Capítulo dieciséis: Donde comienza la aventura
Mientras Shanks observaba como la emotiva reunión se volvía un pequeño festejo organizado por Makino, Benn se mantuvo en silencio unos momentos antes de acercarse a su capitán y beber junto con él. Tal y como lo hacían Yassop, Mihawk y Buggy.
— Capitán...
— ¿Qué pasa, Benn? ¡Disfruta de la fiesta! Estás tan serio que más miedo que Mihawk.
Benn suspiró cuando, pese a que supiese lo serio que llegaba a ser, vio lo despreocupado que podría ser Shanks. Al grado de ignorar la indignada mirada de "Taka No Me".
— ¿Sabe qué día es mañana?
Con esa corta pregunta, el rostro de Shanks adquirió una seriedad poco frecuente y asintió. En ese momento, parecía totalmente ajeno de la celebración. Su tensión forzó a que Yassop dejara de beber y Buggy prestase atención de forma disimulada.
— Lo sé. ¿Dónde se encuentra?
— Corren rumores que se le ha visto por Water 7. No tengo certeza si seguirá ahí o se habrá movido a otro sitio.
Con eso, el pelirrojo dirigió su mirada a la joven futura pirata, quien parecía competir con Bonney para ver quien comía más mientras Law expresaba lo tonto que era aquella esa competencia.
— ¿Qué haremos?
— Supongo que mañana será el día ¿Cierto?
El hombre se cruzó de brazos y le dirigió una mirada inquisitiva.
— Ya lo hemos retrasado casi dos meses.
— Lo sé, Benn. Pero...
— ¿Pero...?
Y, aunque no fuese tan evidente, Benn Beckman ya comenzaba a sentir pena por el pobre niño de ojos grises que parecía ser el único con sentido común en esa caótica banda. Él también lo sabía...
— Pero... ¿¡Qué será de mi pobre Luffy!? ¡Quedará indefensa ante los bastardos pervertidos! ¿¡Qué haré!?
Conocía el estrés de tener a un capitán tan cabeza hueca y obstinado. Con semejante reacción, supuso que a él le tocaría dar en aviso cuando la pequeña fiesta mermara un poco.
.
.
Aquella mañana, cada uno de los nakama de Monkey D. Luffy ya no supieron que era más fastidioso e irritante: Si la insistencia y terquedad de esta o el llanto que ella podría montarse. Mientras la veían reprimir sus ansias de llorar, los piratas Akagami terminaban sus preparativos y esperaban la señal de su capitán para partir del puerto.
— ¿Qué? ¿No tú decías que serías la Reina de los Piratas? ¡Si solamente con esto estás llorando!
Ella apretó más los puños, mientras Shanks sonreía con burla. Buggy se encontraba en su propio barco, esperando zarpar junto con los Piratas Pelirrojos, y Mihawk observaba la escena con mutismo.
— ¡No te burles! ¡Definitivamente lo seré! ¡Mi tripulación se volverá más fuerte que la tuya! ¡Zarparemos al mar, encontraré el One Piece y me volveré la Reina de los Piratas!
Fue en ese momento en el que Shanks le sonrió con ternura y se quitó el sombrero, para dejarlo en su cabeza, tapándole los ojos.
— Entonces, te dejo mi sombrero. Cuídalo, es muy importante para mi. Devuélvemelo algún día, cuando hayas cumplido tu sueño.
Luffy luchó por no ser muy obvia con su llanto, llorando en silencio, y Shanks finalmente abordó el Red Force. Los Piratas Pelirrojos abandonaron aquella mañana el puerto de la Villa Foosha, y el capitán se quedó mirando hacia la dirección por la cual venían sin emitir sonido alguno.
De pronto quedó increíblemente cabizbajo, tal cual se estuviese reteniendo de hacer algo, lo cual tensó a Yassop. Aquello llamó la atención de Mihawk.
— ¿Qué ocurre, Dracule?
— Nada. Simplemente pensé que el capitán habría madurado para estas alturas, pero...
La madurez que Shanks había proyectado se fue al caño en el momento en que Yassop tuvo que detenerlo de saltar al agua e irse nadando de regreso a la Villa Foosha.
— ¡Capitán, contrólese!
— ¿¡Cómo quieres que lo haga!? ¡Mi pobre Luffy! ¿¡Cómo sobrevivirá a zarpar al mar!? ¡¡Debo regresar y protegerla!! ¿¡Cómo se supone que lo haga si no regreso!?
— ¡Ella estará bien!
— ¡Ella ni siquiera puede nadar!
Eso dejó mudo a Yassop, hasta que Lucky Roo decidió hablar y empeorarlo todo.
— Tranquilícese, capitán. Ella ahora tiene nakama que la protegerán, además, seguramente aquel niño se encargará de que Luffy esté bien.
— .... ¡¡DEBO REGRESAR AHORA MISMO!!
— ¿¡Por qué dijiste eso, bobo!? ¡Capitán, por favor compórtese! ¡Oye, Dracule! ¡Haz algo!
El aludido permaneció inmutable, pero aún así se acercó.
— No me hará caso.
— Bien ¡Entonces déjalo inconsciente!
— ¡¡¡¡LUUUFFYYYYYY!!!!
.
.
Cuando llegó la mañana y el cielo presagiaba un día soleado y de buen clima, Ace se preparó para abandonar la cabaña como siempre hacía. No obstante, no contó con que a esa misma hora Luffy tuviese intenciones de salir. Se irritó pensando que nuevamente intentaría seguirlo, pero...
— ¿¡A dónde crees que vas otra vez, Luffy!?
Debió reconocer que se equivocó. Luffy salió antes que él, rumbo a algún sitio, pasando totalmente de su presencia. Al principio se alegró de no tener que pasar por la molestia de perderle en algún sitio y retrasarse por ello, pero ahora le intrigaba a dónde iba aquel niño tan extraño. Se cuestionaba a qué sitio acudía cada mañana...
— ¿Pasa algo, Ace?
— No, no es nada. ¿A qué sitio iremos hoy?
— Bueno, pensaba en ir a uno de los puertos. Hay rumores de que una banda pirata ancló en un sitio cercano a la Terminal Gray. Aunque si vamos, tendremos que tener cuidado.
— ¿Qué? ¿Por qué? ¿Acaso son muy fuertes?
— No lo sé realmente, jamás había escuchado de ellos. Pero escuché a uno de sus subordinados quejarse del sitio en el que anclaron. Al parecer, últimamente han habido ataques hacia los piratas que se ocultan ahí. Dicen que son emboscados por Caza-recompensas, hay rumores de que en la Villa Foosha se ha hecho frecuente que un barco de la Marine arribe y se los lleve hacia Impel Down.
— ¿Un barco de la Marine viene a entregar la recompensa? ¡Con razón ese viejo ha venido de visita tan seguido!
Aunque Sabo no comprendió del todo sus palabras por lo poco que hablaba de su familia o los bandidos con los que vivía, le fue suficiente para saber que esas famosas visitas causaban que el pecoso en ocasiones estuviese de tan mal humor.
Cuando se hizo de noche, mientras se dirigían al sitio en el que atacarían a unos de esos piratas que llevaban un botín a su barco, Ace pareció un poco distante.
— ¿Pasa algo?
— Bueno, ahora que lo pienso... Él no se ha estado quedando a las visitas de ese anciano decrépito.
— ¿Él? ¿Te refieres al niño que te seguía?
— Sí. Incluso una vez pasó junto a ese viejo y él le dejó irse, pero cuando intenté hacer lo mismo me obligó a quedarme ¡Y el maldito me golpeó!
El rubio escuchó cada una de las quejas de Ace, y cuando vio a sus objetivos acercarse a la distancia ambos guardaron silencio y esperaron. Pero se extrañaron cuando los piratas pasaron corriendo presurosos hacia su barco, estaban magullados y nerviosos.
Antes de que alguno hiciese algo, vieron que no pasó mucho antes de oír los regaños y exigencias del capitán pirata y ver cómo minutos después una parte del barco estallaba. Pronto se percataron del ataque y Sabo estuvo dispuesto a desistir, pero Ace no se movió.
— ¿Qué estás haciendo, Ace? Debemos irnos.
— Puedes irte si quieres, yo me quedaré.
— ¿Qué? ¡Estás loco!
— ¡Ellos nos robaron nuestro objetivo! Si continúa así, harán que nos retrasemos ¿Qué no tú eras el que más quería zarpar? ¡Yo no voy a huir de mis peleas!
— ¡Ace, espera!
En el momento en que el ataque ceso y vieron como los integrantes con una recompensa de la derrotada banda eran llevados a rastras por aquellas figuras, Ace decidió ir tras ellos. Aunque llevasen un peso encima la mayoría eran rápidos, por lo cual solamente alcanzó a taclear a la que tenía menor estatura y parecía más distraída.
— ¡Eso duele! ¡Ahora verás, maldi...! ¿¡EH!? ¿¡Ace!? ¿¡Eres tú!?
El aludido se quedó de piedra al reconocer esa irritante y efusiva voz. Evidentemente, los demás escucharon sus palabras y retornaron con tal de ver qué sucedía.
— ¿Luffy...? ¿¡Eres tú!? ¿Qué estás haciendo aquí? Acaso... ¿Te uniste a una banda de caza-recompensas?
— ¿Caza-recompensas? ¿De qué estás hablando?Ah, así ¡Ace! ¡Ellos son mis nakama! ¡Uno de estos días partiremos al mar y podré ser la Reina de los Piratas!
— ¿Tus nakama...? Un segundo, es imposible que seas la Reina de los Piratas ¡Se supone que el capitán de la banda lo sea!
— ¡Yo soy la capitana!
— ¡Estás mintiendo!
— ¡Es cierto! ¿Verdad, Torao?
El chico del gorro de motas bufó ante la incapacidad de quedarse callada de su capitana y no apartó la mirada de Ace y Sabo.
— Desgraciadamente es cierto.
— ¿Ves, Ace?
Sabo inspeccionó los rostros hastiados de cada uno con lo boca floja que era la niña y sudó la gota gorda.
— Empiezo a cuestionarme cómo es que aceptaron que tú fueses su capitana... Espera ¿Tú eres Luffy?
— Sí.
— Pero... Ace ¿No habías dicho que...?
— ¿¡Eres una niña!?
— ¿¡Viven en el mismo sitio y no lo sabías!?
— ¡Jamás le presté atención! ¿¡Cómo se supone que lo supiera!?
La irritación de Law iba en aumento, especialmente porque ese día Caesar regresaba de la isla Goat. La voz de Luffy era irritante, pero la voz de Caesar llegaba a ser insoportable cuando este se quejaba. Su molestia provenía también de saber lo que venía a continuación.
— Por cierto, Ace ¿Qué hacen aquí? ¿Acaso también quieren ser piratas? ¡Eso es genial! ¡Podrían ser mis nakama!
— ¿¡Ah!? ¿¡Por qué querría ser nakama de alguien como tú!? ¡Jamás aceptaría que fueras mi capitana!
— ¿Eeeeh? ¿¡Por qué!?
— ¡Me sacas de quicio! ¡Ni Sabo ni yo aceptaremos!
— ¡Por favor! ¡Dale Ace!
— ¡Nunca!
Law pasó de sentir desconfianza a sentir pena de aquellos dos conforme avanzaban los minutos y las suplicas de la monita iban volviéndose cada vez más exasperantes. Dado un momento, ella se le colgó de la espalda a Sabo y el pobre niño no soportó mucho más tiempo la irritante insistencia de la niña.
— ¡Traidor!
— Ace, piénsalo. Dudo que lo digan en serio, quizás solamente hacen equipo temporalmente para juntar dinero y zarpar al mar. Además, solamente es para que nos deje en paz.
— ¡Pero...!
— ¿O tú eres capaz de aguantar que te siga a todas partes?
Fue suficiente con ello para que Ace frunciera el ceño y bufara entre dientes un quedo "Está bien". Luffy jamás se sintió tan feliz en su vida. Mientras veía como Ace y Sabo caminaban junto a ellos hacia la casa del árbol, no pudo reprimir la enorme sonrisa de oreja a oreja que adornaba su rostro.
Una tripulación... ¡Ya tenía una tripulación! Y aunque Sabo y Ace aún no se habían unido en ese momento, ¡Shanks la había reconocido!
Cada uno no tardó en subir por las escaleras colgantes y encontrarse con Caesar en la que se podría denominar "la habitación" principal. El joven de cabello morado y ojos ambarinos los encaró apenas los vio, no obstante, pudieron apreciar la extrañeza que surcó su rostro cuando vio a los 4 niños que los acompañaban.
— Oye, Trafalgar ¿Quiénes son ellos y qué están haciendo aquí?
— Ellos son-...
— ¡Son nuestros nuevos nakamas! ¡Las habilidades de Bonney y Katakuri molan mucho!
La irritante y escandalosa voz de Caesar no paró de lanzar quejas a diestra y siniestra hasta que se quedó afónico. Sobre todo cuando, de una u otra forma, terminó enterándose de la peligrosa procedencia de ambos críos con solamente oír una vez su apellido. Law creyó que no sonaba tan descabellado el decir que "preferiría cortarse las orejas" ante los reclamos del mayor.
— ¿Eso es todo? ¡Será pan comido!
Y, aunque en lo personal no terminaba de aceptar y procesar la forma en la que su capitana reclutaba a sus tripulantes, debía reconocer que las habilidades de Bonney y Katakuri les eran de mucha utilidad, al igual que la experiencia previa de Ace y Sabo para ciertos planes de tenía con tal de juntar sus fondos. Los objetivos que escogía con cautela resultaban ser vulnerables ante esa inusual formación.
— ¡Torao! ¿¡Viste eso!? ¡Esta vez lo envié más lejos!
— ¡Eso no es nada! ¡Apuesto que yo puedo derrotar a más!
— ¿Eso es un reto? ¡Me uno!
— ¡Ace! No los animes a hacer estupideces
— ¡No son estupideces, Sabo!
Y, también, debía admitir que enfrentar a enemigo tras enemigo servía como un útil entrenamiento para los demás. Sin embargo, dudaba presionarlos demasiado. Law sabía que algún día, cuando menos se lo esperaran, se encontrarían ante un monstruo de gran poder. Uno que desgraciadamente haría palidecer fácilmente a alguien tan fuerte como Doflamingo...
— ¡Trafalgar! ¿¡Qué estás haciendo!? ¡Esos idiotas ya se adelantaron!
Pero prefería ignorarlo. Solamente quería ignorar aquel detalle y disfrutar aquella efímera tranquilidad y felicidad. Quería creer ciegamente en las palabras de Cora-san.
No, ruiseñores. Desgraciadamente, para ustedes, sigo viva XD
¡Realmente siento mucho tardar tanto! Pero la Universidad se come todo mi tiempo :| Apenas pueda volveré a actualizar :3
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