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Saiki piensa que Haru es un idiota.
Un suspiro de frustración se escapa de sus labios, entretanto oculta sus ojos con las palmas de sus manos luego de usar la clarividencia en el pecoso. Definitivamente piensa que es un idiota con mala suerte.
Lo ve en cama a mitad del día, con un paño en la frente y respirando con dificultad. Su rostro se encontraba rojo y el sudor se asomaba por cada parte que miraba. Haru se había enfermado por bañarse luego de la escuela con agua fría, esto último no le dio importancia e hizo sus quehaceres con el cabello aún mojado.
Lo que obtuvo: un resfriado horrible.
El esper rueda los ojos por esto. Por los pensamientos de Shimizu se pudo dar cuenta de que solía enfermar de vez en cuando—y siempre es por la misma razón, bañarse a las seis o siete de la tarde y dejar su cabello mojado—. Pero que ese momento tuvo la necesidad de mojar su cuerpo con agua fría para bajar su alta temperatura, pero que por costumbre se dejó el cabello secarse sin una secadora.
Ahora por no tener una buena responsabilidad de él mismo se encuentra como está. ¿Se lo merece? Saiki piensa que sí. Absolutamente.
Aún puede escuchar sus pensamientos. Puede oír sus quejas y que anhelaba a que se recuperara antes de que pasaran más días de la semana, cosa improbable. Era un miercoles, pero a como iba era inevitable a que se quedara todavía postrado en la cama. El pecoso no sabe cuando puede superar el resfriado.
Haru está triste y también enojado consigo mismo; por sus acciones ahora debe de pagarlas. Solamente quería estar con su amiga Mera y lo primero que pasa es enfermarse.
"Santo cielo, tú mismo te lo buscaste".
Colocó su anillo de germanio para no escuchar más los pensamientos. Tomó un manga y una geletina de café y se encerró en su cuarto para poder disfrutar lo que quedaba de su día, después de todo ya había hecho sus tareas y la casa se encontraba limpia. Su madre se encontraba en el primer piso mientras que su padre en el trabajo, así que no habría problemas, por ahora.
Las horas pasaron y la tranquilidad de Kusuo no fue interrumpida en ningún momento. Fue un día que apreció bastante para ser sincero, y le gustaría que este momento hubiera durado más, aunque desgraciadamente sabía que eso no podía ser posible; no con sus compañeros de la academia que se autodenominaban amigos.
La noche se hizo presente, las innumerables estrellas hicieron notar su brillo y la grande luna mostró su belleza ante el oscuro manto. El manga ya había sido leído y la gelatina acabado, se despidió de su madre antes de irse a la cama—a su padre solamente lo ignoró mientras que él lloraba cómicamente, como de costumbre—.
Se acomoda entre las mantas y su almohada, sus lentes están a un lado de él para la mañana siguiente. Cierra sus párpados para caer dormido y finalmente descansar. Está listo para cualquier cosa que pueda venir el siguiente día.
La habitación está en completo silencio, los pensamientos también callan al tener aún el anillo puesto. No obstante, se siente incómodo y no logra conciliar el deseado sueño.
Mierda.
Abre sus ojos, sus cejas están fruncidas y su rostro demuestra lo frustrado que está. ¿Qué está pasando? Se supone que el día debía ir bien hasta el final, así estaba cursando hasta el anochecer, pero no puede dormir.
Cruza los ojos, observando sus alrededores o que sus compañeros no hubieran cometido una estupidez a esta hora. Suelta un quejido al ver que no había nada extraño y que pareciera que solamente estaba siendo paranoico.
Cierra sus ojos otra vez, nuevamente tratando de dormir y poder descansar de una vez por todas.
Maldición.
No. No puede, aún no.
Vuelve a cruzar sus ojos, ya exasperado. No es idiota, sabe que la última opción es el pecoso. Al usar su clarividencia puede seguir contemplando su figura en la cama, pero ahora nota que hasta él había encontrado el momento perfecto para dormir, a diferencia de su suerte. Iba a volver a la normalidad sus ojos hasta que percibe unos bruscos movimientos de su parte, parece tener una pesadilla.
Bueno, no es su problema. Definitivamente no. Y tampoco no es de su incumbencia.
No, no lo era...
Suelta otro suspiro antes de teletransportarse a la habitación de Shimizu, no sin antes colocarse sus verdosos lentes.
Se toma su tiempo en ver su cuarto, los stickers pegados en su armario y en los peluches de Kumamon acompañandolo en su cama. Acerca sus pasos hacia el contrario, quien ni siquiera estaba al tanto de su presencia por estar en el mundo de los sueños.
Vaya, estaba igual de peor que como lo había visto antes. Sigue sudando y sonrojado como el infierno, respiraba por la boca y soltaba unos murmuros incomprendidos e inconexos. Podía ver lo mal que lo estaba pasando.
"Santo cielo... Hubiera revertido su resfriado pero hoy no puedo, justo lo usé en la mañana en mi padre. No lo puedo usar dos veces en un día".
A la mañana siguiente le haría pagar a Kuniharu por esto.
Se agachó a la altura del pecoso, tomando el paño seco de su frente y aprovecharlo en secar el sudor de su rostro mientras tanto. Luego de ello lo volvió a mojar con agua del pequeño plato hondo que se encontraba en la habitación, lo puso nuevamente en su frente, después de haber estrujado el líquido que sobraba. Parecía mejorar un poco con esa pequeña acción.
Miró su pecosa mano de manera inconsciente. Apretaba su puño entre las sábanas con dolor, soportando el mal sueño y del resfrío. El rostro de Saiki ya no demostraba su enojo y estrés, solamente podía verse la serenidad acostumbrada. Se levantó del piso de madera sin apuro, y sin dejar de verlo.
Ni siquiera lo pensó, mas colocó su mano encima del puño pecoso con suavidad. Puede notar como ésta perdía su fuerza contenida, lentamente ante su toque.
Y así, sus temblores desaparecieron, dejando en su lugar un cuerpo quieto y tranquilo. Su rostro no mostraba más que serenidad y disfrute. Parecía que lo había calmado con tal de tocar su fría mano.
Fría, las manos de Shimizu son frías todo el tiempo.
Aprieta el agarre, solamente un poco. Usa un poco de su piroquinesis para poder entrar en calor la mano de Haru. No le bastó mucho tiempo para que sus manos dejaran de ser frías. Lo iba a soltar para volver a su cuarto lo antes posible.
Pero no contó de que volviera a ver su rostro, y así poder contemplar una leve sonrisa del peli negro.
Sus labios tiraban hacia arriba, su pecho subía y bajaba y su corazón palpitaba con pura adoración y felicidad. Sus mejillas siguen sonrojadas, pero parecían que no eran del todo por el resfriado.
Ah...
Saiki se quedó un rato más, porque Haru había movido su mano con tal de agarrar el suyo propio. Sus dedos se encuentran entrelazados ahora mismo.
Se siente raro, porque el esper pudo sentir un leve escalofrío y cosquilleo en la espalda baja.
— Oh...— La voz de Shimizu es suave entre sueños, su sonrisa aumenta cada vez más. Saiki está tranquilo ya que está consciente de que el pecoso no está despierto todavía, aunque se le hizo algo extraño de que pudiera ser de esas personas que hablan mientras duermen. Los pensamientos de Kusuo son interrumpidos por unas risas débiles.— Kaido-san... eres tan... lindo.
¿Kaido?... Por alguna razón, ese último comentario lo molestó un poco.
Esperó unos minutos más, aunque Shimizu no habló entre esa espera. La mano que lo sostenía se debilitó considerablemente, dejando al pelirosado libre para irse. Saiki esperó unos momentos más para finalmente separar sus manos. Acomodó las mantas del pecoso sobre su cuerpo antes de teletransportarse a su cuarto.
Ahora si parece que podrá dormir. Y así lo hizo, durmió con toda la tranquilidad que pudo desear.
Luego de esa noche, Haru pudo recuperarse completamente. La sonrisa nunca desapareció de su estrellado rostro.
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Holiu.
Voy a decirles que nunca más voy a volver a actualizar en la madrugada lpm, el capítulo anterior lo subí re tarde más encima. Siempre que lo hago hay personas que no se enteran, y no los culpo. ¡Espero que me perdonen!
También espero que les haya gustado el capítulo y el dibujo, ojalá se puedan notar las pecas de Haru bebé. <3
¡Además, estoy muy feliz! En serio que hay muchas personas que llegan a la historia últimamente ¡Siempre son bienvenidos/as! 💕
Cuidense y love yourself. 💜
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