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19 de Junio, 2021
—No dejeis que Álex tome chocolate, tiene que darse una ducha, darle de comer a Mila...— comienza a enumerar a mí y a mí hermano en la entrada.
—Creo que lo han entendido cariño— interrumpe mi padre y nos guiña un ojo.
Mi madre se acerca a nosotros y nos da a cada uno un beso en la mejilla.
—Adios mami— se despide Alex moviendo la mano con efusividad.
Volvemos a entrar dentro, el cielo comienza a oscurecerse cuando ellos se van.
—Si quieres empiezo a bañar a Alex y tú le pones la comida a Mila.
—Hecho— responde mi hermano.
Alex me da la mano y nos movemos hacia el baño que hay en la entrada. Poco a poco comienzo a desvestir a mí pequeño hermano hasta que queda en calzoncillos. Él se sienta en la tapadera del vater, esperando a que yo regule el agua.
—Listo, ya puedes meterte dentro— él asiente y termina de quitarse la ropa para poco después sentarse dentro de la bañera, cubriéndole hasta el pecho.
—Pompas ata.
Echo un poco de jabón en el agua y comienzo a mover la mano con rapidez para empezar a crear espuma.
—Grachas.
Le tiendo algunos juguetes de agua que tenemos guardado en este baño y él juega con tranquilidad.
—¿Cómo vais por aquí?— Austin hace acto de presencia, se apoya en el lavabo.
—Pues tengo que lavarle el cuerpo, ¿No estabas con mi hermano?
—Sí, pero mi hermana y el tuyo cargaban con una tensión en la cocina que me tenía que ir— se encoge de hombros.
—Así que tú también te has dado cuenta.
—Es imposible no fijarse.
—Adela aun no me ha contado nada, estoy esperando a que algo más ocurra entre ellos, si es que no ha pasado ya, para ver si me cuenta todo.
—A lo mejor no sabemos nada porque hablamos de tu hermano y tu mejor amiga y viceversa.
—También— me giro hacia mi hermano—. Voy a lavar tu cabello, manten los ojos cerrados hasta que yo te diga.
—Vale ata.
Con cuidado e intento evitar de que caiga en sus ojos, empiezo a frotar por su cabello el champú y poco después con la regadera dejárselo limpio.
—Ya estás listo, ponte de pie y quédate quieto— Alex asiente y Austin me tiende una toalla.
—Gracias— él me guiña el ojo.
Tapo a mi hermano, dejándolo envuelto sin apenas poder moverse bien y le cojo en brazos para dejarlo en el suelo.
—¿Le puedes decir a mí hermano que suba la habitación de Alex y pille algún pijama?— empiezo a secarle, Alex bosteza.
—Puedo ir yo si quieres.
—Vale— sale al momento del baño.
—Ata.
—Dime, peque— me sonríe.
—Autin mira mucho a tí— me señala.
—Se dice 'te mira mucho' y no creo que lo haga tanto.
—No, ta cuando te mira, escuché a ate y a Autin hablar.
—¿De que hablaban?— pregunto, curiosa.
Austin abre la puerta y mí pequeño hermano me mira sonriente. Maldigo porque ya no me lo puede decir y va a ser imposible sonsacarselo.
—Aquí tienes grandullón— deja la ropa en el lavabo.
—Quero que Autin me vista.
—Claro que sí, fuera, fuera— me echa del baño Austin. Niego con la cabeza, divertida.
Iba a empezar a andar, pero escucho que dentro comienzan a murmurar y escucho mí nombre. No consigo oír nada de lo que dicen así que me voy al encuentro de Adela y Zack. Ellos están tumbados cada uno en un sillón con los móviles en sus manos.
—Hola guapetones— hago acto de presencia.
Dirijo mis pasos hacia el sillón dónde está mí hermano y me tiro con cuidado encima de él, aplastandolo junto a su móvil.
—Eres una bruta.
—No seas mentiroso, me he tirado con cuidado, además soy una pluma— me hago hueco en él sillón.
Él deja a un lado del sillón su móvil, quedo de costado y en frente suya, me deslizo un poco hacia abajo para quedar mi cabeza en frente de su pecho y así poder abrazarlo. Él me lo corresponde y me da un beso en la coronilla.
Amo estar con mí hermano, siempre que estoy con él me siento a gusto y tranquila. Es imposible de explicarlo pero no me pudo haber tocado un hermano mejor. Aunque muchas veces tengamos bronca entre nosotros, a los minutos siempre acabamos arreglándolo.
—¡Allá voy!— escucho gritar a Alex y poco después noto que se ha tirado encima nuestra de golpe.
—Alex si es el bruto, no yo— le digo a Zack.
—Hermanita, nos han dejado de lado— se ofende Austin.
—Sí, me siento dolida— apoya Adela.
Escucho por detrás mía las patas de Mila acercarse. Ella se apoya y comienza a ladrar con ganas. Alex se levanta de encima nuestra y yo procedo a sentarme para ver a mi perra. Ella mueve la cola y se agacha en el suelo para luego impulsarse e intentar subir a mis piernas. No lo consigue. La agarro y la ayudo, ella se tumba feliz.
—Vale, ¿Que vamos a hacer de cena?
—¡Pisa!— responde alegre mi hermano pequeño.
—No, que se tarda en hacer y me muero de hambre— como para comprobarlo, las tripas de Zack suenan.
Decidimos hacer comida casera, patatas con huevo y bacon revuelto. Todos estamos de acuerdo así que nos ponemos en marcha. En el transcurso de preparación de la cena no ocurre ningún incidente más que Alex no para de bostezar y frotarse los ojos con sus manos en un indicio de que no lo queda nada para irse a dormir.
Y eso ocurre, cuando Austin y yo estamos terminando de fregar los platos— ambos perdimos en el juego de los palillos y nos tocó a ambos limpiar los platos y cubiertos—, Zack lleva en brazos a Alex y me indica en susurros de que va a acostarle en su habitación.
Austin me observa con los brazos cruzados mientras que termino de aclarar los platos.
—¿Qué pasa?
—Nada, solo te estoy observando.
—Me pones nerviosa cuando lo haces.
—¿Ah, sí?— alza una ceja y levanta un poco un lado de las comisuras de sus labios
—Sí, para de hacerlo.
—No— termino de lavar y le miro.
—¿Por qué?
—Simplemente tengo buenas vistas y disfruto verlas.
—No me puedes decir esas cosas.
—¿Por qué no?
—Pues porque...— él se acerca, pienso en qué decirle, pero no sé me ocurre nada.
Austin baja su mirada, recorriendo mi corto pijama, siguiendo por pies descalzos y volver a subir hasta mis ojos, quienes les observan en silencio.
—Porque siempre que haces o dices eso no sé cómo sentirme, no estoy acostumbrada a que me digan ese tipo de cosas.
—Pues acostumbrate morena, porque conmigo siempre los vas a tener, aunque si te molesta puedes decírmelo.
—No, no me molesta— él asiente y con un movimiento de cabeza me indica el salón.
—¿Vamos?
—Claro.
Cuando salimos, vemos cómo Adela ha acaparado un sillón para ella sola y mira el móvil con concentración. Mila está tumbada en el suelo en modo rosquilla, que al ver que me siento en uno de los sillones solitarios que hay, viene hacia mí para que la coloque entre mis piernas para volver a quedarse dormida al rato.
Zack baja poco después y se sienta al lado de Austin a la vez que se remueve el pelo con rapidez.
—Me he tenido que inventar una historia sobre coches para que se durmiera— me río.
—¿Soy yo o le gustan a Alex un poco los coches?— Ironiza Adela.
—Para nada.
—No iba por la mitad de la historia y ya se había quedado dormido, me he inventado una gran historia para nada— Zack se lamenta, lo que hace que me vuelva a reír.
—Lo siento hermanito, has hecho trabajar tu cerebro para nada, ¿Hace cuánto que no funcionaba? Debería estar oxidado y con telarañas— Zack me dedica una peineta.
—Ja, ja, hoy estás muy graciosita.
—Sí, hoy me he comido un payaso.
—¿Ese payaso tiene nombre?— me sonríe pícara Adela, Resoplo y niego.
—Es un decir cariño mío— la respondo.
—Claro.
—¿Nos sentamos los cuatro en el porche?— pregunta Austin después de un rato con total silencio en la sala.
—Vale, pero yo voy a ir a por una manta— me levanto del sillón.
—Te acompaño— asiento en su dirección.
Austin me sigue unos pocos pasos por atrás cuando me dirijo hacia las escaleras. Me inquieta que mientras subo el justo esté colocado detrás de mí culo.
—Esperame aquí fuera— le digo cuando empiezo a abrir la puerta de mi habitación.
—No.
Y sin más entra dentro, pasando por al lado mía.
—¿Te he dicho antes que me gusta tu habitación?
—No, pero ya lo veo.
Dirijo mis pasos hacia el armario, por suerte traje una manta por si luego lo necesitábamos. Y vaya, he acertado. Antes de que mis dedos toquen la manta me encuentro que de repente una mano me gira hasta que mí espalda toca el interior del armario. Austin me sonríe pícaro, sin quitar su mano de mi cintura. Mi corazón bombardea sin parar y sin que yo pueda controlarlo. La mano libre que le queda la arrastra a mí nuca, moviendo así por el camino mí pelo.
Un flashback del sueño que tuve con él aparece, eso hace que no pueda evitar que me sonroje un poco y la respiración se me entrecorte. No entiendo que está pasando y si es que estoy soñando ahora mismo. Miro a mí alrededor para al momento volver a mirarle. Con los dedos de mí mano agarro el pantalón de mí pijama con nerviosismo. No sé lo que quiere hacer y no pienso en hacer ningún otro movimiento a parte de solo mirarle.
Me acerca un poco hacia él e inclina su cabeza hacia la izquierda hasta llegar a mí mejilla. Sus labios llegan a ella con una ligera presión y se aparta un poco de mí. Me dedica una sonrisa.
—¿Que...?
—Ni preguntes, solo me ha nacido y yo hago caso a la mayoría de mis instintos, aunque también quería ponerte nerviosa, me gusta hacerlo.
—¿A la mayoría?— ignoro lo último, sonrojada.
—Si tuviera que hacer todo lo que pasa por mí cabeza no sé si por eso se volvería incómodo entre nosotros— entrecierro mis ojos en su dirección, sin llegar a comprender.
El termina dando un paso hacia atrás y yo me giro para agarrar con rapidez la manta y salir— con Austin siguiendo mis pasos—, de la habitación para encontrarme con mí hermano y mí mejor amiga.
Cuando llego a la puerta del porche, ya me encuentro con los latidos de mí corazón regulados y ya ha desaparecido el calor de mís mejillas. ¿Cómo algo tan simple puede ponerme nerviosa y ardiendo a la vez?
¿En serio quieres que te lo diga?
Mejor no. Suspiro y entro al porche. Adela y Zack están sentados en las pequeñas escaleras que dan hacia el exterior y están arropados cada uno con una manta. No se giran cuando escuchan el crujido de la madera conforme nos vamos acercando. Me hago hueco en el siguiente escalón, delante de Adela. Austin se tumba en el césped, apoyando una pierna en el suelo y la otra encima de ella. Apoya sus brazos detrás de su cabeza y mira el cielo con atención.
Mi cabeza queda apoyada en la pierna de mí mejor amiga, me coloco la manta quedando tapada por completo por ella. Echó hacia atrás mi cabeza para mirar boca a abajo a Adela. Ella me devuelve el gesto y muevo mis labios para decir hablar, asiente cuando comprende lo que la he dicho. Creo que aunque solo ha ocurrido una cosa, necesito contarla como en verdad me siento. Solo llevamos diecinueve días aquí y me encuentro muy diferente a lo que yo sentía al principio. ¿Qué ha pasado? Ni ha cambiado nada ¿Verdad? Estoy echa un lío y aún queda un largo verano. No quiero saber cómo va a acabar esto aún quedando dos meses.
23 de junio, 2021
Adela se lanza de golpe a su cama, por suerte todos los productos de cara que tenía que hemos recogido de mí habitación y los suyos los hemos dejado encima de una de las mesillas más cercana a la puerta.
—Eres una bruta.
—Sí, sí, lo que digas, pero desembucha, quiero saber todo— me mira, esperando a que hable.
Han pasado cuatro días desde la noche en la que estuvimos solo los cuatro junto con Alex. Entre las actividades que hacíamos en el lago o lo cansadas qué estábamos no nos ha dado tiempo a organizar algún rato para nosotras.
Ayer por la noche Adela entró sin llamar a mí habitación para decirme que guardara esta tarde para ella. Obviamente acepte sin pensarlo, necesitaba un rato para estar con mi mejor amiga y qué mejor que añadir una sesión de chicas a la charla.
Comienzo a contarla con detalles desde que Austin me acompañó a mí habitación. Hablo de cómo me giro y me besó en la mejilla, de lo que sentí en ese momento y lo que se me pasaba por la cabeza. Expondo que he sentido demasiado con solo haber sido en la mejilla, como si ese beso fuera un mundo como cuando lo veíamos de pequeñas. Explico mis dudas sobre lo que siento. ¿Acaso tengo sentimientos más que la amistad con su hermano? Solo de pensarlo me siento rara al saber que a parte de ser mi mejor amiga también es su hermana y es un detalle que no se me escapa. Añado también cuando me llevó a aquel lugar secreto de la cascada— al que no la doy ninguna pista de cómo llegar, para que sea solo nuestro, solo de Austin y mío—, y donde Austin actuó diferente y me iba a decir algo antes de que ellos nos llamaran. La hablo de cómo me siento cuando estoy con el, parecido a sentirme dentro de una burbuja. Me explayo en cada explicación.
Adela me escucha atenta y expiro cuando ya he terminado todo mi relato. Ha pasado media hora desde que nos habíamos colocado en su cama.
—Esto es mucho que procesar, si que llevabas tiempo sin contarme cosas.
—Me daba algo de vergüenza, eres su hermana y es algo que siempre me ronda en la cabeza.
—Pues esa idea que deje de rondarte, da igual si es mí hermano cómo que no, sabes perfectamente que yo no me voy a poner un impedimento porque él lo sea, ¿Entiendes?— asiento.
Adela comienza a poner cada producto en la cama para comenzar a ponernoslo.
—Noa, sé que Austin te ha gustado desde hace unos cuantos años, aunque a ninguno de los dos os ha impedido tener las que ahora son vuestras ex parejas y con las que habéis estado agarrando experiencia. No sé sí a Austin le has gustado desde antes, pero ahora parece ser mucho más descarado— comienza, a la vez que quita el tapón para echarse un poco de mascarilla líquida en el dedo y comenzar a extenderla por mi cara, aparto los pelos sueltos que tenía para que no se manche—. Solo puedo decirte que te dejes llevar, es imposible que alguien te deje de gustar desde el primer momento. Solo disfruta, son años los que llevas loca por él en secreto, aunque eres a veces un poco evidente.
« Obviamente no te va a dejar de gustar Austin en todos los días que llevamos aquí. Yo creo que os está uniendo más y él está mostrando más interés en tí. Y no digas que no, porque él es un descarado y todos los de la casa nos hemos dado cuenta. En resumen, déjate llevar, si algo tiene que ocurrir entre vosotros se va a encontrar la forma de que eso pase. No fuerces nada porque todo llega a su tiempo. »
—Eres demasiado buena en estas cosas.
—Ya lo sé— sonríe, orgullosa—. Eso sí, si pasa algo más entre vosotros necesito ser la primera en saberlo.
—Trato, aunque no te hagas muchas ilusiones.
Cuando ella termina de echarme toda la mascarilla líquida por la cara y haberlo repartido bien es mi turno de hacérselo a ella. Adela se recoge en un moño alto sin que ningún mechón quede suelto y darme vía libre para su cara.
—Yo quería preguntarte algo— ella asiente, esperando a que continúe—. No me digas que no porque ni yo ni Austin estamos ciegos. ¿Que ocurre con Zack? Se os ve mucho más unidos y más juntos.
_No sé... Es raro, solo me dejo llevar a lo que quiero hacer en el momento.
—¿Ha ocurrido algo más entre vosotros?— niega repetidas veces con la cabeza.
—Vale, como tú me has dicho, si llega a algo más, dímelo— levanta el pulgar, afirmando.
—¿Cómo vas con lo de tu futuro trabajo?— cambia de tema.
—No tengo ni idea de lo que estudiar, no encuentro nada que me pueda llamar hasta el punto de estudiarlo, a veces me agobio por no encontrar algo para mí.
—Tranquila que tarde o temprano lo vas a encontrar.
—¿Tú cómo vas con el curso de Wedding Planner?
—Bastante genial, es lo mejor y todo lo que hago me gusta. Se que voy a ser buena y todas las bodas de las que me encargue van a quedar de maravilla.
—Si me caso algún día te contrataré— bromeo.
—Me ofendería si no lo hicieses, incluso te haría precio de mejor amiga— río.
—Ya estás, solo queda esperar a que se seque— me abanico con las dos manos la cara.
—¿¡Podemos pasar!?— escucho a Zack gritar detrás de la puerta de Adela.
—¿Por qué siempre aparecen cuando nosotras estamos pasando el rato juntas a solas?— le digo a Adela, ella se encoge de hombros y de dirige la puerta para abrirla. Me coloco a su lado.
—¿Que queréis?— pregunta ella.
—Ver que hacéis, nos aburrimos mucho.
—Pues ir a daros una vuelta— le digo a mi hermano.
—¿Nos ponéis a nosotros esa cosa que lleváis ambas en la cara?— me ignora.
Adela me mira, esperando a que yo confirme lo decline, hago un encogimiento de hombros, mostrando que me da igual si están ellos como que sí no. Adela termina de abrir la puerta y se mueve a la par que yo hacia un lado.
Ellos entran como si fueran los reyes del lugar, les indicamos que vayan a la cama y se sienten en la orilla de ella para que nosotras se lo pongamos. Adela se coloca al lado de Zack y le guiña un ojo. Pongo los ojos en blanco.
Espero a que me pase el bote para comenzar a echarselo a Austin, quién me mira en silencio como si me estuviera analizando. Agarro el coletero que Adela me extiende y le hago una pequeña coleta al pelo de Austin para así dejar libre su frente.
Comienzo por la mejilla derecha hasta el final de su marcada mandíbula, evito mancharle la parte de los labios para llegar a su otra mejilla. Austin tiene apoyado sus manos entre mis pantorrillas y mis muslos. Sabe perfectamente que mi reacción es ponerme nerviosa por lo que me dedica una sonrisa pícara.
—Ya estás listo, guapetón— me dirijo hacia el cuarto de baño de Adela para lavarme mis manchadas manos de mascarilla.
—Nos la tenemos que quitar en cinco minutos— Adela entra en el baño para hacer lo mismo que yo acabo de hacer.
Lo que queda de tarde nos la dedicamos a una sesión de belleza en el que los chicos se apuntan animados. No ocurre nada interesante o algo entre Austin y yo.
Aunque lo que yo no sabía era todo lo que estaba por ocurrir en los dos siguientes meses.
Holisss, ¿Qué tal el capítulo de hoy?
Quería decir varias cositas:
1) He cambiado las actualizaciones y habrá dos a la semana (martes y viernes por votación)
2) ¡Hemos llegado a las 7k lecturas! Mil gracias por dar la oportunidad a la historia <3
3) En el capítulo del viernes vais a poder conocer un poco más a nuestros queridos protagonistas.
4) Cuentas de los personajes:
Instagram:
Noa Moore: noa.caa
Austin Nash: austin.caa
Adela Nash: adela.caa
Zack Moore: zack.caa
Twitter:
Noa Moore: noa_caa
Adela Nash: adelaCAA
¡Ya podéis ir a seguirlos!
Gracias a todas las admis que las dirigen.
También dejo mis redes para tener más contacto directo:
•Twitter: TeenagerWriter_
•Instagram: itssbellabooks
¡Nos vemos en el capítulo del viernes!
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