01
—Para Nam ¡Ah!— sus gemidos eran como mil ángeles cantado alrededor de aquella oscura pero calurosa habitación, besos obscenos se escuchaban en aquella hermosa habitación de color rosa palo que tanto le gustaba al débil y flaqueante Kim SeokJin, que con solo sentir muy cerca la cálida y tranquila respiración del moreno sentía como todo su mundo parara en sí, como sus piernas no reaccionaban, como sólo podía mirar aquellos carnosos labios que como un imán atraía sus propios labios a aquel adictivo trozo de carne.
—No me pidas que pare Jin, tú lo has provocado, ahora resuelve esto. — ronca salía la voz de aquel alto pero tierno moreno que cada vez más lo acorralaba hacia la pared más cercana para poder tener todo lo que su novio guardaba detrás de esas grandes y gruesas blusas que siempre llevaba consigo.
—¡mgh!, Nam ¡ahh!... Quiero...—sus palabras no salían de manera correcta de su boca, todo gracias a las magníficas manos que se adentraron como intrusos debajo de su blusa para poder aprisionar aquel sensible y necesito pezón que pedía a gritos ser atendido por aquellos largos y rústicos dedos del mayor.
—¿Qué quieres amor?, ¿Quieres que pare? — con una sonrisa burlona Kim NamJoon empezó a masajear de manera lenta y tortuosa el pobre y necesito pezón del menor haciendo de este un manojo de gemidos y jadeos al ver que algo más se estaba despertando en él y le empezaba a incomodar.
—Mierda Nam ya tengo unos cuántos problemas... ¡Ahh! — su oración fue callada cuando siento como una mano invasora empezó a tocar su duro y también necesitado miembro.
—Podemos arreglar esto. — y como si le gustará ver al menor sufriendo apretó un poco del miembro del menor haciendo que este gimiera un poco más alto, por inercia comenzó mover sus caderas para poder crear más fricción entre su miembro y la caliente mano del mayor, haciendo que está fuera la perdición de su autocontrol dejando todos sus cinco sentidos en un rincón de su mente para poder empezar a sacar toda aquella lujuria que estaba guardando desde hace ya un año.
—Quiero, Nam yo quiero... — sus palabras no salían con claridad por culpa de los jadeos que salían sin control alguno de esos hermosos labios.
Suavemente, NamJoon comenzó a caminar rumbo a la mediana pero cómoda cama que acompañaba aquella habitación color rosa, entre tropezones y risas pudieron llegar a su esperado y deseado destino, los besos y manos inquietas empezaron a invadir aquel cuerpo lleno de nervios y sensaciones indescriptibles, NamJoon estaba desesperado por observar aquel cuerpo que tanto lo cautivó al momento de cruzar la puerta de aquella cafetería que frecuentaba visitar, al momento de empezar a ver con profundidad aquel maravilloso cuerpo, unas manos lo detuvieron, un temeroso Seokjin se encontraba asustado, sus manos temblaban y ejerciendo un poco de fuerza empezó a bajar aquellas dos manos invasoras que querían observar su misterioso cuerpo.
—Otra vez Jin, sabes que no quiero obligarte, pero, enserio esto me está comenzando a desesperar un poco.
—Lo siento, pero...— fue interrumpido por un fuerte suspiro que lo hizo quedarse estático en su lugar.
—Peros y más peros, Jin dime si simplemente no te atraigo como para dar esto importante paso. — NamJoon desesperado y frustrado miraba un poco serio a su novio debajo de él.
—Solo... ¡mmmm!... no quiero. — sin siquiera terminar su frase sintió como NamJoon se levantó de la cama y comenzaba a recoger la única prenda que sus manos habían podido quitar frente aquel chico, su camisa.
—Solo tenías que decir que no querías Jin, no hubiera pasado nada de esto. — de reojo pudo ver cómo los ojos de Jin se aguaban, empezando a contener que aquellas lágrimas de cristal salieran.
—Con eso quieres decir que, ¿Estarías mejor si hubieras dicho que no? — no aguanto más y lágrima tras otra fue arrojada de su cara.
Con un fuerte y doloroso suspiro NamJoon se disculpó, vistió y salió de aquel cuarto rosado pálido dejando a un lloroso y lastimado SeokJin.
Lassemanas pasaron y ninguno de los dos dio el paso de querer hablar con el otro ysolucionar el problema, un desanimado SeokJin caminaba de su universidad haciasu casa, su día era gris y totalmente muerto a como lo estaba acostumbrado aver junto a su NamJoon, se odiaba así mismo por no tener un cuerpo deseableante sus ojos, todas las tardes, al llegar de estudiar se duchaba y al momentode vestirse se miraba contra el espejo, simplemente lo odiaba, para maltratarmás su autoestima en una esquina de su enorme espejo habitaba una página derevista, donde un hermoso y delgado hombre aparecía en ella, debajo de aquella imagenhabía una oración que solo lo destrozaba más.
«la verdadera y deseable figura que debe tener todo hombre»
Aquella frase de una compañía de modelaje lo hacía verse como la cosa más horrorosa de todos los tiempos, con desespero empezó a golpear aquellos defectos, como frecuentaba hacer todas las tardes antes de llorar y hacer sus deberes, pero antes de comenzar con su momento de autodestrucción el timbre sonó.
Asustado y un poco sorprendido, se vistió rápido, esperando ver aquel chico alto de piel canela que lo tenía en las nubes viendo el mundo de color rosa, se decepciono al darse cuenta de que era el cartero entregándole una carta. Extrañado la tomo entre sus manos, él no se inscribió en ninguna escuela o le había escrito a alguien, para él era extraño recibir cartas hacia su persona.
Comenzó a caminar rumbo a su habitación e ignorando el espejo con el cual empezaría a rutina autodestructiva, se sentó en su cama y con detenimiento comenzó a leer quién era ese personaje que le escribo esa carta. Solamente decía.
La Constelación De Aurora
Mirando de manera rara la portada, prosiguió a ver el interior de está, encontrando una carta y unas cuantas fotografías las cuales decidió ignorar.
Se concentró más en aquella carta que descansaba en su mano izquierda.
"un día como cualquiera, estresado y al borde de un colapso, con cansancio me dirigí a aquella cafetería que me llamo tanto la atención al momento de que se inauguró, a un paso lento, más lento de lo que frecuentaba, llegué y no dudé en pedir un té helado y un postre de tres leches con trozos de fresas, la cajera con una sonrisa me dijo que tomara asiento que mi orden estaría en unos minutos, me senté y esperé, era relajante al oler el café, el sol estaba en su punto más alto y las personas solo buscaban refrescarse, mi pedido llegó y comencé a comer, hasta que alguien cautivó mi vista, estaba totalmente cubierto con un gran saco el cual cubría desde sus hombros hasta llegar casi a sus muslos. Estaba totalmente lleno de pequeñas gotas de sudor perladas decorando su frente y como única salida de aquel abrasador calor entro por aquella puerta de cristal, haciendo sonar la típica campana de bienvenida, buscaba algo con que refrescarse y podía notar como le temblaban las piernas, pero no era mucho el como lo hacían..."
Una sonrisa apareció en el rostro de Jin al recordar ese día de verano al que corrió solo por cumplir un antojo que le pasó por la mente desde que vio aquella torta de chocolate en aquella vitrina de esa cafetería que por casualidad quedaba a tres cuadras de su casa.
"La señora de la caja le atendió con una sonrisa, pero dijo algo que no pude escuchar por la distancia que había de la mesa al cajero, al ver que empezaba a buscar con la mirada algo y su mirada cayó en mí, esquive rápido mi mirada de la suya al no querer parecer un tonto, me quedé viendo unos minutos la calle, hasta que sentí como me llamaban, al mirar quién era pude observar mejor su rostro, esas facciones perfectas ante mis ojos era obra de los mismos dioses y ni hablar de sus labios, me pregunto si me incomodaba compartir mesa conmigo a lo que respondí..."
Para nada, su sonrisa no se había borrado en ningún momento, recordaba perfectamente cómo conoció a NamJoon y agradeciendo aquel antojo.
"Al charlar y llegar su pedido nos fuimos conociendo, llegamos hasta tal punto en el que queríamos conocernos más, entre citas y risas me di cuenta que eras él era mi felicidad y yo quería ser parte de la suya, quería ser aquel que le robara el aliento con solo verme como él lo hace conmigo, quería ser aquel que le robe sonrisas y esa risa característica suya que nadie más tiene y para mis oídos son una melodía espectacular, quiero ser tu todo SeokJin..."
Y lo eres, pensó el enamorado SeokJin con sus mejillas ya encalambradas de tanto sonreír a aquella carta.
"Pero llegó un punto el cual desconozco de él, al principio creí que solo necesitaba tiempo, pero pasaron los meses y nada pasó, seguíamos igual, hasta llegue a pensar lo peor, que ya no me amaba, pero podía ver en sus ojos el mismo brillo que me dio aquel día en la cafetería y negué por completo esa ideología, hasta llegue a tal punto de tener que hablar contigo sobre esto..."
Con esto Seokjin entendió todo, entendió donde quería llegar esta carta, era su fin, el fin de la relación que tenía NamJoon y él solo por su inseguridad, con lágrimas acumuladas en sus bellos ojos avellanas prosiguió a terminar de leer aquella carta.
"Un día por la tarde pase por tu casa, toque la puerta y nadie abría, así que me dispuse a buscar la llave que tienes escondida en tu maceta especial, al encontrarla abrí la puerta con cuidado, te busque por la sala, cocina, patio, pero no te encontré, solo me quedaba un lugar para poder encontrarte, tu cuarto, subiendo las escaleras pude escuchar la ducha, al terminar de subirlas entre abrí tu puerta y pude ver aquello que no pude ver hace un año, tu cuerpo, estabas de pie frente al espejo acariciabas ciertas partes con una mueca en tu rostro, pronto lágrimas salieron de tus ojos, y pude notar como mirabas aquel pedazo de revista en la esquina de tu espejo y ahí me di cuenta de todo, de por qué tú inseguridad, tus camisetas largas, el no querer dar ese paso importante conmigo y déjame decirte algo..."
SeokJin ya con lágrimas en sus ojos y preparado para lo siguiente tomó aire y visualizando un mundo sin su moreno leyó lo último que queda de aquella carta.
"Aquellos puntos negros que decoran tu espalda para mí son como estrellas, que me hacen saber que en tu juventud tuviste que lidiar con aquellos fastidiosos barritos y espinillas que solo dejaron una constelación en aquella ancha espalda que tanto quiero, más abajo se encuentra aquellos gorditos que solo me recuerdan las veces que salíamos y pedías todo aquello que te llamaba la atención o las veces que me invitabas a tu casa y preparabas ricas comidas solo para pasar la tarde los dos juntos, y ellos me recuerdan los buenos momentos que pasamos, lo último y lo que más tiempo vi que pasabas mirando con disgusto, aquellas estrías que te acompañan desde tu cadera hasta llegar a tus nalgas «y déjame decirte que no están nada mal», pero ese no es el punto, yo solo puedo ver auroras en ti, decorando lo más bajo que tiene tu cuerpo, son solo auroras que decoran tu cuerpo y me hace saber que pasaste un momento de tu vida en el cual aparecieron y lo ves como lo más desagradable.
Desde ahí comprendí tu miedo, Kim SeokJin déjame decirte algo, tu cuerpo para mí es como la constelación de Aurora , porque es lo único que mis ojos pudieron ver aquel día, constelaciones que acompañan los más alto de tu cuerpo y auroras que se esparcen por tu bajo cuerpo, tus imperfecciones son perfectas ante mis ojos, no me importa lo que te haya dicho la gente sobre tú figura y sobre cómo las revistas o televisión te muestran, solo necesitas saber que eres perfecto ante mí para poder ser feliz, te amo Kim SeokJin y estás loco si piensas que por eso te dejare, si todavía dudas, cada día, tarde y noche te recordaré lo hermoso que eres para mí, que no importa el estereotipo de belleza que tenga la sociedad de mente cerrada, eres mí constelación de Aurora y es lo que más importa"
-Kim NamJoon.
Lágrimas de felicidad brotaban de sus ojos, no sabía cómo NamJoon se dio cuenta de aquel secreto suyo, los puntos negros que adornaban su espalda, aquellos kilitos de más que cargaba y las estrías que lo acompañan desde su juventud, solo sabe que ante los ojos de NamJoon él es perfecto y que no importa lo que los demás opinen de su cuerpo, solo le debe importar sentirse bien con él mismo.
Dejando de lado aquella carta tomo con curiosidad las fotos que habían, encontrando fotos de su espalda con puntos negros, detrás de aquella foto decía: son solo simples estrellas, en la siguiente su abdomen con unos cuantos gorditos en la cual en la cual decía: son mis hermosas nebulosas por último su cuerpo con estrías que empezaban desde la cadera y terminaban en la parte inicial del muslo interior: son solo simples auroras las dos últimas eran una fotografía de él solo y una dónde aparecían ambos, la primera decía mi constelación de aurora y en la última un te amo, con eso SeokJin no aguanto más y rompió a llorar.
NamJoon se encontraba afuera, el sol ya había tocado horizonte y de a poco las estrellas comenzaron a aparecer, amaba el universo, pero su galaxia se encontraba adentro de aquella casa. Sin poder soportar más tiempo busca la llave escondida en aquella maceta y entro de la manera más silenciosa posible, subiendo hasta la habitación de su amado.
Al observar el cuarto de Jin, lo pudo encontrar con sus bellos ojos brotando hermosas lágrimas y abrazando aquellas fotos y la carta.
-Ya no hay porque ocultarse amor.- con delicadeza NamJoon limpio su rostro lleno de lágrimas y beso aquellas mejillas regordetas y sin más beso sus rosados labios, SeokJin no cabía de la felicidad que sentía y sin dudar o tener inseguridad en su cuerpo dejo que NamJoon acariciara suavemente la constelación que habitaba en su espalda, pellizco con cariño sus hermosas nebulosas y delineó aquellas auroras, aquella tarde SeokJin un universo totalmente inseguro de sí mismo comenzó a amarse gracias a su amado novio que lo hizo ver sus imperfecciones como lo más bello que podía tener, y con mucha felicidad pudo ser algo para NamJoon, pudo ser...
Su Constelación De Aurora.
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