Himitsu [Jeongcheol]
Lo único que Jeonghan tenía era a Yume. No tenía un nombre ni un aroma, cuando nació junto con su hermano, el Jeonghan real, su madre lo desechó porque él no tenía un aroma, fue alejado de esa familia y olvidado por todos, menos por su hermano Jeonghan quien le había prestado su nombre, le había prestado su nombre solo para él poder huir de otras situaciones. Así que Jeonghan no tenía un nombre propio, siempre fue llamado Jeonghan, por su hermano, y su siempre se remontaba a los quince años, porque antes de eso ni siquiera tenía eso, y tampoco tenía a Yume.
Yume, su pequeña Yume de cuatro años quien dormía con calma a lado suyo, ella respirando tranquila mientras que Jeonghan la observaba. La cama era fría así que la cachorra estaba envuelta en sabanas y llevaba un gorro en su cabeza, y Jeonghan estaba temblando, pero no quería que Yume pasara frio.
La puerta se abrió, y el departamento era tan pequeño que Jeonghan... Hannie no tuvo que girar a ver, con solo dar un paso adentro el aroma del alfa rodeó el lugar, y hubo un pequeño escalofrió por el viento que entró. No dijo nada, se mantuvo mirando a Yume con una mano en su cabeza, cubriendo sus mejillas del frio. Escuchó los pasos lentos del alfa y despues sintió su peso sobre el colchón.
—Sigues vestido así...— Murmuró el alfa. Jeonghan asintió. —¿Dónde está?
—En el baño.— Respondió dándole un pequeño beso a Yume antes de sentarse en la cama. Sus ojos se encontraron con él, y le sonrió. —¿querías a la esposa o a la hija?
Sintió la cálida mano posarse en su mejilla y él se inclinó hacia su toque, disfrutando el calor ajeno. Yume se movió en la cama y Hannie giró para verla, ella seguía dormida, pero se estaba quejando en sueños.
De pronto el peso en la cama desapareció y la puerta del baño fue abierta, el alfa tomó del interior una bolsa Gucci...o Prada –Han no tenía ni puta idea sobre marcas caras- y la dejó en el suelo frente a la cama, abriéndola un poco para ver el interior. Han sonrió ante esto y ante el rostro un poco sorprendido del alfa, quizás procesando que era lo que había adentro.
Una cabeza y un feto. Jeonghan no había podido recordar el pedido, así que solo trajo a ambos con él, dejando lo demás del cuerpo tirado en el lugar.
—Bien hecho, Hannie.— La voz del alfa se suavizó.
—Yume cumple cuatro años hoy.
El alfa asintió.
—¿Qué quieres?
—Un pastel. Regalos, a ella le gustan los rompecabezas, y los peluches, delfines, le gustan los colores... y un lugar lindo para su fiesta... Y quiere verte allí. Yo también quiero verte allí.
Hubo un pequeño silencio hasta que el alfa asintió.
—¿algo más?
—¿quizás una mascota?
—No.
Le mostró la lengua ante el tono tajante y amargado y se recostó en la cama para ignorarlo. No quería que se comportara de forma tan idiota con él. Hubo un largo silencio hasta que el alfa se acercó de nuevo, inclinándose sobre Jeonghan para dejar un beso en su mejilla, y otro en la frente de Yume. Jeonghan sonrió y se encogió un poco cuando sintió el calor de su cuerpo rodeándolo, abrazándolo en la pequeña cama.
Este alfa apestaba a perfumes caros y a sus feromonas, y ese aroma atrapaba a Jeonghan y a Yume quienes no tenían uno, él los marcaba como suyos. Ojala siempre fuera así, pero este hombre solo aparecía cuando necesitaba que Jeonghan se deshiciera de algún idiota que se interponía en su camino, o para mandar amenazas, y le pagaba con ese cariño y ese cuidado que nadie le podía dar.
Jeonghan no tenía un nombre, no tenía un aroma, no tenía amigos más que Hoshi con quien se crio, pero esto más que ser triste era conveniente, porque Jeonghan no existía. El único Jeonghan del que se hablaba era de la pareja de Jihoon, de ese omega que tenía dos hijos y vivía en esa lujosa casa pero desaparecía cada cierto tiempo. Nadie hablaba del otro Jeonghan, del que no tenía nombre, del que vivía en los departamentos viejos y destartalados, del que tenía una pequeña hija llamada Yume quien tampoco tenía aroma. Nadie hablaba de este Jeonghan, el Jeonghan que mataba por un poco de cariño, literalmente.
El único que conocía la existencia de este segundo Jeonghan... era Seungcheol, quien lo encontró por casualidad cuando buscaba al verdadero. Lo encontró y vio su utilidad, y lo comenzó a usarlo pagándole con amor y cuidado.
Yume abrió un poco los ojos despertándose y despues su rostro se iluminó lleno de alegría, abrazando a Jeonghan al darse cuenta de que Seungcheol estaba allí. Yume adoraba a Seungcheol como si fuera su padre, quizás ella pensaba eso, pensaba que Seungcheol era su padre, y Jeonghan solía pensar que lo era, porque no tenía ni la menor idea de quien era el otro padre de Yume.
Jeonghan tenía una larga lista de posibilidades, y se había desecho de ellos uno a uno. Solo quería que el otro padre de Yume estuviera muerto.
"¿y si resulta que yo soy el padre?" Le había preguntado Hoshi con una risa burlona. "'¿También vas a matarme?"
"Eres el último en mi lista."
"Pues es una lista demasiado larga. Estuviste drogado alrededor de treinta y seis horas, pasaron muchos clientes."
"Cállate y solo dame los nombres."
Jeonghan sabía que Hoshi no era del todo honesto, ocultaba nombres a su conveniencia y le daba otros para deshacerse de sus propios problemas, pero a Jeonghan no le importaba, no importaba cuantos hombres o mujeres tuviera que matar, eso aliviaba un poco el odio que sentía por el mundo y por su supuesta familia.
La mano de Seungcheol voló hasta la cabeza de Yume, y la acarició. El corazón de Jeonghan dio un pequeño salto y sonrió por completo. Como Yume no tenía un aroma pensó que nadie en el mundo más que él querría a la pequeña, pero este alfa siempre la trataba bien, incluso la trataba mejor que Hoshi quien decía tenerle asco.
Yume puso su pequeña mano envuelta en un guante sobre la mejilla de Jeonghan, para limpiar la lágrima que cayó de su ojo.
Aunque amaba a Yume Jeonghan a veces deseaba no existir.
—No es un delfín.
—Es un delfín.
Jeonghan insistió frente a Seungcheol, al parecer el delfín que tenía en sus manos no era un delfín y Yume no quería tomarlo, pero era un buen peluche ¡Era un delfín negro! A la gente le gustaba toda esa tendencia del negro y esas cosas, y tenía grandes ojos que eran blancos, era un delfín, el más bonito de todos los delfines. De cualquier forma dejó al delfin mimo sobre los demás regalos y miró a Yume saltar entre los globos y las serpentinas, ella estaba feliz, era su fiesta de cumpleaños así que Seungcheol consiguió un salón de fiestas y muchas decoraciones, y había globos, y música a un volumen muy bajo para que Yume no se asustara.
Y estaba ese chico Wonwoo, uno de los trabajadores de Seungcheol y Wonwoo era bueno con Yume, no hablaba, como Yume, así que eran dos personas que no soltaban ni una palabra mientras jugaban con los rompecabezas y los globos. Realmente lindo.
—También te traje un regalo.— Dijo Seungcheol tomando la pequeña caja y dejándola en la mano de Jeonghan. —Para ti.
—¿en el cumpleaños de Yume? Solo el cumpleañero recibe regalos.
—Le servirá también a ella.
Jeonghan abrió la pequeña caja encontrándose con un aparatito con un botón, solo eso, y no lo comprendió mientras lo veía. Seungcheol tomó el aparato de la caja y lo sacó dejando ver el listón que llevaba también, y lo colocó alrededor de Jeonghan, como un collar.
—¿una correa?
—Es por si algún día me necesitas.
—Ajá... ¿y a quien vas a mandar para auxiliarme? ¿a mi mismo?
Seungcheol le mostró la lengua de forma infantil y despues jaló el collar para acercarlo, le dio un beso que duró unos segundos y se apartó colocando una de sus manos sobre el cabello largo de Jeonghan.
—Por si necesitas un lugar donde quedarte, por si necesitas ayuda o comida, o sabanas para el frio. O si Yume se enferma o tú lo haces. O si estás muriendo y necesitas que alguien se haga cargo de ella. Para eso es.
Jeonghan sintió una avalancha en su pecho, su corazón comenzando a latir con fuerza mientras golpeaba su frente junto con la del alfa, respirando su aroma y rodeándose de él, como si fuera su omega. Pero no lo era, Seungcheol no marcaba a Jeonghan porque eso no sería conveniente para su trabajo, lo necesitaba así, sin que nadie supiera de él, sin que nadie lo viera, lejos del mundo, escondido como un secreto. Su secreto. Y Jeonghan se sentía bien así, porque de alguna forma le pertenecía a Seungcheol.
—Es como un anillo.— Bromeó.
—Si, como un anillo.
Yume gritó para llamar la atención de Seungcheol, y el alfa giró mostrándole una enorme sonrisa, deshaciéndose esa faceta de mafioso aterrador que siempre llevaba con él. Seungcheol se permitía ser juguetón y cariñoso con ellos, porque de cualquier forma no existían para el mundo, esa pequeña familia no existía, así que esa actitud vivaz y juguetona de Cheol tampoco lo hacía. Para los ojos del mundo Cheol era el alfa ejemplar, aterrador y asertivo.
Cheol alzó a Yume con una enorme sonrisa y ella se rió.
Wonwoo se mantuvo lejos mirando alrededor y Jeonghan solo podía ignorarlo, sabía que ese alfa debía conocer a su hermano, pero ninguno dijo nada y Cheol solo lo presentó como "Han" porque el Jeonghan original tenía prioridad cuando se trataba del nombre.
—¡Pa!— Gritó Yume y los ojos de Jeonghan se abrieron. Ella no hablaba. —¡Pa!
—¿quieres decirme papá, linda?— Preguntó Cheol dándole un beso en la mejilla. —Puedes decirme papá, vamos. Pa-pá.
Jeonghan sonrió sintiendo que en cualquier momento lloraría, porque él siempre lloraba por cosas así.
—¡papá!— Gritó Yume por fin.
—¡Ah! ¡Bien hecho!— y Seungcheol la abraza dándole besos en la cabeza, Jeonghan también se siente feliz, porque Yume lo mira y comienza a gritarle papá también, llamándolo. Ella es tan dulce que de pronto no puede dejar de llorar. —Hey, no es momento de llorar, es un cumpleaños.
Seungcheol limpia sus lágrimas con la mano aun cargando a Yume y Jeonghan asiente abrazando a los dos, besando a su hija en la frente y a Cheol en los labios. Si todo pudiera quedarse siempre así sería perfecto, si el tiempo pudiera detenerse... Cheol era tan amable y lindo que su corazón no lo soportaba, siempre se sentía morir de amor cuando estaba allí, cuando los cuidaba a ambos y los hacia sentir como una familia.
—Señor Seungcheol.— La voz de Wonwoo interrumpió el momento. —Su mensaje fue recibido por el señor Wok. Quiere reunirse con usted de inmediato... Exige saber dónde se encuentran los restos faltantes de su esposa, y los de su hijo.
Jeonghan toma a Yume antes de que Seungcheol cambie por completo.
Seungcheol no se reunió con el tal Wok, se quedó al final de la fiesta hasta que tuvieron que irse, y no regresaron al mismo departamento que la noche anterior, Jeonghan solía moverse de lugares constantemente, incluso una vez le dejó uno de esos lugares a su hermano, su hermano que sabía de su existencia y le hablaba solo para pedirle favores. Ahora, el nuevo departamento, era mucho mejor, tenía dos habitaciones aunque Jeonghan solía dormir con Yume.
Pero Seungcheol quería dos habitaciones.
Wonwoo se quedó en una para cuidar de Yume, y como a ella le agradó Wonwoo estuvieron armando rompecabezas y jugando hasta que se quedó dormida.
Entonces él y Seungcheol solo entraron a la habitación, y Jeonghan dejó que Seungcheol lo tomara. ¿Cómo no hacerlo? Incluso en esa situación Seungcheol era amable y cálido con él, lo besaba y lo abrazaba preocupándose por cómo se sentía, y Jeonghan lo amaba. No le traía recuerdos malos como en otras ocasiones, cuando Seungcheol lo besaba se sentía diferente, su mente dejaba de pensar y se concentraba en él, empujaba los malos recuerdos al fondo de su cabeza.
—A veces pienso que me amas.— Le dijo juguetonamente.
—¿si? Me sorprende que pienses.
—Eres infantil.— Le dio un pequeño golpe en el hombro.
—Tu también.— Se burló Cheol dándole un largo beso. —¿crees que no te vi jugando con los delfines de Yume?
—Estaba aburrido ¿Qué querías que hiciera?
Seungcheol volvió a reírse abrazándolo y girando con él, haciendo que Jeonghan quedara arriba, y él recargó su cabeza en su pecho disfrutando de la cercanía. Seungcheol acarició su cabello, sus feromonas desbordándose sobre Jeonghan, a su alrededor.
—Han... Tienes que cortar tu cabello, ahora es demasiado largo.
—¿Quieres cortarlo tú?— Preguntó sin mirarlo, sintiendo su mano pasar entre sus mechones. —Creo que hay unas tijeras en el cajón.
Seungcheol no respondió con palabras. Pasaron unos minutos antes de que pudieran levantarse de la cama, casi una hora, Jeonghan solo tomó las tijeras sin molestarse en ponerse la ropa y se las dio a Cheol, quien solo llevaba puesto los pantalones de pijama ¿Qué quería decir el hecho de que Seungcheol hubiera traído ropa de pijama con él ese día? Jeonghan sonrió dándole un beso en el cuello antes de girarse y dejar que el alfa tomara su cabello.
Si, era demasiado largo. Pero fue porque cuando vio al verdadero Jeonghan este llevaba el cabello corto, y se veían iguales. Lo tiño de rubio y lo dejó crecer.
Seungcheol cortó el primer mechón. A Jeonghan ni siquiera le importaba lo peligroso que era, si Seungcheol quería podía cortarle el cuello allí mismo y dejarlo morir, pero no había sentido en eso, mientras Jeonghan le sirviera lo mantendría así, vivo, o quizás... quizás era al revés, quizás Jeonghan mantenía vivo a Seungcheol porque este le servía, porque lo hacía sentir querido y hacía feliz a Yume. Pero Seungcheol también confiaba en él, de lo contrario no le permitiría tener nada filoso a su alcance. Seungcheol sabía de lo que Jeonghan era capaz.
—Necesito que mates a alguien.— Dijo Cheol tomando ese tono serio que usaba para sus negocios. Jeonghan se quedó callado. —Otro mensaje.
—¿ahora a quien?
—A mi hermano. Mingyu. Tiene una esposa que no sirve de mucho, pero que es la imagen pública de su familia.— Cheol continuó cortando su cabello. —Con el escandalo Mingyu entenderá el mensaje.
—¿Qué mensaje?
—Si sigue acostándose con Wonwoo voy a sacarlo del camino. Necesito a Wonwoo como un alfa, no como su falso omega. No me sirve un falso omega.
—¿y solo por eso mataras a su esposa?
—Sí. También es un mensaje para mi padre. No me importa si son familia, voy a quitarlos de en medio.
—Siempre te gusta ser vistoso.— Jeonghan rió. —Dame a un hombre para matar. No quiero más mujeres.
Seungcheol lanzó las tijeras a un lado cuando terminó y abrazó a Jeonghan por la espalda, besando su mejilla.
—¿debería mandarte a matar al amante de tu madre? Esa familia también se ha estado metiendo en mis asuntos... o debería mandarte a matar a Joshua, quien se robó a mi hermano menor.
Jeonghan se dejó caer recargando su peso sobre Seungcheol, era tan cálido y bueno estar en sus brazos que casi cayó dormido.
—Joshua... no me parece interesante viajar. Mataré a la esposa de tu hermano y al amante de mi madre. Ven a buscarme en cinco días, estará listo.
Seungcheol sonrió.
—Cinco días. Buen chico. Han.
Cuando llegó al departamento todo estaba callado, Yume solía ser obediente y mantenerse quieta, y ahora tenía ese pequeño botoncito que le aseguraba a Jeonghan de que ella tendría ayuda si necesitaba algo, así que le sorprendió un poco ver desorden, su hija solía ser más ordenada que esto. Cargó con la pesada bolsa y la dejó en uno de los cuartos, lanzándola con cuidado y escuchando un pequeño crujido sabiendo que algo estaba roto. Esta vez no había traído mucho, solo los peculiares ojos de la esposa de Mingyu y el pene del amante de su madre. Y uno que otro detalle para que pudieran reconocerlos, como la mano con el anillo y el pedazo de piel con el tatuaje del hombre.
—¡Ya! Cada vez que vengo Yume es más linda.— La voz de Hoshi lo hizo girar. Él estaba allí, junto a su hija, Yume corriendo hacia Jeonghan de inmediato. —¡Te prometo que nos estábamos llevando bien!
Cargó a Yume y ella se acurrucó en su pecho con miedo de Hoshi, era normal. Yume le temía a las personas y a Hoshi, ella solo había aceptado a Wonwoo porque el chico era igual de callado que ella, y había aceptado a Seungcheol, porque Seungcheol era su papá. Con Hoshi ella se cohibía al igual que con la demás gente.
—¿Qué haces aquí?
Hoshi se desfiló alrededor, tocando las cosas sin permiso y sonriéndole a Yume quien se escondía en su pecho. Y Jeonghan sintió algo mal en todo el ambiente, sintió algo oscuro y aterrador. Abrazó a su hija y se movió rápido girando de golpe, encontrando a un chiquillo allí, casi un niño de no más de veinte años, quizás dieciocho o diecinueve. Quizás un omega, no lo sabía, pero tampoco le gustaba, las feromonas que desprendía eran crueles e insensibles.
—Vine a cerrar ciclos.— Se burló Hoshi. —Estás despedido, Jeonghan. No... umm... no tienes nombre, tu hermano es Jeonghan, no tú... ¿Han? ¿JeongJeong? ¿jeonghan dos? ¡Ya! Te llamaré Hi-mi-tsu, despues de todo eres el secreto de todos los que te conocen ¿verdad?
—Yo ni si quiera sé japonés.— Murmuró abrazando a Yume. —Si ya no me necesitas entonces vete.
Hoshi asintió.
—Solo me quería despedir.— Hoshi le hizo una cara graciosa a Yume y ella se ocultó. —Respecto a los hombres que asesinas semanalmente... te dejé toda la lista en la habitación, son todos, y tienes un largo trabajo por delante...
—Eso es demasiado amable de tu parte.
Jeonghan no suavizó su voz, pero Hoshi aun así dijo un "de nada" y se estiró como si esto fuera tedioso para él. El chico detrás de Jeonghan... Himitsu, pasó justo a su lado sin expresión, su aroma ahora siendo sutil y suave, casi como el de cualquier omega, y de pronto se puso a un lado de Hoshi, como si lo protegiera.
Hoshi se giró caminando alegremente a la puerta, hasta que estuvo a punto de salir y miró sobre su hombro, lo miró a él.
—Ah, Hi-mi-tsu... Yo soy el padre.
Y Hoshi dejó caer el montón de hojas sobre la mesa a lado de la entrada. Despues se fue, dejando a Jeonghan y a Yume allí. No, no Jeonghan.
—Papá... Quiero ver a papá.— murmuró Yume.
Jeonghan tomó el pequeño aparato del cuello de la pequeña y oprimió el botón.
—Seungcheol no puede venir ahora, está atendiendo asuntos importantes.— Dijo Wonwoo tomando las cosas que Jeonghan había traído, este tipo solo llegó y le dio la mala noticia, entonces Jeonghan entendió porque Seungcheol lo había traído la vez pasada. Wonwoo era el remplazo de Cheol. —Resolveré cualquier problema por el que haya sido llamado.
Yume estaba llorando en su pecho, ella realmente quería ver a Seungcheol, quizás para preguntarle si era su papá... para que Seungcheol le dijera que lo era. Pero no, Seungcheol no era el otro padre de Yume, era Hoshi, las pruebas de sangre estaban claras.
Jeonghan dudaba en poder matar a Hoshi, él había llevado a ese chico aterrador para dejárselo en claro. Si Jeonghan tocaba a Hoshi él tocaría a Yume. Tuvo que recalcar en su cabeza el hecho de que él no era Jeonghan.
Himitsu, porque era el secreto de Seungcheol. El de todos. Miró a Wonwoo.
—Wonwoo... Tengo curiosidad. ¿Seungcheol tiene una familia?
Wonwoo se quedó callado, sin expresión.
Nunca hondó en eso porque temía escuchar la verdad, como si saberlo destrozaría la falsa imagen que tenía de él, como si quebrara el sueño de familia que tenía Je... No-jeonghan y Yume. Como si esa verdad fuera a destrozarlos, y aclarar que ellos eran una mentira.
—No estoy seguro de poder responder esa pregunta...— Jeonghan abrió la boca para hacer la amenaza, pero no fue necesario. —Pero dado a que el señor Seungcheol lo mandaría a usted a matarme... sería lo mismo. Y él fue muy claro con decirme que cumpla sus ordenes. El señor Seungcheol tiene un omega gestando, Jeonghan.
¿un omega gestando?
Jeonghan sonrió.
—Sabes mi nombre.
—Yume me lo dijo.
Asintió acurrucando a su cachorra. Besó su cabeza.
—Un omega gestando... ¿a ese omega le gustan las bolsas caras? Quizás Gucci... o Prada...
...
Estoy intentando que todos los oneshot funcionen independientemente, alguien digame si lo estoy logrando o si necesitan leer los otros para entender ; ;
Ya voy a acabar con estos oneshot relacionados, me falta na más uno, yey.
Hoshi como villano me encanta <3
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