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ACLARACIÓN: No he podido corregir el capítulo, por lo que si veis erratas o las comas en mal lugar es por ese motivo. Sin más dilación os dejo con el capítulo de hoy. <3

**********

—¿Lista morena?

Asiento y acepto la mano que me extiende. Entrelazamos ambas manos y ese gesto se siente bastante bien, su piel es algo áspera y es bastante gruesa y más grande a comparación de la mía. A su lado, la mía parece una mano de un niño pequeño y no sé por qué, pero eso me gusta, que aunque sea algo más grande que la mía encajan perfectamente. Quedo sentada delante de él, me coloco bien el bikini.

—Esta es la primera vez que voy a hacer esto, nunca he montado en Kayak ni utilizado unos remos— comento.

—¿En serio?— asiento—. Pues sígueme el ritmo morena.

Agarramos un remo doble cada uno, me indica cómo tengo que hacerlo. Posa sus manos en las mías para colocarmelas bien. Siento un escalofrío.

—Vale. Tenemos que ir sincronizados, de izquierda a derecha, morena. Así. Muy bien.

Unos minutos después ya estamos al lado de nuestras familias.

—¡Ya era hora!— aplaude Zack.

—Soy lenta con esto, déjame.

—Podemos dirigirnos hacia allí y luego ir rodeando el lago hasta llegar otra vez al muelle— sugiere papá, todos asentimos, conformes.

Estamos todos casi en el centro del lago,  cuando empezamos a girar despacio hacia nos ha indicado mi padre, el kayak se tambalea un poco. Me giro para ver a Austin, el causante de que se mueva tanto.

—¡No te muevas!— mi voz sale temerosa y chillona.

—Tranquila que no nos vamos a caer.

—Eso siempre se dice y siempre acaba ocurriendo— le señalo—. Como nos caigamos al agua, te mato.

—Me estás asustando— se burla, muevo el kayak, Austin casi cae al no estar agarrado y suelto una risita—. Vale, vale, paro.

Seguimos hasta alcanzar a los demás. No volvemos a tener incidentes cuando nos ponemos a la par que los demás. Todos remamos con tranquilidad, rodeando el lago como se ha dicho.

—¿Apuesta?— pregunta Zack, a nuestro lado, entrecierro mis ojos hacia él.

—¿El qué y para qué?

—Tenemos que llegar al muelle y salir del kayak— lo señala—. Quién pierda— piensa posando su mano derecha en la barbilla y dándose pequeños toquecitos en los labios.

—Quien pierda tiene que comprarse un tutú del color que quieras y una camiseta de tirantes e ir por el pueblo que es donde está el supermercado con eso puesto— sonríe Sarah, encantada con su idea. Su marido y mis padres la apoyan.

—Y tiene que ir maquillado por la pareja que gane— añade mi madre.

—Hecho— respondemos los cuatro al unísono.

Quedamos en que nuestros padres vigilarán quien llega antes.

—A la de tres podéis empezar— comienza Peter—. 3...2...1, ¡Ya!

Comenzamos a remar Austin y yo con rapidez. Con Adela y Zack vamos casi igualados. Escucho la risa de mí amiga. Ellos consiguen adelantarnos por poco. Austin y yo comenzamos a reír a carcajadas cuando vemos que el kayak de ellos comienza a girarse y ambos caen al agua.

—¡Corre! ¡Corre!— escucho que Austin me habla.

Remamos lo más rápido que podemos, giro la cabeza para mirar a mi mejor amiga y a mí hermano, ellos están intentando subir pero no lo conseguido, me río más. Llegamos al muelle. Austin sube primero y me extiende la mano. La acepto y me ayuda a subir. El me levanta para darme un abrazo y yo rodeo con mis piernas su cintura. Con la mano derecha me sujeta la espalda para que no caiga y mi mano izquierda se posa detrás de su cuello. Levantamos nuestras manos hacia arriba.

—¡Hemos ganado!— grita él, para que ellos lo escuchen.

Todos ellos nos miran. Nuestros padres aplauden y Adela y Zack consiguen subir al kayak. Miro a Austin cuando arrastro mis manos hacia sus hombros. El posa las suyas en mi cintura, desenrollo mis piernas y el comienza a bajarme, tocando cada parte de su cuerpo contra el mío, chaleco contra chaleco, bikini contra bañador, hasta que toco el suelo. Sus ojos se le oscurecen y aparta sus manos de mí. Mi corazón bombea con rapidez e intento calmarlo apartándo mi mirada de él. Veo como Zack le extiende la mano a Adela para que pueda subir y le da unas palmaditas en su cintura.

—Estoy deseando veros mañana con el tutú— les molesto.

—Vamos a estar muy guapos— alega Zack.

—Yo voy a estar encantada de maquillaros— sonrío.

—Mientras que nos maquilles bien, no me voy a preocupar.

—Noa es experta con los productos— responde Adela a Zack.

—Noa es la maquilladora y yo seré el que decida vuestro vestuario— les dedica una sonrisa maligna que hace que me ría.

Comenzamos a andar hacia la caseta cuando ya han llegado mis padres, Alex, Peter y Sarah. Todos nos quitamos los chalecos y de uno en uno vamos dejándolo en el mostrador y agarramos nuestra ropa. Nos dirigimos hacia donde dejamos aparcados los coches pero una voz detrás mía me detiene.

—¡Hola! Perdona por molestarte, solo quería preguntarte si tenías novio para pedirte tu número.

Me giro y veo al mismo chico joven que estaba en la caseta y nos había explicado cómo se usaban los remos.

—No, no tengo pero no le suelo dar mi número a desconocido— intento no sonar borde, porque ha sido educado conmigo.

—Ah, perdona, siento incomodarte, gracias igualmente— le sonrío y sigo mi camino hasta el coche.

Sarah, mi madre y mi mejor amiga me  esperan dentro, los chicos ya se encuentran en el interior del otro coche.

—¿Qué quería el chico?— me pregunta mi madre cuando me siento.

—Me ha preguntado que si tenía novio y que si no era así que si le daba el número.

—¿Y...?— interroga Adela.

—Le he dicho que no y que no doy mi número a desconocidos.

—¡Que borde! Era guapillo.

—Ya, pero no me atraía y si no hay una pequeña atracción hacia él no voy a darle ilusiones falsas.

—Bien dicho.

—Queda entre nosotras— Sarah nos dedica una pequeña mirada por el espejo retrovisor—. Pero Austin casi le asesina con la mirada al chico, tenía los labios apretados y todo— sonríe.

—Yo también me he dado cuenta, también hizo lo mismo cuando el chico no paraba de mirar a Noa cuando nos daban los chalecos— apunta Adela.
Eso último sí que me di cuenta, pero ignoré que tuviese algún significado en especial.

—Tal vez le miraba por sí hacía algo que no debía— cuestiono.

Todas me miran y alzan la ceja, dando a entender que lo que acabo de decir no es.

—El día que te des cuenta de verdad que es lo que pasa con él, avísame— Adela me da unas palmaditas en la pierna izquierda, pongo los ojos en blanco.

—¿Cómo es que os habéis caído del kayak?— la pregunto, cambiando de tema.

—Te queridísimo hermano se inclinó un poco más hacia la izquierda y perdí yo el equilibrio— río.

—Se vio genial como ocurrió.

—En realidad sí, no paraba de reír y me dolía estómago porque veía a Zack intentado subir y no paraba de resbalarse y caer otra vez. Cuando vosotros ya estabais llegando, Zack volvió a impulsarse y cayó de cabeza hacia el otro lado, ahí me dio otro ataque de risa, tuve que ayudarle un poco a subir bien a la vez que lo girabamos.

—Tenía que haberlo visto— me lamento.

—De las mejores cosas que han ocurrido hoy— asegura ella.

7 de junio, 2021

—¿Cómo vas?

—Solo me queda aplicarte el pintalabios rosa así que no hables— Zack levanta el pulgar y se queda callado.

Esta mañana han entrado los chicos junto con Adela a mí habitación para que empiece a maquillarles. Ayer al llegar a la casa ellos decidieron que iban a ir maquillados a comprar los tutús. Ahora Zack está sentado en el final de mi cama mientras que yo estoy de pie en frente suya. Posó mi mano en su barbilla para levantarsela y comenzar a pintarle los labios.

—Listo.

Zack se acerca al espejo que hay en el tocador y se mira. Lleva el eyeliner en los ojos y él pintalabios rosa. Pone morritos en el espejo. Reímos los tres. Adela fue la primera a la que maquille, ahora mismo está esperando junto a su hermano— quién está tumbado boca arriba en la cama—, a que terminara con Zack para irnos.

Salimos de mi habitación y bajamos con rapidez las escaleras. Hacemos una parada en donde se encuentran nuestros padres.

—Que guapos— Sarah agarra su móvil—. Posad los cuatro.

Me pongo al lado de Zack y apoyo mi brazo derecho en su cintura, mi hermano deja su mano en mi cintura, ponemos morritos y con nuestras manos libres hacemos el signo de victoria. Austin y Adela nos imitan. Nos despedimos de ellos y salimos de la casa, esta vez vamos en el coche de Sarah y Peter. Me siento en el copiloto mientras que Zack y Adela se quedan atrás.

Austin arranca el coche, pongo el maps porque aún no nos sabemos bien el camino al pueblo.

—Necesito veros ya con la ropa puesta— ambos llevan una camiseta negra y unos pantalones cortos de deporte debajo, ellos se cambiarán en el coche cuando lo compremos.

—¿Donde está la tienda?— Austin me mira por un segundo antes de volver la vista a la carretera.

—Por lo que pone, está cerca del supermercado que fuimos el segundo día.

—Me encanta como me has maquillado, estoy muy guapo—me río.

Zack es uno de los pocos chicos que he llegado a conocer que no tiene la masculinidad frágil. Me encanta pasar tiempo con mi hermano, en Cold Spring  a veces venía a mi habitación cuando yo me estaba haciendo una sesión de belleza. Me dejaba pintarle las uñas de negro y hacerle una limpieza de cara.

Le doy varias indicaciones a Austin cuando nos vamos acercando a nuestro destino. Zack y Adela hablan animadamente de hacerse fotos cuando ya estén vestidos. Niego con la cabeza, divertida. Muchas veces ellos son tal para cual.

Cuando entramos dentro de la tienda hay una amplia variedad de ropa de disfraces. Tanto como de carnaval hasta de Halloween. Preguntamos a una agradable dependienta por lo que hemos venido a comprar. Ella queda por un momento embobada con Zack y Austin, pero termina indicándonos con el dedo donde se encuentra.

Austin se adelanta un poco para comenzar a rebuscar entre los percheros. Hay una gran gama de colores.

—¿Que me dices morena? ¿Le ponemos el rosa para Zack?

—Yo creo que le quedaría genial ese color.

—A Adela la dejo el tutú verde— afirma Austin.

Zack y Adela salen de la tienda para esperarnos dentro del coche y me acerco junto a Austin al mostrador a pagar.

La chica comienza a apuntar el precio de ambos tutús. Veo que en el mostrador a la izquierda hay una cajita con diademas. Me acerco para mirarlas, sonrío, escojo dos para mi hermano y para mí mejor amiga.

—Y esto también.

—Perfecto.

Agarro todas las cosas cuando ya hemos pagado y comienzo a salir de la tienda. Austin me sigue desde cerca.

—Te comía con la mirada— bromeo, cuando se queda a mí lado.

—Bah, ella no me interesa.

—¿Y te interesa alguien?— pregunto, mi corazón se acelera un poco.

Él se queda callado, me mira y aprieta un poco los labios. No responde.

—Aquí tenéis, he elegido algo adicional para vuestro vestuario— extiendo a cada uno lo que le pertenece.

—¡No me fastidies!— Mi Amiga se ríe.

—¿Nos cambiamos de uno en uno?— Zack pregunta a Adela.

—No seas tonto, nos metemos los dos, total, ya nos hemos visto antes en bikini y bañador y no ha pasado nada— Él asiente dudoso y ambos entran dentro.
Nosotros esperamos en silencio hasta que ellos se cambien. Escucho sus risas dentro. Sonrío. Me apoyo en la puerta del copiloto y me cruzo de brazos.

—¿Preparados?— respondemos con un sí, me separo del coche para quedar en frente de la puerta en la que ellos van a salir.

Ésta comienza a abrirse, Adela y Zack aparecen con sus tutús rosa y verde y con una diadema de orejas de gato.
Me empiezo a reír a carcajadas, ellos se marcan una pasarela a la vez que posan. Les hago varias fotos a lo que ellos vuelven a posar encantados. El paseo empieza desde el supermercado— donde entramos dentro por petición de Austin—. Casi todos les miran, los niños con los que nos encontramos les miran y les saludan con energía, intusiasmados. Zack y Adela responden felices. Mi hermano pasa su brazo por el cuerpo de mi amiga, y con ese gesto lo veo demasiado tierno e íntimo entre ellos. Ellos harían muy bonita pareja, todos lo sabemos.

Por el camino una niña pequeña y súper bonita se había acercado a Zack y a Adela, les había pedido que se hiciesen una foto con ella. La madre se coloca a nuestro lado para sacarla.

—Siento las molestias, pero es que a mi hija la ha encantado como iban vestidos.

—Tranquila, parece que a ellos les ha gustado que se lo pidiese— respondo.

Pasamos el resto de la mañana recorriendo y conociendo el pueblo. Cuando ya hemos terminado nuestros pies están doloridos, y decidimos irnos de vuelta a la casa.

9 de Junio, 2021

Salgo a la terraza de mi habitación cuando escucho gritos y risas en el exterior. Apoyo mis brazos en la barandilla dejando parte de mi peso en ellos. Bajo mi mirada hacia un Alex tirado en el suelo y riendo a carcajadas. Austin está a su lado agachado haciéndole cosquillas.

Mi hermano pequeño asiente cuando Austin le susurra algo en el oído. Alex se levanta y sale corriendo hacia el porche, mientras que Austin se levanta del suelo y se sacude la ropa. Carraspeo lo suficiente fuerte para que él pueda escucharme. La distancia que hay de mi terraza al suelo no es excesiva por lo que me puede oír.

Austin levanta la cabeza hacia donde me encuentro, saludo con mi mano y él me guiña el ojo. Alex aparece con un pequeño balón de espuma que él tiene y que se había traído. Ellos comienzan a jugar al football y a pasarse de un lado a rato la pelota.

Disfruto viéndoles, creo que era la primera vez que veía a Austin jugar con mi hermano o con los niños pequeños en general.

Hola! ¿Qué tal el capítulo de hoy?

¿Opiniones de los personajes?

Espero que os haya gustado el cap de hoy y nos vemos en el viernes que viene.

Pd: la semana que viene también comenzaré a publicar la primera parte de la bilogía desaparecer, ya podéis encontrar la sinopsis y la nota de autora para que podáis guardarlo y ver de qué trata.

Mil gracias por vuestras lecturas, comentarios y votos, me hace muy feliz como poco a poco va creciendo la novela.

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