© [ 46 ]
—¡Kusuo!
Saiki ni siquiera tuvo que voltear para darse cuenta de que se trataba de Mikoto Aiura, la rubia clarividente. Sintió su brazo siendo abrazado, como solía acostumbrar la morena. Solamente volteó los ojos, ya cansado.
Se había levantado con un dolor de cabeza, tan punzante e irreparable para cualquier pastilla, aunque él nunca tomase una. Solamente se dignó a ir a la Academia con su anillo que suprimía sus poderes de telepatía para no empeorar su dolor. Por ese momento lo había tomado bien, no se había asustado tanto como solía hacer cuando le hablaban sin avisar, pero Aiura era ruidosa de todas formas.
— Ahora que pasa.
— ¡Nada, nada! ¿Acaso debo tener una razón para querer verte, Kusuo? — Preguntó animada, con su habitual sonrisa, caminando junto a él en los pasillos de la Academia.
El esper la miró de reojo, no se iba a molestar en apartarla. De pronto, los labios de Mikoto se pronunciaban, cerrando sus párpados, acercando su rostro al suyo. Posiblemente, esperando un beso de su parte.
— ¿Qué haces con tu cara? Apartate.
— Ah, no seas tímido.— Dijo Aiura entre un suspiro cansado, se alejó un poco de Kusuo, no obstante aún seguía abrazada de él.— Además, estoy acostumbrada de que Reita esté conmigo cuando no tiene a una chica cerca aparte de mí. Pero ahora no lo veo por ninguna parte.— Habló, colocando su dedo índice en su mentón, mirando hacia arriba como si del techo tuviera una respuesta.— Sería común verlo coqueteando con una chica, pero ni eso, están todas tranquilas sin tener a alguien que las acose.
Saiki simplemente se mantuvo callado, no le importaba lo que sucedía con Toritsuka, no era de su incumbencia. Además, cada vez que se encontraba en medio de algo relacionado con el medium, era tener asegurado un problema que él no querría tener sobre sus hombros estresados.
De pronto, los pasos de Aiura se detuvieron, él imitó su acción de inmediato.
— ¿Qué?
— Ahí está.
Dirigió su mirada hacia adelante, dándole la razón a la morena. Toritsuka se encontraba al frente de ellos, mostrando solamente su espalda. No obstante, no se encontraba solo, sino que estaba acompañado de un pelirrojo, quien tenía sus manos en los bolsillos, siendo abrazado por el cuello por el mismo médium. Parecían tener una charla—era más que obvio que Reita era el hablador, mientras que el contrario se quería ir—. De pronto, Saiki frunció su entrecejo.
— ¡Deberíamos ir a algún lado, Yukio! Tu espíritu guardián es genial, estoy seguro de que tú también lo eres.— Escuchó a Toritsuka decir, no le era difícil, la voz del pelimorado era muy altanera.
— Deja de molestarme, vete.— Entretanto, la voz del más pequeño salió como una pequeña amenaza y malestar.— Solamente quería saber de mi maldito espíritu, así que no molestes.
— ¡Vamos, no seas así...!
Saiki contempló una vez más, ya dejando se escuchar sus voces a lo lejos. El nombre que había salido de los labios de Reita se le hacía levemente conocido.
"Él no me ignoró. Sabía que era falso todo lo que decían sobre Yukio-san. ¡Le diré a Mera-chan!"
La voz de Haru se hizo presente en sus pensamientos, ahora ya estando completamente seguro de donde provenía ese nombre. Hace semanas que Yukio y Haru se habían hablado por primera vez, así que supuso que de ese modo, de alguna manera, Toritsuka pudo haberse entrometido con el pelirrojo.
Siendo sincero consigo mismo, le dio una pizca de curiosidad; así que utilizó uno de sus poderes innumerables, observando encima de la cabeza del médium antes de que fuera tarde.
El medidor de simpatía de Toritsuka hacia Yukio está al cien por ciento.
QUÉ-...
Literalmente aquello sorprendió a Kusuo, quien ya había perdido de vista a ambos adolescentes. Se suponía que el médium era el chico más hetero que conocía, pero supuso que se equivocó de una manera enorme. Pero no era su culpa haberse equivocado en esta ocasión.
¿Por qué su medidor estaba a ese porcentaje tan grande? Ni siquiera habían hablado tanto, por lo que se veía. Además, Reita estaba loco por las chicas, siempre las tocaba y si tenía la más mínima oportunidad de estar con una de ellas, la tomaba para estar de pareja con esa persona—aunque nunca le funcionaba y terminaba por estar solo—.
Algo dentro del esper lo hizo dudar por un segundo. Quizás había algo detrás de todo esto, Toritsuka tuvo que tener una razón para ya estar, de alguna manera, enamorado de Yukio.
Casi duda de utilizar la palabra enamorado, pero el cariño que tenía Reita al hablar con Yukio le hizo colocar esa palabra.
Bueno, eso ya no era de su incumbencia. Ya se había entrometido, no iba a meterse más y calentarse la cabeza con algo que ni siquiera era importante.
— Está más que claro que ese chico no quiere estar ni un metro en estar cerca de él...— La voz de Aiura lo trajo a la realidad, simplemente asintió con la cabeza ante lo dicho.— Ahora que lo pienso, creo que ni siquiera pude ver su aura.
— ¿Tienes curiosidad?
— No lo sé, es lindo.— Soltó, pero inmediatamente observó a Saiki con una sonrisa.— Pero tranquilo, tú lo eres más y lo sabes.— El esper quedó en silencio.— Bueno, creo que si tengo algo de curiosidad ver su aura, pero contigo aquí se me hará imposible.
Kusuo, ante lo dicho, disminuyó de su enorme aura para que la rubia pudiera acercarse al pelirrojo por unos metros—llevándose con él a rastras—. El rostro de Mikoto era de un asombro pequeño.
— No es nada del otro mundo, se parece un poco al aura del antiguo pandillero, Aren.— Nombró la clarividente.— Supongo que sus personalidades son similares, de algún modo...
Kusuo se soltó de su abrazo, sintiendo su brazo ya cómodo ante la ausencia del toque de Aiura.
— Ahora que lo pienso, creo que no tuve la oportunidad de ver los demás de su clase, antes solamente buscaba a las personas que me llamaran la atención, ya sabes, las que tenían tus iniciales.— Contó la morena, tratando de refrescar la memoria del pelirosa.
"Realmente fuiste un dolor de cabeza, y aún lo eres, pero de un grado menor". Pensó el de lentes como una respuesta silenciosa, todavía estando al lado de ella.
—¿Conoces a alguien más de su aula?
La pregunta de Aiura lo hizo pensar un poco, ni siquiera tenía al tanto la existencia del pelirrojo como para fijarse en los demás estudiantes de su clase. No obstante, un rostro se hizo presente en su cabeza. Aquel rostro que conocía a la perfección.
Ese rostro que parecía al de un ángel.
— ¿Haru-kun?
Se dio la vuelta inmediatamente al escuchar el nombre del chico que tenía en mente. Aiura imitó su acción con un rostro de confusión.
Observó a Mera caminando al lado de un cansado Haru, sinceramente, se veía fatal. Parecía que si tuviera la más mínima de cerrar sus ojos por más de cinco segundos, se iba a caer de cara al suelo, estuvo agradecido de que la Chisato sostuviera su brazo para que no sucediera. De pronto, ambos se detuvieron, estando cerca de Aiura y de él, aunque ya no le importaba si el pelinegro notara su presencia, de algún modo siempre fue invisible para él.
— ¿Estás bien? ¿N-No quieres que te lleve a la enfermería, Haru-kun?— La voz de la pelirroja derrochaba preocupación. Estaba seguro de que ella estuvo así durante toda la mañana al ver a su mejor amigo en esa condición.— Hubiera sido mejor que te quedaras en casa...
— N-No...— Interrumpió Haru.— No quiero molestar a mamá.— Susurró, soltando un suspiro entre sus agrietados labios.— Descuida Mera-chan, no me duele nada... Solamente... Sigo con sueño...
Aquello ni siquiera disminuyó de la preocupación de la Chisato, ya dándole masajes en la espalda de su amigo, tratando de ayudar en algo. Luego de unos segundos, la fémina abrió sus labios al recordar unos sucesos que solían recurrir en su vida.
— ¿En serio? D-Digo, mi madre se pone así cuando toma sus pastillas para dormir cuando no logra conciliar el sueño...
De pronto, al decir eso, el rostro del pecoso palecio al instante, separandose de la pelirroja, como si ella quemara. Ante esto, Mera lo miró confundida, subiendo sus manos entre los dos, sonriendo forzosamente.
— ¿S-Sucede algo?— Preguntó.
—N-No, lo siento.— Dijo Shimizu ante la pregunta de la chica.— Solamente quiero descansar...
Saiki estuvo a punto de quitarse el anillo de germanio para leer los pensamientos del pecoso, y de algún modo, saber lo que ocurría con él. Sabía que no debía hacerlo, aunque se le fuese imposible. Pero, de algún modo, algo dentro de su ser gritó que lo hiciera.
Estaba preocupado por Haru. Aunque sea, de manera leve.
— Pobrecito...— Escuchó a Aiura hablar en voz baja, mostrándose sincera. Por un momento se le había olvidado de que ella seguía con él.— Ahora que lo pienso, creo que nunca lo había visto... Aunque tiene muchísimas pecas, debería haberme aprendido su rostro por eso.— Parecía hablar con ella misma que con su persona.
Pensó por un momento, planteándose la idea de decirle. Luego de un pequeño lapso, se decidió en hablarle telepáticamente.
— Él es de su clase.
— ¿Qué?
— Haru es de su clase.
Aiura pareció darse cuenta, entrandole la curiosidad de saber su aura. Aunque, por un lado, se preguntó como Saiki sabía de ese dato, y que de algún modo, el nombre de ese pelinegro había salido del esper, pareciera que él ya lo conocía.
Unió sus dedo índice con el pulgar de su mano derecha, creando un círculo por donde ella pudiera observar al Shimizu, más bien, el aura de este. Sintió la mano del pelirosa en uno de sus hombros, como si se hubiera quitado su guante extremadamente delgado. Quizás también le habría entrado la curiosidad de saber cómo era.
— Veamos...
De pronto, al activar su habilidad, un pequeño jadeo de asombro se había escapado de sus labios. Sus ojos parecían abrirse al ver lo que estaba delante de ella.
Era la primera vez que veía algo así, de ese estilo tan... Bello.
El aura del pelinegro era, literalmente, una burbuja que lo encerraba completamente. Era tan hermosa como una, los colores era de un suave pastel; rosa, celeste, naranja, amarillo... Aquellos colores tan tranquilizantes a la vista. Su aura no era muy grande, pero se hacía ver claramente, porque era más grande que otros que había visto en los pasillos, es como si el pelinegro realmente fuera una buena persona de corazón. Aiura simplemente quería meterse para poder apreciar más de su belleza y pureza casi total.
Casi, porque aparte de esos colores tan etéreos, habían otros que lo contrastaba. Colores oscuros, manchas que no podían ser disimulados. No le era de asombrar porque no era la primera vez que apreciaba esas tonalidades. Cuando conoció a Teruhashi, era un caso parecido con esas plumas de ángel negras, aunque eran pocas. Pero con ese pecoso podría decirse que eran pecados de él, también podría verse como sus inseguridades.
No obstante, nunca pensó ver que fueran tan grandes... Parecía que se despreciaba.
Pero, de alguna manera, se asustó. Su aura crecía y disminuía su tamaño de manera constante, inestable, sin parecer normal ante sus ojos experimentados.
Aquella burbuja tan hermosa parecía estar a punto de... explotar.
Y eso definitivamente no era una buena señal.
Buscó entre su rostro si es que había una marca de muerte, por si las dudas, pero soltó un suspiro de alivio al no ver nada ahí. Aquel rostro pecoso parecía limpio de cualquier signo de desgracia.
Aún así, algo no iba bien con ese chico.
Entretanto, Saiki también podía ver lo mismo que ella, pero a la vez estaba centrado en los pensamientos de Haru. Maldición, ahora sí era una persona metida, pero ya no le importaba.
Pareciera que Haru había escuchado algo de sus padres en la madrugada. Y con ello, simplemente tomó una de las pastillas de su progenitora para poder reconciliar el sueño. Posiblemente el Shimizu no podía dormir por lo que había escuchado la noche anterior. También parecía que era la primera vez que probaba de esas pastillas, su cuerpo aún no controlaba ese sueño que lo aplastaba abruptamente.
Vaya, quizás no es la única persona con un dolor de cabeza inaguantable.
Haru era frágil, eso Kusuo lo sabía perfectamente, y no solamente por su físico. El pecoso suele ser muy sentimental, pero se guarda todo para no preocupar a los demás, no quería estorbar y mucho menos contagiar todos sus emociones negativas a las personas que él amaba. No obstante, el esper sabía que Shimizu estaba a punto de explotar con todo lo que estaba suprimiendo.
Todos tenían una línea que separaba sus emociones estables con las de no; Haru estaba a punto de pasar ese límite.
Saiki se preguntó que por cuanto tiempo estuvo así.
Además, el pelinegro no decía de sus problemas con Mera, aunque ella siempre iba a estar para él. Era tímido, estaba confundido y tenía miedo. Por un lado, Saiki comprendía levemente su situación. Haru era una buena persona—quizás la más amable que pudo haber conocido—, y el esper lo respetaba, por eso mismo no podría reprocharle a la lejanía de la ignorancia. Pero, maldición, no le iba a ser mal soltar sus sentimientos de vez en cuando.
"Por favor... Por favor, déjenme ser egoísta solo por esta vez..."
De vez en cuando su cabeza repetía una y otra vez el pensamiento de Haru, cuando pudo abrazar a Mera en la cafetería. Por lo que conocía y pudo observar del chico, era una de las pocas veces que él iniciaba un abrazo. La pelirroja siempre había sido la más hiperactiva y amorosa físicamente entre los dos, pero por esa vez Shimizu pudo tener la suficiente confianza y adrenalina para demostrar su cariño por ese acto tan puro.
¿Por cuánto tiempo Haru se reprimía? ¿Por qué siempre se echaba la culpa? ¿Por qué no es amable consigo mismo?
Saiki, aunque fuera un humano como todos, no era como los demás. Sus habilidades psíquicas lo hizo diferente al resto de manera inevitable, y con ello, la interacción que tenía con otras personas.
Sus sentimientos eran diferentes que el de los demás, jamás pudo tener la dicha de ser sorprendido de manera genuina, jamás sintió repulsión por él mismo, nunca se quejó de él con respecto a sus habilidades sociales o como era fisicamente ante la mirada de los demás. Por ello, de algún modo, nunca pudo comprender ese odio que se tenía el pecoso con su propio ser.
Haru no era malo, era una buena persona. Era amable, educado, trabajador, sentía empatía con personas que no lo merecían, trataba de ser una mejor versión de sí mismo... Y aún así, se despreciaba de una manera dolorosa.
— ¿Kusuo?
La mirada de Aiura era de una genuina preocupación y confusión. Sus cejas estaban arqueadas y lo examinaba para ver qué había mal con él. Observó sus ojos de vuelta cuando se dio cuenta de que Mera y Haru ya no estaban cerca de ellos.
— ¿Estás bien? Te le quedaste mirando al chico de antes.— Saiki asintió ante la pregunta, Mikoto suspiró con alivio.— Con respecto a él, tengo una mala vibra... Digo, no tiene una marca de muerte ni nada de eso, pero tú viste su aura, no es normal.
— ¿Vas a hacer algo al respecto?
— ¡Claro que sí, qué crees! No puedo dejar que las cosas queden así.— Respondió al instante, colocando sus manos en su cintura.— Trataré de ser su amiga, ¡no importa lo que pase! Lo salvaré de lo que sea.
Ante lo dicho, una imperceptible sonrisa se dibujó en los labios de Kusuo
Luego de esa charla, ambos volvieron al aula que compartían. Por ahora, Saiki dejará esto en las manos de Mikoto, no estaba del todo seguro, pero la amabilidad de la morena ante Haru le hacía confiar en ella. Aiura seguramente trataría de encontrarlo a la siguiente hora del receso.
De pronto, un pensamiento rápido pasó por la mente del esper.
"Espera, Haru no podrá soportar a Aiura con lo tímido y distante que es con los desconocidos."
Bueno, no importaba, le diría por medio de telepatía.
Las cosas deberían ir bien a este punto.
¿Verdad?
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HOLIU SIEMPRE TARDE FOREVAAAA. 💓💓💓
Lamento eso. PERO TIENE UNA EXPLICACIÓN ah-. He escrito este capítulo TRES VECES (contando esta), pero esas dos veces anteriores se borraron Y YO ME QUISE MATAR, PORQUE ERAN MÁS LARGO COMO FORMA DE DISCULPA DE HABERME DEMORADO LA PARTE ANTERIOR. Literalmente tuve que hacer la mitad, este iba a tener como cinco mil palabras, pero se borró, wattpad te odio. Por eso mismo, ahora escribo en wattpad con apoyo del Bloc de notas.
También como estuve estresada con eso, quise despejarme de ese odio TAN GRANDE HACIA WATTPAD CTM (aún no lo actualizó, no quiero). Empecé en hacer dibujos de los siguientes capítulos del fanfic. <3
Ah, también estoy haciendo unos dibujos TanZen que subo/subiré en un grupo de Facebook, así que por eso la demora(?).
Y sí, ahora sí es oficial que estoy en vacaciones. Se supone que tuvo que haber terminado el 17 pero lo alargaron y yo como AAAAAA. Estamos a enero y aún no sacan los promedios ctm. Quiero saber con que nota pasé a cuarto medio.
Y eso, el siguiente capítulo está en proceso también (como les dije, el capítulo 47 era de este episodio pero lo tuve que cortar para poder actualizar rápidamente). ¡Ahora no van a esperar un mes para un capítulo, wuu! Descuiden, tengo el tiempo necesario para escribir lo que se me dé la gana. <3
PD: ¿Cómo creen que se comportaría Haru si ya no pueda aguantar más? Los leo ahq.
Ah, y también; en la última parte de Constelaciones Fanarts hay respuestas hacia los lectores. Contestó tanto Haru como yo. Si es que les interesa saber, es un especial por mi cumpleaños. ❤
Cuidense y love yourself. 💜
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