Capítulo 4
John no podía creerlo lo que estaba pasando, primero había aceptado ayudar a Dios y a Lucifer, y ahora tenía que aguantarlos mientras jugaban damas en uno de los tantos edificios de lo que Lucifer era dueño, ubicado en las Vegas la cuidad de los pecados, cuidad donde todos hombre quiere ir, sin saber que su alma está condenada con solo tocar un pie dentro de la cuidad y lo más ilógico que podía pasar es encontrar a Dios en este lugar como si nada. La segunda razón por la que ya se estaba lamentando de aceptar ayudarlos es porque tenía que trabajar en equipo, con una exorcista enviada del Vaticano elegido por el mismo Arcángel Gabriel que se encontraba observando el juego de su padre y el rey de los demonios, algo sumamente estúpido en la mente de John que sola pensaba en cómo salir de ese lugar. John no sabía cuál de las dos razones le molestaba más, tener como jefe al payaso de Lucifer o aguantar a la que será su compañera de trabajo en este magnífico trabajo que el complacido había aceptado.
Señor Constantine, es un gusto conocerlo...mi nombre es Annabeth- Dijo la exorcista elegida por Miguel, tenía una estatura media, no era ni muy alta ni muy chica, ojos azules, piel sumamente pálida, una cabello lacio de color negro que llegaba a la cintura y un cuerpo atrayente para cualquier hombre- he escuchado historias magnífica de usted en el vaticano...como también malas...espero que nos llevemos bien.
Espero que no- Respondió Constantine mirando a la exorcista, desde el principio este trabajo iba ser difícil ya que el pelinegro no era idiota, la exorcista no ocultaba muy bien sus armas, como el pequeño cuchillo que estaba escondido en sus botas y la pistola que se encontraba debajo de su chaqueta color crema, que estaba sujetada por un dispositivo, que soltaba la pistola cuando giraba su anillo que tenía en el dedo índice- Oye Miguel...seguro que ella es una experta y no una principiante
Señor Constantine...no desmerite mis habilidades...como exorcista- Contesto Annabeth manteniendo la calma, de ante mano le habían dicho que Constantine tenía una actitud sumamente especial y odiaba el trabajo en equipo como muchas cosas más en el mundo- espero que su actitud de patán...no afecte nuestro trabajo en equipo...Seños Constantine
Chicos por favor...dejen de pelear estamos en las Vegas...disfruten- Exclamo Lucifer que seguía concentrado en su juego de damas en contra de su contraparte, que aún no hablaba era algo sumamente raro que aún no hablaba, pero no podía hacer nada, el queria salvar las almas de los pecadores que entraban en la cuidad y él no iba a permitirlo ya que esta era su cuidad- Constantine...conoces la leyenda de San Jorge
John asintió después de todo en su corta estadía en el Vaticano escuchó más de 10 historias o leyendas de San Jorge distintas, de las muchas que hay en el mundo, San Jorge fue venerado en Europa. Este venerable se une a la leyenda con el dragón que acaba muerto bajo el ataque del santo montado encima de un caballo blanco. Es decir, el triunfo del bien sobre el mal. Lo que muchos no sabían era que dicho dragón era en realidad en demonio que tomó la figura de la bestia que más miedo influía en la humanidad, los dragones. Pero de todas estas leyendas ninguna en si eran cien por ciento real, cualquier arma normal no iba a poder matar a un demonio como si nada, ni aunque la lanza fuera mojada con agua bendita, el proceso de crear cualquier arma contra los demonios era un proceso largo, y en ese época no había los instrumentos de la actualidad, para facilitar la creación de una bala capaz de matar a un demonio, por ejemplo, según había aprendido, en esa época se tardaba años en crear una espada que pueda asesinar a un demonio.
La lanza de San Jorge como su espadas, fueron cubiertas por mis lágrimas- Exclamó Dios, que movía una de las piezas del juego y elimina a otra pieza de Lucifer que miraba irritado dicha acción- El dragón era muy feroz y se llevaba niños, jóvenes y mujeres que acababan muertos, o eso es lo que todos piensan- Constantine no era tan tonto, nadie iba a permitir que se descubriera que el Dragón era un puto demonio, mientras Annabeth estaba atenta a toda información que podía conseguir – el demonio no era uno fuerte, poseía a hombres que secuestraban a jóvenes y niños para venderlos al mejor postor, abuzaban mujeres y luego los asesinaban, por esa razón bendije las arma de San Jorge con mis lágrimas...
Esperen un momento...creo que ya sé por dónde va esta historia...- Interrumpió Constantine, que con escuchar las palabras de Dios, ya tenía una conclusión que no le gustaba mucho, pero tenía que aguantarse – Gabriel encontró las armas...o sabe dónde están – tanto Dios, como Lucifer no dijeron nada y como decía un famoso lema, el que calla otorga, por lo que Constantine ya tenía una sabia conclusión- creo que no hacen correctamente su trabajo ahí arriba.
Constantine no encontraba una respuesta apropiada para completar el acertijo de como Gabriel podía moverse saber sin que Dios o Lucifer supieran, o tal vez ellos sabían todo lo que planeaba y no querían hacer nada, cualquiera de las dos eran malas para la humanidad, había algo que ellos no habían mencionado algo muy importante, pero Constantine aún no la había descubierto. Annabeth y en Arcángel Miguel estaban atentos a él pelinegro que estaba sentado tratando de analizar las cosas, odiaba hacer esto, prefería las cosas fáciles, pero tanto el Rey de las mentiras, como el creador de todo no iban a dejarlo fácil, iban a hacer que muestre el potencial escondido que poseía, algo que lo irritaba más, nunca pidió una vida así, pero como la vida era injusta tenía que pagarla.
Sus subordinados lo están traicionando...no es así- Exclamo Constantine, era el único motivo por lo que Dios no había impedido que Gabriel obtenga todo lo que quiera, Gabriel no solo buscaba las armas que fueron creadas por Dios mismo, por pura casualidad o con todas las intenciones del mundo, sino también estaba creando un ejército – Ese hijo de puta...quiere sus tronos...ser el todo...
Fin Del Capitulo
Espero Que Les Guste
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Gracias
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