Jeff despertó con un terrible dolor de cabeza. Su boca apestaba y tenía calor, lo que hacía que estuviera sudando. Su camisa se pegaba a su cuerpo. Se trató de mover, pero un peso en sus piernas se lo impidió. Miró hacia abajo y gruñó, no podía creer que realmente lo hubiera hecho con las dos mujeres y que además se hubiera dormido con el condón en su polla, sacárselo iba a ser un dolor en el culo

Miró a su alrededor, sus amigos desparramados por toda la habitación y no pudo sonreír divertido. Esa había sido una noche algo extraña.

Su mirada se detuvo en un rincón, donde un regalo medio abierto estaba tirado, frunció el ceño, no recordaba haber recibido un regalo alguna vez, excepto de su madre y sabía muy bien que el regalo de su madre le estaría esperando en la casa.

Se zafó de las mujeres y se puso de pie, hizo una mueca cuando el condón con semen se hizo notar. Se lo sacó con cuidado, si había algo que un hombre sabía era que el semen seco en esa parte no era bueno. Fue hasta el pequeño baño y se lavó como pudo, ya llegando a su casa se bañaría. Cuando volvió al cuarto algunos de sus amigos ya estaban despertando.

-Hey Jeff, feliz cumpleaños-dijo uno de ellos- Aunque tu cara no se ve feliz - comentó divertido uno de ellos.

-Me duele la cabeza hombre, y me dormí con el condón puesto -comentó bostezando. Bible hizo una mueca.

-Mierda, eso duele -dijo sonriendo divertido. Vamos a desayunar, yo invito, pero no se acostumbren -Los hombres hicieron una mueca mientras se levantaban y arreglaban la ropa, eran 6, más las mujeres que estaban en mayor cantidad.

Sorprendente.

De ellas, la única que le preocupaba dejar allí era Poe, así que se encargó de despertarla.

-Bib, ¿quién trajo ese regalo?

-¿Qué regalo? -Jeff apuntó hacia el regalo en el rincón en el suelo y Bible lo miró, pensando un momento y luego su expresión se tornó con reconocimiento- Oh, ese regalo. Te lo trajo ese niño, el que te hace escándalos cada vez que te en el pueblo.

-¿Barcode? -Jeff frunció el ceño, no recordaba a Barcode viniendo a...- Oh mierda, no me digas que vino aquí...

-Lo hizo y... no fue lindo- comentó mientras terminaba de arreglarse la camisa - Lo trataste muy mal Jeff, creo que... - Sus palabras fueron cortadas por el gemido de Poe despertándose, se puso de pie y se abrazó a Jeff, besando sus labios.

-Feliz cumpleaños guapo, anoche fue fantástico.

Pero Jeff no estaba prestando atención, sus ojos estaban centrados en el regalo de Barcode, no quería recordar lo que había sucedido, no quería saber que palabras habían salido de sus labios.

-¿Recuerdas si el chico Isarapongporn vino anoche?

-¿Isarapongporn? ¿El loco? Claro, quería sacarte de aquí. Decía que estabas muy borracho, pero lo pusimos en su lugar así que no te preocupes, no creo que te moleste más, después de todo hiciste que te viera teniendo sexo con nosotras. -Sudor frío empezó a correr por la espalda de Jeff y no sabía por qué, quizás porque no sabía lo que había sucedido y tenía miedo de haber dañado a un niño que a pesar de todas sus locuras, era inocente.

-Mierda, mierda... -Jeff miró a Bible que tenía una meca de malestar.

-Lo siento amigo, todos estábamos muy borrachos como para hacer algo, tampoco es como que recuerde lo que sucedió con detalle, solo recuerdo que hubo gritos y que el niño salió llorando de aquí -Antes de que Jeff pudiera decir nada, alguien tocó la puerta y uno de los chicos del bar entró.

-Hey, ¿pasaron una buena noche? Ya es hora de que salgan, tengo que limpiar el lugar y apesta... y ustedes también -bromeo sonriendo divertido.

—Sí, muy bien, gracias por todo -dijo Jeff saliendo de su estado de trance. Caminó hasta el regalo y lo tomó, terminando de sacarle el envoltorio abrió sus ojos con sorpresa. Era un cowboy costa y soler café.

-Mierda, Jeff. El chico tuvo que gastar todo sus ahorros -Jeff pensó lo mismo mientras miraba el sombrero. Era muy lujoso, no era un sombrero que pudiera usar mientras limpiaba los establos o mientras les daba de comer a sus caballos. Su amigo lo tomó de su mano para mirarlo, sus ojos se salían -Buena mierda este chico, si no lo quieres me lo quedo si me va a dar regalos así — Jeff golpeó la parte trasera de la cabeza de Bible.

-No hables así, idiota

-Amigo, si no vas y te disculpas con el chico, cada vez que veas tu regalo te sentirás como la mierda.

-No es eso lo que me preocupa, sino de donde el chico sacó tanto dinero...

꒦꒷꒦꒷🧺꒦꒷꒦꒷

Barcode suspiró mientras se recostaba sobre el mostrador de la florería. No podía quitarse de la cabeza lo que sucedió con Jeff la noche anterior. La imagen de Jeff besando a esas mujeres, los gemidos de ellas cuando Jeff las tocaba...

Aun cuando no pudo dormir y teniendo el estado de ánimo que tenía, tuvo que ir a trabajar, no podía faltar después de todo el dinero que le debía a su jefa

Había necesitado mucho dinero para los regalos que le dio a Jeff, todos le dijeron que no gastara tanto, pero pecó de ingenuo y creyó que Jeff estaría feliz, pero ni si quiera miró su regalo.

-¡Aaaahhhhh! ¡Soy un tonto!- se gritó así mismo golpeando su cabeza.

-¡Hey! ¿Qué haces? -Barcode alzó la mirada y vio a Ta parado en la entrada de la florería con su uniforme de comisario. Suspiró.

-Pensando en lo tonto que soy por haber gastado tanto dinero en el tonto e idiota e infeliz de Jeff.

-Vaya, del amor al odio ¿eh? -preguntó Ta divertido acercándose.

-No lo odio, eso es lo peor. Yo lo amo... todavía...-susurró.

-Tranquilízate, seguramente Jeff ya se habrá recuperado de la borrachera, habrá visto tu regalo y en cualquier momento vendrá a verte y pedirte disculpas -Los ojos de Barcode brillaron con esperanza.

-¿Tú crees? Yo lo perdonaría... un error lo comete cualquiera... Él no es tan perfecto como pensé, pero lo sigo amando. ¿Tú qué crees, Ta?

-Yo creo que deberías salir conmigo a comer un helado y así comenzar con nuestro plan -dijo guiñándole un ojo a Barcode. El rizado rió divertido, pero negó.

-No puedo, mi jefa está ocupada con cuentas y no puedo dejarla sola, mi hora de almuerzo ya terminó. Deberías haber venido antes- comentó.

-Está bien, entonces ¿te parece si te llevo a cenar?

-Sí, eso sí estará bien, pero tú pagas, porque yo estoy en banca rota.

-Dalo por hecho. Entonces nos vemos en un rato, te paso a buscar.

-Gracias, Ta. Eres un gran amigo.

-Lo soy- dijo sonriendo. Hizo un gesto con su sombrero y se fue.

-Me pregunto por qué Jeff no es así conmigo, tal vez si me acercara a él, pero de otra manera...-susurró para sí mismo viendo como Ta desaparecía de la calle frente a la florería. Sacudió su cabeza para disipar todos sus pensamientos respecto a Jeff, se dijo que tenía que pensar menos en su amado Jeff y más en sí mismo, si hubiera pensado así antes de la noche anterior hubiera sabido que era muy mala idea regalarle ese sombrero tan costoso. El timbre del teléfono lo sacó de su ensoñación - Florería Sweet, habla con Barcode, ¿en qué puedo ayudarle?

-Hola querido, habla Sonya, te pedí un gran arreglo para un matrimonio, ¿recuerdas?

-Si, por supuesto, ¿quiere agregar algo
más?

—Sí, quisiera cambiar las flores, en vez de solo rosas rojos, quiero rosas blancas y una roja por ramo, y en vez de 30 arreglos voy a necesitar 40 y 10 con 5 lirios. —barcode comenzó a anotar los detalles de todo lo nuevo que la señora le dictaba. Era el pedido más grande que tenían en mucho tiempo, estaba contento y a la vez algo preocupado por no poder terminar a tiempo la entrega.

-Perfecto, todo anotado, si quiere agregar, quitar o cambiar algo solo tiene que volver a llamar.

-Gracias querido, que tengas una buena tarde.

-Igual usted- dijo antes de colgar. Suspiró y miró los arreglos que ya había comenzado, se vio obligado a desarmar todo y empezar de nuevo.

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El dolor de cabeza de Jeff persistía y no dudaba que seguiría durante lo que restaba del día. Si no fuera así, no sería una reseca, ¿verdad?

Luego de desayunar con sus amigos volvió a su casa y directo a su cuarto, en ese momento no tenía cabeza para pensar en lo que había hecho la noche anterior, pero ahora que despertaba sí y lo recordó con solo ver el sombrero costoso que había dejado colgado en la puerta de su cuarto.

Se restregó la cara y miró al techo. Primero debía volver a verse normal, luego comer y finalmente iría a hablar con Barcode y le pediría disculpas por lo que sea que hubiera hecho la noche anterior. Aun no recordaba, pero según Bible fue bastante malo y eso que tampoco recordaba el escenario completo.

Se levantó y fue directo al baño, hizo sus deberes y se dio una ducha reparadora, se vistió y se dijo que no se estaba vistiendo con su mejor ropa para ir a pedir disculpas a ese mocoso, aunque supiera muy en el fondo que lo estaba haciendo.

Cuando llegó a la cocina, su madre lo esperaba con un almuerzo y un trozo de pastel.

-Buen día hijo, feliz cumpleaños -dijo antes de abrazarlo con fuerza.

-Gracias, mamá. -Se sentó y comieron en un silencio cómodo.

-James dijo que te tomaras el día libre, que él podía encargarse del rancho por hoy.

—Sí, me lo dijo ayer, por eso hoy dormí hasta tarde. Me gusta el trabajo aquí, pero es bueno tomarme un día libre de deberes.

-Por cierto, anoche vino Barcode, ¿te fue a ver al bar? -Jeff miró a su madre y se maldijo.

-¿Tú le dijiste donde estaba?

-Por supuesto, él tenía un regalo para ti y era bastante tarde, me pareció bien decirle donde celebrarías tu cumpleaños.

-Mamá, te agradecería que no vuelvas a hacer eso. Sabes que Barcode no me agrada y gracias a ti ese chico no pasó el mejor momento de la historia.

-¿Por qué? ¿Qué le hiciste?

-Es lo de menos, pero sucedió gracias a ti y tu gran boca.

-No me hablas así, Jeff Satur. Soy tu madre.

-Y yo tu hijo, si no invité a Barcode fue por algo, tú no tenías por qué decirle donde demonios celebraría mi cumpleaños —Jeff tomó su sombrero y salió de la casa directo a su camioneta. Sabía que su madre no tenía la culpa, en su totalidad, pero no tenía con quien sacar la rabia que tenía. ¿Por qué a Barcode se le ocurriría aparecerse en su fiesta?

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-¡Ya está! -exclamó Barcode animado poniendo el último toque al último de los 10 ramos de lirios que le habían pedido, Los dejó todos en sus respectivos jarrones, limpiando sus pétalos con suavidad antes de dejarlos bajo la lamparilla de luz solar artificial.

-Quedaron hermosos, tienen un talento innato Barcode -comentó la chica observando los ramos- Me gustan, puedes irte. Haré un par de los ramos de rosas que pidieron para mañana y algunos de la señora de la boda, mañana continúas, por hoy has trabajado mucho más de lo normal.

-Es que has estado ocupada, además me has ayudado mucho, tengo que ayudarte de alguna forma.

-No seas idiota, sabes que lo hago porque te tengo mucho cariño, eres un gran chico y no me negaría a echarte una mano si puedo hacerlo. Ahora, te ordeno que busques tus cosas y te vayas.

-Pero... Ta quedó de venir a buscarme para cenar, y para eso aún quedan un par de horas.

-Entonces ve a dar alguna vuelta, relájate, ve a nadar al lago. No sé, haz algo que te ayude a sacar a ese maldito cerdo de tu cabeza.

-No le digas cerdo a Jeff, él solo... -la mujer rodó los ojos y suspiró. Se acercó Barcode y acunó su rostro entre sus manos, haciendo que mirara sus ojos.

-Mi precioso Barcode, cuando te darás cuenta que ese hombre no es para ti, él es un arrogante hijo de puta que cree que puede tratar al mundo como se le plazca.

-¡No es cierto! Estaba borracho, tiene derecho a cometer errores como cualquiera de nosotros. No lo conoces, él no hace daño intencionalmente.

-Barcode, cariño, entiende que lo que digo no es para hacerte daño, creo que Jeff ha dejado suficientemente claro que no te quiere, además, dicen que los borrachos son quienes dicen las cosas con la mayor sinceridad.

-Sí, eso pensé también -susurró Barcode bajando la mirada-. Pero quiero pensar que Jeff se arrepiente...

-Lo hago, me arrepiento -comentó una voz que hizo que ambos desviaran la mirada a la puerta de entrada de la florería-. Barcode... ¿podemos hablar?

Ay ay ay ay

Vengo a hacerle publicidad a mi nueva historia también aquí jajajja

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