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¿Estaba siendo egoísta?

Se lo preguntaba constantemente desde hace días. Horas y horas pensando si sus acciones traían malos momentos o si podía causar dolor en otras personas. Buscaba entre sus pensamientos y recuerdos si había dicho palabras tajantes por sus abruptos ataques de ansiedad que recibía.

Y en unos de sus pensamientos que se encontraban en una esquina de su mente, se pregunta; ¿Le habrá dicho algo malo a Mera?

Haru sabe que inevitablemente puede decir o hacer cosas hirientes sin ser consciente de ese hecho; se ha hecho daño a él mismo y quizá a otras personas más. Pero a sus adentros siempre anhela a que no le haya causado dolor a otros, pero aún más a la peli roja.

Sabe que está mal, sabe que sus acciones pueden tener consecuencias no deseadas, maldita sea, lo sabe completamente. No obstante parece que no puede tener un buen cambio.

Tiene miedo, está enojado y aterrado de todo. No sabe cómo actuar y si lo que está haciendo es un berrinche. ¿Lo está haciendo? Desde esa tarde en donde escuchó la conversación de sus padres todo cambió. Por un momento pensó que su progenitor iba a hablar con él, disculparse o que se hubiera dado cuenta de que se sentía mal. Tuvo la esperanza de que eso pasara.

Pero solamente lo ignoró. Otra vez.

Y puede que no haya sido solamente por costumbre y por su habitual cansancio. Sabe que lo evita y que ya apenas le dirige la mirada. Está totalmente consciente de que no desea tener una conversación con él.

¿Está siendo egoísta?

¿Es egoísta por querer a su padre de nuevo? ¿Es egoísta tener un mal pensamiento sobre él mismo? ¿Es egoísta por ser como es?

Haru piensa que si lo es, y se carcome la cabeza pensando que todo es su culpa y que todo lo que recibe es por sus actos.

Puede recordar la mirada de Mera cuando se despidió de ella hace unos momentos atrás. Se dio cuenta de que ella quería otra respuesta, sabía que no quería que se fuera. ¿Pero qué puede hacer? no quiere que Chisato se incluya con sus problemas, no quiere preocuparla y menos que se sienta mal por su culpa. Pero parece que está siendo egoísta, porque él aún así acota sus decisiones sin tener en consciencia de lo que ella desea.

Pero lo está haciendo por un bien, ¿verdad? Piensa que si lo aleja de él, ella sería más feliz de que ya lo está. Tiene amigas en su aula, personas que la apoyan, una familia que la ama. No quiere arruinar eso, no a ella, porque la ama.

Solamente bastará unos meses para que ella se aburra de él y se aleje completamente, igual como lo hizo su padre... Eso pensó, pero hay un problema, ¿por qué no se va?

Mera sigue ahí, junto a él, sin separarse ni por un segundo.

Haru quiere llorar. Porque le resulta cada vez más difícil alejarse de ella. Quiere que la fémina siga como antes pero parece que ella no tiene el mismo pensamiento.

Algunas veces se pregunta el porqué de su entusiasmo de estar con él; ¿Qué tiene de bueno? ¿Por qué aún sigue a su lado? ¿Por qué no se aburre?

Sus pasos cada vez son más lentos que el anterior, su bolso que tenía decoraciones tintineanes pesan sobre su hombro, su respiración se vuelve errática y su corazón es intranquilizante.

¿Por qué hace esto? Ni siquiera sabe si de verdad pueda funcionar. Pero cree que es lo correcto. Porque todo es su culpa. Lo merece por ser así. Se odia con todo su palpitante ser.

Odia ser débil, detesta ser envidioso, aborrece en mentirse a sí mismo y a los demás.

Es débil porque sabe que cualquier palabra puede herirlo y hacerlo trizas en un instante.

Es envidioso porque puede contemplar a las demás personas tener lo que él no posee. Aún recuerda cuando sentía ese desgarrador sentimiento al ver a Kokomi siendo querida por todos, sin cometer errores y que si lo hacía podía ser perdonada por todos. Trataba de tener un mismo resultado pero todos se burlaban.

Mentira porque aunque él trate de ser alguien mejor cada día, empieza a empeorar aún más. Miente de que está bien y que progresa, les dice falsedades a los demás, ¿qué pasa con Toritsuka? ¿Acaso mintió cuando le dijo que saque lo mejor de sí mismo? ¿Con qué derecho lo decía?

Puede sentir su rostro rojo y su visión nublosa, su cuerpo tiembla. Suelta unos sollozos que es incapaz de reprimir y trata de secar sus lágrimas aunque fuera en vano. Los segundos pasan hasta convertirse en minutos, pero aún no termina con su sufrimiento. Se agacha hasta colocar sus rodillas contra su pecho, esconde su cabeza en el hueco de su anatomía.

Llora, llora todo lo que puede soltar. Porque no hay nadie que lo puede escuchar ahora.

¿Acaso es su culpa? ¿Por nacer así? ¿Por ser así? Pareciera que su respuesta era positivo ante sus dudas.

No escucha nada, solamente sus hipos y respiración entrecortada. No siente nada y no percibe ni una persona por los alrededores. Exceptuando algo.

Puede escucharlo, un leve tintineo que lo relaja y calma su corazón. Y luego, siente un pelaje sueve chocando en su temblorosa mano. Levantó su cabeza lentamente para poder apreciar al ser delante de él.

Un hermoso gato blanco, tan limpio y claro como la nieve. Orejas paradas y cola moviéndose de un lado a otro con lentitud, queda hipnotizado. Puede observar un collar azulado con una bola rosa, y raramente unos lentes verdes en sus ojos gatunos.

Suelta un suspiro cristalino, alza su mano, tomando su tiempo en acotar su acción. Colocó su pecosa mano sobre su cabeza peluda, su cola comienza a moverse más ante su caricia. Deja a relucir su suave sonrisa acompañado de unas risas sutiles. Acaricia sus orejas y su pequeña nariz rosa, el tacto es suave.

— ... Deberías estar con tu familia, ¿no crees? — Habló, sabiendo de que ese animal no le iba a contestar. Siguió dando leves caricias en su blanquecino pelaje, dio un leve golpecito en su nariz con su dedo indice.— Poop.

Contempló como el gato seguía observando sus ojos con los suyos propios, como si de verdad pudiera entenderlo y que puede escuchar. Dio unos pasos más a su brazo extendido para seguir sintiendo sus caricias, sonrió ante ello y siguió acotando sus acciones.

— Lo siento, no tengo comida ni agua para ti ahora.— Dio unos leves golpes en su bolso con su otra mano.— Solamente llevo mis cuadernos y libros... También mangas.— Susurró lo último. Se levantó mientras acomodaba nuevamente su bolso en su hombro, soltó un suspiro.— Creo que me siento mejor ahora, gracias gatito.

Observó una vez más al minino luego de encaminarse hacia su casa, mas pudo sentir que el gato caminaba a un lado de él, en silencio. Lo miró confundido por unos segundos. Quizá viva cerca de él.

Luego de unos minutos pudo llegar, abrió la puerta de su casa pero volteó a mirar por última vez al gato que se encontraba a unos metros lejos. Dio un leve movimiento de mano como despedida, se adentró a su hogar después de eso. Saludó a su madre y se fue directo a su pieza para poder desvertirse y ponerse ropa más cómoda. Miró su mano izquierda.

¿Dónde estaba su herida? ¿Desapareció?

Bueno, quizá los arañazos no eran tan profundos ni grandes después de todo.

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Holiu.

Ya era hora de que Saiki apareciera lmao. A TODO DAR SAIKI, a.

Espero que les haya gustado el capítulo, ¡fue una actualización rápida! Un dato, el dibujo ha sido hecho hace un año lol.

Últimamente ha estado llegando más personas al fanfic ¡me alegra mucho de que les guste la historia! <3

Cuidense y love yourself. 💜

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