Todos estaban reunidos en el aula Magna y completamente revueltos, ya que no estaban ordenados por carreras. Alfredo estaba a un lado de Igor y en el otro lado Connie, pero cuando llegó Luna Alfredo tuvo que "ceder su puesto" para luna y sentarse a su lado.

    Alfredo pensó por un momento «siento que soy el que sobró en este amor entre tres».

    A diferencia de Alfredo que parecía muy atento a todo, Carlos estaba tranquilo y en silencio esperando lo que diría el director. En cuanto Igor estaba incómodo y ya estaba por levantarse y sentarse al lado de Carlos.

    De repente él que todos esperaban aparece entrando en el auditorio, caminando con varias personas destacadas como el Alcalde Ignacio Pantoja, un gordito blanco de baja estatura con bigote. A sus sesenta años había cambiado muchas partes de su cuerpo por robóticas, por lo que muchos lo apodaron el alcalde cybor.

    No obstante, si no miras su apariencia, pero sus logros académicos notarás que él era la cosa sería al salir a los cincos años justo como ingeniero en sistema y dar mucha cara a su universidad que no era la que él estaba pisando actualmente.

    ¿Qué hace aquí tan ilustre personaje?

    Pues ningún alumno sabe, solo los mandaron a ir allí y sentar su lindo trasero en el asiento.

    Igor se levantó, beneficiándose que el ochenta por ciento de las personas estaban concentradas en el Alcalde Pantoja y se sentó en el asiento junto a Carlos, al cual le dijo:—Muévete de allí y te prometo que sera peor lo que te haga yo, en comparación a lo que hagan ellas.

    —Carlos ven aquí —dijo con una voz dulce Luna—. Quiero comentarle unas cosas a Igor.

    —No, ya dejen de fastidiarlo —las regaño con fastidió Carlos—. Parecen lobas que no han visto nunca carne.

    Igor se quedó contemplandolo en silencio. Nadie quería ser comparado con carne.

    Más Carlos notando sus ojos sobre él, simplemente preguntó:—¿Qué? ¿Quieres que les diga algo más?

    Igor puso los ojos en blanco y lo ignoró.

    —¡Te portas así porque soy negro! —exclama Carlos con fingida tristeza.

    «No quiero hablar con estos tipos más» pensó Igor fastidiado «todo se lo toman de jodedera».

    De repente, pensó en algo.

    —Connie y Luna quiero hablar con ustedes más tarde —habló de forma fría Igor mientras, se levantaba de su asiento—. No quiero que me sigan a menos que quieran de inmediato saber como me siento respecto a ustedes —añadió antes de escapar del aula Magna.

    Luna se levantó también si lo siguió.

    Igor se percató de eso y no pudo evitar fastidiarse un poco, pero se detuvo enfrente del aula magna, esperando que la castaña llegará.

    —Igor —lo llamó Luna con una dulce sonrisa que no fue correspondida.

    —Eres una chica muy linda, pero tú y yo no tenemos nada en común ¿Eso es lo que quieres que te diga? —soltó repentinamente Igor con una sonrisa malintencionada—. Eres linda y Connie también ¿planean hacer un trío conmigo ya que siempre quieren estar pegadas a mi? —añadio.

    —¿Qué? —preguntó atónita Luna. Ni en sus sueños más locos pensó que se encontraría con este tipo de situación, además, el cálido y buen Igor que siempre les había hablado había desaparecido.

    Este Igor era un completó extraño.

    —Ustedes me dan la impresión de ser unas mujeres que abren las piernas a cualquier hombre guapo como yo —Igor hizo una pausa para luego continuar—. No me gusta ir por las ramas ¿Quieres que te folle? Lo puedo hacer para pasar el rato, pero no habrá más nada entre nosotros. Un beso no significa nada y follar en estos tiempos tampoco.

    —¿Qué?

    —¿Puedes dejar los monosílabos? —la cuestionó Igor.

    —Es que estoy escuchando a un imbécil.

    —Yo no era la que daba las señales equivocadas.

    —Si... disculpame —responde con sarcasmo Luna—. Me voy de aquí porque no te soporto.

    Luna no podía seguir más allí luego de oír todo eso y ser civil.Tan rápido como sus pies le permitieron caminar, entró en el aula magna de nuevo y se sentó en su puesto en silencio. Se mantuvo tan tranquila que todos se quedaron pensando ¿qué diablos le dijo Igor a Luna?

    De vuelta con Igor que todavía se encontraba afuera del aula Magna, él se fue  a una de las áreas verdes de la universidad y se sentó en un área con sombra.

    Su celular en ese momento empezó a sonar. Lo sacó de uno de los bolsillos de sus pantalones y desbloqueo la pantalla, en la pantalla mostraba en letras grandes el nombre de "Charles" y estaba llamándolo.

    Igor contestó la llamada.

    —Hola Igor. Ha sido un tiempo muchacho —habló la voz de un hombre.

    —No tanto. Hablamos hace poco.

    —Si lo sé, pero ¿cómo va todo?

    —Tranquilo. Yo dije que lo haría, tú hija Aria estaría bien. Mañana iré al instituto con ya sabes quien.

    —Prefecto. Gracias hijo —Charles sintió  gran alivió.

    Igor colgó el celular y lo guardo.

    —Bien mañana. Será un día ajetreado.