ʚ🧺ɞ Capitulo 5.
Pasaron algunos días desde lo sucedido con los caballos robados. Por lo que Jeff había sabido por Ta, no había muchas pistas para poder encontrar a los responsables de los caballos robos y los retratos que Barcode había dado habían sido enviados a la ciudad para ver si se podía hacer un reconocimiento facial con alguna persona en el sistema, ya que no eran rostros conocidos en el pueblo donde vivían. Aun así, los retratos habían sido pegados por todo el pueblo dando aviso a los demás rancheros sobre los robos, para prevenir que hubiera más.
Jeff se terminó de arreglar para su gran noche. Era su cumpleaños, oficialmente tenía 31 años y los iba a celebrar con todo lo que pudiera. Amigos, chicas, música y alcohol. ¿Había algo mejor? Bajo las escaleras y buscó a su madre por la casa, encontrándola en su sala de tejer, entró y besó su mejilla.
-Me voy, mamá. No sé a qué hora llegue, así que no me esperes.
-Está bien, ten cuidado y si vas a beber busca a alguien que te traiga o quédate con alguno de los chicos, el camino del pueblo hasta aquí es peligroso.
-Lo sé -Sonrió divertido mientras se ponía su viejo sombrero y se subía a su camioneta.
Media hora después estaba estacionando fuera del bar. Aseguró su camioneta y entró hasta el lugar donde ya estaban sus amigos, caminó directo a la mesa donde estaban ellos y algunas chicas del pueblo, a algunas las conocía desde la escuela, a otras nunca las había visto. Recibió los abrazos de sus amigos con felicitaciones por su cumpleaños y besos en la boca por parte de las chicas.
Una camarera se acercó y le sonrió de forma seductora.
-Ésta va por la casa, guapo -Besó su mejilla y le dejó una botella de cerveza, sus amigos aplaudieron y comenzaron a silbar a la mujer.
-Gracias, ¿cómo te llamas? ¿También vienes en el paquete de regalos? -preguntó Bible, uno de sus amigos. Ella sonrió y le guiñó un ojo.
-Soy Emilia. Mi turno termina en dos horas, si todavía están aquí, me uniré a ustedes.
-Te estaremos esperando -dijo Jeff guiñándole a un ojo a Emilia.
[🧺]
Barcode tomó el regalo desde la parte trasera del auto y caminó al porche de la casa de Maggi y Jeff. Su estómago tenía mil maripositas revoloteando, nada explicaba esas cosquillas en su estómago. Porque no eran nervios, ¿por qué iba a estar nervioso por ir a darle un regalo a Jeff, el amor de su vida? Suspiró y miró al cielo, estaba nublado y las nubes estaban cargadas, algo le decía que iba a ser una noche con lluvias.
Tocó la puerta y por un momento creyó que no había nadie, pero la luz del porche se encendió y solo un minuto después Maggi salió envuelta en su bata. Barcode mordió su labio inferior. Quizás venir a las 2 de la mañana no fue una idea muy cuerda. Pero, ¿cuándo había estado cuerdo? Sonrió a Maggi como disculpa.
-Te saqué de la cama -dijo como cuestión de hecho. Maggi sonrió e hizo un gesto con la mano como descartándolo.
-No te preocupes, cariño -dijo suavemente y besando su mejilla- ¿Qué te trae por aquí a las 2 de la mañana?
-Bueno, yo... Vine a entregarle su regalo a Jeff, estaba tan entusiasmado que no podía dormir y entonces quise venir ahora mismo, después de todo ya es 15 de Junio, ¿verdad? Son después de las 00:00 hrs. Y eso significa que ya es el cumpleaños de tu hijo, aunque no quiero despertarlo, si está durmiendo te lo puedo dejar a ti y...
-Detente ahí, Barcode -dijo Maggi divertida, se sorprendía de lo rápido que hablaba este niño- Jeff no está durmiendo, de hecho, no está en casa. Fue a celebrar su cumpleaños al pueblo, al Bar de Moe, quizás puedes ir a dejarle el regalo personalmente. -Maggi sabía que su hijo podría molestarse por decirle a Barcode donde estaba, no sabía de lo que era capaz de hacer Barcode si encontraba a su hijo en una situación... poco agradable.
Barcode se decepcionó al saber que Jeff estaba con otras personas celebrando su cumpleaños. Agradeció a Maggi y volvió a su auto. Pensó sus opciones y asintió con la cabeza para sí mismo, iría a ese bar, aunque no tenía idea donde quedaba.
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Jeff estaba borracho.
Si, sabía que estaba borracho, porque si estuviera en sus cincos sentidos no estaría con dos chicas en el sofá del bar y en esa situación. Estaría en algún motel.
Una era la camarera -de la cual no recordaba su nombre- y la otra era Poe. Una besaba su cuello y la otra estaba llegando con su boca a su entrepierna. Sus amigos también tenían algunas chicas en sus piernas, Peter estaba teniendo sexo con una justo en la esquina de la sala privada que Bible había arrendado para ellos.
Eso era un alivio. No creía que pudiera ver a nadie del pueblo a la cara si alguien lo veía teniendo sexo, aun con lo machista que era ese pueblo, no querría que su madre se enterara de sus aventuras sexuales. Y los rumores allí corrían como el viento.
-Oh, mierda -gimió cuando la camarera abrió sus pantalones y lamió la punta de su polla- No juegues -ordenó. Emilia sonrió y justo cuando iba a meter ese gran y delicioso miembro a su boca, sintió que algo frío se derramaba en su cabeza.
-¿¡Qué demonios!? -Gritó ella. Jeff abrió los ojos y gimió.
-No es cierto-murmuró.
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Barcode demoró media hora en llegar al pueblo y otros 20 minutos en encontrar el bar, para haber vivido allí toda una vida, se sorprendía de aun no terminar de conocer su pueblo.
Tomó el regalo y nuevamente esas maripositas en su estómago se hicieron presentes mientras se acercaba al bar y aún más cuando estuvo dentro. Arrugó la nariz por el olor, combinación de tabaco, alcohol, orina y hasta vómitos. Un olor nauseabundo, ni si quiera quería saber cómo olía el baño de ese lugar -si es que tenía.
Vamos Barcode, no debe ser difícil encontrar a Jeff -susurró para sí mismo. Buscó con la mirada a Jeff, pero no había rastro de él. Suspiró, buscando a alguien que pudiera ayudarle a encontrar a su Jeff. Se acercó a la barra y el chico tras ella le sonrió acercándose.
-Oye, un chico como tú en este lugar... - comentó como saludo. Barcode frunció el ceño sin entender, ladeo la cabeza levemente.
-¿A qué te refieres con un chico como yo? -El chico sonrió y se agachó, sacó una caja de jugo y se la pasó a Barcode.
-No creo que vengas a beber, te ves demasiado bueno.
-No soy bueno y soy un hombre, también bebo, solo... que no me gusta mucho - terminó susurrando y bebiéndose su jugo.
-¿A qué vienes, chico lindo? -Barcode recordó por qué estaba ahí y dejó su jugo en la mesa.
-Oh, sí. Vengo a entregar su regalo a Jeff -dijo mostrando el paquete- Está de cumpleaños, me dijeron que había venido aquí.
-Ya veo, llegas un poco tarde. La celebración empezó hace varias horas. Ve por ese pasillo, dobla a la derecha, la puerta frente del baño. Es una sala privad que arriendan para cumpleaños y esas cosas. Es el único cumpleaños de hoy.
-Muchas gracias -dijo con una gran sonrisa. Ya un poco más tranquilo, siguió las indicaciones del chico y llego hasta la puerta. Tomó varias respiraciones, no era como si fuera a encontrarse a una cita a ciegas con Jeff, pero esperaba entregarle el regalo y recibir un beso en agradecimiento. Se sonrojó ante la idea y con una gran sonrisa abrió la puerta.
Sus ojos se abrieron enormemente por la sorpresa ante lo que veía. ¿Eso era a lo que llamaban orgía? Un grupo teniendo sexo, ¿verdad? Interiormente, esperaba que Jeff no estuviera entre ellos, y mientras buscaba el rostro familiar su mirada se centró en el sillón, Jeff estaba con dos mujeres. Y una de ellas era la chica a la qué mojó en la plaza.
Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero las contuvo. Jeff tenía que estar borracho, drogado... No había manera de que estuviera haciendo eso.
La ira por esas mujeres y esos amigos mala influencia lo abrumó. Dejó caer el regalo y tomó dos botellas de una de las mesas y las volcó en las cabezas de las mujeres, las ganas de tomarlas del pelo y arrastrarlas por el suelo eran enormes, pero ante todo era hombre y tenía respeto por las mujeres... Bueno, respeto por algunas, no todas.
-¿¡Qué demonios!?
-¡Aléjate de él, perra! -Las alejó tirándolas lejos de Jeff
-¡Otra vez tú! -Poe se puso de pie y se lanzó contra Barcode, pero el rizado la esquivó dirigiéndose a Jeff, tomando su mano.
-Vamos, Jeff. Te sacaré de aquí, te salvaré de esta gente.
-¿Salvarme?-preguntó, no estaba tan borracho como creyó- ¿De qué hablash, mocosho? -Esta vez las palabras salieron arrastradas.
-Estás borracho, vamos Jeff. Mañana te arrepentirás de esto.
-Deja a Jeff tranquilo, es su cumpleaños, y lo está celebrando como un hombre. Con nosotras.
-Jeff, vamos. Te traje un regalo -Barcode buscó el regalo en el suelo y lo encontró. Fue por él y se lo pasó al más alto. Es para ti, yo... -Pero antes de que terminara, Jeff había lanzado su regalo lejos, como si fuera una basura.
-Lárgate de aquí, Barcode. No te invité a mi cumpleaños- Se aclaró la garganta y tomó su vaso de cerveza y la bebió de un sorbo. Tomó a Poe de la muñeca y la acercó a su cuerpo, abrazándola- Ella es mi invitada especial- dijo acariciando su nariz en su mejilla. Miró a Barcode y frunció el ceño- Vete. ¿Qué no escuchas?
-Pero Jeff...-susurró Barcode con la voz quebrada. Sonrió, pese al dolor que esas acciones provocaban- Yo... me esforcé mucho por comprarte tu regalo y...
-No me interesan tus historias, yo quiero tenersh sexo con estas mujeres y estás... estás interfiriendo. ¿O es qué quieres ver como las penetro y las hago gritar? -Barcode se cubrió la boca con la sorpresa, negando, sin palabras. Jeff enredó sus largos dedos en el cabello de Poe y la acercó a su boca, besándola con pasión, sin importarle que Barcode, ni que nadie estuviera ahí.
Barcode comenzó a retroceder lentamente, no podía creerlo. Una risa le hizo desviar la mirada, uno de los hombres ahí se estaba acariciando mientras lo miraba.
-¿Qué pasa loquito? ¿Jeff te rechazó? Si quieres una polla en tu culito, puedo ofrecerme- dijo con una sonrisa repugnante. Barcode ahogó sus sollozos en su mano, tomó el regalo, ahora el papel destruido y lo dejó donde estaba la chaqueta de Jeff.
-Te dejaré el regalo aquí, Jeff. Puedes hacer lo que quieras con él -dijo, aun cuando Jeff seguía besando a esa muier y tenía sus manos tocándola por todos lados.
Barcode sintió ganas de vomitar. Ese no era el Jeff al que amaba, no podía ser que Jeff fuera ese tipo de hombres.
-No. Por favor no -susurraba mientras salía de esa habitación infernal- Por favor que sea una pesadilla. Jeff no es así.
-¡Siii! Más Jeff, más duro... aah, sii... -Los gemidos se escuchaban a través de la puerta, Barcode se cubrió los oídos y salió de allí corriendo. En su apuro chocó con alguien, cuando elevó la mirada vio a Ta y no pudo hacer más que abrazarlo
-¿Barcode?... -Ta estaba sorprendido de encontrar a Barcode en ese bar de mala muerte. No era la clase de chico que se emborrachara o se quedara a esas horas lejos de su casa- ¿Qué haces aquí?
-Yo... Ta, llévame a casa, por favor. No creo que pueda manejar así. Si lo hago voy a chocar y luego morir. Aunque quizás sea lo mejor- Comenzó a divagar. Ta lo pensó unos momentos, había tenido mucho trabajo y no llegó al cumpleaños de Jeff antes. Lo dudó unos segundos, pero asintió. Evidentemente Barcode no se encontraba bien.
-Está bien, espérame aquí, ya vuelvo. Iré a ver a Jeff, le explico y... -Barcode de inmediato empezó a negar.
-¿Tú también, Ta? ¡¿También vas a ir ahí y... y tendrás sexo con esas mujeres de mierda?! -Ta abrió los ojos sorprendido, en el poco tiempo en que conocía a Barcode realmente, nunca lo escuchó hablar de esa manera
-¿Sexo? ¿De qué... -Antes de terminar la pregunta, supo qué le pasaba a Barcode- Vamos, otro día hablaré con Jeff.
Esta actualización era hasta
mañana pero no pude evitarlo
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