geoul [Meanie]
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Mingyu extendió una mano para tocar el cabello de Wonwoo, era de noche y las sabanas de la cama caían a los lados de esta, la ventana abierta dejaba pasar el viento frio y lo demás en la habitación estaba inmóvil y en silencio. Wonwoo dormía, sus lentes descansando en la mesita de noche junto con un vaso de agua y un par de pastillas que usaba para el dolor de cabeza. La ropa de Wonwoo estaba ordenada pero la de Mingyu no, porque Mingyu como cualquier hombre mimado de treinta y seis años lo había dejado así para que alguien más se encargara de ello.
Pero nadie más que Wonwoo podía encargarse.
Acarició la mejilla del hombre y despues deslizó su mano hasta su hombro, sintiendo las cicatrices de su marca. La mordida de Mingyu había sido profunda, porque era una alfa, y mordió tan fuerte como para arrancarle la piel. La marca de Wonwoo era desastrosa y desesperado, pero la marca de la esposa de Mingyu apenas era visible. Y había una razón simple; Mingyu no había tenido interés en marcar a su esposa, ella le parecía aburrida y genérica, una beta más. Pero Wonwoo...
Wonwoo era especial. Marcó a Wonwoo con tanto desespero que el hombre tuvo que estar en cama por tres días, lo que molestó al padre de Mingyu quien no entendía porque su mejor hombre no estaba a su lado. Esos tres días fueron un caos, hasta que Wonwoo volvió a su trabajo siendo un hombre nuevo y mejor, un hombre que podía encargarse de cualquier cosa que le ordenaran como si no hubiera pasado nada, y este hombre ocultaba la marca de Mingyu bajo su estilizada y pulcra ropa.
Wonwoo se levantó de la nada, haciendo que Mingyu dejara de tocarlo y mirara con curiosidad su espalda repleta de marcas y cicatrices, algunas hechas por Mingyu. Wonwoo no dijo nada por un largo tiempo, hasta que se levantó de la cama.
—Vuelve aquí.— Lloriqueó Mingyu. —Duerme conmigo.
Wonwoo señaló el baño, específicamente la ducha.
Mingyu sintió una pequeña pizca de enojo, pero no dijo nada. La razón por la que Wonwoo quería ducharse era para quitarse el aroma de Mingyu de encima, sus feromonas que se desbordaron alegres esa noche, era inevitable, Mingyu no podía detenerlas cuando estaba con ese hombre, de pronto ellas se adherían a su piel y se negaban a marcharse, marcándolo como suyo en más de una manera.
Escuchó el agua fluir poco despues y se levantó de la cama caminando desnudo. La habitación de Wonwoo era más fría y más simple que la suya, la suya estaba decorada al gusto de su esposa y era mucho más pretenciosa que ese lugar frio y minimalista, de hecho, la habitación de Wonwoo estaba casi vacía. Seokmin, el hermano menor de Mingyu, también mantenía su habitación así porque el chico no podía pasar ni dos minutos en un solo lugar, solo se iba y las personas de limpieza se encargaban de ordenar. Y ese pensamiento lo hizo reír, porque Wonwoo tampoco podía estar en un solo lugar mucho tiempo.
Solo que Wonwoo trabajaba y Seokmin se divertía.
Sintió ese sentimiento oscuro que desvaneció su sonrisa. Recordar a Seokmin con cariño era un arma de doble filo, Mingyu no podía. Simplemente ya no debía pensar en su hermano menor, él se había ido, se fue porque su padre consideró que siendo un beta podría servir de algo, ya que Jihoon, otro de sus hermanos, había sido quien llevaba los negocios turbios a cambio de un pequeño capricho que se le cumplió. Pero su padre ignoraba que Seokmin era abismalmente distinto a Jihoon. Seokmin era casi un niño de veintiún años que solo quería salir de fiesta y divertirse. Por eso Seokmin no regresó a casa.
Seokmin solo se fue con la competencia de su padre, por alguna razón, y Wonwoo había tenido mucho más trabajo últimamente gracias a eso.
Cuando llegó a la ducha encontró a Wonwoo de frente a la regadera, dejando que el agua limpiara su cuerpo, su cabello húmedo y las gotas recorriéndolo fueron casi una invitación para Mingyu. Se acercó por su espalda y lo abrazó besando su marca. Wonwoo no dijo nada. Wonwoo no solía decir nada. Besó la línea de su hombro hasta su cuello y abrió los ojos encontrándose con la pared que los reflejaba un poco.
Wonwoo era precioso.
Deslizó su mano hacia abajo, y Wonwoo consciente de esto encorvó un poco su espalda. Mingyu siempre había amado lo servicial y obediente que era el chico, desde que era joven, desde que la madre de Wonwoo, una mujer sin nombre, comenzó a trabajar allí, antes de que Wonwoo naciera. Mingyu la recordaba realmente hermosa.
Wonwoo nació cuatro años antes que Seokmin, cuando Mingyu tenía once años. Pero Mingyu solo lo notó cuando el chico cumplió veinte. Notó el curioso parecido.
El gemido de Wonwoo lo trajo de vuelta, de alguna forma se había perdido de nuevo entre recuerdos e ideas absurdas, pero Wonwoo lo trajo de vuelta mientras que se acomodaba en Mingyu. Y de nuevo, Wonwoo era perfecto para todo, cualquier cosa que le pidieran era capaz de hacerla. Y Mingyu lo amaba tanto que lo abrazó con fuerza.
Cuando comenzó a golpear dentro de él y a escuchar su profunda voz suavizada sonrió besando la marca en el hombro.
Nunca había amado tanto una marca, su esposa solía ocultarla con maquillaje y joyas, Wonwoo lo hacía con su impecable traje negro, pero la única que ansiaba ver era la de Wonwoo, no le importaba en lo más mínimo la de su esposa, ella solía ser irrelevante en su vida la mayor parte del tiempo, y para lo único que Mingyu la buscaba era para asegurarse de que sus dos hijos, Eunji y Eunwoo estuvieran bien.
Mingyu miraba muy poco a sus hijos, aunque ellos ya estaban cumpliendo trece años y en cualquier momento se manifestarían.
Quizás Eunji, su hija, fuera una alfa, y Eunwoo fuera un omega. Aunque Mingyu siempre se había equivocado en ello. Cuando Seokmin se manifestó ocho años atrás esperó que fuera un omega... deseó que lo fuera, pero no, fue un beta. Y cuando Wonwoo lo hizo mucho más tiempo atrás le había dicho a su padre que quizás fuera un omega. Pero no.
Wonwoo resultó ser un alfa.
Por eso Mingyu lo había marcado con tanta fuerza y desespero, pensó que su marca no se quedaría en Wonwoo al ser un alfa, y Mingyu no podía soportar la idea de no marcarlo. A pesar de ser un alfa Wonwoo era de Mingyu, sería su omega, aunque no era uno.
Abrió los ojos distraídamente, viendo el reflejo de Wonwoo en la pared mojada, lo único que podía ver, viendo su sonrojo y su boca entreabierta, sus ojos entrecerrados y poco más, viendo su marca. La mano de Mingyu fue hasta ese lugar.
Había un rumor antes. Llamaban a Wonwoo "bastardo" Mingyu siempre lo escuchó de los adultos, se referían a ese niño pequeño que era callado y ayudaba a su madre en su trabajo como un bastardo. Y su padre solía decir que si no dejaban los rumores absurdos entonces los colgaría a todos de los pies. Eso hacia reír a Mingyu. Pero conforme fue creciendo lo escuchó un poco más. Wonwoo era un bastardo sin padre. La madre de Wonwoo era una omega hermosa, pero la madre de Seokmin la odiaba, odiaba verla por los pasillos y odiaba escuchar de ella, Mingyu lo sabía porque siempre fue cercano a la madre de Seokmin.
El padre de Mingyu, el padre omega, murió cuando apenas tenía siete años, y su padre alfa no tardó en buscarse un nuevo amante. En ese caso fue la madre de Seokmin, quien tuvo a Jihoon y a Seokmin pocos años despues, Jihoon siendo su primer hijo y Seokmin el segundo. Pero aunque ella era amable odiaba a una pobre sirvienta que solo trabajaba allí, y odiaba más al niño hijo de esa sirvienta.
Eso hacia avivar los rumores. La gente suponía que Wonwoo era hijo de aquella sirvienta y del padre de Mingyu.
Mingyu comenzó a golpear más fuerte el interior de Wonwoo al recordarlo.
Entonces eso hacia a Wonwoo su medio hermano, y lo sabía, pero eso no era lo que le importaba, lo que le importaba a Mingyu es que eso convertía a Wonwoo en medio hermano de Seokmin también. Y quizás eso explicaba el parecido.
Seokmin y Wonwoo eran muy similares físicamente.
Sus ojos se engancharon en el reflejo de Wonwoo, sin perder ningún detalle suyo, observando cada parte de su rostro. Mingyu amaba ese hermoso rostro.
Besó su mejilla y recorrió sus besos hasta la oreja del otro alfa, gimiendo allí, amando la forma en la que Wonwoo se estremecía. Era dulce, tan dulce para él.
Wonwoo solía esparcir un aroma a alfa antes de la mordida, pero ahora... ahora su aroma era agradable para Mingyu, era distinto y especial, y eso no podía ocultarse bajo el elegante traje, no podía fingirse como su pulcra actitud, era algo que estaba cambiando cada vez más dentro de Wonwoo, rompiendo esa faceta de alfa con la que se había manifestado.
Wonwoo nunca lo había dicho en voz alta, pero Mingyu sabía que eso aterraba a Wonwoo. Le temía a cambiar, a dejar de ser un alfa como si eso fuera posible, a que su cuerpo cediera ante Mingyu y sus feromonas. Pero sobre todo Wonwoo le temía a la posibilidad de gestar un hijo de Mingyu. Él solía calmarlo diciendo que no era posible, pero de pronto la cabeza de Wonwoo estaba convencida de que sí.
No importaba cuantas pruebas de embarazo hiciera, siempre salían negativas, pero su omega –alfa- tenía nauseas, dolores de cabeza y pequeños atracones, tenía el estómago levemente abultado. Incluso hicieron pruebas de sangre, pero no había nada.
Quizás era culpa de Mingyu, era un miedo tan horrible que estaba jodiendo la cabeza de su pareja, o quizás... solo quizás era el deseo de Wonwoo. Cuando Mingyu se lo comentó Wonwoo no había dicho nada, aunque él le ofreció darle un cachorro de alguna mujer y deshacerse de la madre para que pudiera criarlo como su propio hijo, pero Wonwoo solo negó con la cabeza. Quizás Mingyu debió insistir, debió decirle a Wonwoo que conseguiría un cachorro para él, para que fuera feliz y pudiera sanar aquello que lo estaba haciendo desarrollar ese extraño pensamiento.
Aunque debería dejarlo así, porque Mingyu amaba tratar a Wonwoo como a un omega gestando. Su mano bajó al vientre de su omega –alfa- y lo tocó, sabiendo que esto solo mortificaría más a su pareja. Wonwoo sostuvo su mano.
Formar una familia con Wonwoo sonaba perfecto. Un hijo de su amante. Quizás llevaría a sus dos hijos, Eunji y Eunwoo también con él, los haría convivir con su hermano menor y tendrían una linda familia, perfecta y linda, aunque... deshizo la idea rápidamente, y su rostro se oscureció. Pensándolo bien no quería otro hijo, de hecho, ni siquiera quería dos hijos en un inicio, la idea de Mingyu había sido tener un hijo único para cumplirle el berrinche a su padre, un solo hijo y ya, pero Eunji y Eunwoo nacieron como mellizos, dos bebés en lugar de uno, y Mingyu tuvo que aceptarlo.
Era bueno que Wonwoo no pudiera parir un hijo.
Pero tener la ilusión de uno... aunque jodiera la cabeza de Wonwoo ¿en serio era tan malo? Mientras no hubiera un cachorro real no había nada que perder, en algún momento Wonwoo se desharía de esa idea y seguirían, o volverían a empezar, lo que sea. Así que Mingyu acarició el vientre levemente abultado de Wonwoo y besó su mejilla.
—Eres realmente increíble...— Le murmuró en el oído, —¿sabes lo que es extrañarte todos los días? Llegar y no poder verte... a veces deseo ir a buscarte todas las noches y traerte a mi cama. Pero es mejor así ¿cierto? De esta forma es más fácil.
Miró su reflejo, amando su rostro y su piel, amando su cuerpo y su aroma que dejaba de ser el de un alfa. Sus ojos se encajaron en la pared, en su rostro y sus gestos, en sus ojos, en su nariz y labios, su barbilla. En todo, y es que era perfecto, cada detalle un poco difuminado por el reflejo era perfecto.
Era completamente igual de esa forma.
Lo jodió de forma agresiva y casi dolorosa importándole poco por un momento el dolor y el daño que pudiera causar, en ese momento no estaba pensando, no quería pensar más. Solo apagó su mente murmurando en su oído. Y con su mente apagada todo era perfecto.
—Seokmin...
Murmuró antes de correrse con fuerza en el interior de su hermano.
Cuando regresó en si Wonwoo se mantuvo callado, como siempre.
—Acerca del joven Seokmin...— Habló Wonwoo cuando por fin se apartó de Mingyu. —Al parecer se ha convertido en "el omega" de un alfa llamado Joshua.
—Seokmin no es un omega...
—Yo tampoco.— Y quizás fue la única vez que escuchó la voz de Wonwoo tan decepcionada. —Mingyu.
Wonwoo se colocó sus lentes cuando llegó a ellos, y miró a Mingyu.
De esa forma ya no se parecía a Seokmin. Y era un alivio.
...
Si... Escribo pura cosa turbia en esta cosa. Iré arreglando las advertencias y algunos detalles, una disculpa.
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