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ʚ🧺ɞ Capitulo 8.




—¡Tenía mi sombrero! Jeff realmente lo estaba usando -comentó Barcode una vez estuvo fuera del restaurante con Ta.

-Al parecer le gustó, tienes buen gusto- comentó Ta sonriendo divertido. Le había costado mucho mantener a Barcode en su lugar, evitando que fuera a lanzarse a Jeff, pero lo había logrado. Barcode era un gran chico, Jeff se tenía que dar cuenta de lo que estaba perdiendo por su necedad.

-No estaba seguro, es decir, sabía que se le vería bien, pero creí que podría ser demasiado lujoso para él -Sonrió, feliz.

-Ahora, recuerda seguir con el plan, amigo. Hoy Jeff no dejó e mirarte durante la cena, esto será más fácil de lo que creí.

-¿Tú crees? No quiero que Jeff piense que ando con todos, y Maggi estaba allí, realmente estaba allí. Ella me vio, creerá que no quiero a su hijo y entonces, ya no le agradaré... ¿qué haré, Ta?

-Tranquilo, Maggi es una mujer muy inteligente, ella sabe la clase de persona eres, solo a través del recuerdo que tiene de tu madre.

-¿Ella conoció a mi madre?

-Fueron muy buenas amigas. ¿Cómo es que has vivido toda tu vida en este pueblo y no sabías eso?

-Bueno, pasé la mayor parte de mi vida en el rancho, con mi papá y mis hermanos. Salí muy pocas veces cuando venía de compras y ya sabes, por la enfermedad de mi madre, mis hermanos prefirieron tomar clases en casa, para pasar mayor tiempo con ella y luego, a pesar de que mi madre ya había muerto, yo hice lo mismo. Es por eso que no conozco bien este pueblo, a pesar de que no se compara a la capital, igual es el bastante grande, no es como si salieras y todo el mundo te conociera.

-Sí, puede ser. Pero en mi caso, creo conocer a todo el mundo por aquí —barcode sonrió.

-Pero eso es porque eres el comisario

-Cierto, tienes un punto ahí -Llegaron al auto de Barcode- Ve con cuidado, nos estaremos viendo.

-Gracias por todo, Ta- Barcode  le dio un gran abrazo antes de subirse a su auto y conducir hasta su casa.

Pasaron dos semanas desde el dichoso cumpleaños de Jeff. Y ya a esas alturas ya se había percatado de que estaba un poco interesado en Barcode. Solo un poco.

Debía admitir que no le gustaba verlo con Ta, y ahora ya se había corrido el rumor de que el comisario estaba de novio con el loco Isarapongporn. Aunque le irritaba que lo llamaran así, sabía que se referían a Barcode.

Barcode y Ta

¿Cómo demonios sucedió eso?

Solo por el enojo golpeó más fuerte el clavo que estaba martillando en el poste de la cerca. Bufó cuando el clavo se dobló, lo quitó y volvió a martillar otro. No se entendía así mismo. Debería estar feliz de que al fin Barcode lo dejara tranquilo, pero no, ahí estaba, enfadado porque cada vez que viajaba al pueblo veía la patrulla estacionada fuera de la florería.

-Hey, jefe, creo que esa sería la última parte de la valla que nos falta por reparar-Jeff se puso de pie y miró a su trabajador, era un buen tipo, le agradaba.

-Bien, justo a tiempo -dijo mirando al cielo - En cualquier momento se largará una tormenta, así que debemos resguardar a los animales.

-Sí, James ya dio órdenes a algunos de los chicos, de hecho, él me mandó a buscarte.

-Ese hombre es un maldito buen capataz -comentó quitándose el sombrero y pasándose la mano por la frente para quitarse el sudor frío-. Entonces vamos, quiero tener todo listo cuanto antes. Hay que revisar que no se moje el cuarto de alfalfa. Si se moja, costará un mundo que esté seca a tiempo.

-Bien, me adelantaré entonces- comentó girando su caballo en dirección a los establos y se alejó. Jeff  se aseguró de guardar todas sus herramientas antes de montar a Fire.

Mientras cabalgaba de regreso se dedicó a observar la cerca de los corrales, uno nunca sabía cuándo algún animal las rompía y había que estar atentos o podrían ser muy débiles y dejarlos escapar.

Regresó y ayudó a los demás trabajadores con el establo y los animales, aseguró el cuarto de alfalfa y por último ordenó los accesorios de los caballos.

-Creo que es todo lo que podemos hacer por ahora -comentó James sacándose los guantes de trabajo y poniéndolos en su bolsillo trasero. Jeff asintió.

-Sí, hay que enviar a los chicos a sus casas, no sacan nada con seguir por aquí, la tormenta no nos dejará hacer más.

-Dicen que será una grande -dijo mirando hacia afuera, al cielo- Es bueno para los cultivos.

-Solo esperemos que al río no se le ocurra desbordarse.

—No te preocupes, con tu padre arreglamos los bordes del río para estos casos.

-Sí, pero nunca es malo ser precavido.

-Hombre, relájate. No es la primera tormenta que pasa ese río y nunca pasó nada grave.

-Lo sé, lo sé. Ve a tu casa, James. Estoy agradecido de cuanto me has ayudado, así que si quieres tomarte unos días libres, ya sabes que los puedes tomar.

-¿Me estás despidiendo, Jeff Satur? - preguntó, mientras caminaban a la casa grande- Porque si es así, déjame decirte que es una muy mala forma -Jeff sonrió y palmeo su hombro.

-No podría hacer esto sin tu ayuda, ¿dónde encontraría un capataz tan bueno?

-En eso tienes razón, nadie es mejor que James para el trabajo -comentó su madre, que los esperaba en la cocina- Y bien, ¿ya terminaron?

—Sí, por hoy. Creo que Jeff tendrá tiempo para el trabajo de oficina.

-Sí, eso me recuerda que tengo que contratar a un contador. Simplemente no sirvo para llevar números. Tal vez, también un secretario o ayudante. ¿Qué dicen?

-Ya estoy listo, Maggi, gracias por... —Jeff miro hacia el marco que separa la cocina de la sala y vio parado allí al dueño de sus pensamientos. Barcode- Oh... Buenos días- Barcode parecía avergonzado. Miro al suelo, pero sin que Jeff evitara ver que mordía su labio inferior.

-¿Qué haces aquí? -preguntó Jeff de forma brusca, dándose cuenta de eso cuando su madre golpeó su brazo con un paño de cocina.

-No le hables así, esta es mi casa tanto como la tuya -Barcode no levantó la vista, sus pies parecían bastante interesantes en ese momento– Barcode vino a ayudarme con la idea del jardín que quiero hacer en esa parte del patio que está desocupada. ¿Recuerdas que te comenté la idea, hijo?

-Sí. Ya lo recuerdo.

-Qué tal, Barcode, he escuchado hablar de ti, soy James, el capataz del RS.

-Mucho gusto -dijo Barcode, extendiendo su mano- Maggi me ha halado de usted. Me dijo que podría ver mi auto, ¿puede? Hace unos ruidos extraños y la última vez que pasó eso, terminé en la carretera en pleno robo de caballos -comentó tratando de bromear.

—Sí, escuché sobre eso. Y déjame decirte que eres una mierda de hombre valiente. No cualquiera enfrenta ese tipo de situaciones tan bien -Barcode elevó la mirada y sonrió, orgulloso de sí mismo.

-¿Si, verdad? Gracias.

-Vamos a ver ese auto antes de que la tormenta llegue a visitarnos o nada te sacará de aquí -barcode asintió.

-Gracias, cariño, por los consejos y las semillas, espero que vengas a verme.

-Claro, Maggi, no hay problema.

-Barcode ¿podemos hablar? -preguntó Jeff antes de si quiera pensar en decirlo. Barcode pareció sorprendido por un momento, mordió su labio inferior, nervioso. Asintió.

-Está bien, pero solo porque tu madre me mira con esos ojos... -Jeff miró a su madre, quien miro a otro lado haciéndose la inocente- y mientras el señor James revise mi auto.

-Está bien. Vamos a mi oficina —Barcode asintió y miró a James. Aquí tiene las llaves, no es que sepa mucho de autos así que no creo que le ayude mucho- comentó divertido.

-Tranquilo, te avisaré cuando tenga un diagnóstico -comentó guiñándole un ojo y saliendo por la puerta delantera. Barcode siguió a Jeff a una oficina bastante acogedora, pero se notaba el poco uso que tenía. Miro alrededor y vio el sombrero allí, cuidadosamente colgado. Su corazón saltó de la emoción.

De inmediato sus ojos se posaron Jeff, interiormente quería saltar a los brazos de Jeff, besarlo, impregnarse de su olor, pero las palabras de su amiga y Ta lo mantenían serio e indiferente a Jeff. Se repetía así mismo que debía mantener su dignidad.

-¿De qué quieres hablar conmigo? -Jeff se le quedó mirando, serio, pensativo.

-¿Qué pasó con el chico alegre y llamativo, que no dejaba de hacer locuras para llamar mi atención?

-Murió el día en que decidiste mostrarme como de bien te la pasas con tus bitchamigas -respondió de inmediato. Se quiso morder la lengua- Quiero decir, no he cambiado, solo dejé de perseguirte. Eso era lo que querías, ¿no?

-Tienes un punto -dijo asintiendo— Mira, Barcode, de verdad quiero que me disculpes por lo del cumpleaños. Si te soy sincero, no recuerdo lo que sucedió, estaba muy borracho, pero Bible y Por me comentaron acerca de eso.

-Poe, ¿es la chica que te chupaba la polla? ¿o es la chica que te comía la boca? -preguntó Barcode, sin poder evitar que su voz saliera llena de dolor- No quiero recordar esa noche, para ti quizás fue un excelente cumpleaños, para mí fue la peor noche de todas -Jeff parecía realmente avergonzado.

-Escucha, sé que me equivoqué, no soy tan bastardo como crees, puedo pedir perdón si tengo que hacerlo, pero tampoco me voy a arrodillar.

-Es justo, y te perdono -dijo Barcode mirando al techo y luego el sombrero -¿Al menos te gustó mi regalo? -Jeff miró el sombrero color café y asintió.

-Mucho, tuvo que ser costoso, me da incluso lástima usarlo para trabajar. -Eso hizo sonreír a Barcode y asintió comprendiendo.

-Más vale que no lo uses para trabajar, no gasté todos mis ahorros para que lo ensucies con tierra -bromeó. Sin darse de que estaba tenso, Jeff se relajó al volver a ver la sonrisa confiada del menor. Inconscientemente suspiró aliviado.

-Lo cuidaré bien -Barcode asintió, más relajado. No es que realmente perdonara a Jeff, o que olvidaría lo sucedido, pero tampoco haría a Jeff humillarse... aún.

-Ahora que eso está arreglado... -Jeff se aclaró la garganta-. El otro día te vi con Ta en el restaurante... ustedes... Emm... ¿son muy amigos? -Barcode interiormente sonrió feliz.

-De hecho... es mi novio. Él se ofreció para que yo te olvidara, y como es un hombre muy atractivo, además caballero, agradecido, cariñoso, y le gustan los hombres, pues... -Se preocupó de recalcar cada palabra, como diciéndole a Jeff todo lo que no era- acepté.

Jeff apretó los puños y frunció el ceño. ¿Por qué demonios eso le molestaba tanto?

-¿Novio? ¿Es en serio?

-Por supuesto que lo es, yo no miento - aseguró Barcode.

Perdón mamá, te aseguro que es por una causa noble, pensó Barcode.

-Barcode, es el comisario, ¿qué pasará con la gente intolerante que no soporte eso? Querrán sacarlo del puesto.

-Pues... -Barcode no pensó en eso, a pesar de que era mentira, no queria que Ta perdiera su trabajo. Se mordió el labio inferior- Eso es nuestro problema- dijo sin resolución. Fingió mirar la hora en la pared y alzó la mano despidiéndose- Me tengo que ir, el señor James tuvo que haber terminado con  mi auto. Cuídate, Jeff

-Espera un momento, Barcode. Yo, no creo que sea una buena que estés con Ta -dijo de forma poco razonable incluso para sí mismo -De hecho es una pésima idea, yo no soy fácil de olvidar -dijo sin pensar- De hecho soy muy difícil, tendrías que buscar a alguien mejor que yo -Barcode frunció el ceño y se volvió para mirar a Jeff

-¿Hablas en serio? -Y de repente, toda la rabia contra Jeff afloró y sin si quiera pensar que eso sería una mala idea, se acercó a Jeff, apoyó su mano en el hombro contrario y sin darle  tiempo de alejarse, levantó la rodilla y golpeó sin medir su fuerza la entrepierna del ranchero- ¡Eso es por ser un bastardo egocéntrico!- gritó saliendo enfurecido de la oficina.

Jeff se encorvó ante el dolor, agarrando su dañada entrepierna para amainar un poco el dolor.

-¡Maldito chiquillo!- maldijo, su mandíbula apretada y sus labios en una línea tiesa. Lentamente caminó al sofá que tenía en la oficina y se sentó, esperando a que el dolor apaciguara.







[🧺]






Barcode llegó a su casa enfurecido, casi haciendo un berrinche.

Su familia -sus hermanos, cuñado, sobrinos y su padre- cenaba tranquilamente cuando llegó soltándoles todo lo que había pasado.

-¡Es un idiota, un imbécil, un...!

-Ya entendimos, hijo. Lo has dicho un par de veces- comentó su padre  riendo por lo bajo- Ahora siéntate a comer - Su sobrino, se reía a carcajadas.

-Tío, estás tan loco -dijo entre risas― pobre hombre, es doloroso que te golpeen ahí, deberías saberlo.

-Por eso lo hice, y no te rías, no es gracioso en absoluto.

-¡Lo es! -dijeron su hermana y su sobrino al unísono.

-Creo que Jeff se lo merecía, no ha sido de mis personas favoritas últimamente- comentó Bas, tan serio como podía ante la situación -Barcode lo miro unos segundos antes de decir:

-Oh, no tienes que odiarlo por hacerme sufrir, gracias por ser tan buen cuñado, Bas

-Oh, no lo odio, solo me fastidia porque por su culpa has estado más efusivo de lo normal, y eso no me deja descansar —dijo haciéndole un guiño. Todos rieron cuando Barcode hizo pucheros.

—¡Hey! No es cierto.

-¡Lo es! -dijeron todos a la vez, excepto su padre.

-Basta familia, dejen a mi pobre hijo tranquilo, está sufriendo- dijo sin mucha seriedad

-Eso, estoy sufriendo -repitió Barcode, aunque ya más calmado, se sentó al lado de su hermano y Pear le sirvió la comida- Gracias. ¿Cómo estuvo tu día, pa?

-Todo bien, Bas operara a Litu mañana -Litu era su yegua preferida, era hermosa, pero días atrás le habían descubierto una pequeña hernia.

-Oh, ¿estará segura? -preguntó Barcode a su cuñado. Este asintió.

-No es nada grave, lo descubrimos a tiempo, eso es bueno, así que no es nada para preocuparse.

-Qué alivio... Es mi yegua preferida.

-Amas a todos los caballos, Barcode -comentó Nanon divertido- No sé qué harás cuando empecemos a venderlos -Barcode elevó la mirada asustado.

-¿Vender? ¿A quién venderán? -Su padre movió la mano, dejándolo pasar.

-A ninguno, solo es una idea, tenemos muy buenas yeguas que sirven para preña, pero tampoco me gusta la idea de venderlas, podríamos arrendarlas.

-Eso sería una muy buena idea- comentó Bas antes de beber un sorbo de su jugo- Será dinero extra para la familia.

-Eso es tan frío, ¿cómo van a usar a mis lindas yeguas como un instrumento? ¿Y si las maltratan? No quiero que sean abusadas.

-Yo mismo me ocuparé de cuidarlas, Barcode. Sabes que también amo a esos caballos - dijo Bas, y Barcode asintió, eso lo sabía muy bien.

-Y hablando de caballos- comentó de pronto su sobrino mirando seriamente a su gran familia, teniéndose en su abuelo- Abuelo, ¿cuándo tendré el mío? Prometiste que me regalarías un caballo -dijo haciendo pucheros. Todos miraron a al mayor quien sonreía feliz.

-Cuando tus padres me digan que mejoraste tus calificaciones, si haces eso a final de año tendrás tu propio caballo

-¡Pero abuelo! Soy horrible en matemáticas y peor aún en química, me será imposible subir esas calificaciones- dijo jugando con el mantel.

-No te desanimes, yo era pésimo también es esas asignaturas, pero mi hermano me ayudó bastante -comentó Barcode- Nanon, ¿por qué no le das clases?

-No tienes que hacerlo, hermano - respondió Pear. Sé que estás ocupado con el rancho -Nanon negó.

-Estoy ocupado, pero siempre hay tiempo para mi sobrino preferido, y sobre todo si quiere seguir los pasos de su tío y su abuelo como ranchero.

-Es tu único sobrino- comentó Bas  divertido.

—Sí, y espero que no sea así por mucho tiempo -comentó de vuelta mirando al matrimonio, quienes se sonrojaron. Todos en la mesa rieron divertidos.

-Ya sabes hermana, creo que tú y tu marido deberían salir de viaje y así cuando vuelvan traer la buena nueva -bromeó Barcode

-No digas eso en frente de mi hijo, Barcode — respondió Pear, aun sonrojada- Además, aquí Nanon también puede traer niños a la familia.

-No me metas a mí, cariño- comentó Nanon divertido- Ya sabes, no tengo interés en una familia más que ustedes, prefiero consentir a mis sobrinos que tener hijos propios.

-Aún tengo fe en que eso cambie, hijo - comentó su padre riendo- Ahora, todos terminen de comer, necesito ayuda para mover a los caballos.

Asintieron, y luego de comer, todos, excepto el menor estaban llevando a los caballos a los establos.

No mucho tiempo después, la tormenta arreció









[🧺]





Jeff escuchaba la lluvia golpear la ventana, mientras se mantenía sumido en las cuentas y papeles del rancho. Estaba aprovechando el no poder hacer trabajo de campo para ponerse al día con todo lo que significaba trabajo de oficina. No le gustaba, pero debía hacerlo.

Se puso de pie para atizar el fuego, cuando un fuerte golpe se escuchó desde fuera, seguido de un relinchar de algunos caballos -Mierda -maldijo mientras corría fuera, escuchó los pasos de su madre arriba y luego bajando las escaleras. Llama a James, mamá. ¡Parece que los caballos derribaron las puertas! —gritó poniéndose su abrigo y luego su sombrero.

Corrió a través de la lluvia a los establos y maldijo un par de veces más cuando vio que tres de los sementales habían arrasado con las puertas de sus camas y luego con la del establo, escapándose a los pastizales. Entró y revisó a los otros caballos, unos dormían, otros estaban inquietos, pero no agresivos. Aseguró las puertas de cada uno, y luego corrió fuera buscando a los caballos sueltos, era peligroso que anduvieran por ahí.

El viento y la lluvia le impedían ver y avanzar demasiado, pero aun así lo hizo. No podía perder a esos caballos por nada.

Fue muy tarde para cuando vio una gran rama de árbol ser lanzada por el viento directo a él.

Lo último que sintió fue el golpe contra su pecho, luego él cayendo de espalda y luego un fuerte golpe en su cabeza.














Valio queso -_-














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