Veintitres
El chico de ropas blancas estaba sentado en el suelo en frente de Jimin mirando como este trataba de terminar el rompecabezas. Su mentón estaba recargado en la palma de su mano.
–¿Cuando lo terminarás? —sopló su flequillo con aburrimiento.
–Pronto —Jimin lo miró —sólo necesito que me des la ultima pieza.
–Pero yo no la tengo.
–Si la tienes —Jimin se inclinó hacia él y del bolsillo de su camisa sacó la última pieza que faltaba.
–Estuve reflexionando —Jimin miró la pieza —Pense que no iba a ser feliz con Hobi Hyung porque aún seguía aferrado al daño que me hiciste, la pieza que faltaba estaba frente a mi. No la veía porque tú recuerdo me impedía hacerlo.
–Asi que has encontrado la felicidad. —Young soo sonrió de costado.
–En efecto —Jimin le sonrió —apesar de todo viví buenos momentos a tu lado –ahora lágrimas resbalaban por sus mejillas —Te perdono. Debo dejarte ir.
–Me hubiera gustado que me perdonaras antes de que sucedieran las cosas. —Young soo suspiró —Pero, no hay segundas oportunidades.
Jimin colocó la última pieza del rompecabezas, era el rostro de Hoseok el cual había faltado en la imágen, imágen que representaba a ambos abrazados.
Siendo felices.
–Mi vida está completa. —Afirmó Jimin.
–Entonces es mejor que me retire —Young soo volvió a suspirar —Adios, Jimin.
El menor abrió los ojos encontrándose con la mejor imagen que sus ojos pudieron visualizar al despertar.
Hoseok tenía los ojos cerrados y la boca levemente abierta, observó cómo su cuerpo aún estaba al ritmo del sueño. Llevó su mano a la oscura cabellera del mayor y lo acarició. Después de unos cuantos minutos de esa manera Hoseok empezó a despertar, abrió con lentitud un ojo y después el otro.
–Oh. —dijo el mayor en un murmuro —entonces no lo soñé, de verdad hice el amor con un ángel.
–Que cosas dice —reprochó Jimin con un fuerte sonrojo en sus mejillas.
Hoseok se acercó un poco más a él y lo rodeó con su brazo, le dió un beso en la frente mientras empezaba a acariciarle su desnuda espalda.
–¿Cómo amaneció? —preguntó Jimin después de un corto silencio.
–Acostado ¿Qué no ves? —recalco con obviedad, jimin le golpeó el hombro.
–¡Hyung! —Regañó Jimin entre una risa.
–Aish, bien. Amanecí muy feliz ¿Y tú Jiminie?
–También amanecí muy feliz —afirmó Jimin con una sonrisa.
–¿Puedo saber por qué? —Hoseok se puso arriba de Jimin, recargándose de sus brazos.
–Tuve una buena noche. —respondió Jimin con simpleza.
–¿Así?
–Claro.
El mayor empezó a darle rápidos besos en los labios una y otra vez.
–Hyung basta. —Se quejaba Jimin con alegría.
Hoseok paró y después empezó a repartir besos por todo su rostro.
–¡Hyung!
–Quien te entiende Jiminie. — Hoseok se separó de él y tomó su boxer que estaba en la cama, después de eso se cubrió de los pies a la cabeza con su sábana.
–Hyung que hace. —preguntó Jimin mientras observaba como el mayor se movía dentro de la sábana.
–Estoy poniéndome mi ropa interior. – respondió Hoseok.
–Usted es muy raro.
–Tú eres el raro aquí.
Jimin se rió y tomó la toalla que estaba encima de la pequeña cajonera, se enrolló las caderas con esta y se dirigió al baño. Cerró la puerta de esta y se recargó. Sonrió y se acercó a la tina para llenarla de agua.
Una vez vestido, salió de la habitación para sentarse en la mesa donde Hoseok lo esperaba con el desayuno servido.
Jimin se sentó y rió.
–Hoy esta muy energético y servicial.
–Yo siempre he sido energético y servicial —hoseok alzó una ceja –Aunque hoy lo estoy un poco más —admitió.
–No hace falta que lo admita, ya lo sé.
Ambos terminaron de desayunar y se pusieron a limpiar la casa.
–Hyung ¿Porque no fue a darle clases a los niños? —preguntó el menor dejando de barrer.
–Se me olvidó —Hoseok le dió una inocente sonrisa.
–¡Hobi Hyung, es su responsabilidad! —Regañó Jimin.
–No te acordabas de mí responsabilidad mientras me correspondias mi beso. —se burló Hoseok.
–¡No trate de culparme! —Jimin le miró molesto.
–No te estoy culpando —Hoseok se acercó a él y puso sus manos en la cintura de Jimin.
–Déjeme. —respondió Jimin zafando de su agarre y volteandose para darle la espalda.
–estaba jugando, ¿en serio vas a enojarte por eso?
Jimin no respondió.
–vamos —hoseok lo rodeo con sus brazos —¿Me perdonas?
–No.
–Andale Jiminie. —Dijo y en una súplica.
–Está bien —respondió al fin el menor –pero sólo si usted hace la comida.
–Lo que quieras. —hoseok le dió un beso en la mejilla y se separó de él.
Ambos estaban sentados en el sofá viendo una película en la laptop del mayor, cuando ésta acabó y pasaban los créditos Hoseok habló.
–tengo una duda —dijo.
–¿Por qué se quedó con ella y no con la chica que amaba? Ni idea Hyung. — respondió Jimin.
–No hablaba de eso —Hoseok rodó los ojos –qué sobre tu canción.
–Oh —exclamó jimin –¿Cuál es su duda?
–¿Tiene algún título? —preguntó el mayor mirándolo fijamente.
–Si, se llama serendipity.
–Hallazgo afortunado, inesperado que se produce cuando se está buscando una cosa distinta. —respondio Hoseok.
–Si, es… un poco parecido a lo nuestro, ¿No cree Hyung?
–Vaya que lo creo. –Hoseok sonrió. Iba a decir algo más cuando escucharon que alguien tocaba la puerta, se levantó para abrir encontrándose con un sonriente Taehyung.
–¡Hobi Hyung! —el castaño se abalanzó contra el mayor abrazándolo con fuerza.
–Alguien está feliz hoy —Rió Hoseok.
–Lo estoy. —Taehyung se separó del mayor y se acercó a Jimin –Jiminie tenemos que hablar.
–bueno —dijo hoseok de repente –entre ustedes yo sobro, soy un mal tercio. Así que iré a ver a Yoongi si necesita que le ayuden en la tienda, nos vemos chicos.
–Nos vemos —dijeron ambos menores al mismo tiempo.
–Tengo algo que contarte —dijo el castaño.
–Yo también. —se rió Jimin, pero tú primero.
–Bien —Taehyung suspiró —¡YOONGI HYUNG ME REGALÓ UN VIAJE A PARÍS!
El castaño abrazó con fuerza a jimin.
–¿puedes creerlo minie? ¡Voy a ir a París!
–Estoy tan feliz por tí —jimin le correspondió el abrazo — Te mereces eso y mucho más Tae.
–Gracias Jiminie. ¿Qué es lo que me ibas a contar tú?
Jimin se sonrojó de inmediato. Sonrió.
–Ayer, lo hice con Hobi Hyung.
Un brillo en los ojos se hizo presente en Taehyung, llevó las manos a su boca y empezó a dar pequeños saltitos.
–¡Esto es mil veces mejor que mi noticia!
–Entonces al fin ambos se corresponden —Tae no podía disimular su alegría.
–Si, estoy muy feliz por eso.
–Ya quiero contarle a Yoongi Hyung, el seguro gritara como una niñita al enterarse. –Jimin rió
–Gracias a ustedes fue que empecé a abrirme a la posibilidad de llevarme bien con él, ahora lo quiero mucho.
–Entonces el ritual que hacía Jungkook al fin hizo efecto. –Comentó Taehyung con algo de gracia.
–¿Cuando te vas a París? —preguntó Jimin.
–Mañana, te aseguro que tomaré muchas fotos con la cámara que me diste.
Cómo se levantaron mientras se dirigían a la puerta. —iré a despedirme de ti mañana.
–Queda prometido — dijo el castaño —Bueno me tengo que ir tengo que hacer comida nos vemos.
Después de que el castaño se fuera Jimin se acostó en su cama, aún tenía un poco de sueño así que decidió dormir un poco antes de que hoseok regresará. Apenas estaba conciliando el sueño cuando la puerta sonó.
Jimin se levantó y abrió la puerta.
–Olvidaste algo Tae… ¿Mamá?
La madre de Jimin estaba parado frente a él con una sonrisa.
–Hola, hijo.
–¿Co-como me encontraste? —Jimin estaba aturdido.
–Tengo mis contactos —dijo la mujer –¿no vas a invitar a pasar a tu madre?
Jimin aún aturdido por la visita inesperada de la mujer asintió y se hizo a un lado para dejarla pasar, su madre entró y observó toda la casa.
–Esto... —la mujer miraba con un poco de desprecio la casa.
–Deja de poner esa expresión y di que quieres. —ordenó con sequedad.
–¿Desde cuando llegaste de tu luna de miel? —preguntó la mujer sin dejar de observar cada rincón de la casa.
Jimin estaba apunto de preguntar de qué luna de miel hablaba hasta que cayó en cuenta y rió con nerviosismo.
–Hace… como mes y medio. —respondió inseguro.
–¿Por qué no me has avisado antes? —su madre arqueó una ceja.
–Porque... Siempre estamos ocupados, ya sabes, estamos recien casados... tenemos tantas cosas por hacer que se nos olvida algunas cosas.
–¿Por qué te has quedado acá? —preguntó su madre desconcertada.
–Porque… Hoseok está….
–¿Dando clases? –agregó su madre.
–Si… espera, —Jimin la miró con preocupación —¿Cómo sabes?
–Lo sé todo. —su madre dudó antes de sentarse en el sofá —Sólo quería saber hasta dónde llegabas con la mentira.
–No estaba mintiendo. —dijo con un poco de seguridad.
–Jimin...
–Bueno, ¿Para qué viniste entonces?– preguntó sin rodeos el menor.
–Es desagradable que pienses que vine por algo, aunque estás en lo correcto. —dijo su madre sin vergüenza.
–Bueno dilo.
–Quiero que te divorcies de Hoseok.
Jimin dejó de escuchar todo a su alrededor.
Sí sí, dije que iba a subir fin de semana. No pude ¿oc?
Sigue la lectura.
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