestros ojos por ahora.

Mientras no trasladen a Nelly de ese lugar a otro, todo bien, al menos sabemos que terreno estamos pisando.

Subimos a las camionetas. Estamos preparados para lo que se venga, no importa contra quien nos enfrentemos, le hice una promesa a mi hijo; traer con vida a su madre. Y pienso cumplirla.


🔥🔥🔥🔥

¡Hola! Les dejo este capítulo, espero les esté gustando la historia y como se va desarrollando la trama. Recuerden que faltan pocos capítulos para que termine esta etapa de la saga, pero pronto empezará otra y les aseguro que no los voy a decepcionar. 

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