Veinte
– Esta es la segunda taza de té que bebo y aún estos dos no llegan. – dijo ya desesperado el pelinaranja.
– Yoongi Hyung dijo que llegaban pronto, tranquilo– el castaño partió una galleta la mitad y se la metió a la boca.
– ¿Porque tardan tanto?
– ¿Crees que lo sé? Min Yoongi no me dio una sola explicación del porque, sólo me dijo que viniera a tu casa ya que él y Hobi Hyung tenían que hablar con nosotros.
– Igual Hyung me dijo lo mismo, pero quiero saber qué van a hablar con nosotros.
Ya habían pasado al menos 2 días desde que el mayor le había dicho que le quería. Nadie comentó nada al día siguiente en la mañana, Jimin esa un poco inseguro al recordarle lo que había dicho ya que Hoseok no se lo había mencionado el día siguiente.
Había hablado de eso con el castaño, éste le había dicho que a lo mejor su mayor pensaba que jimin ya se había dormido cuando le había dicho que lo quería, y que quizás no lo había escuchado, por eso no le había mencionado nada.
Cabe destacar que en esos dos días las muestras de afecto entre los esposos eran más notorias en público, aunque ellos no eran conscientes de aquellas muestras que se daban.
Yuri tampoco había llegado a su casa esos dos días, después de lo del incidente del supuesto engaño que involucraba a Jimin con Yoongi. Ninguna de las dos parejas habían aclarado las cosas con las demás personas, no lo veían necesario. Mientras ellos supieran la verdad todo estaría perfecto en su relación, no tenían que andarle dando explicaciones y aclaraciones a nadie más que a ellos mismos.
Estaban untando mermelada a unas tostadas cuando la puerta se abrió, dando entrada a los mayores, estos se sacaron sus abrigos y después de colocarlos en un perchero se plantaron frente a los menores y los miraron con rostros serios, ambos chicos se miraron entre sí confundidos.
– dejen de poner caras de que hemos hecho algo malo y expliquenos para qué querían hablar con nosotros. – Dijo el castaño bebiendo tranquilamente de su café.
– Te dije que las caras serias no iban a funcionar. – reprochó Yoongi a Hoseok.
– Pues claro que no iban a funcionar – suspiró Hoseok – Tae ya está acostumbrado a tus malas caras aunque estés de buen humor.
YoonGi le dió un pequeño golpe en el hombro haciendo que los menores rieran.
– Ya, en serio ¿Para qué querían hablar con nosotros dos? – preguntó Jimin curioso.
– Bueno –empezó a hablar el mayor de todos – sabemos que el cumpleaños de Tae es en unos días.
– Pero Yoongi Hyung es un completo Puberto enamorado de Tae, Así que siempre le celebra una semana de cumpleaños. – explicó Hoseok haciendo que tae bajara la cabeza sonrojado, que su esposo riera y que Yoongi le diera otro golpe en el hombro.
– llendo completamente el grano –dijo el mayor de todos mostrándole un fajo de billetes a su esposo y a jimin ambos menores abrieron a la par sus ojos.
– Yoongi Hyung... – murmuró el castaño totalmente sorprendido ante la cantidad de dinero – ¿De dónde sacó todo ese dinero?
– Es tuyo – respondió Yoongi con una sonrisa.
– ¿QUÉ?
– No me preguntes de donde lo saqué, solo quiero que aceptes el dinero, no acepto un no por respuesta.
– Pero...
– Taehyung, casi cumplimos 3 años casados, pronto es tu cumpleaños. Acéptalo.
Tae lo miró unos segundos más y suspiró.
– Siento que no me queda de otra.
– Genial, entonces toma. – Yoongi saco del bolsillo de su pantalón una tarjeta. Miró a Hoseok quien carraspeó.
– Jimin.
– ¿Si? – Jimin miró a Hoseok
– Han pasado tres meses desde que nos casamos y... bueno, has demostrado que has cambiado mucho.
– Jung, estoy seguro que Jimin está poco interesado en tu largo discurso así que dile de una vez por todas a lo que quieres llegar. – rió Yoongi
Hoseok suspiró y de su pantalón sacó una tarjeta parecida a la que le dió Yoongi a Taehyung.
– ¿Pero que...? – Jimin tomó la tarjeta lentamente.
– Eres responsable ahora, y algún día comprarás algo, así que pensé que no vendría mal darte una tarjeta ahora.
Ambos menores se miraron.
– Estábamos pensando... – Yoongi se rascó la nuca – que quizas quieran ir a la ciudad, a comprar algo.
– ¿¡Enserio!? – exclamaron Jimin y Taehyung al mismo tiempo.
Taehyung se colgó su bolsa y miró a yoongi, le dió un pequeño beso en los labios y entró a la camioneta que los esperaba. Jimin le sonrió a Hoseok y después de despedirse se acercó a la camioneta para entrar pero Yoongi lo tomó del brazo.
– Jimin cuida de taehyung.
– Hyung lo hare, no se preocupe. – Jimin le sonrió antes de entrar por completo a la camioneta.
Taehyung miraba por la ventana y jugaba con sus manos, Jimin que había estado concentrado en el celular lo miró con gracia.
– ¿Estás bien? – preguntó Jimin.
– Si.
– ¿Seguro?
– Es que… sé que me llevarás a esas tiendas super caras, y eso… eso me pone nervioso.
– ¿Por qué? – preguntó Jimin.
– he entrado a esas tiendas caras una que otra vez, pero fue hace años, todo es tan pulcro en eso lugares que da miedo.
Jimin rió – Tranquilo Taetae, no iremos a ese tipo de tiendas, iremos a unas más modernas.
.
– Pero aún así…
– El tipo de ropa que venden no es diferente a lo que cargas ahora. – Jimin le señaló su atuendo – tu relájate y compra lo que más te guste
Ambos cargaban cubrebocas, aún tenían que ser cuidadosos que la los medios no los vieran, en especial a Jimin.
–¡Jiminie!
Taehyung tocó a Jimin del hombro para señalarle al chico que venía corriendo hacia él, Jimin sonrió de costado y espero a que Jungkook estuviera frente a él.
– ¡JIMIN SSI PERDOOOOON! – posó ambas manos en los hombros de Jimin y pego su frente en el pecho de Jimin – PERDÓN SI LO QUE DIJE TE MOLESTÓ, NO LO VUELVO A HACER – dramatizó.
– Hey, tranquilo – Jimin se rió – sobre actúe, no debí comportarme así por algo tonto.
Jungkook se separó y sorbió su nariz.
– Voy a presentarte a alguien. – Jimin posó su mano en el hombro de taehyung – el es Kim Taehyung, mi amigo.
– ¿Él es el que te ha ayudado con Hobi Hyung? – preguntó Jungkook
– Si.
– Ven aquí, voy a besarte por hacer eso. – Jungkook se acercó a Taehyung quien retrocedió unos pasos asustado ante el comportamiento del chico.
– No puedes besarlo. – Negó Jimin – está casado y si su esposo se entera que trataste de besarlo te dejará en la quiebra.
– ¿Por qué? – preguntó Jungkook.
– Su esposo es Min Yoongi.
Y la cara que pudo Jungkook al escuchar eso era digno de ser fotografiado.
Jimin miraba la revista que le había pasado el menor, en la portada estaba él y su esposo. Eran las fotos que habían tomado los medios cuando se habían abrazado en el estacionamiento la última vez que habían ido a la ciudad.
Jungkook también le había mostrado un par de revistas más donde hablaban de la sorpresiva pareja. Nadie podía creer que ellos dos estuvieran enamorados y mejor aún, casados la gente se sentía ofendida al no ser pública su relación y se preguntaba desde hace cuánto tiempo ellos dos andaban.
Jimin no hacía más que suspirar y reír ante las fotos que les habían tomado.
Entraron a la primera tienda, el menor se perdió entre la sección de chaquetas mientras Jimin acompañaba a tae a elegir un poco de ropa, Taehyung se mostraba un poco indeciso Miraba primero el precio de la prenda y después buscaba otra cosa.
– Taehyung ya habíamos hablado de esto –Suspiró el pelinaranja– No te preocupes por el precio, si Yoongi Hyung te ha dado la tarjeta es porque quiere que compres ropa sin importar la cantidad que gastes.
El castaño asintió un poco inseguro y tomó un par de prendas que la habían llamado la atención, fueron al mostrador y sin preguntar la cantidad que habían gastado, pagaron.
Taehyung cada vez se sentía más seguro al comprar, cada vez aumenta va la confianza Entre él y jungkook con quien hablaba más animadamente.
– Te lo digo, realmente jimin es otra persona, si lo hubieras conocido hace un par de meses atrás ni creerías que son la misma persona. – le dijo Jungkook a Taehyung mientras caminaban por el centro comercial.
El castaño rió un poco y después se detuvo frente una vitrina, Jimin lo observó y luego miro lo que está observando el castaño.
– ¿Una cámara? – preguntó Jimin.
Taehyung lo miró con ojos brillantes. – me gusta tomar fotografías, pero hace como cinco años que no tengo una cámara profesional.
– oh…
– ¿Podemos seguir? – preguntó Taehyung – quiero comer algo.
Jimin y Jungkook llevaron a Taehyung a un restaurante que les gustaba mucho a ambos. El castaño estaba sorprendido por las decoraciones de este y lo hermoso que se veía por dentro. Jungkook se fue al baño pidiéndole al pelinaranja que ordenara por él.
– ¡Jimin! – escucho una voz familiar.
– ¡Yesung! – Saludó el menor feliz – ¿Como te va?
– Me va maravilloso, pero por lo que se es que a ti te va mejor ¡Mira que no invitarme a tu boda!
– Todo fue muy rápido, no invité a mis amigos. – Rió Jimin.
– Que mal. – Yesung miró con interés a Taehyung quien estaba concentrado leyendo el menú – ¿Quién es él? ¿Uno de tus empleados?
Jimin al escuchar eso borró su sonrisa – No, él es un buen amigo mío.
–¿ Y de dónde lo has sacado? – rió Yesung –¿Estás enseñándole cómo es la buena vida?
Yesung era alguien que le gustaba humillar a las personas que veía eran “inferiores a él” era su más grande defecto y Jimin lo sabía, antes Jimin se hubiera reído de aquel mal chiste. Pero ahora solo sonrió de lado pareciendo más una mueca.
– Que va, con todo el dinero que posee creo que es él quien me está enseñando la buena vida.
– ¿Por qué el te enseñaría eso? – preguntó Yesung con burla haciendo que Taehyung bajara la cabeza.
– Su esposo es uno de los hombres más ricos de corea. – Jimin sonrió más ampliamente.
– ¿Y quién es su esposo?
– Min Yoongi.
El tipo lo miró con incredulidad. – Yo sé que Yoongi está viajando por el mundo.
– No lo está, solo vive una pacífica vida de casado.
– Él… él no puede ser su esposo – murmuró Yesung en voz baja.
Jimin tomó la mano de taehyung, donde posaba el anillo del castaño, un anillo de oro blanco con una gran piedra azul zafiro. Todo el mundo podía reconocer ese anillo.
El chico sin poder creerselo aun se retiró de su mesa sin despedirse.
– Jimin. – hablo Tae – no debiste haberlo dicho.
– Claro que debí, además. YoonGi me ha dado el permiso de hacerlo si trataban de humillarte.
.
Los tres chicos después de haber comido se dirigían a una última tienda. Los tres hablaban alegremente cuando toda aquella alegre atmósfera se rompió.
Sólo por una palabra.
Más bien un nombre.
– ¡Déjame en paz Young soo!
El pelinaranja quedó estático al haber escuchado ese nombre, miró hacia el otro lado de la calle. Y la escena que estaba frente a él hizo que su corazón se acelerara más.
Una chica estaba empujando a Young soo a la vez que intentaba caminar más rápido, pero los constantes jaloneos del chico se lo impedían.
– ¡No actúes así conmigo estupida! – rugió Young soo furioso.
– ¡Cállate bastardo! ¡Tiene serios problemas! – la chica por fin se safo del agarre y cruzó la calle.
Jimin no se movia un centímetro, no se movió cuando la chica cruzó corriendo la calle mientras se secaba las lágrimas.
Tampoco se movió cuando Young soo intento seguirla.
Tampoco cuando el semáforo se puso en verde haciendo que los autos comenzarán a circular.
No se movió cuando por la imprudencia de Young soo hizo que tuviera un grave accidente.
Sólo se quedó ahí, parado, ya no escuchaba nada a su alrededor.
Sólo veía al chico tirado en el pavimento con los ojos cerrados.
Taehyung intentaba que Jimin volviera en sí durante todo el camino a casa, fallando.
Cuando llegaron a la casa de Jimin los recibió un sonriente Hoseok. Pero la cara de Jimin hizo que este cambiará su rostro a uno de preocupación. Taehyung le contó vagamente lo que había pasado, se despidió de ellos y le dijo a Hoseok que hablara con Jimin.
El pelinaranja estaba sentando en el sofá con la mirada perdida. Hoseok no le dijo nada, fue a la cocina y le preparó un café, se sentó al lado de él y se lo tendió, Jimin un poco distraído tomó la taza, el mayor pudo notar que Jimin estaba temblando un poco. Tomó la mano de su esposo y la apretó.
– ¿Qué fue lo que pasó? – preguntó Hoseok con suavidad.
– Él… él ya no está. – Jimin lo miró.
– Tranquilo. – Hoseok se acercó a él y lo abrazó.
– Me desconecté cuando lo vi ahí tirado. – la voz de Jimin no mostraba sentimientos de tristeza. – pero no sentí nada, no me alegré, tampoco me dolió. Es como… como si hubiera sentido una punzada en el corazón, pero nada más.
– Supongo que tú corazón aún siente el dolor que te hizo pasar hace un tiempo, pero fue alguien importante para ti, por eso sentiste una punzada.
– No merecía eso. – murmuró Jimin escondiendo su rostro en el cuello de Hoseok
– Nadie lo merece. – Respondió el mayor – pero nuestros actos nos llevan a dónde estamos.
Jimin asintió mientras su mente empezaba a reaccionar a lo que había pasado, tenía razón. Su corazón no se partió en dos, no destruyó su garganta al gritar con dolor el nombre de Young soo. Sintió un leve dolor, al ver ahí tirado a la persona que alguna vez quiso, que alguna vez lo hizo sonreír. Como de un momento a otro las cosas habían cambiado para ellos dos.
Metió su mano por debajo de la playera del mayor, era una costumbre que había adquirido mientras dormían, Jimin buscaba el calor corporal de Hoseok para sentirse más tranquilo, más seguro. Hoseok no se opuso a ello, al ver la expresión más calmada de Jimin sonrió. Sabía que el menor sentía una tristeza reprimida. No diría más, solo lo abrazaría para que Jimin entendiera que iba a estar con él ante cualquier situación.
8:00 pm
Jimin estaba muy preocupado, habia empezado a caer una tormenta una hora atrás y Hoseok no estaba en la casa, había salido a casa de Yoongi y no había vuelto, no sabía si estaba seguro en casa de Yoongi o la tormenta lo había agarrado de imprevisto durante el regreso a casa.
Cuando escuchó la puerta abrirse se paró frente a esta, aliviado por el regreso del mayor.
Hoseok traía un impermeable pero aún así estaba muy mojado, cerró la puerta y miró a Jimin, este se preocupó aún más ya que los ojos de Hoseok transmitían desesperación.
– H-hyung… ¿Pasa algo? – preguntó Jimin un poco nervioso.
– Jimin… Yuri no está.
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TuT Gracias por esperar las actualizaciones, lentas pero seguras.
No quiero que esto acabe :c
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Cofcofyaestaeltrailerdelanuevahistoriahopemincofcof
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