En muchas historias de Wattpad he visto que empiezan diciendo "Hola, soy Amber y tengo 18 años. Tengo el pelo largo y rubio y unos ojazos azules. Siempre visto a la moda y aun no entiendo por qué no me aceptaron en la escuela de modelos con las piernas largas que tengo. Aun así, creo soy fea y todos me hacen bullying."

Solo tengo un comentario que decir sobre esto, el cual estuve guardándome durante mucho tiempo: ESTÁ. MAL. 

NO. NO. NO.

¿Dónde vieron un libro físico que empiece de esa manera? Si lo hay, díganme, porque yo jamás he leído uno así.

Existen miles de recursos para hacer la descripción de un personaje sin ser esa. La más común es el espejo.

Por ejemplo:

"Me detuve frente al espejo para examinar mi reflejo. Me caían gotas de agua del largo cabello rubio, el rímel se había corrido de mis ojos azules y me hacía parecer un mapache. Estaba tiritando de frío y mi piel, ya de por sí pálida, parecían fantasmal. Por suerte, los pantalones negros habían sufrido daños menores a los charcos de agua ya que me quedaban un poco cortos en los tobillos; era una maldición no poder encontrar pantalones que me quedaran bien por mis largas piernas.

Ahora entendía por qué mamá me había dicho que parecía un desastre ni bien puse en pie en casa y Manuel se había reído de mí mientras corría por los charcos de la calle y las gotas de agua que salpicaba hacían que la remera se me pegara al plano vientre".

¿Se entiende?

Otro buen método es la comparación. El personaje principal se compara con su madre, padre, amigo u otro personaje y así puede dar con su descripción física. Además, podes matas dos pájaros de un tiro.

Ejemplo:

"Emma tenía el sedoso y largo cabello rubio como el trigo y sus ojos azules que se iban oscureciendo hasta llegar a los irises; su aspecto hacía que sintiera mi cabello castaño oscuro y ojos casi negros insulsos. Además, me sacaba casi una cabeza, ¿cómo era posible que aún no fuera modelo? Sin embargo, no parecía ser consciente de lo preciosa que podía llegar a ser si se peinaba un poco más o si dejaba de esconder su figura en forma de reloj bajo grandes camisetas (una pequeña parte de mí estaba agradecida de ello ya que sino me sentiría gorda a su alrededor, yo debía pesar al menos seis o siete kilos más que ella".

A la hora de dar las descripciones de tus personajes, lo ideal es que seas claro y conciso. Depende ti cuánto quieras decir de tal personaje, algunos escritores les gusta ser específicos y a otros les gusta dejar librados a la imaginación del lector la mayoría de los detalles del aspecto físico de sus personajes.

Lo mejor sería que te centres en qué diferencia a ese personaje de otro. Una cicatriz, un extraño color de pelo u ojos, ¿le falta alguna extremidad?, una extraña mirada, un gesto permanente... Las posibilidades son infinitas.

Ejemplo: «El muchacho llevaba esos pantalones vaqueros de tiro bajo que dejaban ver el elástico del calzoncillo. La camiseta, dos tallas más grandes de lo que su escuálido cuerpo de adolescente necesitaba, mostraba un mensaje que no comprendí entonces. Quise fijarme en su rostro, pero estaba medio oculto tras el flequillo largo, negro y lacio. Era otro de tantos. Aquellos chavales me parecían tan similares entre sí que, aunque me lo hubiese encontrado cinco minutos más tarde, no habría sido capaz de reconocerlo».

(Extracto sacado de la página literautas.com)

Aprovecha al máximo la hora de describir. Busca el momento exacto para hacerlo. En un pequeño párrafo ya podes decir mucho de la actitud del personaje.

Otro ejemplo:

Comparemos esta descripción: «María era alta y delgada. Tenía el pelo castaño largo y sus ojos eran marrones. Llevaba puesta una camisa azul claro, unos vaqueros y unas zapatillas deportivas blancas»

...con esta otra: «María llamaba la atención en el grupo porque era la más alta y delgada de todas. Su pelo, castaño y largo, estaba demasiado peinado, como si le hubiese estado pasando el cepillo durante horas. Así era ella, siempre elegante, siempre impecable. Incluso en días normales como aquel, en el que no llevaba más que unos sencillos vaqueros, una camiseta de listas y unas zapatillas deportivas sorprendentemente blancas».

(Extracto sacado de la página literautas.com)

Si tu historia tiene varios puntos de vista o un narrador omnisciente, aprovecha eso al máximo para darle distintos puntos de vista al aspecto de tu personaje. ¿Cómo le ve su padre? ¿Y su pareja? ¿Y su mejor amigo? Obviamente, el padre no va a mirar los redondos pechos de su hija como hace su novio, sino que va a comparar su rostro en forma de corazón con las regordetas mejillas de cuando era bebé. Y su mejor amigo se va a fijar en su estridente risa como un sonido que lo invita a reír con ella, mientras que a su novio esa risa hace que quiera hacerla reír todo el día y después besarla.

Antes de terminar, acá les dejo otras descripciones bastantes buenas de diferentes libros. (Estos también los saqué de literautas.com En serio, deberían visitar esa página, es muy buena a la hora de dar consejos)

Fragmento de "El viejo y el mar", de Ernest Hemingway

«El viejo era flaco y desgarbado, con arrugas profundas en la parte posterior del cuello. Las pardas manchas del benigno cáncer de la piel que el sol produce con sus reflejos en el mar tropical estaban en sus mejillas. Estas pecas corrían por los lados de su cara hasta bastante abajo y sus manos tenían las hondas cicatrices que causa la manipulación de las cuerdas cuando sujetan los grandes peces. Pero ninguna de esas cicatrices eran recientes. Eran tan viejas como las erosiones de un árido desierto. Todo en él era viejo, salvo sus ojos; y éstos tenían el color mismo del mar y eran alegres e invictos».

Fragmento de "Ordeno y mando", de Amélie Nothomb

«Por su carnet de identidad me enteré de que se llamaba Olaf Sildur y era de nacionalidad sueca. Moreno y regordete, no se correspondía con la idea que yo tenía de un escandinavo. Había hablado francés sin pizca de acento. Nacido en Estocolmo en 1967, el mismo año que yo. Parecía más viejo, sin duda a causa de su corpulencia. No pude leer su profesión, escrita en sueco. En la fotografía me pareció tan estúpido como lo era en aquel momento, en su cadavérica estupefacción: una vocación».

Fragmento de "Drácula", de Bram Stoker

«Mientras hablaba, los caballos comenzaron a piafar y a relinchar, y a encabritarse tan salvajemente que el cochero tuvo que sujetarlos con firmeza. Entonces, en medio de un coro de alaridos de los campesinos que se persignaban apresuradamente, apareció detrás de nosotros una calesa, nos pasó y se detuvo al lado de nuestro coche. Por la luz que despedían nuestras lámparas, al caer los rayos sobre ellos, pude ver que los caballos eran unos espléndidos animales, negros como el carbón. Estaban conducidos por un hombre alto, con una larga barba grisácea y un gran sombrero negro, que parecía ocultar su rostro de nosotros. Sólo pude ver el destello de un par de ojos muy brillantes, que parecieron rojos al resplandor de la lámpara, en los instantes en que el hombre se volvió a nosotros. Se dirigió al cochero: "Llega usted muy temprano hoy, mi amigo"».

Fragmento de "Tombuctú", de Paul Auster

«Una vez que Bea Swanson entró en la habitación, hubo tantas cosas que pensar, tantas palabras que entender y sentimientos que asimilar, que apenas recordaba su propio nombre, y mucho menos el frustrado plan de Willy para salvaguardar su archivo literario. Se le había puesto el pelo blanco y había engordado quince quilos, pero la mosca supo quién era en cuanto la vio. Físicamente hablando no había nada que la distinguiera entre un millón de mujeres de su edad. Vestida con unos pantalones cortos azules y amarillos, una holgada blusa blanca y sandalias de cuero, parecía haber dejado de pensar en su atuendo mucho tiempo atrás. Con los años, los brazos y las piernas se habían hecho aún más rollizos, y al ver los hoyuelos en sus rechonchas rodillas, las varicosas venas que le sobresalían en las pantorrillas y la carne fláccida de sus antebrazos, fácilmente se la podría haber confundido con una de esas jubiladas que juegan al golf, una persona con nada mejor que hacer que recorrer los hoyos en un cochecito eléctrico y preocuparse por si conseguía meter la pelota a tiempo para el desayuno especial. Pero aquella mujer no tenía la piel bronceada, sino pálida, y en vez de gafas de sol llevaba unos prácticos lentes de montura metálica. Además, al mirar a través de los vidrios de aquellas gafas de farmacia, uno se sentía atrapado en ellos. Atraían su calor y su viveza, su inteligencia y atención, la hondura de sus silencios escandinavos. Aquéllos eran los ojos de los que Willy se había enamorado de muchacho, y ahora la mosca entendía a qué venía tanto alboroto. No había que fijarse en el pelo corto ni en las piernas gordas ni en la ropa ordinaria. La señora Swanson no era una de esas maestras chapadas a la antigua. Era la diosa de la sabiduría, y cuando uno se enamoraba de ella, la amaba hasta la muerte».

Eso fue todo por hoy. Espero que les haya servido. LittleBirdInWinter fuera.