8
Ese día se permitieron descansar completamente, se tumbaron toda la mañana viendo películas de terror a petición de Yuri, envueltos en mantas y con toda la comida que su madre había preparado. Por la tarde decidieron pedir una pizza para despejarse un poco sin necesidad de salir. A él realmente le estaba gustando ese día, la convivencia, los mimos de su madre y el descubrir que su padre se asustaba con facilidad por las películas...era tiempo valioso, era algo que nunca había podido hacer antes y ahora quería hacerlo seguido, o solo escabullirse en la cama de sus padres y dormir con ellos. Había tanto que quería hacer...pero primero necesitaba aclarar algo que lo tenía un poco incómodo.
Yuuri le preparó su té favorito después de comer y comenzaron a contar cosas de cuando vivieron en el pueblo de Italia -donde Yuri había nacido- sus amigos, su trabajo, su casa...todo parecía otro mundo totalmente diferente y se sorprendió bastante al saber que era italiano de nacimiento y no ruso.
Después de mucho rato de pensarlo y buscar valor en todo donde pudo, tomo aire, dispuesto a preguntar.
—Tenemos que hablar—dijo Yuri, viendo a sus padres alzar la mirada, sorprendidos.
— ¿Pasa algo?
— ¿Te sientes mal?
— ¿Te hicieron algo en la escuela?
— ¿Te duele algo?
Alzó las manos en un intento por parar todas las preguntas con las que lo bombardearon, vaya que sus padres se preocupaban mucho por él, lo cual agradecía en verdad.
—Tranquilos, no es grave—mojó sus labios con nerviosismo y jugó con la taza en sus manos. —Solo tengo algo de curiosidad—tomó aire y bajo la mirada a su té. — ¿Quién es mi pareja destinada?
Viktor se irguió y Yuuri hizo una mueca, lo habían evitado por un tiempo, pero después de lo ocurrido en el Grand Prix era obvio que su hijo preguntaría.
—Yuri—su madre le tomó de las manos con suavidad, tomando la iniciativa. —Es un poco...delicado, pero quiero que me escuches bien.
Parpadeó sorprendido por la expresión de ambos y asintió, inclinándose un poco sobre la mesa, atento.
— ¿Recuerdas que te conté sobre tu padre biológico?
—Sí, pero... ¿qué tiene que ver?
El omega tomo aire y lo soltó despacio, su esposo puso una mano en su espalda y comenzó a sobarla en círculos para calmarlo.
—Él ya tenía su familia cuando lo conocí, su esposa y un hijo.
Asintió, poniéndole toda la atención.
—Yo estuve con él y después prometimos no volver a vernos—acarició las manos de su hijo y suspiró. —Luego supe de ti y tuve que ir a buscarle, se enfadó conmigo y casi me corrió de su casa, me dio una carta donde me cedía todos los derechos sobre ti y no volví a verlo.
Yuri quiso preguntar que tenía eso que ver, volteó a ver a su padre que parecía perdido o concentrado en algo.
—En tu cumpleaños, cuando fuimos por lo del trabajo de tu padre me encontré con ese hombre otra vez, él fue quien le hizo la oferta de trabajo a Viktor, de hecho—se mordió el labio y tragó saliva. —Quería que entrenara a su hijo...
El alfa suspiró, cansado de que le diera tantas vueltas y se adelantó.
—JJ es tu medio hermano, Yuri—soltó, directo como siempre, viendo fijamente a su hijo. —Y tu pareja destinada, por lo visto.
El muchacho jadeo, Yuuri vio a su esposo con el ceño fruncido y negó con la cabeza, había intentado suavizar la noticia, pero vaya que Viktor era desesperado.
— ¿Mi pareja destinada...es mi hermano? —estaba en shock, no sabía que debía decir a eso, si había escuchado de que se daba en algunas familias, pero...no pensó que le pasaría a él.
—No tienes por qué aceptarlo, puedes ser feliz con otra persona.
—Además...JJ esta educado de forma distinta a ti, ha vivido la mayor parte de su vida en América...y sabes que allá tratan a los omegas casi como esclavos sexuales, eso no es para ti—su madre le dio un suave apretón a sus manos, lucía tan preocupado.
—E-escuche que Otabek dijo algo sobre... ¿Saya? —preguntó, aun intentaba procesar lo dicho.
—Era su prometida.
Se puso de pie, con la respiración agitada y las manos temblando, no podía creerlo. Su hermano era su pareja... ¿Qué demonios? Tenía que calmarse.
—Cariño, ven aquí—pidió su madre con voz suave, dándole espacio en su regazo.
El joven no espero a que le rogaran casi corriendo a los brazos de su madre...ya era un mimado, poco le importaba en realidad.
—Escucha, sé que es difícil, pero quiero que lo pienses bien—acarició su espalda y besó su frente. —No queremos que te obliguen a estar con él, pero si al final decides que eso quieres te apoyaremos, ¿está bien?
—Sí...mamá...—respondió perdido en sus pensamientos, abrazando con fuerza a su madre.
—Además, no queremos arruinarte el humor, mañana te vas de campamento y estabas muy contento, ¿no es así? —su padre tomó su rostro con suavidad entre sus manos y le sonrió ampliamente. —No pienses en eso ahora, tómatelo con calma, tienes mucho tiempo—besó su frente y dejo que se pegara a su tacto.
—Haré como si no hubiera dicho nada, por ahora.
—Menos mal, ahora vamos a hacer tu maleta y guarda la comida que te llevarás, ¿ya te habló Otabek?
—No, dijo que mandaría mensaje por la noche para decirme a qué hora pasaba por mí—murmuró buscando su celular a tientas en la mesa, sin despegarse de ellos. —Hm, aún no me dice nada—murmuró cerrando los ojos, agradecido con las caricias en su cabeza.
—Te ha crecido el cabello—comentó su padre acomodándoselo de diferente forma, provocándole risas a su madre. — ¿Te lo vas a cortar?
—No, me lo dejaré así un tiempo...como el que tenías cuando participaste en el Grand Prix—le sonrió y se sintió más contento cuando sintió los besos de su padre repartidos por su rostro.
—Te enseñare los trajes cuando vuelvas, tal vez te guste alguno.
—Eso me recuerda—se enderezó, sin bajarse del regazo de su madre y vio a su padre. —Papá, quiero pedirte algo...ya que gane...y dijiste que me darías lo que quisiera...
—Te escucho—le apremió su padre.
— ¿P-podrías...? —se quedó callado, bajo la mirada y se mordió la lengua, tal vez debía esperar un poco más...
Viktor tomó su rostro de nuevo para que lo viera a los ojos, sonriendo mientras esperaba. Yuri tomo aire, era como si él esperara que le preguntara eso que casi gritaba en su mente.
— ¿Podrías ser mi entrenador a partir de ahora? —carraspeó después de soltarlo y desvió la mirada. —O con que me ayudes con la coreografía del programa corto...
—Sería asombroso ser tu entrenador, pequeño—le abrazo pegándolo a su cuerpo, con ánimo. — ¡Yuuri! Nuestro bebé quiere que lo entrene.
Su esposo se rio, viéndolos contento y tan tranquilo como si lo hubiera visto antes.
—Te dije.
—Eres un brujo, Yuuri.
— ¿Lo sabías? —preguntó el menor, viendo a su madre desde la posición en que estaba.
—Claro, mi amor, conozco a mi bebé.
Yuri se sonrojó y escondió el rostro en el pecho de su padre.
—Eres adorable~—Viktor lo meció y besó su cabeza.
—Ya—se quejó cubriendo su rostro, odiaba que se pusiera tan rojo porque se daban cuenta de lo que sentía.
—Bueno, bueno, vamos a hacer tu maleta, quiero asegurarme de que no te falte nada—Yuuri se puso de pie y camino al cuarto.
Asintió y se zafó de los brazos de su padre que lloriqueó cuando finalmente logro escabullirse, corriendo detrás de su madre.
El alfa suspiró cuando quedó solo y sonrió, se sentía bien que Yuri lo aceptara con tanta facilidad...que lo quisiera como si de verdad fuese su padre. Escuchó los pasos apresurados de su hijo volver y volteó a verlo, se sorprendió al sentir el beso en su mejilla y el casi inaudible "gracias" que había soltado antes de salir corriendo de nuevo.
Viktor sonrió, amaba a su familia, era perfecta.
-/-/-/-
—Tengan cuidado—casi ordenó Viktor, abrazando a su esposo de la cintura pues estaba a nada de bajar a su niño del carro.
—Lo haremos—Yuri rodó los ojos, era como la décima vez que se los decía.
—Vuelvan a buena hora el domingo para que cenemos juntos—pidió Yuuri con voz suave.
—Tendrán aquí a Yuri a tiempo para su cumpleaños—Otabek les tranquilizó con sus palabras, encendiendo el auto. —Lo prometo.
—Gracias, Otabek, cuida a mi bebé—suplicó el omega provocando un sonrojo en su hijo.
—Mamá.
El azabache soltó una risa y miró a la madre de su amigo.
—Lo cuidaré bien, no se preocupen.
—Gracias—Yuuri sonrió enternecido con el alfa y acarició su mejilla como si fuera su hijo, ese muchacho era tan amable.
—Diviértanse—deseo Viktor agitando la mano cuando el carro avanzó.
Ambos suspiraron cuando perdieron de vista el vehículo, iba a hacer casi un año que vivían con Yuri y ahora sería raro quedarse a solas, pero su pequeño había insistido tanto en salir de campamento con su amigo que no pudieron negarse...tal vez lo consentían demasiado. Tomó la mano de su esposo para volver al departamento, se acompañaron en silencio y al entrar se sintió extraño, como si percibiera un aroma nuevo en el ambiente.
Makkachin dormía en la sala con el gatito pegado a su cuerpo, estaban calientitos y no parecían tener intenciones de moverse de su lugar, Yuuri había entrado a la cocina para limpiar los platos del desayuno y tarareaba una melodía ignorando por completo la presencia de su pareja, parecía feliz por alguna razón y le era un poco extraño ya que había sido el más difícil de convencer de los dos para ese viaje.
Curioso, camino hasta él, olfateando el aire en el camino, el olor venía del cuello de su omega quien dio un suave respingo al sentir sus brazos rodeándole la cintura.
—V-Viktor—murmuró intentando no soltar el plato entre sus manos. — ¿Pasa algo?
—No, no, tu sigue, tranquilo—murmuró recargando el mentón en su hombro, sonriéndole para calmarlo.
El otro asintió, no muy convencido y volvió la vista al fregadero, intentando recordar la canción que había estado en su mente al despertar. Soltó un jadeo y apretó un poco el agarre de su mano cuando la nariz de su esposo rozó su piel...oh, conocía ese gesto, ese pequeño ritual...
—Mi Yuuri—murmuró con la voz un poco más baja y ronca de lo normal. —Hueles diferente...
—M-mi celo está cerca—respondió temblando cada que sentía su respiración chocar contra su cuello.
—Sí, pero ahora es más suave, más dulce...más delicioso, ¿siempre ha sido así?
—T-tal vez...es que ya te acostumbraste al olor de Yuri—prefirió dejar lo que sostenía en el agua, no queriendo romper nada.
—Sí, esta casa ahora huele a él...pero no es eso, estoy seguro que tu olor ha cambiado.
Negó, zafándose despacio mientras tomaba una servilleta de tela para secarse las manos, caminando de espaldas.
—Alucinas, Viktor, mejor iré por los supresores...yo...
—No, mi amor.
Yuuri se quedó quieto ante su voz, cuando le habla con ese tono de voz y sus ojos le miraban de esa forma tan especifica no podía hacer su voluntad, quedaba indefenso como el omega que era.
—Esta vez yo me haré cargo de tu celo.
Soltó un jadeo y sus piernas temblaron, los brazos del alfa le rodearon y sin dificultad alguna le tomaron en brazos para llevarlo a la habitación principal. Se aferró a la ropa de su esposo para no caer, ¿eso significaba que el tratamiento había funcionado? Esperaba que sí, porque tal vez no tendrían otra oportunidad de estar juntos en un tiempo y si él ya había decidido que lo tomaría él tampoco iba a quejarse.
Sintió el colchón bajo su cuerpo y jadeó de nuevo cuando su ropa desapareció, estaba abrumado por el aroma que su Viktor tenía en ese momento, era tan fuerte y excitante que el calor en su cuerpo aumento casi de inmediato, era como la primera vez que habían estado juntos hacía ya casi trece años.
Se mordió el labio cuando los dientes de su esposo se encajaron en su cuello y dio un tirón a sus cabellos, eso no iba a ser nada romántico como en otras ocasiones...ah, a Yuuri le encantaba ese lado animal de Viktor pero era un secreto que se llevaría a la tumba.
El calor que lo abrasaba ahora era impresionante, su mente estaba nublada por el deseo que sentía y solo podía pensar en ser marcado. Sus manos buscaban tirar de la ropa del alfa que recorría su torso con mordidas y chupones que dejaban marcas rojizas y muy visibles, quería sentir la piel de su pareja, hacer caso a sus instintos y suplicarle que le tomara así, pero su boca estaba ocupada soltando jadeos y gemidos muy bajos, demostrando lo complacido que se sentía.
Sintió las manos fuertes de su alfa tomarle de la cadera y voltearlo sin cuestionar nada, al contrario, le llamaba con la voz ronca y le aseguraba que era suyo y siempre lo sería.
Yuuri sonreía como idiota asintiendo y soltó un "sí" con la voz ahogada de placer casi como un grito cuando sintió a Viktor tomarle de una vez, arañó las cobijas bajo su cuerpo por la sensación tan placentera y jadeo al sentirlo moverse, aunque no estuviese acostumbrado aún, poco le importó en realidad, estaba más preocupado por complacer y ser complacido.
Las mordidas no habían cesado, decían que todos los alfas tenían su manera de sodomizar y marcar a su omega, la manera de su esposo era morder cada parte que podía, en especial su cuello y sus hombros, podía sentir la sangre escurriendo de su nuca y eso solo le encendía más...estaban hechos para estar juntos, de eso siempre estuvo convencido, aunque la naturaleza se hubiera equivocado ellos se habían encargado de arreglarlo.
Arrugó las cobijas entre sus manos, había olvidado morder sus labios para contener sus gemidos y no molestar a los vecinos, pero, ¿a quién demonios le importaba eso ahora? La estaba pasando increíble y nadie tenía tiempo de pensar en los demás.
Viktor tenía marcado el ritmo de sus caderas, errático y duro, sin tiempo para darle un descanso a la garganta de Yuuri que parecía se gastaría en cualquier momento, amaba la resistencia de su omega, podría tomarlo todo el día y toda la noche y él seguiría con ánimos de más, sacaría provecho de ese fin de semana al máximo.
Los escalofríos y espasmos en su vientre anunciaron el primer orgasmo del día, con tan buena sincronización como para que ambos terminaran al mismo tiempo de forma desastrosa y tan salvaje como había iniciado aquello.
El cuerpo de Yuuri cayó en la cama, sabía que estaba agitado porque escuchaba su respiración y sus piernas temblaban un poco. Tomó aire y besó la herida que aún sangraba un poco, salió de su interior y le hizo girar para ver su rostro, tan rojo y con la expresión pura del placer reflejada en él.
—Eso...no fue nada ortodoxo—murmuró el omega, viendo a su pareja con la vista borrosa por la falta de anteojos y las lágrimas acumuladas.
—Mi amor, solo estoy calentando—le sonrió inclinándose a besar sus labios de forma demandante y firme, sosteniendo sus caderas para hundirse en él de nuevo complacido al escuchar el gemido que murió en sus labios. —No dormiremos un par de días~
-/-/-/-
—Tonight we are victorious, champagne pouring over us—Yuri tarareaba la canción, muy bajo mientras daba vueltas a la comida en la pequeña cacerola que colgaba sobre el fuego. —All my friends were glorious, tonight we are victorious.
Otabek se sentó a su lado y bostezó, habían pasado toda la tarde intentando averiguar cómo activar la casa de campaña automática que había comprado para ese viaje...al final terminaron por poner la que Viktor les había comprado. Hacía algo de frío y la madera estaba algo húmeda, pero estaban satisfechos con el campamento que habían logrado montar, era algo decente.
—Espero que mañana haga calor, quiero ir a nadar—se quejó el muchacho, haciendo una mueca.
—Yo creo que sí, la noche esta despejada—respondió el mayor, jugando con una botella de agua. — ¿Cómo conseguiste el permiso de tus padres?
—Pues no estoy seguro, supongo que hablaron después de que les pregunte y al final me dijeron que sí, pero ya sabes mamá me dio muchas indicaciones.
—Es normal.
— ¿Te dijeron algo tus padres?
—No mucho, ya sabes que casi no los veo.
—Pero al menos saben que estas aquí.
—Ah, sí, mamá dijo que si venía contigo me comportara, lo de siempre.
Asintió, indicaciones que siempre le daban, por ser mayor y por ser alfa, Yuri deseaba haber nacido como uno...pero no había manera de cambiar eso.
— ¿De qué querías hablarme? —preguntó Otabek cuando ya no pudo más con la curiosidad.
El omega resopló, alzando su flequillo, encogiendo las piernas para abrazarlas.
—Le pregunte a mis padres por qué no quieren que vea a Leroy—el silencio le respondió dándole pie a que siguiera. —Me contaron que es...mi medio hermano, porque es hijo de mi padre biológico—volteó a ver a su amigo cuando de nuevo no recibió respuesta, estaba serio, meditando lo que le había contado.
—Esa sí que es una buena razón—suspiró e hizo una mueca. —Creí que solo querían evitar que te marcaran tan joven o algo así.
—Sí, también, pero les preocupa más eso.
— ¿Seguirás compitiendo, aunque sabes eso?
—Sí, no voy a dejar que el miedo a que me lastime me detenga...esto es lo que me gusta y no lo voy a dejar tan fácil.
—Nunca te había visto tan decidido—sonrió y revolvió sus cabellos.
—No, espera, mamá me peinó—se quejó haciendo un puchero, mientras llevaba las manos a su cabeza.
—Te ves adorable, como esos muñecos que venden para los niños.
Yuri le vio con el ceño fruncido, claramente ofendido por ser comparado con un muñeco, aunque si, la pequeña trenza adornando su cabeza era adorable.
Soltaron un suspiro, casi al mismo tiempo mientras el menor volvía a mover lo que cenarían pronto.
—En fin, lo he pensado mucho y quería pedirte un favor.
—Claro, dime.
Las mejillas del omega se tornaron rojas y sus manos temblaron un poco, ¿cómo decir eso sin sonar...muy atrevido? No, no, eran amigos de hace mucho tiempo, podía pedirle algo tan sencillo como eso, ¿verdad? ...bueno, no tan sencillo.
—Yuri.
La voz de Otabek le hizo saltar levemente y miró al lado contrario de donde estaba el mayor, tomando aire.
—Quería pedirte...que...me marcaras primero—dijo viéndolo de reojo con el corazón desbocado retumbando en sus oídos, sentía que se le iba a salir por la boca.
La falta de respuestas le desesperaba un poco y sabía que él lo hacía a propósito para que lo viera a los ojos, maldito Otabek, tenía suerte de que lo quisiera, de lo contrario ya le habría sacado las palabras a golpes.
— ¿Estás seguro de lo que estas pidiendo?
Se mordió el labio y negó, incapaz de responder, de repente sus ojos se volvieron acuosos y se sintió tan idiota...maldijo de inmediato a sus hormonas y la facilidad con que lo hacían cambiar de humor.
—Tengo mis motivos—murmuró limpiándose los ojos. —Para empezar el maldito celo, es insoportable y al menos ser marcado me hará tolerarlo con las pastillas con facilidad—suspiró para tranquilizarse, debía pensar positivo. —Y cuando me encuentre con Leroy no quiero verme tan vulnerable, no quiero sucumbir ante su aroma como he estado haciendo.
—Es un poco egoísta.
Oh, eso había dolido, sobre todo viniendo de Otabek.
—Lo sé, te causará problemas con tu pareja destinada cuando la encuentres y si yo decido quedarme con él tal vez no pueda tener hijos, pero si lo piensas bien es mejor—apretó los puños, si le decía que no, no iba a saber qué hacer.
—Yuri—el kazajo le tomó del mentón para obligarlo a verle, estaba cansado de que le huyera la mirada. — ¿Has pensado también que tus padres podrían molestarse por esto? Ellos están tratando de protegerte, de conservar tu inocencia un tiempo más.
El muchacho desvió la mirada incapaz de zafarse del agarre, si, lo sabía, y no estaba seguro de que pasaría o cómo reaccionarían...tenía algo de miedo a que lo rechazaran.
— ¿Acaso vas a repetir la historia de tu madre? ¿Ya pensaste en la posibilidad de que si te marco ahora tienes la capacidad de concebir?
Abrió los ojos viéndolo fijamente, había olvidado eso por completo y de repente se sintió horrible, ¿qué estaba haciendo?
—Y-yo...
—Sigo siendo un alfa, Yuri, y estamos solos ahora...sabes que puedo tomar ventaja de esto, ¿verdad? —se inclinó sobre su cuerpo, sintiéndolo temblar.
—Es..pera...
—Espero que lo pienses mejor a la próxima que hagas una petición así—murmuró cuando estuvo cerca de sus labios y lo besó.
Yuri tembló, inexperto y extrañamente hipnotizado, de repente...había olvidado lo que hacía y donde estaba...
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Este fue mi regalo de navidad(?) xD
Okay xD primero, si, la canción que canta yurio es Victorious de Panic! at the Disco, estos días me la he pasado escuchando a Brendon y me enamore otra vez xD
Segundo, perdonen la tardanza, el trabajo no me dejaba actualizar pero no he dejado de pensar en este capitulo y creo que me quedo mejor que los anteriores xD yo digo
Tercero, no se si podré actualizar estos días, haré lo posible escribiendo en el celular pero no prometo nada para no decepcionarles >.< de cualquier forma me haré todo el tiempo que pueda, quiero aprovechar mis dos semanas de vacaciones xD
Cuarto, no, aún no veo los capitulos 11 ni 12, preferí escribir a verlos xD y espero que la pequeña...narración a la mitad del capitulo haya quedado bien xD no soy muy buena escribiendo lemon así que hice lo mejor que pude a mi estilo, meh.
Y por último quiero darles las gracias por todo su amor que me dan <3 en las vistas, en los votos y comentarios :3 me encanta leerles, son unas delicias de personas! *besos gays sobre hielo(?)*
Les amo con todo mi cerebro, porque mi corazón esta muerto(?) y al menos así es un amor más racional xD felices fiestas, en caso de que no logre actualizar en los próximos días.
Rave~ <3
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