Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 06. Ser inalcanzable.

Usualmente nunca fui una persona que era vengativa. Siempre me ocurrían cosas y sin que la persona me dijera algo al respecto terminaba incluyéndola nuevamente en mi vida, ya que consideraba que todos merecíamos otra oportunidad o, simplemente se me hacía absurdo guardar rencores en mi vida y quedármelos. Pensarlos durante días, enojarme cuando los recordaba y quedarme con ese odio.

Prefería perdonar y olvidar antes de quedarme siempre mirando hacia atrás.

En ocasiones ocurrían sus excepciones, pero en aquellas era cuando la persona comenzaba a fallarme demasiado, pues yo no podía encontrarme estancada.

Y, al parecer Orión era similar que yo. Por lo mismo, conforme transcurrió el mes de enero comenzamos a tener una mejor relación entre los dos. Comenzamos hablando de Andy y como ambos hacíamos algo para mejorar de su vida, después volvimos a ser cercanos, más que nada, Orión era el que me contaba con constancia de su vida y de sus nuevas metas mientras que era yo la que solía motivarlo o felicitarlo por las nuevas acciones que lograba realizar, provocando que nuestra relación mejorará.

Pero poco a poco Orión seguía insistiendo en que yo debía de aprender algo más para poder tener un pasatiempo. Después de todo, terminé aceptando retomando nuestra rutina.

El primer día que volví a su estudio, Orión no estaba muy seguro de lo que haríamos primero para retomar nuestro trabajo, así que me pidió un tiempo para poder analizar que era la mejor actividad. Mientras ocurría aquello, yo me encontraba dentro de su estudio poniendo atención a cada detalle dentro de él.

El primero detalle que noté fue mi póster que le regalé, que había colgado en el centro del estudio. Otro aspecto importante era que también el arte de su hijo hacía presencia en el lugar y que ya había un pequeño espacio para Andy.

Su estudio tenía más cosas nuevas. Ya sea nuevos objetos o nuevos trabajos de él que me hacían suspirar ante tanto conocimiento que él dominaba.

—Me sorprende tanto todo lo que puede hacer, señor Orión —solté sin pensar, distrayendo un poco al hombre de su propósito inicial.

—Deja de decirme señor, pasamos mucho tiempo juntos —mencionó tiernamente haciendo que me estremeciera ante su petición—. Estaría bien que comenzarás a decirme sólo por mi nombre como yo te llamo a ti: Eva.

Y pese que ya había ocurrido en otras ocasiones, el escuchar a Orión decirme por mi nombre seguía provocando el mismo efecto en mí de un enorme escalofrío que me recorría.

—Siendo sincera, siento extraño cuando me dice Eva —admití para después arrepentirme de mi sinceridad, ya que rápidamente el hombre fijo su vista a mí, asombrado.

—¿Te incómoda? —inquirió.

—No. Sólo... Siento extraño.

Era claro que no podía ser sincera en ese aspecto con el hombre. Simplemente sería inusual decirle que me provocaba un escalofrío al escucharlo decir mi nombre, podría generar malos entendidos y al final del día yo era muy menor para él y aparte él era un hombre casado. Aunque él dijera que no sentía nada por su mujer y que estaba en un proceso de divorcio, aún era casado y para mí eso era indebido. Además de ello, pese aquellas sensaciones nunca antes me había puesto a pensar en aquello hasta este momento.

Mientras que Orión se quedó confundido creando un silencio entre nosotros que quise romper con lo primero que pensé.

—Me encanta esta pintura.

—La hice yo.

—Es increíble que tenga tantos talentos —comenté con una sonrisa—. Quizá de allí lo heredó Andy. Andy también realiza cosas muy increíbles.

—Quizá sólo influí en el aspecto desde que él era muy pequeño yo le enseñé mi arte —mencionó con calma—. Eso lo llamó y por eso comenzó a pintar. La habilidad la fue adquiriendo por él, no por qué yo fuera hábil.

—Sí...

—Tú me contaste que tú mamá era muy hábil haciendo manualidades. A ti nunca te han gustado y dices que no eres buena. Quizá es eso. Si desde pequeña te hubiera interesado, tal vez ahora amarías demasiado las manualidades.

La forma en la cual estaba hablando en estos momentos Orión se estaba convirtiendo en cada vez más seca que me hacía sentir extraña.

—No, señor. Simplemente nunca he sido buena en nada —argumenté fijando mi vista en él mientras él me miraba con rudeza, estremeciéndome.

—Deja de decir eso.

Me quedé en silencio mientras él seguía buscando entre las cosas algo para poder comenzar a practicar y cómo tenía tantas no sabía cuál escoger. Fue en ese momento que noté que en el suelo había un rompecabezas y la caja del mismo que decía que era un armable de 5,000 piezas del espacio. Claramente eran puras fichas negras con puntos blancos. Era un rompecabezas difícil que me sorprendió que ya estuviera muy avanzado.

—¡Casi termina!

Lo solté con tanta emoción que hice reír al hombre.

—Sí, lo empecé el lunes.

—¡Tan sólo una semana! Yo tardaría demasiado —indiqué impactada ante notar e imaginar todo lo que debió de haber hecho en estos días, y admirar de su paciencia y compromiso de hacer algo así. Sin embargo, él no me respondió como yo quería.

—Deja de decir eso.

—¿Decir qué?

—Eso. Deja de compararte con las personas y hacer comentarios positivos hacia mí —dijo dejándome muda ante la forma en que decía las palabras—. Te lo agradezco demasiado y me hace sentir feliz que alguien reconozca lo que hago y se admire de lo mismo, pero a su vez siento que estás comenzando a verme como un ser inalcanzable como también ves a los demás así cuando comienzan a hacer cosas que tú dices que no puedes hacer. Así que, deja de hacerlo simplemente.

La sorpresa me invadió y me dejó sin palabras. Él sólo dirigió su vista a mí y soltó un suspiro.

—Y discúlpame por lo poco brusco que he sido en decirte aquello. Pero ya van varios días que haces lo mismo y sí es un poco molesto que te compares de esa manera.

Un nudo se formó en mi garganta y mientras él seguía buscando que enseñarme, yo aproveché de su distracción y salí del estudio. Ese día no lloré, sin embargo, me quedé con la cabeza tan llena de pensamientos que me sentí muy agobiada, siendo de esa manera una forma en la cual intentaba cambiar de mis perspectivas.

Durante ese mes no volví y cuando llegó febrero, exactamente esa hermosa fecha del 14, decidí darle una pulsera al hombre para poder volver al compromiso de qué me enseñará sobre pasatiempos. Él aceptó, pero no recibí regalo de él. Claramente eso no era obligatorio, pero me hubiera gustado recibir algo a cambio. Sin embargo, el único mensaje positivo que recibí en esos días fue que ya se estaba avanzando más los trámites de su divorcio con Lorraine.

En las constelaciones, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro