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•Dusk till dawn~ Zayn, Sia
•Fire on fire~ Sam Smith
•Locked away~ R.City, Adam Levine
•Crazy in love~ Sofía Karlberg

Narra Austin

—¿Estáis seguros de la información que os ha brindado?— pregunta el policía.

Asiento con rapidez.

—Bien, pues primero necesitamos localizar al chico. ¿Sospecha de algo?

—Que nosotros sepamos, no— contesta Zack.

—¿Sabéis dónde puede estar alojado?

—Sí—afirmo—. En estos días he ido alguna vez a la casa para hablar de todo lo que estaba ocurriendo y como podíamos encontrarla. Y pensar que se estaba asegurando de que no la encontraramos— digo con rabia.

—Tranquilo chico, encontraremos a ambos.

Tenemos que esperar a que vengan las dos patrullas que estaban ayudando en el caso de Noa para dirigirnos primero a la casa donde está asentado Jacob. Si es verdad que no sospecha nada y ha tenido el descuido de que el chico que contrato viera los póster que habíamos colgado, debería estar en la casa. Además tenemos al actor para que nos diga donde está la casa donde se encuentra Noa.

Tengo un nudo en el estómago. Siento que esto por fin va a salir bien y ya voy a tener a Noa en mis brazos. Solo espero que no esté en condiciones nefastas. Me levanto de la silla, ansioso, cuando veo que dos coches de policía aparcan y de cada coche salen dos policías que se van acercando para entrar dentro de la comisaría.

Ellos se acercan directamente hacia donde nosotros nos encontramos, supongo que el policía con el que hemos estado hablando ya se lo habrá dicho a ellos.

—Buenas tardes— habla uno de ellos.

Todos le respondemos con otro saludo.

—Necesitamos que al menos uno venga con nosotros para mostrarnos la ubicación de la casa.

—Iremos nosotros— me señalo a mí y al chico—. Sé dónde se está alojando a quien buscamos, y el sabe donde se encuentra mi novia.

El policía me mira fijamente y asiente, aceptando lo que le digo.

Los dos seguimos a dos de los policías, los dos que faltan y mi familia nos siguen por detrás. Mi familia van en los dos coches que hemos traído para no dejarlos aquí, mientras que los otros dos policías van en el coche restante.

El camino de ida se pasa completamente en silencio excepto cuando tengo que indicar por donde tiene que ir. Entramos a la carretera que lleva a las casas del lago e inmediatamente me revuelvo en el asiento, inquieto. El actor me mira brevemente antes de volver su mirada en la ventana. Me fijo de que no para de mover las manos o jugar entre ellas. Parece ser que no soy el único nervioso dentro del coche.

Cuando comienzo a ver las casas, me empiezo a fijar en los números de cada una.

—Es la siguiente casa— murmuro.

El actor se gira de golpe para mirarme. Tiene los ojos muy abiertos.

—Es la misma casa de la que salí cuando ya terminé con el contrato.

—¿Estás seguro?— pregunta el policía, quien le ha escuchado.

—Sí, es el mismo número— afirma, muy seguro de lo que dice.

Mi corazón comienza a latir con rapidez ante su contestación.

—La chica se puede encontrar dentro de la casa, preparar las cosas si hay alguna dificultad, es la siguiente casa— habla el policía con los del otro coche mediante el comunicador.

Muevo el pie derecho con una mezcla de nervios e impaciencia. Sólo deseo que de verdad que Noa esté en la casa.

Salimos de los coches. Hemos tenido que aparcar en frente de la puerta de la casa ya que no había otro lugar. Poco tiempo después veo como más coches policía vienen hacia donde nosotros estamos.

Me muevo, inquieto, cuando veo que uno de los policías, junto a otro, se acercan a la puerta. Llaman a la puerta y esperan, pero nadie contesta. Mientras, los demás policías han rodeado la casa para ver si pueden entrar desde el porche. Miro hacia donde está mi familia y la de Noa. Ellos siguen en el coche, han decidido no salir, no como yo, que necesitaba salir ya que los nervios me están carcomiendo.

—Policía, abra la puerta, se que me estás oyendo, no nos haga utilizar la fuerza.

Silencio. Ambos policías se miran entre sí, uno de ellos se gira y camina hacia los coches para abrir el maletero y sacar de él lo que creo que es un ariete. Que es lo que se utiliza para abrir a la fuerza las puertas.

Observo con fijeza la escena, veo como abren la puerta y entran con la pistola en la mano. Me muevo, expectante, cuando veo que dos policías que habían rodeado la casa ahora están volviendo, corriendo, hacia la entrada de la casa para adentrarse en el interior de ella.

¿Qué está pasando ahí dentro?

Escucho algún grito, bastante autoritario, de parte de algún policía que está ahí dentro. Me revuelvo el pelo. Estoy de los nervios.

Los demás policías que habían ido hacia el porche ahora están volviendo. Veo como los que habían entrado dentro de la casa han comenzado a salir. Los dos últimos tienen agarrado a Jacob por el brazo.

Jacob se da cuenta de mi presencia, me dedica una sonrisa radiante. Mi ira comienza a aumentar mucho más por momentos, intento controlar las ganas que tengo de partirle la cara. Jacob se fija en el actor, quien se encuentra a mi lado. Y si las miradas mataran, el actor estaría bajo tierra.

—¡Ahora estaría felizmente con Noa si no fuera por tu culpa!—le grita, veo que el actor se encoge levemente.

Me acerco al policía con el que he venido en el coche.

—¿Dónde está ella?— pregunto, desesperado.

El policía me mira y me tiende una llave.

—El chico tenía esta llave cuando hemos ido a por él. Ves a por tu chica, un policía te acompañará por si acaso— asiento después de agarrar la llave.

Corro hacia el interior de la casa. Busco primero por la segunda planta. Subo las escaleras con rapidez y comienzo a abrir todas las puertas que veo. Pero Noa no está aquí. Bajo de nuevo a la primera planta. El policía que ha entrado conmigo me indica una puerta de la que no me había percatado al entrar. Al abrirla, veo que hay unas escaleras que te llevan a un sótano, como lo que tienen todas las casas que hay alrededor.

Utilizo la llave para encajarla en el cerrojo y conseguir abrir la puerta. En un principio no veo nada hasta que miro a mi derecha. Me quedo paralizado al ver a Noa con un almohada entre sus brazos. Lo primero que noto en ella es su cara y como está pálida y con unas enormes ojeras.

Noa me mira y veo como se le comienzan a cristalizar los ojos. Deja caer la almohada y lleva sus manos para taparse la boca.

—Austin…— le dedico una amplia sonrisa.

—Hola morena.

Noa termina acercándose a mí para rodearme con sus brazos. Le devuelvo el abrazo con fuerzas. Escucho como comienza a llorar. Me duele verla así. Le aprieto más contra mí. Apoyo mi mejilla en su cabeza.

—No podía más, Austin— se me para el corazón  al escucharla decir eso.

—Hemos ido lo más deprisa posible para encontrarte.

—Lo sé— ella se separa de mí para mirarme.

Tiene los ojos enrojecidos. Llevo mis dedos a sus mejillas para hacer desaparecer sus lágrimas.

—Sácame de aquí,  por favor, no puedo seguir aquí, no quiero estar encerrada— asiento y la indico que vaya ella primera.

Apoyo mi mano en su cintura, Noa me mira brevemente y me dedica una pequeña y breve sonrisa.

El policía nos sigue hasta el exterior, y cuando salimos veo como las puertas de los coches de nuestros padres son abiertas. La primera en salir corriendo hacia Noa es mí hermana. Se lanza hacia ella para abrazarla, veo que Adela está llorando y Noa intenta retener las lágrimas. Zack y Alex son los siguientes en abrazarla. Mientras, veo como mis padres y los suyos se acercan a donde nosotros estamos.

Me fijo también de que ya se han llevado a Jacob, sigue habiendo policías a nuestro alrededor, dejándonos espacio, pero supongo que tenemos que volver a la comisaría porque tendrán que hablar con Noa.

Noa ya no puede contener las lágrimas y comienza a llorar cuando es el turno de sus padres en ir a abrazarla. Ambos la rodean con sus brazos, quedando ella atrapada. Cuando se separan veo que también a Emma se le han escapado las lágrimas.

Nos pasamos el resto de la tarde en comisaría ya que Noa tiene que contar con detalle todo lo ocurrido. Duele bastante oír todo lo que ella cuenta, por lo que ella ha estado pasando. Pero no me separo de ella en ningún momento, no quiero dejarla sola.

Cuando al fin podemos volver a casa ya son casi las nueve de la noche. Antes de irnos, le dicen a Noa que estarán en contacto con ella por lo que va a pasar con Jacob y si tiene que haber algún juicio, ya que Noa ha decidido denunciarle por todo lo que le ha hecho.

Mila se vuelve loca cuando ve entrar a Noa dentro de la casa. Ella se agacha para levantarla y abrazarla. Mila no para de mover la cola de felicidad.

Nuestros padres se dirigen hacia la cocina. Emma se ha empeñado en hacer un banquete de comida cuando Noa le ha dicho que no ha comido casi nada, por no decir nada, en estos días. Emma se ha vuelto loca cuando ha escuchado eso.

Veo como Zack se lleva a Noa a los sillones para sentarse con ella, repito lo mismo.

Narra Noa

Apoyo mi cabeza en el hombro de mi hermano y me permito cerrar los ojos para descansar un poco. Siento como Zack pasa su brazo por mi hombro para que me acomode mejor.

Estoy agotada y estoy muerta de hambre.

Siento que alguien se sienta a mi lado, cuando abro mis ojos para mirar de reojo, veo que Adela me devuelve la mirada con una pequeña sonrisa. Austin se levanta del otro sillón para dirigirse hacia la cocina para ayudar con la cena.

—Voy a ir yo también a ayudar en la cocina, te doy el relevo, Adela.

Me incorporo del hombro de Zack para que este pueda levantarse. Miro a mi hermano, curiosa de que se levante cuando Adela se haya sentado a nuestro lado, aunque no pienso preguntar a ninguno de los dos. Hago que no me he dado cuenta.

—¿Cómo habéis estado estos días?— pregunto a mi mejor amiga.

Ella me mira con tristeza, pero al segundo lo oculta.

—Todo ha sido un desastre desde que desapareciste, todos lo hemos pasado muy mal. Pero muchísimo. Pero ya te tenemos de nuevo en casa y eso es lo que importa.

Levanto mis brazos para que se acerque a mi y así poder abrazarnos. Cierro los ojos unos instantes.

Lo hemos pasado todos tan mal, tanto física como psicológicamente, por culpa de una persona en la que creíamos que podíamos confiar y creer en él. Pensaba que Jacob era mi amigo y solo es alguien que se había obsesionado conmigo y había sido capaz de secuestrarme, retenerme y mantenerme alejada de mis seres queridos solo para que estuviera a su lado. Incluso fue capaz de contratar a alguien para que actuara como a él le convenía y sin contarle las verdaderas personas a aquel chico.

Llegue a pensar en que el chico del que había desconfiado en un principio y el que era un claro sospechoso, por lo de la discoteca, fuera el que iba a ir hacia mí familia para que pudieran salvarme.

Supongo que no puedo echarle la culpa a aquel chico. Entiendo lo que es estar engañada todo el tiempo.

Todos estamos demasiado cansados, por lo que después de cenar y de estar un rato juntos, cada uno se dirige a su habitación. Austin me sigue desde cerca por detrás mía. Me paro en frente de la puerta de mí habitación. Tengo un nudo en el pecho con la idea de dormir sola. Me giro para mirar a Austin, quien esté me mira esperando a que entre dentro de la habitación.

—Austin, ¿Puedes dormir conmigo? No creo que sea capaz de estar sola en una habitación.

—Ni lo dudes, morena, no pienso dejarte sola. Voy a mi habitación a por él pijama y ahora vengo.

—Traeme una camiseta tuya para mí— murmuro, Austin me dedica una amplia sonrisa.

Entro dentro de la habitación cuando veo que él desaparece dentro de la suya. Abro la cama por ambos lados y poco después me deshago de toda la ropa para dirigirme al baño. Necesito darme al menos un baño de cuerpo. Me recojo el pelo en un moño con un colesterol mientras que espero a que el agua esté medianamente bien. Hace días que no puedo disfrutar del placer de la ducha. En tan solo pocos días Jacob había conseguido quitarme todo lo que tenía.

No soy capaz aún de agarrar mi móvil, que se encuentra en la mesilla de noche, y ver todas las notificaciones que me esperan. Prefiero dedicarme a responder a todos mis seguidores cuando tenga la suficiente paz para poder hacerlo.

Cuando salgo del baño y con una toalla tapando mi cuerpo, veo que Austin está tumbado en la cama sin la camiseta, mostrando sus abdominales. Me fijo que ha dejado una de sus camisetas en la esquina de la cama. Sonrío al ver que me hizo caso. Me encanta ponerme sus camisetas ya que me quedan anchas.

Abro el cajón de la mesita de noche para poder agarrar unas bragas. Austin se fija en cada uno de mis movimientos. Sin quitarme la toalla me pongo la braga.

—Morena, creo que ya conozco hasta con los ojos cerrados tu cuerpo— me sonrojo.

—Cierto.

Dejo caer la toalla de golpe, haciendo que Austin entreabra sus labios al ver mis pechos al descubierto. Pero no dura mucho el verme ya que me pongo su camiseta, esta me llega por los muslos, y me dirijo hacia la cama para tumbarme a su lado. Me giro para mirar hacia la puerta, noto como se acerca a mi para rodearme con su brazo y estar pegados.

—Buenas noches, morena— dice, antes de darme un beso en la sien.

"Eso espero", me digo. No quiero pensar en todo lo que me ha pasado, pero es inevitable hacerlo. Siento como una lágrima cae por mi mejilla, pero paso mi mano por ella para que no le sigan más.

17 de agosto, 2021

Me incorporo de la cama de golpe cuando comienzo a sentir que me estoy agobiando. Se ha vuelto a repetir el mismo sueño en el que estaba en un camino y Jacob iba a por mí y luego me ponía las manos encima. Siento que la habitación comienza a hacer más pequeña. Salgo de la cama con rapidez y busco por la habitación cualquier calzado. Necesito salir de la casa ya.

Salgo lo más rápido posible de la habitación y me dirijo hacia el porche. No paran de venirme de escenas en las que todas sale el sueño y como lo estuve pasando dentro de aquel sótano.
Salgo corriendo cuando comienzan a salir de nuevo las lágrimas. Al estar centrada en todas las emociones no me he dado cuenta de que casi he llegado a la zona de la cascada. Me siento casi en la orilla cuando mis piernas comienzan a debilitarse y me es imposible mantenerme de pie. Llevo mis manos temblorosas a mis piernas para rodearlas. Apoyo mi cabeza en ellas y cierro los ojos.

Me es imposible detener las lágrimas así que me dedico a intentar controlar mi respiración. Pero me cuesta conseguirlo ya que no puedo evitar que Jacob siga apareciendo en mis pensamientos.

No quiero volver a la casa. No quiero estar encerrada. Yo no pedí nada de esto, ¿Qué hice mal para que ahora esté así? No me merezco esto, no me merezco tener este pánico y el miedo de pensar de qué él va a volver a buscarme aunque eso no sea cierto.

Dejo rienda suelta a mis lágrimas, dejando de retenerlas. No quiero llorar por algo que no ha sido por mi culpa, pero esto, psicológicamente, me ha hecho tanto daño.

—¿Noa?— escucho la voz de Austin detrás mía, no me giro, no quiero que me vea así— Cuándo me he despertado no te he visto en la cama, te he buscado por toda la casa, esta era mi última opción pero menos mal que te encontré.

Él termina de acercarse a mí, se coloca a mi izquierda justo donde estoy mirando, giro mi cabeza para mirar a la derecha, no quiero que me vea que estoy llorando.

—¿Morena? Eh, mírame— se coloca delante mía y con su mano agarra mi barbilla para que le mire, no me da tiempo a limpiarme las lágrimas—. ¿Qué pasa Noa?

Mis labios tiemblan, suspiro.

—No puedo, Austin, es la segunda vez consecutiva que tengo pesadillas, pesadillas reales y que siguen rememorando por el día. Me da pánico estar encerrada en una habitación porque no hace recordarme los días que estuve allí, a veces siento que las comienza a encogerse para aplastarme. Me ha pasado esta mañana y no he pensado en otra cosa que salir de la casa hasta que he llegado aquí. No quiero estar así Austin— él me limpia las lágrimas y me mira con tristeza.

—Joder, Noa, siento tanto por todo lo que has pasado y las consecuencias de ello. Tenia que haberte encontrado antes, tenía que haber sospechado de ese cabron.

—Eso no es culpa tuya, Austin, nadie había sospechado de él porque estaba jugando muy bien el papel de buen amigo.

—No te mereces esto, Noa— Austin apoya sus rodillas en el suelo, sin importar de que sus pies estén en el agua, y se inclina a mí para abrazarme, hace que apoye mi cabeza en su pecho.

No puedo evitar que se me vuelvan a escapar las lágrimas.

—Necesito que esto acabe, no quiero estar así todo el rato y que luego me pueda dar otro ataque de pánico en cualquier momento.

—¿Quieres ir a hablar con un profesional?— me mira fijamente.

—¿Acaso funciona ir?— Austin se encoge de hombros.

—Nunca he ido, pero siempre puedes probar, morena, todo por qué tú te sientas bien. No quiero verte mal, no quiero verte que estés sufriendo. Es que no lo soporto.

Me separo un poco y levanto mi cabeza para mirarle a los ojos. Me inclino un poco para darle un corto beso en los labios.

—Te quiero, Austin, gracias por estar siempre conmigo.

—Nunca dudes eso, siempre voy a estar ahí para ti, para protegerte, cuidarte, apoyarte.

Le dedico una pequeña sonrisa. Austin quita las lágrimas de mis mejillas. Los latidos de mi corazón han dejado de latir con velocidad. Suspiro, con alivio.

Veo cómo se incorpora para levantarse. Cuando lo hace, me tiende una de sus manos para agarrarla y así poder levantarme.

—Venga, vamos de vuelta— asiento.

19 de agosto, 2021

Han pasado dos días desde lo que ocurrió en la zona de la cascada. Desde ese momento Austin ha estado casi todo el rato a mi lado— dejándome también espacio para mí para que yo no me agobiara— entreteniéndome.

En estos días, por desgracia, he sufrido dos ataques en el que uno de ellos estaba con Adela (y en el que casi le da a ella también algo cuando le vio en ese estado) y el otro estaba con Austin en mí habitación.

Todo se repite igual, cuando comienzo a respirar peor lo siguiente que viene es que todo comienza como a acercarse a mí, como si quisiera aplastarme con ello.

Lo que sigue igual son las pesadillas, cada noche siento lo mismo. Anoche desperté a Austin — quién ahora duerme conmigo ya que se lo pedí y el aceptó al instante—, a mis padres y a Zack porque me desperté histérica, y solo me dejaba guiar por las emociones que estaba sintiendo en el sueño. Estuvieron más de media hora conmigo, tranquilizándome y distrayéndome para que no pensara en ello hasta que conseguí volver a dormirme.

Esta mañana anuncie a mi familia de que iba a buscar a alguien profesional para ver si eso de verdad podía ayudarme. Quiero hacer todo lo posible para que esto acabe, que disminuya hasta que desaparezca.

22 de agosto, 2021

Después de tanto tiempo, decido recoger el móvil de la mesita de noche y encenderlo. Al instante veo que mi teléfono comienza a recibir muchas notificaciones de todas mis redes sociales. Todos me preguntan si estoy bien y qué es lo que me ha pasado. Respondo a todos los que puedo diciendo que había estado desconectada de las redes sociales porque lo necesitaba. Entro al email cuando veo que he recibido un correo de Sam— con la chica que hable sobre mí carrera musical—. La respondo contandola que ya le hablaría de ello, pero que ahora no estaba lista para contarla todo.

Sigo en proceso de controlar mis pensamientos y evitar que aparezca en mi mente todo lo relacionado a lo que pasó. Algunas veces lo consigo, pero hay muchas más que me es imposible hacerlo.

Tengo la suerte de tener a la familia que tengo, ellos están para mí en todo momento y evitan que pase mucho tiempo sola en alguna habitación. Pasamos las tardes en el lago, haciendo que consiga olvidarme en esas horas de todo lo que pasa por mi cabeza.

No paran de hacerme reír o de hacer el tonto conmigo, sobre todo Zack. Y agradezco tanto que consiga entretenerme. Me lo paso bien a su lado ya que tiene muy buenas ocurrencias, nunca se le acaban las días para los juegos o para hacer payasadas.

Austin entra a mi habitación con una sonrisa, ante eso, dejo a un lado el móvil para poner toda mi atención en él. Se termina de acercar a mí para darme un breve beso en la boca.

—¿Qué tal estás, morena?

—Ahora muy bien— Austin me dedica una sonrisa amplia antes de tumbarse a mi lado en la cama.

—¿Tienes algún plan?

—No…¿Me vas a hacer una propuesta?

—¿Que te parece estar tumbados y hacer un poco el vago en lo que queda de tarde?

—Me gusta ese plan.

Me arrastro hacia atrás para quedar a su altura. Me acomodo a su lado y paso mi pierna y mi brazo por encima de su cuerpo.

—¿Estás cómoda?— pregunta, con una sonrisa en la cara.

—Bastante, ¿Y tú?

—No me quejo— río.

30 de agosto, 2021

Hoy es el último día en el que estamos en la casa del lago antes de volver a Cold Spring. ¿En qué momento ha pasado el tiempo tan rápido? Si hace muy poco acabábamos de llegar y yo me había llevado la sorpresa de que Austin iba a quedarse todo el verano con nosotros tras haber terminado los estudios.

Voy a echar de menos la casa del lago y todo lo que ha ocurrido aquí en todo el verano. Pero por otro lado… estoy emocionada por todo lo que me espera referente a mi futuro. Estoy ansiosa de solo pensar que quedan días para ir a la discográfica y hablar con Sam sobre ello.

Hoy hemos decidido que pasaremos la mañana en la zona de la cascada como despedida de ese lugar, luego volveremos a la casa del lago para comer— ahora mismo mamá y Sarah junto con Austin y Zack están haciendo la comida para ya tenerla lista—. Para luego ir directamente al lago. Volveremos a Cold Spring por la noche para así poder aprovechar el día.

Como despedida al verano queremos hacer también una última barbacoa, justo como hicimos cuando llegamos en junio. Siento nostalgia de todo el verano y no siquiera ha acabado aún.

Saco la maleta de debajo de mi cama. Comienzo a guardar las cosas del armario. Ordeno todo encima de la cama y continúo sacando las cosas de la mesita de noche. Aprovecho para ponerme música del grupo backstreet boys para cantar y hacer todo más ameno.

Guardo todo en la maleta y dejo fuera un cambio y un bikini para cuando volvamos del lago. Recojo todo lo del baño para meterlo también en otra zona aparte de la maleta. Ya mañana me ducharé o, si no estoy muy cansada, cuando lleguemos a casa.

Dejó la maleta en la entrada de la habitación justo cuando abre Adela la puerta.

—Hola querida mejor amiga del alma— me mira con una amplia sonrisa.

La miro con los ojos entrecerrados.

—¿Que me vas a pedir?— cuestiono.

—¿Me ayudas con las maletas?

—Eres un desastre andante para estas cosas— Adela se ríe.

—Un poco.

Antes de salir de la habitación agarro el bikini para poder cambiarme en el baño de su cuarto.

—¿Qué tal vas?— me pregunta, e inmediatamente se a lo que se refiere.

—Podría ir mejor, pero poco a poco.

Ayer me decidí a buscar un psicólogo profesional que pudiera ayudarme. Espero que esto de verdad funcione. La chica con la que hablé era muy maja y me dijo que mi primera cita sería el martes de dentro de dos semanas.

—Todo irá a mejor, ya lo verás.

—Estoy segura de ello.

Tardamos media hora en ordenar sus maletas. Ya que la mayor parte del tiempo hemos tenido que organizar por zonas en la cama las cosas. Y otra pequeña parte del tiempo no hacíamos nada porque nos poníamos a hablar de todo.

Me meto dentro del baño de su habitación para ponerme el bikini. Doblo la ropa interior sucia para guardarla en una pequeña bolsa que tengo en mi habitación. Salgo minutos después del baño solo con los pantalones cortos puestos.

—¿Estás lista?— le pregunto a Adela.

—Sí.

Nuestras familias nos esperan en el salón, parece ser que éramos las únicas que quedaban.

—Y luego somos nosotros los que tardamos— murmura Zack.

—Nos hemos entretenido un poco con las maletas de Adela— alego.

Escucho rápidos pasos por detrás mía, al girarme veo que Alex viene correteando tras haber bajado las escaleras. Me fijo de que en sus manos tiene varios coches de juguete y luce feliz por ello.

—Ya estoy listo— la voz aguda de Alex hace resonar por todo el salón.

—Ahora si podemos irnos entonces— respondo, Alex asiente.

Mila sigue de cerca a mí hermano pequeño cuando es él quién encabeza el paso. Sonrío.

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Me río con fuerza cuando veo que Mila, empapada, comienza a seguir a Alex por toda la zona del lago mientras que mi hermano chilla y ríe a la vez.

Alex se para, cansado, y Mila al instante se coloca a su lado y se sacude para quitarse el agua de su pelo. Alex chulla cuando le empapa.

Yo observo la escena desde mi toalla. Hace un rato que he salido del agua para tomar un poco el sol. Poco tiempo después Austin me ha seguido. Parece que no puede estar mucho tiempo ni muy lejos de mí.

—¿Quieres que repitamos lo de la crema como la primera vez?— Austin sube y baja las cejas.

—No lo digas dos veces— le sonrío y me paso el bote de crema.

Esta vez no se detiene cuando se le desvía la mano cuando pasa por mi espalda para bajar hasta mis pechos.

—Austin, por favor— le susurro, mirando hacia dónde están nuestros padres.

—¿Qué pasa, morena?

—Deja ese tipo de cosas para cuando estemos a solas— Austin me dedica una sonrisa perversa.

—Entendido mi capitana.

Son las nueve de la noche cuando volvemos de nuevo a la casa del lago. Todos nos instalamos en el porche— dejando a un lado las cosas— mientras que papá y Peter comienzan a instalar la barbacoa fuera del porche para cocinar.

Me coloco al lado de papá cuando mamá saca diferentes cosas para cocinarlo. Entre ellas, y lo mejor de todo, la panceta y el bacon.

Acaba siendo Zack quién se queda a cargo de la barbacoa.

—Por favor, por nada del mundo quemes la panceta— le pido.

—Tienes muy poca fe en mí referente a cocinar.

—Es que eres un desastre— Zack me mira con los ojos entrecerrados, yo solo le dedico una sonrisa inocente.

Adela se acerca a nosotros, al instante veo como mi hermano se tensa.

—¿Queréis plato o vais a ir agarrando de los otros platos?— nos pregunta.

—A mi no hace falta que me pongas plato, según vaya queriendo voy agarrando de los platos— respondo.

Adela mira brevemente a Zack.

—¿Y tú?

—No me pongas plato.

Ella asiente, pero Zack no la está mirando. Adela se da la vuelta para volver con los demás. Miro a mí hermano con curiosidad.

—¿Que ha sido eso?— pregunto directamente.

—¿Él que?

—¿Que te pasa con Adela?— me mira.

—¿Sólo porque la he respondido has deducido eso?— pregunta, confuso.

—No, me he dado cuenta todos estos días, pero no he preguntado nada hasta ahora.

—No pasa nada con Adela— y da por finalizada la conversación cuando deja la panceta, que es lo único que quedaba por cocinar, en el plato.

Todos nos colocamos alrededor de la mesa, todos disfrutamos de la música que Austin ha colocado en el altavoz y de la comida. El porche se llena de nuestras risas y de las diferentes conversaciones que hay en el lugar, dejando por olvidada mi conversación con Zack.

Miro a mi familia con una sonrisa. Soy tan afortunada de tener a cada uno de ellos en mí vida. Miro a Austin, el se percata de que le estoy observando, me dedica una sonrisa y se acerca a mí para darme un beso en la sien. Sonrío ampliamente. También soy afortunada de tenerle en mí vida.

Soy una persona afortunada.

¡Holaa! ¿Qué tal este penúltimo capítulo?

Quiero recordar que mañana subo el último capítulo y el domingo el epílogo con los agradecimientos :)

Nos vemos mañana <3

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