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— ¿Se puede llevar el pedido cierto?— Mera asintió ante su pregunta.— Me alegro, me gustaría para llevar un pedazo de pastel, chocolate por favor.

— Claro que sí, ¿algo especial está sucediendo, Haru-kun? — El recién mencionado alzó la mirada, con una deslumbrante sonrisa en sus pecosos rasgos, aquel acto hizo que traspasara su felicidad a la peli roja.— ¿Puedo saber?

Shimizu respondió con todo gusto. Había dicho que su padre estaría libre esa tarde, por lo que pasaría todo el resto del día junto a su madre y él. Así que quiso aprovechar en comprar algo dulce para su progenitor, después de todo le gustaban los pasteles, algo que había heredado levemente. Chisato sonrió tiernamente al escucharlo emocionado, mientras que él observaba sus manos entrelazadas sobre la mesa, tratando de no dejar salir su sonrisa más lo de que ya estaba.

— Debes querer mucho a tu padre, ¿cierto? — Su voz alegre lo sacó de su burbuja ensoñadora. Shimizu fijó su mirada en ella, para luego volver a bajarla, disminuyendo su sonrisa.

— Sí, muchísimo...— Su voz se volvió suave al recordar su infancia con ese hombre, un tierno sonrojo se hizo presente en sus mejillas.— Siempre fue bueno conmigo aunque no pasemos tanto tiempo por su trabajo, hasta trabaja horas extra. Él fue quien me enseñó a respetar a las chicas y en tenerme confianza a mí mismo pero...

"Haru, mi niño, estoy muy cansado ahora. No tengo tiempo para escuchar tus quejas, trata de no ver lo negativo a tus pecas, ¿bien? No todo el tiempo podré escucharte."

Frunció levemente el entrecejo al recordarlo decir eso. Sabía que trabajaba mucho y lo hacía para ganar dinero para su pequeña familia, pero aún así... Él quería tener a su papá otra vez como antes, porque en ese tiempo podían hablar sin cansancio, porque sabía que podía ser escuchado sin sentirse como una carga. Por un tiempo pudo ser ignorante de sus oscuros sentimientos de inferioridad hacia su apariencia y persona; sabía que tenía a su madre, pero ahora con sus actuales problemas no tenía el valor de hablar. Pero ahora, por el paso de los años, podía ser más consciente de sus dudas aplastantes, que cada vez lo ahogaban más y más.

— ¿Pero...?

—...No, no es nada.— Le regaló una nueva sonrisa, siendo imitada por la fémina.— Mera-chan, ¿tú sigues teniendo muchos trabajos cierto? — La contraria alzó una ceja, algo confundida ante su pregunta, no obstante su sonrisa seguía intacta.

— Mhm, claro. Aunque ahora que mi padre volvió, estoy recibiendo ayuda de él para mantener a mi madre y a mis hermanos.— Respondió.—¿Sucede algo?

— Nada malo, pero...— Desvió un poco la mirada, para luego cerrar sus párpados y ampliar un poco sus curvilíneos labios.— Solamente trata de escucharlos. Sé que estás mucho tiempo afuera por tu trabajo, pero hazle saber que pueden contar con tu apoyo, como hermana mayor.

Mera tragó duramente, sintió que había algo oculto detrás de esas palabras, no estaba segura pero podía sentirlo personal de una manera. Colocó su mano encima del hombro de su amigo, tratando de transmitir su confianza y seguridad.

— Claro que sí, ¡seré la mejor hermana mayor que hayas conocido, nadie me ganará! — Habló animada.

— Ya lo pienso.— Soltó una pequeña risa ante su entusiasmo.— Mera-chan es la mejor hermana.— Aquello causó un sonrojo de vergüenza en toda la cara de la fémina.

— ¿Lo crees?

— No lo creo, lo eres.

— ¡Waah, Haru-kun es tan amable! — Alzó su voz, ocultando sus mejillas con sus manos, sonriendo felizmente por los cumplidos del contrario.— ¡Haru-kun también es el mejor! Serías un buen hermano mayor.

— ¿En serio? N-No lo creo...— Contestó inseguro, Mera disminuyó su sonrisa a su respuesta.

— Pues yo sí, ¡Haru-kun, ten más confianza en ti! Eres una buena persona, ¿por qué te rebajas tanto? — Preguntó preocupada, sentándose al frente de él, tratando de buscar sus dorados ojos.

— Y-Yo... Es que...

Una gran presión cayó sobre él, el aire empezó a faltarle ante esa pregunta tan simple pero tan difícil para él en contestar. Junto a eso, miles de pensamientos atravesaron su mente; todos negativos.

"Doy asco."

"Mira estas sucias pecas, estoy manchado."

"Solamente le causo problemas a todos mis seres queridos."

"Mi padre se aburrió de mí, ¿qué pasa si Mera-chan también lo haga?"

"Mi mamá está lo suficientemente cansada como para agregarle más problemas."

Más pensamiento empezaron a pasar por su cabeza, cada una siendo más elevada y enfurecida que la anterior, todo su entorno se volvió nublado al estar tan concentrado en esas palabras dichas por su voz tan oscura. Poco a poco empezó a sentir el sudor cayendo en el contorno de su cara, apretó sus puños para tratar calmar su alterado corazón.

— Y-Yo, yo...

— ¡Haru-kun!— Se asustó levemente ante el grito de la peli roja, quien ahora se encontraba al lado de él, tomando sus hombros, brindando su apoyo y preocupación hacia su persona.— N-No es necesario que me contestes... ¿Hice mal en preguntar? ¿Te encuentras bien ahora? Lo lamento tanto, no fue mi intención hacerte sentir mal, y-yo...

La voz de Chisato empezó a ser más débil, sin saber cómo reaccionar a esa situación, mordiendo su labio inferior mientras pensaba en decir algo para hacerlo sentir bien.

"Ahh, soy un completo idiota..." Desvió su mirada de ella, agachando su cabeza. "La hice preocupar..."

... Mera-chan, está bien, no es importante, en serio.— Volvió a sonreír, claramente forzando a que sus labios tiraran hacia arriba con dificultad. Separó las manos de la contraria de sus hombros, acariciandolas con la yema de sus dedos por un pequeño lapso.— No te preocupes por mí, no vale la pena.

— ¡Haru-kun, p-pero...!

— Bueno, supongo que ya me debo ir, lo siento si te he incomodado.— La interrumpió, levantandose de su asiento tranquilamente.— Me llevaré el pastel de chocolate.

— ¿Y tú gelatina de café...?

— Se me fue el apetito, puedes comerlo tú si quieres.— Su sonrisa seguía intacta, mas Mera sabe que no es real. Imitó su acción, soltando una risa sin ganas.

— E-Está bien, de inmediato traeré el regalo para tu padre.

— Gracias, esperaré.

Luego de esa conversación, Chisato se fue algo tambaleante por estar centrada más en sus pensamientos hacia su amigo. Tardó unos minutos en llegar para entregar su pastel en una pequeña caja decorativa.

— Espero que lo disfrute mucho Haru-kun, dale saludos de mi parte por favor.

— Claro, hasta luego Mera-chan.

Después de darle una pequeña caricia a su cabello, se fue de la cafetería, dejando el lugar en un silencio casi sofocante para la fémina. Miró por la ventana para verlo irse, luego contempló el pedido que había dejado comer para ella, su mirada se entristeció.

Por primera vez no quiso comer algo.

Tomó el postre entre sus manos, dudando que hacer con él, Shimizu ya había pagado por lo que ella tenía toda la oportunidad de probarlo sin problemas, pero se le fue el apetito con tan sólo verlo triste. Alzó su vista para ver un cliente habitual sentado en unas de las mesas, se forzó a sonreír por cortesía.

— Saiki-kun, ¿desea esta gelatina de café? Ya está pagada, así que no te preocupes.— Se acercó al pelirosado con calma, aún sosteniendo el dulce entre sus manos. Kusuo solamente asintió, sin siquiera mirarla de reojo. Ella solamente lo dejó frente a él sin problema.— Espero que lo disfrutes, gracias por venir a la cafetería Mami.

Al decir eso nuevamente se fue, dejando al esper con su pedido regalado, tomó su cuchara para poder degustar de su pedido, mas un sentimiento incómodo seguía pinchando su ser de una manera casi imperceptible, pero si notable para él.

"Santo cielo, tengo un mal presentimiento."

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Holiu.

No me maten por hacer sufrir a Haru, tengan compasión. 😔💔

Me he dado cuenta de que últimamente están llegando nuevos lectores al fanfic, ¡sean bienvenidos! Gracias por tomar su tiempo en votar y comentar, me hace muy feliz de que estén aquí. <3

Espero que les haya gustado el capítulo, cuidense y love yourself. 💜

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