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sus ojos se agrandaron, sus lágrimas cayeron por sus ojos sin control y ahogó un gemido lastimero, dolía, dolía tanto como una traición podía hacer. Su pareja le había estado engañando, su hombre estaba con otra mujer y por eso la había evitado durante tantos meses desde su encuentro, ¿acaso siempre fue un juego? ¿un juguete? Ella negó, no, él no era esa clase de hombres y, aunque le doliera tanto ver esa escena de él contra mujer decidió dejarla pasar, si él era feliz con otra, gustosa y entre lágrimas le desharía la felicidad a su amado héroe.
esa misma noche le preguntó sobre lo sucedido y él no negó ni aclaró nada, ella lo tomó como el indicador de que era hora de alejarse del hombre que tanto amó, ama y amará. al día siguiente hizo las maletas y tomó todas sus pertenencias, sí, era cierto que no tenía otro lugar a donde ir, pero ya buscaría algún trabajo en donde le dieran un hogar cálido en ese frío y gélido invierno.
entonces se marchó, dejando una nota se fue alejándose de la residencia que tantas risas y alegrías provocó, dejando una parte de su corazón atrás procurando no ser un estorbo para el hombre que tanto había hecho por ella, la había salvado y dado alojo, también le había enseñado a amar con desenfreno y a querer con ternura, nunca lo olvidaría; acarició su estómago con suavidad.
se estaba haciendo de noche, la nieve estaba trancada en grandes páramos de blancor almidonado con cierta frialdad y belleza, la mujer sonrió al ver como los rayos del sol se iban apagando, ella encendió una lampara con fragancias a glicinias y siguió su camino al pueblo más cercano, lastimosamente su trayecto se fue haciendo más y más tedioso, habían pasado alrededor de dos días y ella seguía entre los paramos gélidos.
la noche había caído y a la distancia miró un fulgor amarillento, era un pequeño poblado. ella sonrió esperanzada, en incensio a glicinias se le había acabado hace ya unas horas y la noche estaba casi en su punto más alto, ver esa ciudad que parecía animada la hizo sonreír, quizás ahora no esté con su amado giyu, que haya derramado durante todos esos días lágrimas que quemaban su piel, pero ese pueblo podría ser su esperanza temporal.
sintió un dolor en el pecho a recordar al giyu, ¿cómo estaría él ahora? Esperaba que él se encontrara bien, no quería que el siguiese sufriendo mas de lo que ha sufrido, a pesar de todo el daño y dolor que sintió por la traición de su enamorado, ella le seguía teniendo un aprecio y amor tremendo al hombre de cabellera oscura.
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