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19 de Julio, 2021
Mi móvil no para de sonar. Austin se remueve a mi lado. Busco a tientas el teléfono. Siento que en cualquier momento va a explotar por tanta notificación.
—¿Por qué está sonando tanto tú móvil?— la voz ronca de Austin suena cerca de mi oído.
—No lo sé, estoy buscando el maldito móvil.
Me siento en la cama y veo al instante el teléfono tirado en el suelo. ¿En qué momento ha llegado ahí? Mis pechos se quedan al aire cuando me agacho a agarrarlo.
Todas las notificaciones que me están llegando son de Twitter. ¿Qué está pasando? Entro a la aplicación y entro a mi perfil. Veo como mi número de seguidores ha crecido bastante rápido. No paro de recibir respuestas, likes y nuevos seguidores en segundos. Entro dentro del tweet que se me ha hecho viral. Justo el que daba mi opinión sobre la invasión de privacidad hacia Drake.
Chillo cuando veo que el primer comentario que me sale es ni más ni menos que el de Drake.
BonnesDrakeTS4: Tienes toda la razón, Noa Moore. Aunque por desgracia se piensan que al yo ser un personaje público tienen todo el derecho para invadir mi privacidad.
Entro a su perfil, para ver si ha respondido a alguien más, pero antes de mirarlo me quedo paralizada. Veo como al lado de su nombre pone: te sigue.
Vuelvo a mi perfil y me meto en seguidores para comprobar lo que acabo de ver. Chillo de nuevo hasta que despierto por completo a Austin.
—¿Qué pasa, morena?— pregunta alarmado. Me giro para mirarle con una amplia sonrisa.
—DRAKE BONNES ME HA RESPONDIDO AL COMENTARIO QUE DABA MI OPINIÓN SOBRE LOS PERIODISTAS — Grito, emocionada—. Y eso no es todo, toda la maldita banda de TheSerpents4 me ha seguido en Twitter. Dime Austin, ¿Estoy soñando? Porque si es así quiero despertarme ya. Esto no es un sueño, ¿Verdad? Porque estoy a punto de ponerme a llorar de la emoción.
Austin se ríe.
—Tranquila, morena, no estás soñando.
—Me va a dar algo— mi corazón late con rapidez mientras que sigo mirando los seguidores, entre medias de Drake y otro de los integrantes sale el perfil de una chica.
Presiono su perfil. No tiene publicada ninguna foto excepto frases que ha ido publicando. Veo que los integrantes de la banda también la siguen, incluso algún familiar de Drake. Voy a Instagram y pongo el mismo nombre. Bingo. Ella tiene la cuenta pública por lo que puedo ver sus fotos. Es la misma chica que se le ha visto con Drake en las fotos. Es realmente preciosa, pelo oscuro, largo y ondulado, labios gruesos y ojos azules claros. Tiene un increíble cuerpo y su piel es algo morena. Veo que ella sigue a la banda, y viceversa. Le doy a seguir.
—He encontrado a la chica con la que se le ve con Drake en las fotos.
—Tus dotes de investigadora son impresionantes.
—Lo sé —sonrío.
Me levanto de la cama para sacar ropa de la maleta y vestirme. Mis tripas rugen, señal de que debo ir a comer algo.
—Voy a desayunar, ¿Te vienes?
—Sí, ya luego iré a la habitación a cambiarme de ropa.
Cinco minutos después ya estamos recorriendo el pasillo. A lo largo del tiempo que pasamos en el comedor ya se han levantado alguno de nuestros padres. Al volver hacia la habitación nos cruzamos con Zack y Adela, quienes son ellos los que se dirigen hacia el restaurante. Adela me dedica una mirada, la que tenemos que hablar y ponernos al día de lo que ha estado pasando estos tres días aquí, en el hotel.
—Ahora si puedo ir a la habitación a cambiarme de ropa— bromea.
—Si— sonrío, saco mi tarjeta para poder abrir la habitación—. Yo voy a ir colocando todo en la maleta para tener todo listo para cuando nos vayamos.
Aunque no tengo mucho que colocar que no sea lo del baño ya que no saque la ropa de la maleta. Como hoy es el último día que nos quedamos en el hotel, han decidido que recogeremos todo después de desayunar para dejarlo en el coche, y pasar la mañana en la playa para detrás de la comida volver a la casa del lago. Sigo recibiendo cientas de notificaciones de Twitter, por lo que he tenido que silenciar la aplicación. Veo como la chica, Scarlett, me ha seguido también de vuelta en Instagram. Sonrío.
Cuando dejo la maleta lista en la entrada de la habitación, Adela abre la puerta para poder entrar al interior.
—Tú me tienes que contar muchas cosas— le dedico una pequeña sonrisa maligna.
—Anda que tú a mí.
La sigo hasta que me siento en la cama y miro como comienza a colocar y guardar sus cosas.
—Cuentame— la miro fijamente, ella resopla. Odia que lo haga porque dice que la pongo de los nervios.
—Vale— alarga la primera vocal mientras que sigue colocando y guardando las cosas—. Digamos que algunos malentendidos que tuve con Zack se han arreglado y ahora estamos muy bien.
—¿Sois pareja?— pregunto directamente lo que pienso en mi mente.
En realidad lo he preguntado yo en tu cabeza.
—No, solo amigos— arqueo una ceja, Adela sonríe—. Bueeno, amigos con derecho, ¿Y tú qué? Parece ser que Austin y tú habéis avanzado bastante.
—La verdad es que sí, sigue pareciendo todo tan irreal, como si todo lo que me ha ocurrido con él fuera un sueño. Pero bueno, ¿Sabes que toda la banda de TheSerpents4 me han seguido en Twitter y también la chica que sospechan que puede tener algo con Drake me siguió de vuelta Instagram?
Adela abre los ojos, sorprendida.
—¿Te han seguido todos y cada uno de ellos?
—Sí, sigo sin creerme que mi banda favorita me siga por Twitter.
—Eso es increíble, Noa— me sonríe ampliamente.
Miro al techo, pensando.
—¿Al final cuando tienes que ir a visitar a la pareja?
—Pues hemos quedado que a principios de septiembre, me han dicho que disfrute lo que me queda de verano. Son una pareja demasiado simpática.
—Ya quiero ver el resultado final de la boda, seguro que es increíble como lo vas a dejar.
—Yo también quiero ver el resultado. Estoy demasiado nerviosa, quiero que quede todo perfecto.
—Sabes que va a quedar genial, es tu primer trabajo, pero tú haces las cosas increíbles, así que no tienes de que preocuparte.
Adela me lanza un beso, la dedico una pequeña sonrisa.
Cuando ella termina de guardar todo salimos de la habitación, mirando por última vez que no se nos olvide nada, cuando llega la hora que nuestros padres nos han indicado que estemos donde los coches para guardar las cosas nos dirigimos hacia el vestíbulo. Debajo de nuestra ropa ya llevamos puesto el bikini para poder ir directos a la playa.
Acomodo la maleta dentro del maletero y ayudo a papá con el otro equipaje. Cuando ya hemos terminado, todos seguimos el ya conocido camino hacia la playa. Austin se ha colocado a mi lado cuando soy yo la que encabeza el grupo.
—Ahora directos al agua, ¿No, morena?— mi corazón se acelera, y con la sonrisa que Austin me dedica, sus palabras van con otras intenciones.
—Si, pero por separados, que luego pasa lo que pasa.
—¿Y qué es lo que pasa?
—No vaciles, sabes a lo que me refiero.
—Sabes que no te voy a hacer caso y te voy a seguir al agua.
—Ya lo sé, no te lo iba a impedir— le sonrío, dejando de estar seria.
Austin pasa su brazo derecho por mis hombros y me atrae hacia él.
—Me gustaría besarte ahora mismo, pero mejor me lo guardo para cuando estemos a solas, morena.
Sonrío. Y la verdad es que cuando estoy a su alrededor no puedo evitar no hacerlo, ya sea con lo que me dice o su simple presencia me hace sonreír.
—Vale, mientras que cumplas tu palabra puedes hacerlo donde y cuando quieras.
—¿Eso va con doble intención?— sube y baja sus cejas. No puedo evitar reírme.
—Tomalo como quieras, Austincito.
—Lo tendré en cuenta.
Entre todos buscando una zona donde no esté ocupada para poder acomodar las toallas. Adela nos lleva hacia un lugar, justo al lado del muelle, donde ella ha podido encontrar un hueco cerca de la orilla.
Yo sin demorarme más, cuando llegamos, extiendo mi toalla y dejó sobre ella mi ropa, quedando así solo con el bikini. Me dirijo hacia la orilla. Las pequeñas olas chocan contra mis pies, me estremezco un poco al sentir que al agua está fría.
De repente siento que dejo de estar apoyada en el suelo y ahora mi cuerpo se encuentra en el aire, encima del hombro de Austin.
—Vamos, morena, al agua.
Pongo mis manos alrededor de su cuerpo para no caer. Austin me mantiene agarrada con sus manos en mis muslos.
—¿Por qué siempre me haces esto?
—Porque me gusta llevarte en brazos— da dos palmadas a uno de mis muslos.
—Eso y seguro que por otras cosas más.
—Yo no digo nada— y aunque no le vea, se que está sonriendo.
Austin sigue andando hasta que el agua le llega por su cadera. Dirige sus manos hacia mí cintura para bajarme. Me agarro a él al instante cuando siento el agua fría chocar con mi cuerpo.
—Serás maldito.
—No se si seré eso, pero puedo ser todo lo que tú quieras, morena.
—No sé cómo tienes tantas ocurrencias, podrías escribir poesía con toda la imaginación que tienes.
—Si algún día lo hago sería solo para ti y sería una poesía guarra.
Abro mis ojos y mis mejillas comienzan a sonrojarse.
—Dios, Austin.
—Eso mismo— hace un movimiento de cejas.
—Eres imposible.
—Para ti no.
—¡Para ya!— río a la vez que estoy sonrojada por completo.
—Amo hacerte sonrojar, es una afición muy bonita.
—Ya veo— miro por encima de su hombro, fijándome si nuestras familias nos están mirando, pero no.
Zack y Adela se encuentran en la orilla jugando a las palas. Mientras que Alex y Peter se encuentran enterrando a papá en la arena. Sarah y mi madre ríen, tumbadas en la arena a la vez que les graban.
Vuelvo a mirar a Austin y me impulso para llegar a su cara y darle un corto beso en los labios. Él se queda quieto, yo me aparto de él para mirarle de nuevo.
—Ahí tienes el beso que se iba a guardar para cuando estuviéramos a solas.
Austin lleva su mano a mi nuca para acercarme de nuevo para volver a unir sus labios contra los míos. Un pequeño beso.
—Y ahí tienes el mío.
Pasamos el resto de la mañana entrando y saliendo del agua. Disfruto junto con Adela de varias partidas contra los chicos— que he de decir que les ganamos en cada una de las partidas—, y juego con mi pequeño hermano en la arena, haciendo pequeños castillos.
Aunque luego Alex acabo tirándose encima de las pequeñas construcciones mientras que reía.
Decidimos recoger todo e ir al coche cuando se acerca la hora de la comida. De uno en uno entramos a los coches para quitarnos los trajes de baño y ponernos la ropa. Soy la última en salir del coche. Mi pelo se ha pegado a la camiseta ya que aún sigue mojado.
Abro el maletero para sacar un peine y un acondicionador en un spray para el pelo. Me dirijo hacia dónde se encuentran los demás, repartidos entre los dos coches para poder comer. Dejo las cosas en el asiento trasero, ya que la puerta se encuentra abierta y nadie lo está ocupando.
Pego un pequeño rebote cuando una mano se posa en mí hombro. Miro por encima de él para saber quién es.
Pero si ya sabes quién es el dueño de la mano y el que se encuentra detrás tuya.
—¿Me dejas?— señala con un gesto de cabeza lo que he dejado en el asiento.
Hago un leve asentimiento con la cabeza, él me gira hasta que estoy de cara a nuestras familias. Austin se coloca de nuevo detrás mía y veo de reojo como se apoya en el asiento cuando recoge ambas cosas.
El sonido del spray suena, su mano se dirige a mi pelo para ir abriéndolo y seguir esparciendo el contenido. Escucho como vuelve a poner la tapadera en el bote.
Austin comienza a cepillar mi pelo de abajo hacia arriba para luego volver a cepillarme con cuidado desde el comienzo de mi pelo. Lo hace con cuidado, intentando no hacerme daño al desenredar los pequeños nudos que se me habían formado.
Veo como mamá y Sarah nos miran sin ningún disimulo. Ambas me sonríen cuando se dan cuenta q las estoy observando. Me sonrojo y aparto la mirada.
—Ya estás— me susurra Austin.
—Gracias— me giro para mirarle.
—No hay de qué, morena— me dedica una pequeña sonrisa ladeada.
Tras comer todos, cada uno se dirige a su respectivo coche para iniciar el viaje de vuelta a la casa del lago.
La primera hora del viaje la paso despierta, escuchando música o hablando un poco con Zack. Quien me cuenta sin dar muchos detalles que ocurre con Adela, aunque no habla muy alto porque no quiere que se entere nuestros padres. Me habla de lo mismo que Adela me ha estado contando excepto que está contado desde su perspectiva. A cambio de que él me contara, yo también le he tenido que poner al día sobre Austin. Aunque estoy segura de que todo esto ya lo sabía porque Austin es su mejor amigo. Obviamente lo sabe.
Aviso a Jacob con una escueto mensaje por el grupo en el que estamos los tres— él, Adela y yo—, de que ya nos dirigimos hacia la casa del lago.
Guardo mis cascos cuando apago la música cuando comienza la segunda hora en el coche. Mis ojos se me cierran de vez en cuando, indicio de que estoy muerta de sueño y necesito descansar un rato. Y es lo que hago. No me despierto hasta que Zack me hace una leve sacudida.
—Madre mía, Noa, eres una marmota. ¿Como puedes dormir tanto?
—No sé, es un don— bostezo.
—Ya veo. Pero venga, sal ya que ya hemos llegado.
—¿He dormido durante todo el viaje?— pregunto, sorprendida.
—Sí, y ni con los gritos de Alex te despertabas.
Salgo del coche, seguido de Zack. Ayudo a papá a sacar las maletas y cada uno lleva su respectivo equipaje. Cuando abrimos la puerta de la casa, Mila nos recibe moviendo todo su cuerpecito.
Tuvimos que dejarla en la casa ya que en el hotel no se permitían animales. Los abuelos se ofrecieron a acercarse a pasar los tres días en la casa del lago para poder cuidarla— tuvimos que arriesgarnos a dejar una de las dos llaves escondida en la entrada para que luego ellos pudieran entrar—. Por lo que ha estado bien acompañada.
Encontramos a los abuelos sentados en el salón, observando la televisión con entretenimiento. Alex corre hacia ellos para abrazarles.
—¡Abuelos!— ambos ríen por la emoción de mí pequeño hermano.
Ellos se levantan, tras haber saludado a Alex con un gran abrazo, para acercarse a nosotros. Ambos me dan un beso en la mejilla con cariño, como siempre hacen desde que soy pequeña.
Antes de ponerles al día, decidimos darnos todos una ducha. Cada uno se dirige hacia su habitación. Dejo mi maleta encima de la cama y abro la puerta que da al balcón para que corra el aire dentro de la habitación.
Coloco todo cuando me he terminado de dar una pequeña ducha. Me visto con un pantalón vaquero azul y una camiseta de tirantes blanca que deja ver mi estómago y el piercing brillante que adorna en el ombligo.
Saco unas chanclas para andar por la casa— aunque sigo prefiriendo andar descalza—.
Yo también lo prefiero.
Pero aunque me guste, no puedo hacerlo ya que si mi madre me ve, me mata.
Me siento entre medias de mis abuelos cuando bajo al salón. Al instante mi móvil suena.
Jacob: ¿Me paso un rato por vuestra casa?
Yo: Sí, pasate un rato.
—¿Os quedaréis hasta mañana?— les pregunto.
Mi abuela asiente.
—Así pasamos la noche con vosotros— responde ella.
Poco a poco todos van bajando hasta estar todos reunidos en el salón. Un par de golpes resuenan en el cristal del porche. Adela y yo nos levantamos y yo me dirijo para abrir a Jacob, la única persona que esperamos.
El se encuentra esperando pacientemente en el otro lado. Me dedica una sonrisa y un corto abrazo como saludo. Me doy cuenta que el sol ha bajado aunque se sigue viendo bastante bien.
—Pasa adentro-— me muevo hacia un lado.
Jacob me hace caso. Les dedica a todos una sonrisa amplia junto con un hola. Ellos le responden de la misma forma. Adela se acerca a él para darle otro abrazo.
—Nos subimos a mi habitación— anuncio.
—Vale, si necesitáis cualquier cosa ya sabéis dónde estamos.
—Vale, mamá.
Adela se lanza a mi cama mientras que yo cierro la puerta de la habitación. Jacob se acomoda junto a mi mejor amiga. Y yo me siento en el centro de la cama, con las piernas cruzadas a modo indio.
—Bueno, ¿Qué tal los tres días en la playa?
—Ha sido increíble— habla Adela, incorporándose para quedarse sentada.
—Demasiado bien— apoyo.
—Parece ser que os habéis divertido mucho, en todos los sentidos que pueda tener la palabra— ambas nos sonrojamos y Jacob se ríe.
—Me alegro de que lo hayáis pasado bien, chicas, yo he pasado los tres días más aburridos de mi vida— vuelve a hablar.
—Porque no estábamos nosotras para alegrarte el día— bromea Adela.
—Exactamente.
Mi móvil vibra en mi bolsillo, al instante siento como si hubiera un nudo en mi estómago y unos nervios repentinos. Saco el teléfono. Joder. Otra vez no.
User12342: Deja de bloquearme, cariño. ¿Estás enfadada conmigo? Podemos arreglarlo, sea lo que sea.
User12342: ¿Quién es ese que está contigo y tu amiga? Alejate de ese, me perteneces, todos siempre van a por ti cuando tú estás conmigo.
A continuación de ambos mensajes me adjunta una foto. Se encuentra borrosa ya que parece haber ampliado la cámara. En ella aparecemos los tres hablando. Me quedo paralizada y el miedo recorre todo mi cuerpo. Ahora si estoy asustada.
—¿Noa?— me llama mi mejor amiga.
—Noa— repite Jacob, dirigiendo su mano a mi hombro y sacudirme con delicadeza.
Les tiendo mi móvil sin decir ni una sola palabra. Me quedo mirándole fijamente hacia la puerta del balcón. Adela me observa fijamente, pero no le devuelvo la mirada. Ella se levanta y se dirige hacia el balcón para observar si hay alguien cerca. Aunque ambas sabemos que no va a encontrar a nadie.
—No es la primera vez— murmuro, aunque creo que no me han escuchado.
—¿Cómo?— cuestiona jacob.
—Que no es la primera vez que me pasa, es la misma persona que me ha estado enviando mensajes varias veces y no tengo ni idea de quién es.
—Noa, tienes que contarselo a tus padres, porque esto puede llegar a más y ya has podido verlo, te ha mandado una foto en donde estamos ahora. Díselo a tus padres, no te calles, porque puede ser todo peor si no dices nada.
—Jacob tiene razón, diselo a Emma y a Harry, Noa. Y vamos a ir ahora a que lo cuentes.
Adela se coloca en frente mía y me tiende su mano. Y yo lo acepto. Mientras, Jacob se coloca a nuestro lado para así abrir la puerta.
Tengo demasiado miedo, no les di la importancia que merecían los anteriores mensajes y ahora aquel desconocido que se ocultaba tras esas cuentas sabe dónde me encuentro. Estoy segura de que me ha estado espiando desde hace saber cuánto tiempo y me da miedo todo lo que ha podido hacer sin yo darme cuenta.
No alzo mi mirada en ningún momento, ni cuando llegamos al salón y nos colocamos en frente de los demás. Sigo teniendo ese nudo en el estómago, impidiendo que no pueda respirar con tranquilidad. Tengo que decirlo. Parece que mamá se da cuenta de que algo pasa ya que los tres nos quedamos en silencio o por la cara que seguro que tendrán Adela y Jacob. Porque cuando alzo mí mirada me observa con preocupación.
—¿Qué pasa, cariño?
Miro a Adela y a Jacob, ambos me dedican un leve asentimiento.
—Alguien me está acosando desde hace varios días con constancia, pensaba que no tenía tanta importancia hasta que hace un rato he recibido otro mensaje con una foto en el que salíamos los tres en la habitación. Esa persona además de estar acosándome por mensajes, también me está siguiendo ya que sabe dónde estoy en todo momento. Alguien se ha obsesionado conmigo y no sé cómo puede acabar esto y tengo miedo por ello.
Actualización triple 1/3
Hellouu, ¿Qué tal el capítulo?
Primero que nada: GRACIAS POR LAS 70K LECTURAS <3 No sabéis que felicidad me da ver cómo CAA está creciendo.
Podéis ver qué también he cambiado el separador, es un poco chapucero pero me gusta ir cambiando el separador.
¿Quien es el desconocido que acosa a Noa? Esa es la gran pregunta y que a lo largo de los pocos capítulos que quedan de CAA (por que sí, se está acercando el final).
Disfrutad del próximo capítulo :P
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