En la cárcel
En una pequeña y oscura celda, se encontraban siete personas, tres adolescentes y cinco adultos. Los seis se encontraban sentados en el suelo, pues no habían sillas ni camas. Ya que el gobierno se encontraba en quiebra ¡Y no podían gastar en la comodidad de los presos!
¿Y por qué dije seis si son siete personas las que se encuentran en la cárcel? Pues......
-¡YO SOY INOCENTE! ¡YO NO MATE A NADIE! ¡ESE FUE LUCO! ¡YO SOY INOCENTE! ¡EXIJO MIS DERECHOS! ¡QUIERO UN ABOGADO! ¡UN JUICIO JUSTO!-
¿Quién era la persona que tan desesperada mente gritaba?
Lugonis Piscius.
¿Qué hacía en la cárcel?
Ni idea.
-hermano, tranquilízate-pidió Luco causando que una mirada furiosa por parte de su hermano se dirigiera a él.
-¡No me digas hermano! ¡Asesino! ¡Mi hermano murió!-dijo Lugonis con lágrimas escapando de sus ojos. Luco solo suspiro mientras solo se preguntaba mentalmente "¿Por qué no me dieron una celda para mi solo?" pues el pobre de Luco ya estaba harto de escuchar los gritos de todos, pues Lugonis no era el único que gritaba.
-¡Traidor! ¡Seguro terminaste con mi hermano para irte de novios con Hasgard!-dijo Aspros mientras señalaba a Asmita con el dedito acusador a Asmita.
-¿Yo? ¿Traidor? ¡Tú eres el traidor rompe hogares!-
-em.... no fue así-murmura Tenma quien estaba al pendiente de la discusión de su Padrastro y el ex-novio de Defteros.
-¡Cállate!-dijeron Aspros y Asmita mientras sus miradas se posaban en el castaño quien asintió temeroso.
-no que muy valiente-le dice Yato en tono burlón, Tenma gruño y en eso.
-¡Al menos soy más valiente que tú! ¡Ni si quiera tienes el valor para confesarte a Yuzuriha!-dijo Tenma con el ceño fruncido, la sonrisa de Yato se borro y estaba a punto de contestarle cuando.....
-¡NO ES MOMENTO PARA PELEAR POR LO QUE VALLA A SABER QUE ESTÁN PELEANDO! ¡ES MOMENTO DE UNIR FUERZAS! ¡TENGO UN PLAN QUE NOS AYUDARA A ESCAPAR DE LA CÁRCEL!-grito Regulus con una mirada decidida en su rostro. Todos quedaron en silencio y dirigieron sus mirada a quien había gritado.
-¡¿Cuál es?!-pregunto Lugonis quien solo quería regresar a casa con su querido hijo que estaba sin novio.
-¡TENGO UN ARMA QUE NOS AYUDARA A ESCAPAR DE AQUÍ!-grito Regulus y todos pero todos le miraron esperanzados-¡TARAN TARAN!-
De pronto la esperanza se fue pues Regulus había saco de su bolsillo una cucharas. Así es, unas cucharas.
-¡¿UNA CUCHARA?!-grito Lugonis quien sin duda pensó que este niño era más idiota que su hermano, Luco-¡¿DE QUE NOS SERVIRÁ?!-
-¡PUES PARA CAVAR UN POZO QUE NOS AYUDE A ESCAPAR!-dijo Regulus mientras se tiraba al suelo y comenzaba a cavar. Por si quieren saber la cuchara era pequeña, de esas chiquitas que se usan para comer un postre.
-¡Esto es.....!-Yato se había puesto de pie y miraba a Regulus con una mirada de muy pocos amigos. Todos pensaron que lo golpearía, y pensaron que bien merecido se lo tenía pero para su sorpresa-¡Es una excelente idea!-dijo emocionado.
-¡Entonces! ¡Cava conmigo! ¡Amigo!-dijo Regulus mientras le entregaba una cuchara a Yato. Este acepto gustoso. Y ambos se pusieron a cavar. Los demás solo pudieron pensar que eran unos idiotas.
-espero que nos saquen de la cárcel-dijeron todos a excepción de Regulus y Yato.
Continuara.....
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