1
Lo sabía, sabía desde un principio que ese chico sería su perdición, pero que más daba, ya no había vuelta atrás.
Había tomando miles de atajos en su vida, escapando siempre de los problemas en vez de hacerles frente.
Y estaba bien con eso. ¿Era un cobarde?
El no lo veía de esa manera, simplemente decía que era una forma de estar más en paz.
Hasta que lo conoció a el, ese chico de tez canela, ojos grandes y pelo platinado.
Lo conoció de una forma un tanto extraña y algo única, sonría cada vez al recordarlo.
Iba corriendo a gran velocidad, como si su vida dependiese de ello. Técnicamente si era así.
Cayó de golpe al chocar con una persona y maldijo porque no entendía que hacía alguien caminando en esa calle vacía y estrecha a esas horas de la noche.
–Imbecil no puedes fijarte por donde vas?– lo miro con el ceño fruncido mientras el tratada de respirar y se ponia de pie dispuesto a irse, no tenía tiempo para ponerse a pelear.
Camino unos pasos siendo detenido por el peli azul quién no pensaba dejarlo ir así por así, había notado como el chico que sostenía iba corriendo y la curiosidad no lo dejaría en paz.
– Suéltame, necesito irme.– intento zafarse pero al parecer el contrario tenía más fuerza que el.
Iba a hablar cuando escucho a unos hombres correr y lo entendió todo, el ojinegro estaba siendo perseguido sabrá Dios porque.
Reaccionó rápido corriendo hacia un pequeño callejón el cual estaba en muy mal estado por tanto prácticamente estaba en el olvido. Se mantuvieron en silencio uno al lado del otro hasta que oyeron como los gritos y pasos de aquel grupo se iban alejando hasta que no se escuchaban más.
–Por que..– comenzó hablar siento interrumpido cuando el chico unos centímetros más alto que el lo apunto en el cuello con una navaja.
–Por que me ayudaste? Quien eres? – cuestionó mirándolo fijamente a los ojos.
Tragó saliva pensando en que responder ya que ni el mismo sabía la respuesta. –Por que me señalas con ese cuchillo?– respondió.– prácticamente te acabo de salvar de una.–
–No me respondas una pregunta con otra idiota. – acercó más la navaja haciendo leves cortes en la piel blanca de su cuello.
–No lo sé amigo.. supongo que fue instinto– Hablo con tranquilidad sabiendo de sobra que asustarse no servía de nada.
– Instinto?– Río, su sarcasmo siendo notable. –Quien ayuda a una persona totalmente desconocida a escapar de otras personas con el riesgo de que está de traicione y en vez de agradecerte te mate?–
Abrió su boca y la cerró sin saber que decir por unos minutos, el platinado tenía razón, no se había percatado de eso hasta ahora.
Aun así le dijo la verdad esperando que pase lo que tenga que pasar esa noche.
–Una persona que sabe de sobra lo que es tener que huir de todos lados, ya sea por problemas o por cualquier cosa con tal de no tener que afrontarlos.– está vez quién abrió la boca en asombro fue el ojinegro quien seguido bajo la navaja guardandola en su bolsillo.
Ambos se miraron descaradamente admirando las facciones del contrario, quién rompió el contacto visual fue el más alto quién se dio la vuelta comenzando a salir del frío callejón, siendo seguido por el peli azul.
–Ni siquiera me vas a decir tu nombre? – decidió hablar después de haber caminado unos cuentos pasos.
–Por que debería?– respondió mientras caminaba con la vista en los pies y la calle.
– Enserio tengo que responder a eso? – el sarcasmo fue notorio y el platinado suspiro sabiendo que el chico tenía razón.
–Jungkook, soy Jungkook. –
El más bajo paro en seco sorprendido de que haya conseguido saber el nombre del contrario sin tener que dar más vueltas. Troto un poco hasta llegar a donde el ahora Jungkook y se posó frente a él regalándole una sonrisa.
Jungkook le miró algo embobado mientras la mano contraria era tendida frente a él.
–Soy Jimin, un gusto–
Le correspondió la sonrisa con una algo tímida y tomo la mano del peli azul susurrando un "igual"
Así fue como después de ese día se volvieron a encontrar muchas veces, así conociéndose en muchos aspectos. Jimin se fue dando cuenta de que su menor era alguien totalmente diferente a como aparentaba su aura de chico malo.
Y así su confianza creció así al punto de pasar a ser amigos con derecho.
Sexo sin compromiso.
Y ambos estaban bien con eso, follar hasta el amanecer mientras estaban totalmente bajo los efectos de las drogas.
Ah sí, descubrió que el día que el platinado estaba escapando era porque debía dinero de unas drogas, el tipo se drogaba y para que negarlo, el también.
Cuando comenzaron con todo el rollo de tener sexo al principio fue un poco incómodo pero ya después de que sus cuerpos se acostumbraron al otro hasta se trataban con cariño.
Eran una pareja sin ser pareja.
Y eso llevaba al peli azul hasta ahora, cayó donde no debió caer.
Estaba enamorado de Jungkook.
Y por primera vez en mucho tiempo tuvo miedo, miedo de perderlo. Sabía de sobra que Jungkook se lo había advertido desde un principio.
"No quiero nada que tenga que ver con compromiso"
Y el lo acepto, sin saber que estaría en esta situación después.
El menor tenía una espada clavada en el corazón y sabía cómo usarla
Sabía que el miedo de Jungkook no era algo que había aparecido de la noche a la mañana, sabía que el chico que ahora mismo tenía debajo suyo gimiendo por más había sufrido mucho.
Los ojos Bambi rodaron hacia atrás sonriendo satisfecho al llegar al clímax mientras que la mente del mayor solo estaban las voces que le decían "Huye y deja todo atrás, como siempre lo haz echo"
Pero por primera vez no podía huir de este problema, su mente decía vete pero su corazón rogaba porque se quedará.
Se acostó boca abajo al lado del platinado recuperando la respiración, preparándose mentalmente para lo que seguía.
Se sentiría menos culpable si el ojinegro le obligaba a alejarse en vez de el mismo irse por su cuenta.
Jungkook busco la mirada de su mayor pero lo vio con la cara enterrada en la almohada así que lo abrazó comenzando a acariciar su espalda.
Jimin suspiró recordando las palabras del chico un día en el que sin querer se le salió decirle un "te quiero".
"Cuidado, se te está saliendo de las manos"
Sabía que lo dijo en tono de broma pero sus palabras tenían razón, todo se estaba siendo de control para el, estaba sintiendo cosas que no debía sentir y eso lo tenía angustiado.
–En que piensas tanto?–Escucho hablar al chico de sus pensamientos.
Suspiro y se dio la vuelta estando boca arriba, sin querer un par de lágrimas cayeron de sus ojos haciendo que el menor se alarmara al ver el estado del peli azul.
–Que pasa Jimin?–
–Jungkook.. ya no puedo seguir con esto. – trato de calmarse al sentir que su voz se iba a romper, al menos tenia que tratar de ser fuerte por esa última noche.
– De que hablas?– cuestiono levantando una de sus cejas.
–Cai Jungkook, me enamoré de ti.– susurro y aunque su tono de voz fue muy bajo el platinado logro oírlo abriendo sus ojos en grande casi al instante.
– Ya no puedo, se que dijimos solo sexo pero pasó lo que ambos no queríamos que pase.– sus ojos se volvieron a cristalizar y se sentía patético, no creía que llegaría a aquel estado.
– Lo siento pero solo soy humano y mi corazón te eligió a ti aunque el tuyo no a mí, estoy tan acostumbrado a estar solo y vivir todo solo que también tengo miedo de lo que estoy sintiendo.–
–Te.. Te amo y creo que ya es hora de detener esto antes de lastimarme más, lamentablemente esta mierda del amor no se va de la noche a la mañana.– sintio la mirada del menor pero Jimin se negaba a sostenerla, ya estaba luchando bastante por no lanzarse a llorar y mantenerle la mirada lo haría más difícil.
–Hice mi mejor intento, lo juro.. pero mi cabeza está echa un desastre y aunque por más que lo seguía intentando sabía que llegaría un momento donde tendría que ponerle un pare, solo que no pensaba que fuera ahora.– río levemente posando su vista en el blanco techo.
– La vida se trata de dos cosas..
" Es matar o ser asesinado"
" La sangre se vierte o se derrama"
– No tengo la suficiente fuerza para alejarme así que si me lo pides tú será más fácil para lo dos.–
Hubo un gran silencio en el que Jungkook aprovecho para sentarse y admirar la cara del mayor, con sus dedos limpio las lágrimas que salían de esos bellos ojos ámbar que lo tenían atrapado desde el primer instante.
Sonrió seguro de si mismo, ya no haría que sufrieran los dos.
–Sabes? Aquel día en la playa me hizo acordarme de algo..– Jimin por poso su vista en el, algo sorprendió puesto que pensó que el platinado solo abriría la boca para decirle un "vete". – La marihuana que estábamos fumando es como el amor, es tan bueno y malo a la vez, tan vivo y tan mortal.–
El peli azul no entendía que tenía que ver eso con su confesión pero aún así asintió ya que aquellas palabras tenían razón.
–Me he cruzado con miles de perros traicioneros que han intentado acabar conmigo de esa manera– el mayor tardo unos minutos en entender pero cuando lo hizo su cara se transformó en una mueca que hizo reír al contrario.
– He salido de tantas situaciones que mi mente a veces piensa que el día que me muera será el único día en que existirá un fantasma escritor– Río haciendo contagiar al otro. – Y si todo va bien y creen en mí me tratarán como un Dios.–
– También he estado esforzarme por seguir adelante, mi cabeza está vuelta un lío con tantos pensamientos sin resolver, la ansiedad me consume de a poco y se aferra a mí y yo sin poder solucionarlo pero aún así lo sigo intentando.– suspiro llevando su mano había el abdomen del mayor dando pequeñas caricias ahí.
–No está bien.. no estamos bien..no es justo para ninguno y por eso estoy de acuerdo con darle un pare de todo esto.– sintió como el peli azul se tensaba para después levantarse quedando sentado a orillas de la cama.
Jungkook cerró los ojos tratando de que le llegase valentía para sus próximas palabras, abrió los ojos y admiro la espalda de su mayor, gateo hasta quedar sentado a centímetros de el.
– Tengo miedo, me aterra lo que estoy sintiendo pero creo que también.. también te amo.– susurro abrazando a Jimin por la espalda posando la cabeza en su nuca.
Los vellos del mayor se erizaron, ¿Había escuchado bien?
Su cabeza dio una pequeña vuelta conectando mirada con el menor quién tenía los ojos cristalizados.
Así dio la vuelta y lo abrazó. Ambos al instante comenzaron a llorar, transmitiendo el dolor que habían pasado solo por no poder hablar de sus sentimientos.
El peli azul se separó sonriendo feliz y con sus pequeños dedos limpio las lágrimas del hermoso chico frente a él y lo besó siendo correspondido al instante.
De ahora en adelante las cosas cambiarían en muchos aspectos pero lo importante era que sus sentimientos ya no los consumirian por dentro.
Se darían esa pequeña oportunidad que ambos necesitaban.
?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro