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Capítulo diecinueve: Inminente

¡Hola! UwU Si les llama la curiosidad saber sobre algún cómic original, pueden ir a echar un vistazo en el libro "Valheral" de este perfil uwu

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— ¡¡¡¡CORA-SAN!!!!

Ya había visto a Law llorar antes, en la primer par de veces que visitaron algunos hospitales y le marginaban de la peor forma, todo por ser unos imbéciles ignorantes, que no tenían idea de todo el daño que le hacían a aquel aterrador, y también frágil, niño. Haciendo que se cerrase emocionalmente, sin querer volver a confiar en alguien, deseando evitar volver a ser lastimado.

Le había visto llorar debido al dolor, a la frustración, a la impotencia y al sufrimiento de haber vivido el infierno que le tocó ver y experimentar. Porque recordaba bien esa mirada aterradora, capaz de intimidar a muchos, por su forma destructiva y peligrosa de ver las cosas, al grado de importarle en lo más mínimo lo que sería de él, en caso de que lograse sobrevivir a su enfermedad.

Pero era la primera vez, que le veía llorar así, tan frustrado, tan dolido, pero a la vez, tan aliviado. No mentiría, en esos mismos instantes, Donquixote Rosinante no sabía ni que demonios hacer. No contaba con perder la consciencia, mientras era devorado por el cruel oleaje, y despertar en una sala de un pequeño hospital sólo para ver a Law deshacerse en llanto.

— ¿¡Eh!? ¿¡Torao está llorando!?

La mirada de Corazón, recayó en el niño de cabello negro y cicatriz bajo el ojo, el cual le recordaba mucho a Garp. Cuando este mismo se dio cuenta de su escrutinio, no perdió tiempo en fruncir el ceño y señalarle, como si tuviese toda la culpa de lo que sucedía... Y tal vez, así fuese.

— ¿¡Tú quién demonios eres!? ¿¡Por qué Torao está llorando!? — ordenó saber aquel niño, seguramente, sin enterarse de nada.

— ¡Oye, Luffy! ¿Por qué tú y el mocoso tardan tanto?

Aunque no le dio tiempo de responder absolutamente nada, antes de escuchar la voz de Garp y ver entrar a este mismo nuevamente a la sala. En serio, que Rosinante no tenía ni la más mínima idea de qué era lo que sucedía. Todo lo que tenía en claro, era que Law había estado sufriendo durante el lapso de tiempo que él había estado inconsciente.

— Law... ¿Law?

— ¡Cállate, mentiroso!

No le tomaba por sorpresa que Law le llamase así, después de todo, su intento de mentira blanca pudo ser más perjudicial que benevolente. Él lo sabía, no obstante, cuando menos deseó con fuerza que, si iba a morir, Law se llevase de él un último buen recuerdo... Aunque ese fuese, para ironía, el de su explícita "muerte".

— Law, escúchame...

— ¡Cállate, maldito marine!

Conociendo a Law, se esperaba que se arrancara del lugar y no le hablase por horas, hasta que se hartase de que Corazón fuese tan insistente y arreglaran las cosas. Sin embargo, no contaba con que el niño se aferraría a él, mientras intentaba contener inútilmente su llanto. Ver así a Law, le partía el alma.

Así, como la vez que se emborrachó y lloró por lo inútil que se sentía, al no hallar ninguna solución que impidiese el fallecimiento prematuro de un mocoso tan amargado y joven como Law, se permitió suprimir de forma fallida el llanto del que se estaba volviendo presa. Se suponía que él buscase una manera de calmar al chico, pero terminó sollozando con él.

— ¿Qué les pasa? ¡Oye, Tora-...! ¡Eso dolió, abuelo!

— Déjales un momento, Luffy.

Por esa vez, la monita guardó silencio. Porque le recordaba a la vez que ella misma se soltó a llorar en frente de Law, después de que fuese a agradecerle por rescatarla y curar sus heridas. Luffy entendía lo que dolía la soledad, aunque muchos lo dudaran debido a su hiperactividad y tendencia a sonreír con constancia. Pese a que eso, fuese para no sumirse en tristeza y amargura. Después de todo, si lo hacía, ¿Quién sacaría de sus casillas a Law, y de paso, una sonrisa también?

— Siento haberte mentido... Sé lo mucho que te desagradan los marines, y por eso-...

— ¿Qué? ¡No por eso estoy molesto, idiota!

— ¿Eh? ¿Entonces por qué-...?

— ¡Fuiste a ver a Doflamingo sólo para que te matara, bastardo! Al menos le hubieses disparado...

Rosinante ya no supo si Law estaba molesto por decirle aquella mentira, de que Doffy no le mataría al ser su hermano menor, o si estaba iracundo porque ni siquiera hubiese intentado tirar del gatillo. Y eso se reflejó perfectamente en su rostro, por lo cual Law aplastó momentáneamente aquellos sentimientos que le hacían sentir como el bastardo más afortunado, por aún conservar a una persona tan importante para él, y poder encarar a Corazón como era debido.

— Fui un idiota por no asegurarme de darle el mensaje a un marine verdadero... Terminé dándoselo a Vergo...

— Law, eso no fue-...

— ¡Fue mi culpa! Me habías hablado sobre Vergo, lo hiciste, y aún así fui corriendo a darle el estúpido mensaje a ese estúpido lamebotas.

El rencor y la culpa se vislumbraban bien en aquellos ojos grises, unos llenos de resentimiento, enojo... Y odio. A Corazón siempre le preocupó que Law se llenase de odio por sí mismo y por el mundo, que tuviese aquella mirada tan vacía y muerta, como un cascarón vacío. Que todo lo que hubiese en él, fuesen deseos egoístas y ganas de ver al mundo destruirse y sumirse en caos... Le aterraba que se convirtiese en alguien como su hermano.

— Puede que te hablara sobre Vergo, pero jamás te mostré cómo se veía. Debí hacerlo... Era imposible que supieses quien era. La culpa la tuve yo... Me confíe en que Tsuru estaba rondando la isla.

— ¿Tsuru? ¿La vice-almirante que siempre le pisaba los talones a los piratas Donquixote?

— Sí... Cuando nos fuimos de viaje, ella ya no pudo seguirles la pista y estuve casi totalmente convencido de que se habrían dado cuenta de que era un espía... Y no me equivoqué.

Law se mantuvo callado. Para él, era obvio que su sola presencia fue el detonante para que todo se fuese a pique. Si Cora-san no se hubiese entercado en encontrar una cura para el envenenamiento del Plomo Blanco, y por eso no hubiesen partido en una travesía, probablemente hubiesen logrado emboscar a Doflamingo y mandarlo directo a Impel Dawn. Cora-san se habría evitado problemas innecesarios.

— Debí hacerte caso e irme de la Familia.

— ¡No, Law! Si lo hubieses hecho, no habría podido darte la Ope-Ope no mi ¡Y habrías muerto!

Más cierto no podría ser. Esos seis meses que pasaron de viaje, serían insuficientes para encontrar una cura por su cuenta. Su muerte, en ese caso, se volvería algo inevitable. No dudaba que, tras morir, su cuerpo fuese arrojado al mar. Y entre esos pensamientos negativos, fue cuando Corazón reaccionó a la falta de las manchas blancas plagando la piel del niño.

— ¡Law! Tu piel... ¿Acaso...?

Con manos temblorosas, Corazón tomó a Law por debajo de sus brazos y lo alzó, como si fuese un niño pequeño, con tal de comprobar más de cerca que, efectivamente, las manchas blancas provocadas por la enfermedad ya no estaban. Ganándose un regaño por parte del menor, debido a que hacía esfuerzo al levantarlo, contando con que hacía muy poco había salido de una operación.

— Pude curarme el síndrome del plomo blanco... Viviré bastante, por desgracia para el gobierno y la marine.

Y esa fue la cubetada de agua helada que fue vaciada sobre el cálido sentimiento de esperanza que nacía en el interior de Cora-san, Law lo sabía. El torpe rubio, seguramente se habría olvidado de que eran buscados no solamente por Doflamingo, sino igualmente por la marine. La fruta que Law había ingerido, era demasiado codiciada, como para que ambas partes desistieran y no consideraran deshacerse de él. La Familia le buscaría, con tal de forzarlo a reintegrarse a ellos o matarlo sino obedecía, y la Marine le pondría un precio a su cabeza, esperando que alguien le asesinara y la fruta reapareciera en algún otro lado.

— Law...— y por más que se exprimiera el cerebro, ignoraba que decir en aquel caso.

— Planeaba volverme un pirata, de todas formas. No tengo a donde regresar, Flevance es un cementerio en toda la extensión de la palabra... Mataron a mis padres, mi hermana y todos mis amigos murieron ese día... No tengo a nadie.

— ¿¡EH!? ¡Nosotros somos nakamas, Torao!

Fue hasta entonces, que Law se acordó de la presencia de Luffy y del abuelo de la misma en aquella sala. Fue gracioso como ver que el amargado niño contenía un expresión de vergüenza, porque efectivamente, se había olvidado de ese par.

Corazón, por su parte, miró con más detalle a ese escandaloso niño. Intuía que quizá, el chico llamaba "Torao" a Law, por una razón similar que ocasionaba que Law le llamase como "Cora-san". Era sorprendente ver como ese niño se mantenía tan cerca de Law, sin que este mismo intentase matarlo, tal y como sucedía con Buffalo y Baby 5.

Y es que esos dos tenían personalidades que contrastaban demasiado, eran totalmente opuestos. Pero aún así, el niño se empeñaba en decir que Law era su nakama, uno de sus valiosos nakamas. Corazón se conmovió al notar que Law habría hecho amigos mientras el estaba inconsciente, sin embargo, todo el color se le fue del rostro al escuchar una de las declaraciones de Luffy.

— ¡Somos nakamas! Pronto zarparemos al mar e iremos por el One Piece ¡Y le patearé el trasero a ese tal Doflamingo!

Querer ir por el One Piece, significaba querer coronarse como el Rey de los piratas. Embarcarse al mar como piratas, teniendo tal ambición, querría decir que en algún punto se encontrarían con alguno de los 3 Yonkou. Tendrían que derrotar a alguno, así que había probabilidad de que se encontraran a Kaido... Eso significaba que podrían toparse a Doflamingo. No, no debía de ser tan exagerado, tal vez-...

— ¡Incluso Caesar te quiere! Aunque diga que te odia.

— ¡Ese científico de cuarta no se quiere ni a sí mismo! Caesar Clown me mataría apenas pudiese con tal de no ver otra vez a Doflamingo... O a Big Mom.

Bien, escuchar esos tres nombres en una misma oración, no le hacían nada bien. Si Caesar Clown formaba parte de ellos, inevitablemente Doflamingo intentaría recuperarlo, para seguir con la producción de las Smile y evitar que Kaido le decapitara... O mucho peor. En serio que, para esos momentos, el sentimiento cálido de esperanza y paz, se veían opacados de una forma horrorosa.

— ¿¡Qué idioteces andan diciendo sobre ser piratas, malditos mocosos!? ¡Ustedes dos serán grandes marines, igual que Rosinante!

— ¡Eso duele, abuelo!

— ¡Eso dolió, maldito marine!

Corazón pasó por alto, ver como Garp le daba un puñetazo en la cabeza a ambos niños. No obstante, Law no dejó ir el hecho de cómo había llamado aquel viejo a Cora-san. Después de sobarse el sitio donde aterrizó el golpe, el cual el rubio sabía bien cuanto dolía, ya que Garp solía utilizar algo de Haki en caso de que se tratara de algún usuario, miró como Law le veía con insistencia.

— ¿Rosinante...? — cuestionó, apenas Law se recobró lo suficiente.

— Donquixote Rosinante... Ese es mi nombre. Y ahora que recuerdo... Yo jamás te lo dije, lo siento, Law.

Él sabía que Law poseía el apellido D. Y, ahora que reparaba en ello, ese niño le había dicho abuelo a Garp... Pero no sabía si serían familiares, o si simplemente era algún título honorario que el chico tenía para con él. Saber la respuesta le causaba ansiedad, porque podría quedar abierto a interpretación.

— Garp-san... Ah...— no encontró cómo preguntar, más que señalar a Luffy con un dedo y dejar que Garp adivinara su duda.

— ¿Hm? Oh, ella es mi nieta, Luffy. Luffy, saluda.

— ¡Yoh! Soy Monkey D. Luffy ¡La próxima Reina de los piratas!

— ¿¡Qué!? ¿¡Sigues con esa tonta idea!? ¡Tanto tú, como Ace y ese niño serán grandes marines!

— ¡Yo quiero ser una pirata y embarcarme a mar abierto, igual que Shanks!

La familia D, eran los enemigos naturales de los Tenryuubito. No estaba seguro de cómo sentirse, a sabiendas de que Law tenía a otro D como amigo. O amiga, en este caso. Estaba feliz de que Law no alejara a todos y todo, como un gato huraño, pero le preocupaba que Doflamingo pudiese hacerle daño dentro de un tiempo más. Definitivamente, al ignorar dónde demonios estaba ni cuanto tiempo estuvo inconsciente, lo único que sabía... Era que los años venideros, serían la calma antes de la tormenta.


No les voy a mentir, este capítulo comencé a escribirlo, el mismo día que escribí y publique el anterior. Y hasta hoy terminé de escribirlo, es que en verdad, era uno de los que más deseaba escribir uwu Me rompe el kororo pensar en todo lo que Cora-san no pudo estar y apoyar a Law :c 

Espero que les haya gustado uvu

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