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🍁Pañuelos sucios🍁
🍁Problemas de confianza🍁
🍁Copas en el fregadero, estás no te arreglaron🍁
🍁Almohadas solitarias en la cama de un extraño🍁

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—¿Sabes que es lo que más me gusta de ti?

—¿Qué cosa?

—Que siempre me miras como si yo fuera lo más maravilloso de este mundo.

—Es porque eres lo más maravilloso de mí mundo.

No pude evitar sonrojarme por su comentario, baje la mirada y termine de hacer mis anotaciones. Podía sentir como que me seguía observando, provocando que una sonrisa apareciera en mis labio.

A pesar del tiempo que llevábamos juntos me seguía sorprendiendo el hecho de que una persona podía volverse tu felicidad sin planearlo.

Desde que lo conocí mi vida dio muchos cambios, me enseñó cómo el amor debía de ser y cada día que pasaba no me arrepentía de haberlo elegido como la persona que me acompañaría por el resto de mi vida.

—Esto es lo que hace falta en la bodega.—le entregue la libreta mientras me levantaba de mi asiento.

—Después haré los pedidos.—guardo la libreta en uno de los cajones del escritorio.—¿Quieres ir a casa o vamos a comprar algo de comer?

Sonreí con ironía.—Sabes que no podemos darnos esos lujos por ahora.

Cerró la puerta de la pequeña oficina que teníamos dentro del local, salimos de la tienda para dirigirnos al viejo auto que entre los dos habíamos conseguido comprar. Entre en el asiento del copiloto colocándome el cinturón de seguridad, frote mis manos para darme algo de calor, el otoño se hacía presente al igual que el frío se podía sentir perfectamente.

—Se que pronto nos volverá a ir bien.—comentó encendiendo el auto.

—Eso espero.—suspire apoyándome mi cabeza en el respaldo del asiento cerrando los ojos.—¿Tenemos el dinero para pagarle a los proveedores?

—Si, ya hice bien las cuentas y con suerte sobreviviremos la semana.

Un pequeño suspiro salió de mis labios, tratar de vivir al día era difícil pero algo que admiraba de él era que no se rendía, aunque la mayoría de las veces todo parecía estar en nuestra contra.

—Estoy considerando que deberíamos vender la tienda.—no lo miraba, pero sabía que tenía su ceño fruncido.

—No lo veo necesario, la sacamos adelante antes y lo haremos ahora.

Tocar este tema era algo delicado aunque no era la primera vez que le sugería esto, él quería que la conserváramos pues entre los dos habíamos creado ese pequeño negocio de comestibles de la nada y perderla era inimaginable.

Al principio nos estaba yendo de maravilla, pero con el transcurso del tiempo y la modernización de la zona la competencia creció y con eso nuestra clientela disminuyó. Todo había sucedido de la noche a la mañana, pues las tiendas Magic Shop consiguieron una popularidad enorme y seguían siendo una cadena importante de tiendas de comestibles.

El resto del camino nos mantuvimos en silencio, no le veía el caso buscar una pelea que terminaría en lo mismo; sin que los dos llegáramos a un acuerdo.

—¿Qué hay para cenar?—saque mis llaves abriendo la puerta para adentrarnos a nuestro hogar.

—Lo mismo que ayer.—le respondí.

Mire el lugar con detenimiento sintiendo algo de melancolía por cómo habían cambiado drásticamente ciertas cosas, tuvimos que dejar el departamento que rentábamos y conseguir algo más barato debido a nuestra mala economía. A Namjoon no le pareció en lo absoluto esa idea, pero no podíamos seguir con la vida que teníamos, tuve que aprender a recortar gastos y a hacer que nuestras provisiones duraran el mayor tiempo posible.

El lugar era algo estrecho con una pequeña cocina, una habitación, un baño y el pequeño espacio junto a la puerta de entrada donde teníamos un sofá para dos personas. Las paredes carecían de color y algunas veces me resultaba algo deprimente que llegáramos a estos extremos, no era tanto porque añorara una vida llena de lujos debido a que yo ya había pasado carencias la mayor parte de mi vida, pero Namjoon no.

Nos conocimos en uno de los tantos viajes que él hacía dirigiéndose a una junta de negocios por la empresa de su familia, una casualidad totalmente nuestro encuentro pues yo trabajaba como chofer y me tocó ser quien lo llevaría a su destino.

De todos los libros que había leído y películas que había visto; nuestra historia de amor era mi favorita, porque aquel chico que no era más que un simple chofer logro llamar la atención de un joven totalmente fuera de su nivel, al final termino por separarse de su familia debido a que tenían ciertos prejuicios contra la gente homosexual y no se arriesgarían al escándalo de que el hijo mayor de una de las familias más importantes de Ilsan se había enamorado de un hombre.

—El Ramen instantáneo nunca pasa de moda.—reí por su comentario.

Llene la cafetera de agua colocándola en la estufa, saque los dos paquetes de Ramen y los coloqué en el mueble que tenía junto. Namjoon había sido muy paciente conforme a todo lo que estaba pasando, si para mí era difícil no me imaginaba como seria para él, aunque claro no éramos perfectos y llegábamos a cometer errores en medio de nuestra desesperación.

—Taehyung me ofreció un trabajo.

Mordí mi labio inferior conteniéndome un poco con lo que tenía que decir al escuchar ese nombre, me acerque lentamente hasta él sentándome a su lado, lo mire juguetear con sus dedos demostrando su nerviosismo por cómo podría reaccionar ante lo que había dicho.

—Lo que Taehyung hace no se le puede considerar trabajo.

—Pero en un pasado nos ayudó.

—Corrección, te ayudo a ti porque yo no estaba enterado en lo más mínimo de los negocios que hicieron.

—Estábamos pasando por una mala situación.

—Nuestra situación no es una excusa para hacer las cosas de la manera incorrecta, no aprobé el hecho de que hicieran un pequeño negocio para abrir la tienda y no me parece que quieras salvarla de la misma manera.

—Solo me ofreció su ayuda.

—Joonie.—sujete sus manos para que se atreviera a mirarme.—Hablo en serio, no quiero que te expongas de esa manera.

—Taehyung siempre me da trabajos simples, así que no corro ningún riesgo.

—Namjoon escúchame.—solté sus manos para sujetarlo de sus mejillas.—No te dejare hacer eso de nuevo y si para el final del este mes las cosas no mejoran tendremos que considerar vender la tienda o rentar el local.

—No podemos dejar el negocio así de fácil, trabajamos duro para poder obtenerlo.

—Lo sé, pero si las cosas no mejoran no podemos seguir manteniéndonos de esta manera.

Aparto mis manos de su rostro levantándose de su lugar.—Te rendiste.

—No cariño, no es eso, pero nuestra situación va empeorando cada día más.

—Pero podemos mejorar, sé que si seguimos esforzándonos los dos juntos lograremos tener la estabilidad económica que teníamos antes.

—Namjoon, por favor. Ambos quisiéramos que todo esté bien, pero de verdad debemos considerar esto.—trate de decirlo lo más calmado que pude, no quería empezar otra discusión.

—¿Qué deberíamos considerar? Es una mala racha y ya, pero al parecer tu no estas pensado en lo mejor para nosotros.

—No podemos seguir de esta manera, haciendo solo una comida al día, reduciendo nuestro tiempo para bañarnos e incluso tener horarios para utilizar la luz, esto no es vida para nosotros. Todavía somos jóvenes y podemos trabajar en muchas otras cosas.

—¿Y cuánto tiempo nos tomaría conseguir otro negocio propio?

—¿Por qué te obsesiona la idea de ser dueño de algo?

—Porque estoy acostumbrado a eso, a que la gente trabaje para mí en vez de tener que seguir las ordenes de alguien más.

—Pues lamento que hayas tenido que renunciar a todo eso.—tenía unas enormes ganas de llorar ante sus palabras, en todo este tiempo que llevábamos juntos no pensé que extrañaría demasiado su antigua vida.—¿Aceptarás entonces la propuesta de Taehyung?

—Si hace falta, sí.

Apreté mis labios volviéndolos una delgada línea tragándome mis lagrimas.—Bien, supongo que después de que obtengas el dinero y consigas tu propósito, firmare los papeles dejándote como el único propietario para poder irme tranquilo.

—¿Lo dices en serio?—no - pensé, jamás podría ser capaz de dejarlo.

—No seré tu cómplice Nam, me niego a aceptar la ayuda de un tipo como Taehyung.

—¿Y tú solución es abandonarme después de todo lo que hemos pasado?

—No me dejas otra opción.

—Si eso quieres hacer no te detendré, así no me preocupare para hacer más encargos si llego a necesitarlo.

—Estas tomando decisiones sin pensar en las consecuencias, jamás habías hecho algo sin meditarlo y no quiero estar contigo si vas a hacer las cosas mal.

—Tampoco pensé en las consecuencias que me traería el dejar todo por ti, y en ese entonces no te molesto.

—Lamento que dejaras tu increíble vida por alguien tan insignificante como yo.

Me sobresalte cuando golpeo con fuerza el puño sobre la pared causando un sonido seco, su mirada delataba lo furioso que estaba y creí que me diría algo más, pero solamente se fue azotando la puerta con fuerza al salir.

Limpié rápidamente una lagrima que había resbalado por mi mejilla odiaba ser tan sentimental a veces, termine por cenar solo como lo había estado haciendo hace unas semanas. Odiaba esta situación.

Taehyung nunca me había dado buena espina y mucho menos cuando me enteré de que se encargaba de distribuir drogas por esta zona, y no perdió la oportunidad de hacer que Namjoon llevara un paquete al otro lado de la ciudad a cambio de una buena cantidad de dinero que debo de admitir nos ayudó mucho para comenzar con nuestro negocio.

Me oculto lo que había hecho durante un tiempo, pero después de que me entere tuvimos muchos problemas en nuestra relación, mi miedo era que con esas personas mientras más sabes más peligroso te vuelves, y lo que menos quería era que un día al despertar, me dijeran que él estaba muerto.

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Voy.—espere a que abriera la puerta, en el momento en que me miro soltó un sonoro suspiro.—¿De nuevo pelearon?.—asentí algo avergonzado pues no era la primera vez que venía a este lugar.—Pasa.—se hizo a un lado permitiéndome entrar.—Te preparare un café ¿Esta bien?

—Gracias.—me senté en el gran sofá de la sala, me quite la sudadera que tenía puesta colocándola sobre mis piernas.

—¿Fue por la tienda o por que se volvieron a pelear?—lo escuche decir desde la cocina.

—La tienda.—no podía decirle a nadie que mi Namjoon había ayudado a traficar droga, le tenía mucha confianza, pero esas cosas era mejor guardarlas para mí.

—Llevo dos años conociéndolos y realmente creo que necesitan tomar terapia de parejas o darse un tiempo.—se acercó con dos tazas de café entregándome una, se sentó a mi lado mirándome con detenimiento.

—Lo amenace con que me iría de su lado, pero en vez de querer detenerme dijo que no se opondría ante mi decisión.

—¿Y realmente lo dejarías?

—No, a pesar de todo no puedo. Hemos pasado por tantas cosas juntos que no puedo simplemente darle la espalda y abandonarlo.

—Pues yo solo puedo escucharte y darte uno que otro consejo, más las decisiones que tomes siempre serán tuyas.

—Lo amo, y mi deber es apoyarlo cuando lo necesite y decirle cuando está haciendo las cosas mal.

—Pues te deseo mucha suerte.

—Yoongi ¿Puedo...

—Si, puedes quedarte hasta que den las 3 de la madrugada y regreses a tu casa porque Namjoon te está esperando ebrio.

Mis mejillas se enrojecieron ¿Realmente repetíamos esta situación a cada momento? Después de una corta charla termine caminando totalmente desanimado hacia la habitación de invitados la cual había ocupado durante varias noches, Yoongi no nadaba en dinero pero su posición económica era bastante buena.

Lo había conocido cuando la tienda de comestibles comenzaba a ganar popularidad en la colonia, nos hicimos amigos con el paso del tiempo y siempre que tenía problemas estaba para ayudarme.

Me acosté en la cama abrazando la almohada sintiendo mis ojos picar por las lágrimas que querían salir, no quería tener más problemas con Nam, deseaba tanto volver el tiempo atrás cuando éramos felices y sin tantos problemas económicos.

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Como lo predijo estaba caminando en la madrugada de vuelta a mi hogar, Yoongi vivía a unas cuadras de distancia por lo que siempre iba a pie sin necesidad de usar el auto. Cuando entre no me sorprendió encontrar a Namjoon acostado bocabajo en el único sofá que teníamos, una botella de vino y una copa de vidrio yacían a su lado en el suelo. Suspire dejando la botella en el cesto de basura y la copa en el fregadero.

Ayude a Namjoon a ir a nuestra habitación, le quite sus zapatos y su camiseta, le cambie los pantalones por unos shorts que utilizaba para dormir y lo cubrí con las cobijas, después de colocarme mi pijama me acomodé a su lado apoyando mi cabeza en su pecho dejando que su calor me cubriera.

—Nunca sería capaz de dejarte, y siempre agradeceré el hecho de renunciaras a la vida que tenías por elegirme a mí, daría lo que fuera para que todo vuelva a ser como antes. Pero te prometo que mientras pueda voy a evitar a toda costa que vuelvas a ser un peón más de Taehyung.—susurre contra su pecho, aunque sabía que no era capaz de escucharme era algo que pensaba cumplir.












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02/12/18
Es de madrugada y esto lleva 2 años aquí, lo dejaré salir aunque no esté terminado xd xd

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