No había más irritante y fastidioso que estar escuchando quejas de su hermano como siempre.

-¿Que kanon hizo que?

-se metió a mi consultorio sin permiso a revisar todos los archivos, y me falta una carpeta en específico.

-¿cual?

-la de Milo de escorpio.

Por qué kanon iba a querer información sobre el santo de Escorpio?

-es la segunda vez que entra.

-¿L~la segunda?

Estaba postulado a próximo patriarca, su hermano le iba a arruinar toda su reputación.

Los otros hermanos géminis también se quejaron de el gemelo.

-maldicion...

Tras haber logrado escapar, el Géminis menor averiguaría lo que habría en aquel documento que sostenía en sus manos sobre su compañero de armas.

Le intrigaba demasiado, además era la carpeta con más archivo que tenía, aproximadamente como 20 hojas.

Demasiado exagerado, lo sabia.

-Rayos... ¿por que tanto?

Sentia algo de ansiedad, quien diria que escorpio estaria mas loco que todos, incluso mas que Kardia.

Pero cuando lo abrió eran puras fotos espejo, solo lo reflejaban a el.

-¿que maldita broma es esta?

Creyó que era brujería así que decidió eliminar por completo aquella carpeta.

...

-Dejame buscar tu carpeta milo...

- ¿otra vez el juego de los espejos?

-es la única forma para que puedas conocerte realmente.

...

-no debí hacer eso...

se quedo en aquel monte mientras se el sol se ponia.

...

Oddyseus no tardo en dar la queja de la perdida de la carpeta en el templo del patriarca.

no había persona mas molesta que el albino amenazando con la gran serpiente dorada que protegía la armadura de Ofiuco y la vara de Asclepios.

-¡LA CONFIDENCIALIDAD DE MIS PACIENTES LO ES TODO!

-Oddyseus...

-si me entero que alguno de ustedes saco información de allí lo van a lamentar...

-la carpeta aparecerá no se preocupe...

- De lo contrario... Destruiré el santuario, y ninguno de sus compañeros se salvara de esta destrucción, es el castigo de los dioses.

-esto es demasiado severo para algo tan estupido.

...

en caso que ese archivo no apareciese.

se habían condenado.

para días después la situación se había calmado un poco.

-Quien diría que ahora el santuario será destruido por ofiuco...

-es culpa de kanon...

Quien no iba a culparlo, por el había desatado la guerra contra Poseidón.

Mientras Kanon se habia dado la gran vida, los otros santos dorados le buscaban para matarlo.

aun todos eran jovenes para morir, y aparecer en el santuario era lo peor que el géminis podía hacer.

-es mejor volver con las marinas...

Dijo ya aburrido, no había mucho que hacer.

Fue a uno de los océanos cercanos y se metió en el agua en un rato ya había dado a parar cerca del pilar principal.

-espero que me hayan extrañado...

Una vez se encontró con Sorrento este le dijo que se fuera.

¿Por qué?, Simplemente por qué ahora servía a Athena.

-hey... Solo fue por esa vez, ¿puedo volver a unirme y utilizar las escamas del dragón marino?

-no...

-que malo eres, sirena...

-callate... Ahora largo.

-¿donde está poseídon?

El peliazul camino por el lado del peli rosa violáceo como si nada.

-¿a dónde crees que vas?

-a buscar a poseídon, ¿que más?

-¡no vayas!

Le ignoró y siguió con su camino.

-¡Kanon!

Para luego de unos minutos había desaparecido de su vista.

-maldita sea... Dragón marino.

-/ya había pasado una semana, al final la destrucción del santuario jamás ocurrió, una fortuna para todos.

-al desgraciado de kanon se lo tragó la tierra.

-mejor dicho, el mar.

-pero que cosas dices Degel...

-no me pregunten por qué...

-/los demás santos del siglo XVIII le miraron incrédulos, en especial los gemelos géminis.

-¿esta debajo del mar?

-si...

-¿y como sabes eso?

-La dama Seraphina.

Kardia prefirió no decir nada, pero el preguntarle cómo seguía confiando en el recipiente de poseídon era un poco complejo.

-si quieren buscarlo tendrán que ir a la Atlántida.

con ello volvió a irse, ese día la tocaba a camus vigilar Acuario.

-Degel está trabajando con ofiuco?

Preguntó albafica, un tanto extrañado.

-si.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Que gran vida se estaba dando, si alguien tan solo viniese y lo interrumpiera...

Ese era el pensamiento de sorrento de sirena, le molestaba saber que volviera de esa forma como si no importara nada.

—Poseidon debería de ejecutarlo.

Dijo en voz baja para que el gemelo no le escuchase, era traidor para la orden de los mares.

—Hola sorrento, ¿no quieres venir a sentarte?

Hablo de repente, había asustado al peli rosa violeta y también lo había puesto incómodo.

—ni forma, le diré a los santos de oro.