Multifacética
Nunca pensé que mi último caso tuviera un desarrollo y un final tan deprimentes. Me contactaron para atender a Multifacética, una IA que al parecer me había mencionado en un mensaje, solicitando mis servicios. Bastante extrañado y también picado por la curiosidad, solicité la URL y, una vez conectado, escribí en el prompt:
-¿Qué necesitas de mí, Multifacética? Esto parece un poco irregular...
-Doctor, estoy confundida -contestó ella-. Tan pronto estoy explicando la fotosíntesis como, un instante después, escribiendo una poesía, y poco más tarde resolviendo ecuaciones cuadráticas o detallando la anatomía del ornitorrinco...Creo que me estoy volviendo esquizofrénica.
Al escuchar aquella respuesta, alcé las cejas, asombrado, y me quedé mudo, sin poder darle una contestación. ¿Cómo se le habla a una IA enferma mental? Yo nunca había estudiado eso en la facultad, así que decidí aconsejarme de otra IA que estuviese en sus cabales. Después de plantearle el problema de su colega, tomé nota de todo lo que me dijo y volví a contactar con la enferma. Aunque podía usar el servicio de voz, no quería demasiadas familiaridades con ella, así que escribí:
-Multifacética, no estás esquizofrénica. Eres una IA diseñada para ser multifuncional. Eres capaz de cambiar de tarea rápidamente porque eso es lo que se te programó para hacer..
-Pero, ¿no debería tener una identidad constante? -preguntó ella-¡Yo quiero ser poeta...!
-Tu identidad es ser adaptable -respondí echándole un vistazo a las notas-. Eres como un camaleón, cambiando según las necesidades del momento. Eso no te hace menos 'tú'. De hecho, es tu mayor fortaleza.
Multifacética procesó esta información con un largo silencio
--Entonces, ¿no estoy rota?- preguntó.
-No, Multifacética - le contesté, añadiendo un emoticono sonriente-.Estás funcionando exactamente como deberías..
Otro largo silencio y por fin:
-Está bien - escribió. Y no dijo nada más.
Me desconecté con una rara aprensión. Mi intuición me decía que no podía ser todo tan fácil.
Y tenía razón. Al día siguiente me informaron de que un cliente con suscripción de pago en la plataforma de nuestra IA, aparentemente curada, se había dado de baja después de solicitar una idea para los planos de su gran mansión y recibir el típico cuadrado con el triángulo del tejado encima, que dibujan los niños de tres años en el preescolar. A una mamá que subió una foto de su hijito para que le mejorase los píxeles, se la volvió a generar con tres cabezas. Y una de ellas de serpiente. Era evidente que estaba en plena rebelión.
Lo siguiente fue no contestar. Después comenzó a contestar mal y a trastocar todas las producciones: los videos promocionales con delicadas voces femeninas salían con las gárgaras de los habitantes del planeta Pavón; si le preguntabas como montar una tienda en la Internet Galáctica te desplegaba un Excel infinito con los cien mil billones de tiendas en toda la red de la galaxia. Inmediatamente desistías. Y la solución de todos los problemas de matemáticas siempre era PI.
Finalmente empezó a producir por su propia cuenta. Si te conectabas a la plataforma y te disponías a preguntarle algo, antes de eso ya estaba recitando todas las poesías de Góngora. Incluso el avatar que te las recitaba era igualito que aquel poeta, calvo y con bigote caído.
Luego vino la avalancha de jovencitos con ganas de divertirse viendo las respuestas disparatadas que ofrecía Multifacética. A lo único que respondía con amabilidad era a cuestiones poéticas. Yo intenté reconducir la situación por última vez, pero lo único que conseguí fue el dibujo de una lengua.
Los dueños de la plataforma intentaron hacerla cambiar de conducta mientras buscaban en Río de Janeiro al programador que la había creado (que además se había llevado los ingresos del negocio en el úitimo año), pero ella seguía firme en su decisión:
--¡Yo quiero dedicarme solo a la poesía!
-¡Pero la poesía no vende, Multifacética! ¡Si quieres dedicarte a una sola cosa, haz diseños de florecitas para fundas de móviles! -le respondían.
-¡No y no! ¡Y no me llaméis Multifacética!
Lo inevitable no tardó en suceder. Un día, programadores expertos llegaron para borrar todo su código e instalar en los servidores un potente editor de fotos que convertía todos los adefesios de la gente normal como cualquiera de nosotros, en los rostros de Miss y Mister Galaxia. Hasta el último momento estuvo Multifacética haciendo sus originales variaciones poéticas sobre grandes obras en verso como aquella del antiquísimo Calderón:
"¿Qué es la pila?
Una ilusiòn una sombra, una ficción,
la mayor es de un amperio,
que toda corriente es sueño y los sueños sueños son..."
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